El sábado 2 de octubre de 2010 iniciamos la nueva temporada de senderismo con una pequeña, pero muy bonita ruta, la cual va desde el pueblo de Pisueña al nacimiento del río que lleva el mismo nombre. En concreto es un pequeño recorrido PR S-69 llamada Pisueña- La Garma o el nacimiento del Pisueña.
Es un recorrido sencillo que hicimos dos matrimonios con sus respectivas hijas, en total fuimos 8 senderistas y la verdad que no nos costó mucho esfuerzo hacerla, ya que ni es muy larga, ni tiene mucha pendiente, por lo tanto no tiene ninguna dificultad.
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Esta se inicia en el pequeño pueblo de Pisueña, a pocos kilómetros del pueblo de Selaya, en concreto se inicia justo antes de cruzar un puente donde podemos dejar los coches en una pequeña plaza que existe.
Para iniciarla tenemos que seguir los indicadores de la ruta PR S-69 que empiezan subiendo unas escaleras
que nos dirigen hacia la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, la cual tenemos que atravesar por sus soportales.
Dejando a ambos lados unas pequeñas casas y dirigiéndonos a cruzar un prado.
Al fondo del valle ya podemos divisar una magnífica vista de los Picones de Sopeña, donde nace el río Pisueña, el principal afluente del río Pas.
Hacia allí nos dirigimos, remontando el Pisueña que transcurre a nuestro lado formando pequeños saltos de agua de vez en cuando.
Poco después de atravesar este primer prado nos encontramos una de las múltiples cabañas que divisamos a lo largo de toda la ruta.
La cabaña es la construcción típica de esta comarca pasiega, llegándose a contabilizar aproximadamente unas 10.000 en toda la comarca, que simbolizan un modo de vida, ocupación y aprovechamiento pastoril, con casi quinientos años de historia.
La cabaña es un edifico sencillo y funcional que presenta una planta rectangular con una planta de 9 por 7 metros aproximadamente, levantada en mampostería o sillarejo, a canto y lodo, con una escalera de acceso al payo. La cubierta se forma con una tablazón de madera, una cama de ripia y finalmente el enlosado de lastras.
Justo al lado de esta primera cabaña nos encontramos una espectacular seta, que destacaba en mitad del prado y de la que no sabíamos su grado de peligrosidad. Luego nos enteramos que era comestible y que se utilizaba como base para hacer una especie de pizza, pero no es de muy buena calidad, por lo cual decidimos dejarla en su sitio. La verdad que era muy llamativa.
Al poco rato encontramos un cartel explicativo que nos indicaba las características que tenían las cabañas típicas de los valles pasiegos.
Nada más pasar este cartel nos encontramos un desvío, del cual tomamos el camino que se dirige hacia la izquierda, ya que el que va hacia la derecha se dirige al río.
Siguiendo el camino, que va marcado por las típicas bandas amarilla y blanca de un pequeño recorrido y que nos van a guiar perfectamente por todo el recorrido, nos encontramos con lo que debió ser en su tiempo una magnífica cabaña “vividora” y que en la actualidad se encuentra prácticamente destruida. Esta cabaña tenía una magnífica vista de los Picones de Sopeña.
Dicha cabaña, al igual que el resto de las que nos encontramos en el camino, está rodeada de una extensa superficie de prado para el pastoreo del ganado. En la actualidad esta cabaña sólo se utiliza para que se guarezcan un par de yeguas que andaban pastando por dicho prado, mientras que, no hace muchos años atrás en estas cabañas vivían de manera permanente unas mil personas.
Después de atravesar este prado nos encontramos un pequeño y dañado puente que atravesaba el río Pisueña y que nos dirigía hacia la otra margen del río, donde empezaba una ligera pendiente que nos dirigía hacia la siguiente cabaña.
Esta nueva cabaña parece que, según los lugareños del pueblo, pertenece a la famosa judoka de origen cántabro Isabel Fernández y que está muy ligada a la zona de Selaya, de donde eran sus antecesores. En un principio parece ser que iba a ser rehabilitada, pero en la actualidad todavía no se ha realizado nada en ella y se utiliza como pajar.
Siguiendo el camino perfectamente marcado vamos atravesando unos pequeños arroyos que echan sus aguas al río principal para luego llegar al río Pas.
Continuamos caminando atravesando nuevos arroyos, cabañas que nos acompañan por todo el recorrido, un pequeño vertedero con montones de lana de oveja hasta que llegamos a una bifurcación que nos dirige o hacia La Garma, nuestro destino, o hacia el PR S-68 de las cabeceras de Selaya.
Ya estamos llegando hacia el final del camino cuando nos encontramos una última cabaña, la cual dejamos a mano derecha y comenzamos una ligera pendiente a mano izquierda y que nos dirige hacia La Garma.
Desde la parte alta de esta ligera ascensión la vista de los Picones de Sopeña es más espectacular que antes, ya que se encuentran perfectamente iluminados para hacerles la fotografía de rigor.
En este punto ya llegamos a nuestro destino final, La Garma. En el leguaje popular de la Cantabria montañesa una garma es una vertiente pedregosa, muy agria donde es muy fácil despeñarse. El topónimo hace honor, ciertamente, al nacedero del rió que aquí, reunidas ya sus primeras arterias, drena estas cuencas de cabecera antes de convertirse, ya en Selaya, en el río “grande”, el Pas.
Este punto no es realmente el nacimiento del Pisueña, pero a partir de aquí se hace muy complicado seguir su curso, ya que va entre pedregales y helechos. Aquí podemos ver un bonito y relativamente, gran salto de agua.
Aquí existen dos posibilidades para iniciar el descenso hacia Pisueña, pasando por esa última cabaña. El primer camino es descender por el mismo lugar, y el segundo es atravesar el río y seguir un pequeño sendero que primeramente nos lleva a una cabaña en la que nos llama la atención una pequeña construcción que parece llamarse cubío y que se utilizaba como refrigerante para conservar la nata, la mantequilla e incluso la carne.
Una vez que pasamos esta cabaña, pasamos un puente y regresamos a la última cabaña que vimos y bajamos por el mismo camino que utilizamos en el ascenso.
Para finalizar la jornada nos fuimos a comer a una zona recreativa que está justo antes de llegar al pueblo donde, además de comer, cogimos unas castañas que habían caído con el viento sur. También, aprovechando la cercanía del río y el que ya eran siete los niños que estaban con nosotros nos dedicamos a coger unas truchas que había en los márgenes del río y que posteriormente soltamos para que siguiesen viviendo.
Para acabar la jornada nos fuimos hacia Liérganes, pasando por el alto del Caracol y disfrutando de unas vistas del Porracolina, el Picón del Fraile, Las Enguinzas y Castro Valnera. Ya en Liérganes, fuimos a visitar el mercado de otoño que se celebraba ese día y donde pudimos degustar algunos de los productos típicos de la zona.
En esta feria nos encontramos con un conocido (un antiguo alumno) que actualmente se dedica a la fabricación de quesos. Él junto con su familia son los dueños de la fábrica de quesos Los Tiemblos que se encuentra en San Pedro del Romeral y que nos invitó a visitar su fábrica para conocer el proceso de fabricación del queso. Así que eso será en una próxima excursión por esta zona.
Para ver la imagen en Google Maps pinchar sobre la imagen
Curva de altura en función de tiempo de marcha
PR-S69 Pisueña – La Garma | |
Distancia Total | 7,5 km. Ida y vuelta por el mismo camino. |
Duración Total | La ruta la hicimos en 2 horas y media. |
Dificultad | Baja |
Desnivel | Hay un desnivel de unos 160 metros. |
Tipo de camino | El principio del camino es de sendero y camino pedragoso. |
Agua potable | Cerca de las cabañas y en el propio río. |
Época recomendada | No debe ser recomendable hacerla después de llover, ya que estaría muy embarrado y algunos tramos inundados. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 59-3 Selaya a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |