Estaba acabando el año 2017 y decidimos hacer nuestra ruta final de año, pero como el tiempo era tan malo, en vez de hacer la última ruta del 2017 tuvimos que hacer la primera del 2018. Como el tiempo los días anteriores había sido muy malo nos decidimos a hacer una ruta con raquetas, aunque al final lo único que hicimos fue cargar con ellas a la espalda ya que no había nieve como para ponerlas. La ruta que teníamos programada y que al final realizamos fue desde el refugio de Golobar a la Fuente del Cobre o del Coble, caminado por el Parque Natural de Fuentes Carrionas.
Para realizar esta ruta hay un par de caminos y nosotros nos decidimos por el más duro, ascendiendo primero al Valdecebollas (2.142 m). Este primer tramo hasta esta cima ya la habíamos realizado hace tres años y ya nos pareció bastante dura, sobre todo el ascenso hasta el collado de Sestil (2.039 m.). Para verla pinchar aquí.
Para ello cogimos el coche y subimos hasta Reinosa y cogimos la carretera que se dirige hacia Alto Campoo. Al llegar al pueblo de Espinilla cogimos la desviación que nos dirige hacia la Población de Suso y Salcedillo. Después de atravesar este último pueblo nos dirigimos hacia el pueblo de Brañosera, el cual es considerado el primer ayuntamiento de España al serle concedido en 824 (siendo por entonces parte del Reino de Asturias, pero cuando éste era gobernado por monarcas de estirpe Cántabra) la primera carta puebla otorgada, antes de llegar a esta localidad cogimos un desvío a mano derecha que se dirige al abandonado Refugio de Golobar.
En el ascenso por esta carretera de montaña hacia el refugio de Golobar dejamos a nuestra derecha el refugio de La Collada, lugar donde había unas antiguas pistas de esquí y donde iniciamos la ruta hace tres años por culpa de la nieve que en el día de hoy no había. Después de ascender seis kilómetros por esta carretera llegamos al refugio de Golobar, lugar donde empezaría nuestra ruta. El refugio alpino de Golobar fue un proyecto de Parador de Turismo y estación de esquí subvencionado por la Diputación de Palencia en tiempos de la devastadora crisis del petróleo de comienzos de los años 70. La idea surgió por el gran auge del turismo en aquella época, pero la crisis afectó seriamente a las obras y se realizaron recortes de presupuesto, por ello el edificio nunca pudo terminarse, y se encuentra en un grave estado de abandono.
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Para ver una breve crónica de la ruta y el vídeo de la ruta pinchar aquí
Allí aparcamos los coches, preparamos las raquetas, las cuales nos hubiesen sobrado, y nos dispusimos a iniciar nuestra primera ruta del grupo de bonoruteros del año 2.018. Para ello, junto al aparcamiento, se iniciaba un pequeño sendero que se dirigía en dirección a una vaguada, así que para allá nos dirigimos.
Allí aparcamos los coches, preparamos las raquetas, las cuales nos hubiesen sobrado, y nos dispusimos a iniciar nuestra primera ruta del grupo de bonoruteros del año 2.018. Para ello, junto al aparcamiento, se iniciaba un pequeño sendero que se dirigía en dirección a una vaguada, así que para allá nos dirigimos.
El sendero va paralelo al arroyo Canal, que en la mayor parte de los tramos está cubierto con la nieve y por tanto teníamos que tener mucha precaución a la hora de atravesarlo, ya que había el riesgo de que se hundiese la nieve y tuviésemos que ir todo el camino con los pies mojados. Estábamos realizando el ascenso hacia el collado del Sestil y era bastante duro, así que fuimos buscando aquellos caminos que nos facilitaban el no tener que ir por la nieve.
Había veces que el cielo estaba totalmente despejado y se podía ver el collado al que teníamos que ascender, pero había otros momentos que se cubría de nubes y no se podía ver nuestro destino. Continuamos ascendiendo hasta que llegamos al Collado del Sestil, el cual se encuentra entre dos cimas, a nuestra derecha Peña Astía (2.062 m), aunque en algunos mapas lo llaman El Sestil y a nuestra izquierda El Sestil Alto (2.058 m), aunque algunos mapas lo marcan como el cueto de Canalejas.
Ya en el collado empezó a soplar un aire muy fuerte y lógicamente muy frío, el cual nos abandonaría en muy pocos tramos. Nos dirigimos en dirección hacia el Sestil Alto o el cueto de Canalejas, pero no lo ascendimos sino que lo dejamos a nuestra izquierda y fuimos por un sendero que iba por sus faldas en dirección a Valdecebollas.
Las nubes cubrían todo y prácticamente no veíamos nada, así que lo único que podíamos hacer es seguir el marcado sendero que nos llevaba hacia Valdecebollas. El sendero estaba especialmente blando y dificultaba la marcha así que circulábamos campo a través paralelos al sendero. Al poco nos encontramos lo que parecía una portalada de piedras, la cual indicaba que estábamos entrando en Valdecebollas.
Desde este punto, debido a la niebla no se podía ver el famoso torreón de Valdecebollas, pero a los pocos metros de pasar por este punto se despejó la niebla y ya se podía contemplar dicho torreón, en cuya cima se distingue un punto geodésico y una cruz de acero inoxidable.
Continuamos caminando en dirección a dicho torreón para llegar a la cima del Valdecebollas.
Lógicamente no pude dejar de hacerme la típica foto en la cima de dicho torreón, aunque la verdad que el viento que hacía dificultaba mucho el poder estar junto a la cruz sin estar bien sujeto.
Las vistas desde esta cima, cuando el tiempo lo permitían eran muy buenas, por un lado se podía ver toda la Sierra del Cordel, con las cimas que ya hemos ascendido y recorrido en otras rutas
y por otro lado la zona de Picos de Europa
Tampoco pudimos dejar de hacernos una foto tres de los cuatro senderistas una foto a los pies del torreón.
Una vez que disfrutamos de este enclave y de estas vistas que iban y venían por las nubes, iniciamos de nuevo el camino hacia nuestro siguiente destino, la Fuente del Cobre. Para ello nos dirigimos hacia nuestra izquierda en busca de una alambrada que nos acompañaría en un buen tramo.
Así que lo que hicimos fue seguir la alambrada, de esta manera sabíamos que íbamos por el camino correcto y era más difícil perdernos entre densa la niebla.
Cuando íbamos caminando junto al vallado, a nuestra derecha se encontraba un glaciar, el cual a veces podíamos ver pero en otras ocasiones se encontraba totalmente cubierto por las nubes.
Continuamos caminando por la cresta de las montañas en dirección a Peña Covarrés (1.842 m.)
Una vez cerca de la Peña nos dirigimos hacia el Sel de la Fuente.
En este camino tuvimos que pasar en varias ocasiones por la alambrada, intentando buscar el mejor y más cómodo de los caminos, y esta fue la última vez que tuvimos que pasar.
Después de bastante tramo cresteando y siguiendo la alambrada nos dirigimos hacia el Sel de la Fuente, para lo cual tuvimos que descender por la montaña.
En ese camino hacia la parte más baja pudimos ver a nuestra izquierda una gran oquedad en la roca, lo que parecía una entrada a una cueva, pero no nos acercamos a verla.
Después de pasar junto a esta entrada a la cueva nos dirigimos hacia la parte más baja donde circulaba un pequeño arroyo, se trataba del vado de Cerecilla, el cual en algunos tramos estaba cubierto por nieve e hizo que al pasar por el arroyo se rompiese esa capa de nieve y que a alguno de nosotros se le llenase la bota de agua.
Una vez cruzado este vado nos dirigimos en direcció a una zona cubierta de escobales, la cual tuvimos que atravesar en busca del camino correcto.
Una vez atravesado el escobal nos encontramos el primero de los dos lagos que hay en la zona, se trata de las lagunas del Sel de la Fuente.
Una vez pasada esta laguna seguimos caminando hasta que encontramos la segunda de las lagunas, la cual también estaba parcialmente de hielo.
Bordeamos la laguna y nos dirigimos hacia la izquierda para coger el camino, ya marcado, hacia la Fuente del Cobre.
Una vez pasada la zona cubierta de pequeños matorrales llegamos a una zona más rocosa y que se dirigía hacia el valle de Covarrés, pero quedándonos a media altura, sin llegar a la base del valle.
Caminando a media altura, siguiendo los mojones de piedra dejados por otros senderistas, nos acercábamos a nuestro destino final.
Unos pocos metros más adelante ya nos encontramos una gran zona rocosa con una gran oquedad, nos encontrábamos ya en la entrada de la Fuente del Cobre.
Lo primero que tuvimos que hacer para poder acceder a la cueva fue atravesar el río que de ella surge, nada más y nada menos que el Pisuerga, uno de los tres ríos que naciendo de Pico Tres Mares van a desembocar a tres mares diferentes, El Pisuerga, afluente del Duero y que desemboca en el Atlántico, el Hijar, afluente u origen del Ebro y que finaliza su recorrido en el Mediterráneo y el Nansa que desemboca en el Cantábrico.
Nada más atravesar el Pisuerga nos encontramos un letrero que indicaba el fin del recorrido de una senda que partiendo de Santa María de Redondo, llega hasta este punto.
Nada más pasar este letrero nos quedaba un pequeño ascenso hasta la boca de la cueva.
Una vez en la entrada de la cueva pudimos ver dónde el Pisuerga surge por primera vez al exterior, después de casi 3 kilómetros bajo tierra ya que el Pisuerga, realmente no nace en este punto, si no que tiene sus fuentes en la cuenca glaciar de Covarrés, entre el pico Valdecebollas y la sierra de Híjar, en el llamado Sel de la Fuente, por donde habíamos pasado anteriormente. El agua procedente de manantiales y el deshielo se acumula en el fondo de la cuenca, formando pequeñas lagunas y regatos que desaguan en una sima. Tras un recorrido subterráneo de 3000 metros, el caudal reaparece en la Fuente del Cobre o del Coble.
Las imágenes de la boca de la cueva desde el interior eran espectaculares, así que aproveché para hacer esta fotografía.
Estuve haciendo un pequeño recorrido por el interior, pero sin meterme mucho para adentro ya que no llevaba nada más que una pequeña linterna. En este recorrido encontré una especie de ojo que también comunicaba con el exterior.
Aprovechamos para comer en la boca de la cueva y después iniciamos el camino de regreso, ya que no sabíamos cómo se podía complicar el tiempo, así que iniciamos el regreso. Para ello nos dirigimos por el mismo camino hacia la laguna de la Sel de la Fuente.
Al poco de pasar esta laguna comenzamos a seguir una serie de hitos que atravesando unas zonas de matorrales bajos nos llevaban a la zona alta hacia el collado de la Sel de la Fuente.
Una vez arriba continuamos cresteando en dirección al collado, donde hicimos una pequeña parada junto a una construcción totalmente destruida.
Ya desde arriba teníamos una perfecta vista de este último tramo realizado con la laguna al fondo.
Ahora el camino ya era muy sencillo, no había forma de perderse, ya que lo único que teníamos que hacer era seguir la alambrada que separa la provincia de Cantabria de la de Castilla y León.
Este ascenso que parecía fácil se nos hizo bastante duro, ya que aunque desde abajo parecía poco píndia, a medida que íbamos subiendo íbamos notando la dureza real del ascenso y aproveché en este ascenso a hacer una parada y hacer una foto de la Sierra del Cordel al fondo.
Ya desde arriba del todo, en la cima de Peña Astía o el Sestil, según otros mapas las vistas eran impresionantes, en dirección noroeste se podían ver los Picos de Europa.
en dirección sureste el pantano del Ebro
Al oeste se veía la cima de Valdecebollas
en dirección suroeste se podía ver lo que podía ser el pantano de Requejada.
y también aprovechamos para hacernos uno de estos famosos selfies que se han puesto tan de moda.
Una vez descansados de este último ascenso y disfrutado de estas vistas nos dirigimos de nuevo hacia el collado del Sestil
Una vez llegado al collado ya nos quedaba poco para llegar a nuestro destino final en el refugio de Golobar, así que nos dirigimos por la vaguada que previamente habíamos ascendido, pero esta vez para bajar.
Ya en el aparcamiento del refugio del Golobar nos hicimos una foto de final del recorrido con los picos de los alrededores de fondo.
Una vez que nos cambiamos de ropa, nos dirigimos de nuevo a la Cueva del Coble, pero no a la que habíamos estado anteriormente sino a un mesón que con ese nombre se encuentra en el pueblo de Brañosera. Es un mesón muy característico en el que nos podemos encontrar de todo desde un asta tallada de reno hasta una marioneta, pasando por distintos aperos de labranza,… Allí nos dirigimos y nos deleitamos con unos torreznos, unas orejas de cerdo a la plancha y un buen caldo, todo libre de colesterol y buenísimo.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva de altura-tiempo
Refugio de Golobar – Valdecebollas – Fuente del Cobre – Peña Astía – Refugio de Golobar | |
Distancia Total | Ruta circular de 11,6 km. Aunque un tramo es de ida y vuelta por el mismo sitio. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en cinco horas y cuarto, y estaríamos parados unos 45 minutos aproximadamente. |
Dificultad | La ruta es bastante dura ya que tiene varios tramos con mucha pendiente. Con raquetas sería muy complicada. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 550 m. pero con un desnivel acumulado de casi 1070 metros. |
Tipo de camino | Todo el camino fue por senderos y campo a través. |
Agua potable | No encontramos ninguna fuente pero sí bastantes arroyos y lagunas. |
Época recomendada | Con nieve lo vemos muy complicado, luego mejor hacerla en época que no haya nieve, a no ser que se quiera hacer con raquetas. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 107-II (Brañosera) y Hoja 107-I (San salvador de Cantamuda a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |