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Posts Tagged ‘collado de Pantrieme’


El sábado 8 de mayo convocamos a nuestro grupo de bonoruta para hacer una de las rutas que solemos hacer, pero debido a varias situaciones, dos bonoruteros no podían participar. Como daban buen tiempo y las siguientes semanas no íbamos a poder salir decidimos hacer uso de nuestro lema «En los bonorutas no se hacen prisioneros«, así que los otros dos senderistas nos animamos a hacer una ruta.

Para ello nos decidimos a realizar una ruta por la zona de Polaciones, en concreto la Senda del Potro, pero el problema de esta ruta es que hacen falta dos coches o tendríamos que bajar por la carretera, así que decidimos unir dos rutas, a sabiendas que se nos iba a hacer bastante larga y dura, y hacerla circular. Para ello unimos la senda del Potro con un tramo del Camino Real que va desde Toledo a San Vicente de la Barquera.

Para empezar la ruta nos dirigimos al pueblo de la Lastra, en la carretera que va desde Puentenansa al Valle de Polaciones. Una vez en el pueblo de La Lastra nos dirigimos hasta el Hotel Rural El Refugio, donde justamente enfrente hay un parque infantil junto al que dejamos aparcado el coche. Una vez allí, nos preparamos para realizar la ruta, e iniciamos la marcha, cuyo inicio iba a ser durillo ya que el inicio es todo cuesta arriba, en dirección al Collado de Abellán.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

Inicio de la ruta

Justo al lado del Hotel Rural El Refugio, se inicia la marcha por una cuesta hormigonada que se dirige hacia un aparcamiento, que en ese momento se encontraba cerrado. La pista es cómoda y ancha por la que pueden circular fácilmente vehículos. Nada más empezar nos encontramos el depósito de aguas del pueblo. el cual dejamos a mano izquierda.

Depósito de agua del pueblo de La lastra

En esta subida se tenía una magnífica vista del pueblo de Tudanca, al que al final de la ruta llegaríamos, con el «prau del Conceju» en la parte superior del pueblo.

Vista de Tudanca con el «Prau del Conceju» en la parte superior del pueblo

Al kilómetro y medio de iniciar la ruta nos encontramos una cómoda pista a nuestra derecha la cual no tenemos que coger y que se dirige hacia el Prado del Concejo de La Lastra y de Santotís, e incluso se puede llegar hasta la pista superior que luego también llevaría al mismo collado al que llegamos nosotros.

Pista hacia el Prado del concejo de La Lastra

Este desvío se encuentra a pocos metros de la Fuente de la Tejera, la cual se encuentra a la izquierda de nuestra pista. La subida es en constante zig-zag por El vallejo de La Lastra. Después de un duro ascenso por esta empinada pista llegamos a nuestro primer destino, el Collado de Joza la Abellón, más conocido con el nombre de Collado de Abellán (1.017 m.) A este punto llegamos después de 4 kilómetros de ascenso con un desnivel de 600 metros y una hora de caminata. Desde este punto se tenía una magnífica vista de la Sierra de Peña Sagra, con el Cornón resaltando sobre el resto de las cimas.

Collado de Joza la Abellón o de Abellán

También desde este punto se tenía una magnífica vista del Prado del Concejo de Tudanca y de las montañas de los alrededores y que ya habíamos caminado cuando realizamos, en varias ocasiones, la ruta desde Saja a Tudanca.

Vista del Prado del concejo de Tudanca desde el Collado de Abellán

En el collado nos encontramos con un ganadero que estaba cuidando a sus caballos y nos contó que en quince días los lobos, que por aquí abundan, le habían matado nueve potros, de ahí la mala relación entre los ganaderos y los lobos. Además, aunque les subvencionen cuando el lobo les mata un potro, es difícil justificarlo ya que tienen que demostrarlo con los restos y a veces es complicado encontrar esos restos, ya que lobos o buitres se los llevan. También otro paisano nos dijo que seguramente había algún animal atacado por el lobo, ya que había buitres por la zona. Desde el collado tenemos que coger dirección sur para encaminarnos al camino de Lamasón a Castilla, más conocido con el nombre de camino o senda del Potro.

Hacia la senda del Potro

Una vez en el collado de Abellán nos dirigimos en dirección al Pico de las Astillas, pero cuando llegamos a sus faldas cambiamos el rumbo hacia el sureste cogiendo la senda del Potro. Una vez en la senda del Potro se puede ver una vista de la pista que habíamos subido por el Vallejo de la Lastra, con Tudanca al fondo.

Pista de ascenso al Collado de Abellán

Continuamos caminando por la senda del Potro, la cual en algunas zonas se encuentra muy empedrado. Esta senda circula por las faldas del Pico Astillas y de las hazas por la zona conocida con el nombre del Jurbial, dirigiéndose hacia el siguiente collado.

Senda del Potro

Este camino del Potro se encuentra bastante empedrado en algunas zonas y es atravesado por varios pequeños arroyos que embarran un poco el camino. Desde este camino se ve el Valle de Tudanca con los conocidos montes de Cantabria al fondo del Valle.

Valle de Tudanca con montes de Cantabria al fondo

Después de 6 kilómetros llegamos al Potro Callicedo, punto en el que cambiamos de vertiente, pasando del Valle de Tudanca al Valle de Polaciones y teniendo unas magníficas vistas de la Sierra del Cordel, en el que destacaban el Cornón (de Campoo), Pico Tres Mares y principalmente Peña Labra (2.018 m)​ o Peña Luenga con su llamativa forma de casco de barco invertido, a la que habíamos ascendido desde Piedrasluengas, para ver la ruta pinchar en el enlace.

Vistas desde Potro Callicedo con Sierra del Cordel y Peña Labra al fondo.

Estábamos en el punto más alto de este tramo del sendero del Potro con 1133 m. Nada más cambiar de vertiente teníamos una magnífica vista del embalse de la la Cohílla.

Embalse de la Cohílla desde el Potro Callicedo

Una vez en esta vertiente de la montaña nos cambió un poco el paisaje, pasamos de una zona desarbolada a una zona en la que abundaban los robles y otros árboles, nos encontrábamos en el bosque de Las Albarizas.

Bosque de Las Albarizas

El paisaje había cambiado totalmente y desde un punto se podía ver la Sierra del Cordel, con el Cornón en lugar destacado entre los árboles del bosque.

Sierra del Cordel al fondo

Seguimos caminando por este sendero hasta que llegamos a un punto, en el que si no te fijas te puedes pasar de largo, y aunque teóricamente llega al mismo sitio (en el plano del IGN, marca el camino como válido), creo que está cortado el paso. Está justo antes de llegar al Canal de los Vados, y hay una estaca que teóricamente llevaría un indicador, pero no lo tenía.

Desvío a la izquierda en el Canal de Los Vados.

En este desvió bajamos haciendo un zigzag por la margen izquierda del Canal de Los Vados hasta que lo cruzamos en una zona en la que se estrechaba y facilitaba el poder cruzarlo.  

Cruzando el Canal de Los Vados.

Continuamos caminando por esta zona boscosa y por este sendero hasta que llegamos a un cruce con una pista que parece de mayor importancia y bastante más cómoda y ancha. Este cruce está en la zona conocida con el nombre de la Rigololla.

Cruce con una pista principal

En algunas ocasiones salíamos de la zona boscosa y llegábamos a una zona más despejada que dejaba a la vista el Cueto Concilla (en primer plano), las cimas de la Sierra del Cordel, Pico Tres Mares y sobre todo Peña Labra.

Cueto Concilla, Sierra del Cordel, Pico Tres mares y Peña Labra.

Al poco rato nos volvimos a introducir en el interior del robledal, esta vez en el bosque del monte Rustromeo, que ha sido durante mucho tiempo la base de la economía de Polaciones, ya que de estos bosque se extraía la madera necesaria para la construcción de vigas, muebles, aperos de labranza y que luego vendían en la zona de Castilla y servía de sustento para las familias de Polaciones. Además sus frutos, bellotas, hayucos, hongos, servían de alimento para jabalíes, corzos, venados que luego serían la alimentación de las gentes de estos lares.

Monte de Ruistromeo

Seguimos caminando por esta cómoda pista de tierra, hasta que al cabo de un rato llegamos a una pista hormigonada, en la que tuvimos que atravesar una portilla que daba acceso a unas cabañas, las casas de Tromedo o Tolomedo, una agrupación de varias cabañas, alguna de ellas muy bien acondicionada.

Casas de Tromedo o Tolomedo

En una de estas casas-cabañas había una gran fuente en la que te puedes refrescar.

Fuente junto a cabaña en Tolomedo o Tromedo

Si sigues por este camino, que sería el camino del potro se llegaría hasta el pueblo de Pejanda, lugar donde finalizaría esta ruta, pero como nosotros al quererla hacer circular, nos teníamos que desviar en dirección a puente Pumar, así que buscamos un camino alternativo y lo encontramos a los pocos metros de pasar la cabaña de la fuente, a mano izquierda, justo antes de una gran nave ganadera en construcción.

Desvío hacia Puente Pumar

Continuamos caminando por este sendero que se dirige en dirección hacia el sur, por la Barna Torices, teniendo como imagen al fondo, Pico Tres Mares y Peña Labra. Este sendero parecía que nos iba a llevar hasta Puente Pumar, pero nos dimos cuenta que teníamos en medio el río Nansa y la carretera. Además, llegó un momento que el sendero desapareció.

Fin del sendero

Como nos desapareció el sendero, decidimos ir campo a través cambiando el rumbo hacia el sureste y buscando un pequeño sendero que se dirigía hacia una cabaña y que vimos un poco más abajo de donde nos encontramos. Luego dejamos la cabaña a nuestra derecha y  seguimos un poco campo a través hasta que llegamos a un punto en el que vimos un camino, más o menos claro, para dirigirnos hacia el bar Polaciones en el pueblo de La Laguna.

Senderillo hacia el pueblo de La Laguna

Una vez que llegamos al pueblo de La Laguna nos dirigimos hacia el restaurante Casa Enrique, conocido por su buena cocina y la publicidad que le da nuestro presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ya que es propiedad de un primo suyo., el cual dejamos a nuestra derecha y nos dirigimos por la carretera hacia nuestro siguiente destino en Puente Pumar.

Carretera de La Laguna hacia Puente Pumar

Esta carretera atraviesa el río Nansa y se dirige directamente hacia Puente Pumar, donde ya hemos iniciado alguna de las rutas realizadas en otro momento y recogidas en este blog, como la que asciende a Sejos desde este pueblo y que puedes ver en este enlace. Hasta este punto llevábamos recorridos 12,3 km y habíamos empleado un tiempo de tres horas y cuarto. Una vez en Puente Pumar nos dirigimos hacia la iglesia parroquial, que data del año 1.781.

Iglesia parroquial de Puente Pumar

Una vez en la Iglesia nos dirigimos en dirección al cementerio que se encontraba en dirección norte, llamándonos mucho la atención las grandes casonas que había por los alrededores de la iglesia, sobre todo la Casona de Los Coroneles o de Puente.

La Casa de los Coroneles son dos casonas en la zona alta del pueblo edificadas a finales del siglo XVIII en estilo barroco montañés. La que se encuentra más arriba presenta los blasones de Puente, Vélez, Alonso y Gómez en una portalada de frontón mixtilíneo. Se podría decir que se asemeja a la arquitectura campurriana y cabuérniga de ese entonces. En los muros se pueden ver pilastras toscanas así como balcones y ventanas de hierro. De la Casa de los Coroneles también destaca un prominente alero sobre una moldura quebrada, un excelente trabajo de cantería en la fachada con pilastras toscanas. En la casa que se encuentra más abajo se halla un roble de indudable belleza y antigüedad.

Una de estas casas es actualmente el Centro Receptor del Ecomuseo Saja-Nansa dedicado a potenciar la cultura y el turismo en el Valle del Saja-Nansa.

Casona de Los Coroneles o de Puente

Dejamos la Casona de Los Coroneles a nuestra derecha y nos dirigimos hacia el cementerio, el cual dejamos a nuestra izquierda y cogemos una pista hormigonada que a los pocos metros de caminar por ella gira a la derecha, dejando una pequeña pista a nuestra mano izquierda, la cual no cogemos.

Pista hormigonada junto a cementerio

A los pocos metros de caminar por esta pista hormigonada, esta se convierte en una pista de tierra, ancha y cómoda y nos encontramos con un panel indicador de que por aquí pasaba el Camino Real que salía de Toledo y que llegaba hasta San Vicente de la Barquera. Este Camino Real fue recogido en el primer tercio del siglo XVI en la corografía de Hernando de Colón, hijo del almirante Cristóbal Colón. Este camino era de vital importancia para el soporte de la arriería de sal, pescado, vino y cereales de la Meseta al mar. 

Panel indicador de Camino Real entre Toledo y San Vicente de la Barquera

Desde este punto se veían perfectamente nuestros dos siguientes objetivos, el más llamativo, por las enormes antenas que había en su cima, el Cueto del Haya (1.307 m.) punto más alto de todo el recorrido, y el collado de Pantrieme con su cota de 1.130 m. y que separa los municipios de Polaciones del de Tudanca, y antiguamente el obispado de Palencia del de Burgos.

Cueto del Haya y collado de Pantrieme

A los pocos metros del panel indicador nos encontramos una señal que nos hacía salirnos de la cómoda pista para dirigirnos por lo que realmente fue el Camino Real, así que aquí teníamos dos opciones para llegar al collado, seguir por la cómoda pista o meternos por ese indicador que nos dirigía campo a través, y qué hicimos, pues lo segundo, campo a través.

Desvío hacia el Camino Real de verdad

Enseguida entendimos porqué la mayor parte de la gente que hace esta ruta del camino real se dirige por la pista, ya que esta es más cómoda, mientras que el que elegimos nosotros estaba más cubierto, más pindio y más incómodo, pero eso sí, más auténtico.

Camino Real bastante cerrado

La subida esa bastante pindia, sobre todo teniendo en cuenta el camino que ya llevábamos recorrido. Pero poco a poco fuimos ganando metros hasta que llegamos a un cerrado de una finca con una cabaña, el cual bordeamos hacia la izquierda.

Cerrado de cabaña que bordeamos

Continuamos en duro ascenso hasta que dejamos atrás el cerrado de la cabaña y echamos una vista atrás para tener unas magníficas vistas la pista principal y de todas las montañas, desde Peña Labra hasta lo que creemos que es Peña Prieta, en la montaña Palentina.

Peña Labra y Peña Prieta al fondo

Continuamos ascendiendo hasta que nos encontramos con otra pista que subía en dirección a las enormes antenas en la cima del Cueto del Haya. Este último tramo había resultado bastante durillo.

Antenas en cima del Cueto de La Haya

Las vistas desde la cima eran espectaculares, aunque pudimos disfrutar de ellas muy poco tiempo, ya que hacía mucho viento y nos dificultaba incluso el poder hacer fotografías. Intenté hacer una panorámica, pero me resultó imposible ya que no podía mantener el pulso por el fuerte viento. así que hice varias fotos de las diferentes vistas.

En este punto aprovechamos para descansar y sobre reponer fuerzas con nuestros ansiados y deseados bocadillos acompañados por fruta. Cuando acabé de comer me acerqué a un centro de transformación abandonado, que hace tiempo suministraba energía eléctrica a las antenas (Ahora tienen paneles solares y generadores diesel), al acercarme y abrir una caja de un interruptor me llevé un gran susto ya que salió algo y se me echó encima, haciendo que casi cayese al foso de recogida de aceite del transformador. Era un pájaro, no sé cual, que había anidado en el interior de la caja del interruptor.

Nido de ave en el interior de un armario de un interruptor

Después de reponer fuerzas nos encaminamos por la misma pista de ascenso hacia el collado, en busca del Camino Real, el cual estaba marcado en algunos puntos.

Llegando al collado de Pantrieme

En este collado de Pantrieme es donde corona el puerto del mismo nombre, donde hay una enorme braña, pasto de altura veraniego para el ganado de los concejos limítrofes. Debido a las antiguas condiciones de humedad y vegetación se ha generado una valiosa turbera geológica. La ausencia de obstáculos y el cómodo caminar sobre el tapiz de pasto natural hace que aquí desaparezcan las obras de adaptación del camino, y tenemos que seguir hitos y estacas que nos marcan el camino correcto, aunque nos dejamos guiar por nuestro instinto buscando los restos del camino.

Tramo empedrado del Camino Real

Íbamos alternando tramos de Camino real y tramos de campo a través sobre el embarrado tapiz sobre la zona de turbera. Fuimos descendiendo poco a poco por el sendero que va dejando el ganado, el Camino Real, y las marcas de otros caminantes hasta que llegamos al cruce de un arroyo.

Arroyo que cruzamos

Nada más cruzar el arroyo seguimos una pista algo más marcada y más cómoda en el que tuvimos que tener la precaución de no cruzarnos con un caballo que trotaba un poco alocado por esta zona.  seguimos caminando por estos senderos hasta que desembocamos en una pista que parecía más importante. Cogimos la pista hacia la izquierda tal y como nos marcaba un indicador del Camino Real, el cual se identificaba por una Cruz de Malta de color rojo.

Cruce hacia la izquierda

Ahora la pista se hacía más cómoda y descendía suavemente. Pasaba de ser una pista de tierra a una empedrada, en la que pudimos ver alguna que otra fuente, y en la que en algún momento nos indicaba que el Camino Real se salía de la pista principal, para volver luego a ella. Nosotros no hicimos caso de esos ligeros desvíos y fuimos por la pista principal.

Fuente junto a la pista principal

Continuamos descendiendo en lo que parecía que al final desembocaría en el pueblo de Tudanca, aunque no fue así, ya que luego aparecería otro ascenso, menos duro que los anteriores, pero después de los kilómetros a nuestras espaldas se hizo un poco durillo. En este descenso pasamos junto a los invernales de Sobayu, los cuales dejamos a nuestra derecha.

Invernales de Sobayu

En este descenso nos dirigíamos hacia el arroyo que discurre por el Barranco del Jalgar y en esa bajada teníamos una magnífica vista de la Hoz de Bejo, donde se encuentra la carretera que sube desde La Lastra hasta Polaciones, con la Sierra de Peña Sagra al fondo.

Hoz de Bejo

Una vez llegamos a la parte inferior, cruzamos el arroyo e iniciamos lo que esperábamos que fuese el último tramo de ascenso.

Cruce de arroyo

Nada más pasar el arroyo nos encontramos un indicador, que dejamos a nuestra izquierda y cogemos una pista que primero era empedrada y luego se convertía en una pista más ancha y hormigonada que iba ascendiendo en un cómodo zig zag.

Pista hacia el collado

Después de este último ascenso llegamos al collado, el collado de la Hoz o del Santucu, en el que había un refugio de montaña, el cual se encontraba en buen estado, aunque con el típico olor a humo.

Refugio de montaña en Collado de la Hoz o del Santucu

Al final de esta pista llegamos a un cruce al que ya habíamos llegado en dos ocasiones anteriores cuando hicimos recorridos por estos lares. Una vez llegado a este cruce ya quedaba muy quedaba muy poco para llegar a Tudanca, casi nuestro destino final.

Cruce hacia Tudanca

El resto del camino ya lo conocíamos de otras ocasiones, así que nos dirigimos rápidamente hacia el pueblo de Tudanca, el cual atravesamos buscando el camino más corto que os dirigiese a la carretera que va desde Tudanca hacia el pueblo cercano de La Lastra.

Tudanca

Una vez que atravesamos el pueblo de Tudanca nos quisimos ahorrar un tramo de carretera y nos metimos en un prado que está junto al aparcamiento que está en la entrada del pueblo, pero como dicen «No hay atajo sin trabajo» no encontramos una salida posible y tuvimos que volver hacia atrás para bajar por la carretera y cruzar el puente que atraviesa el río Nansa.

Carretera hacia La Lastra

Una vez atravesado el puente sobre el Nansa iniciamos el último tramo de ascenso hacia el lugar donde teníamos aparcado el coche junto al Hostal Rural El Refugio, dejando la iglesia de San Juan a nuestra derecha.

Iglesia de la Lastra

Una vez llegado al aparcamiento aprovechamos que había una fuente para refrescar los pies, mientras que justo en frente, en el Hostal nos ponían un par de Coca colas bien fresquitas para reponer fuerzas.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google Earth

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura – tiempo
Ruta La Lastra – Senda del Potro – La Laguna – Puente Pumar – Camino Real – Cueto de la Haya – Tudanca – La Lastra
Distancia Total Ruta circular de 26 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en siete horas y media, y estaríamos parados unos 45 minutos.
Dificultad La ruta es bastante dura debido a la distancia y al desnivel acumulado en los tres ascensos.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 900 m. con un desnivel acumulado de unos 1.491 m.

Tipo de camino

Todo el camino fue por pistas, senderos, campo a través y un corto tramo por carretera.
Agua potable En el camino vimos varias fuentes-abrevaderos, sobre todo cerca de las cabañas y en los pueblos.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 82-I (Tudanca) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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