Al llegar al pueblo de Renedo de Cabuérniga decidimos aparcar el coche y empezar una ruta que iba desde este pueblo hasta Viaña, no pensábamos acabarla ya que estaba constantemente nevando y el camino estaría nevado.
La verdad que aunque estaba constantemente nevando la temperatura no era muy fría (1º C), además no había nada de viento, lo cual nos animó a empezar a andar y ver hasta donde llegaríamos.
En el pueblo de Renedo de Cabuérniga cogimos la carretera que iba hacia Viaña, atravesando un puente sobre el río Saja.
Nada más cruzar el puente sobre el Saja, nos encontramos una pista a mano derecha, la cual, tal y como suponíamos estaba totalmente nevada. En ese punto decidimos hacer la foto de inicio de la ruta.
En este desvío se encontraba una señalización que indicaba que esta pista era una parte del recorrido histórico de la Ruta de los Foramontanos, la cual en su origen se utilizó para repoblar tierras castellanas con gentes del Norte –cántabros- tras la Reconquista, posteriormente se le dio otros usos, como el de comunicar Castilla con el mar. Hacia un lado nos dirige hacia el pueblo de Viaña y hacia el otro hacia el pueblo de La Miña.
En esta pista, la cual parece que está en bastante buen estado aunque con la nieve no se aprecia, comienza un ascenso y lo primero que nos encontramos es un paso canadiense.
El ascenso continua entre un bosque de pinos y zonas con robles y castaños, dando curvas de un lado a otro. En una de esas curvas hay un desvío a mano derecha que no hay que tomar.
Continuamos el ascenso y empezamos a pensar que igual si es posible llegar hasta el pueblo de Viaña, ya que aunque está constantemente nevando, esta no es muy abundante y no nos llega a mojar.
Cuando llegamos a la parte superior pudimos ver una vista del valle de Cabuérniga.
Por el camino vimos varias cabañas, sobre todo destinadas al ganado. En todas ellas nos llamó la atención los carámbanos de hielo que caían desde los tejados.
Continuamos caminando y al cabo de aproximadamente de una hora de comenzar la ruta nos encontramos una ganadería justo al lado de una casona blasonada con piedras de sillería en sus contrafuertes. Era la Venta de la Cotera, que era un lugar de paso y de descanso del carretero en su camino hacia Castilla. La verdad que la Venta merecía una reparación ya que era muy bonita.
Seguimos por la pista hasta llegar a un cruce en el que por uno de los caminos se iba hacia Correpoco y por el otro hacia Viaña.
Nada más al entrar en este desvío nos encontramos la Ermita de San Antonio, la cual está entre árboles.
Continuamos caminando por lo que se suponía era una pista, ya que lo único que distinguíamos era un muro que debía acompañar al camino, así como los árboles a los lados del posible camino.
A mano derecha de este camino se encontraba el pueblo de Llendemozó en el que se podía ver alguna de las casas, ya prácticamente deshabitadas.
Al poco de encontrar estas casas tuvimos el problema de que desapareció totalmente el camino y no teníamos prácticamente forma de encontrar el camino correcto, así que haciendo caso de nuestro «guía», decidimos seguir por un «camino» hacia la izquierda, el cual luego resultó que era el correcto.
Aquí pudimos ver la resistencia que tienen los caballos a las malas condiciones meteorológicas, ya que durante todo el trayecto fueron los únicos animales domésticos que vimos bajo la nieve.
Al cabo de un rato caminando ya nos aseguramos, mediante un plano, que el camino era el correcto y que no cabía ninguna duda, ya que vimos como teníamos que dejar a mano derecha el Pico del Cueto (840 m).
Hay empezamos a ver lo que podía ser una pista bastante ancha que nos dirigía hacia un pinar que estaba totalmente cubierto de nieve.
Al llegar al pinar continuamos por la pista hasta que tuvimos una vista del valle donde se encontraba el pueblo de Viaña. Aquí aprovechamos para hacer una fotografía de esas vistas.
Aquí había dos posibilidades, ir por la pista que nos dirigía hacia la carretera que iba de Renedo de Cabuérniga hacia Viaña o ir por el Canal de Jareo que también nos dirigía hacia el pueblo de Viaña. Esta fue la opción que elegimos, y que al final fue la más acertada, ya que tuvimos la suerte de poder contemplar una manada de venados, en las que se podía distinguir las cuernas de algún macho. Nada más vernos se echaron a correr hacia el bosque cercano.
Continuamos descendiendo por un sendero completamente nevado en el que la nieve nos llegaba prácticamente hasta la rodilla, y en la que en muchas ocasiones nos tuvimos que salir por la gran cantidad de agua que bajaba por él. Tuvimos que tener mucha precaución ya que era muy fácil patinar. Al final llegamos a una portilla, la cual tuvimos que saltar, y que estaba guardada por una manada de caballos que seguramente estarían esperando que les diesen de comer.
Ya prácticamente llegando al final del camino pudimos encontrar un cartel anunciador de la ruta que estaba prácticamente enterrado en la nieve. Aprovechamos para desenterrarlo y colocarlo en el lugar apropiado.
Al poco de llegar a este punto vimos otro indicador que marcaba el inicio de la ruta desde Viaña hacia la Miña.
En ese mismo punto desembocaba un pequeño riachuelo y también había una fuente donde en otra época hubiésemos parado a refrescarnos.
Llegados a este punto decidimos ir al pueblo de Viaña, teniendo que ir por un pequeño tramo de carretera, a tomar algo en el bar del pueblo y decidir qué haríamos después. Lo de ir al bar era bastante complicado ya que es un pueblo que está prácticamente abandonado y en el que no deben de vivir más de 15 personas y por lo tanto no había bar, así que decidimos ir a ver la Iglesia del pueblo.
En la puerta de la Iglesia nos resulto curioso el hecho de que se presentasen las cuentas del año pasado, lo que más nos llamó la atención fue que con los habitantes que hay en este pueblo, al final del año hubiese un incremento del capital.
Aquí nos encontramos a un niño que jugaba en la nieve, que nos dijo que más adelante había un molino y un puente que se había caído y que pasaba por encima del río Viaña y que llevaba a una pista que se dirigía hacia los invernales del pueblo. Así que nos dirigimos hacia el puente donde pudimos ver cómo el agua pasaba por encima del puente y había una bonita cascada.
Decidimos continuar un rato caminando y dirigirnos hacia los invernales de Vado Picoldorro. Fue buena decisión, ya que en el camino hacia los invernales tuvimos la suerte de cruzarnos con una familia de corzos, primero a una cría de corzo y luego a una pareja, los cuales salieron rápidamente saltando hasta una zona más protegida, menos mal que nos dio tiempo de tomar una fotografía de la cría.
Continuamos por el sendero hasta llegar al invernal de Vado Picoldorro, donde unos ganaderos estaban alimentando a una manada de caballos.
Aquí decidimos iniciar el camino de regreso, pero antes paramos a comer en el porche del antiguo molino de Viaña, esperemos que a los dueños no les importase, pero era el único sitio en que podíamos comer sin estar bajo la nieve.
Después de comer nos dirigimos por la carretera hacia el origen de nuestra ruta. Fue un recorrido de unos 4 km por la carretera.
Al final del recorrido fuimos a tomar un café al Spa-Reserva del Saja, donde aprovechamos para que nos enseñaran las instalaciones del Spa.
Para ver la ruta en Google Maps pinchar sobre la imagen.
Curva de altura en función del tiempo de marcha.
Renedo de Cabuérniga- Llendemozó-Viaña-Vado Picoldorro-Renedo de Cabuérniga | |
Distancia Total | 19 km. Es un recorrido circular, aunque hay un tramo que hacemos de ida y vuelta. |
Duración Total | La ruta la hicimos en 5 horas y media, siendo media hora para la comida. |
Dificultad | Media. La única dificultad ha sido debido a la nieve y la larga distancia. |
Desnivel | Hay un desnivel de unos 350 metros. |
Tipo de camino | Hay tramos de hormigón, otros son senderos, otros de pista, lo único que al estar cubierto de nieve no sabíamos que había debajo. El regreso lo hicimos por la carretera. |
Agua potable | Se puede coger agua en los diferentes pueblos por los que pasamos. |
Época recomendada | En invierno tiene el encanto de ir por la nieve. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 57, a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Para ver el vídeo de la ruta realizada pinchar en el enlace. Video ruta.
[…] Para ello, cumpliendo todo lo exigido por estar en estado de alarma, dos ocupantes por fila del coche y mascarilla, nos dirigimos hacia el pueblo de Viaña, perteneciente al Valle de Cabuérniga, donde este mismo año dos de nosotros estuvimos haciendo una miniruta por su río, visitando las cascadas. Así mismo, ya habíamos realizado una ruta desde Renedo de Cabuérniga hasta Viaña hace tiempo, aunque aquella vez con nieve, y además todavía no teníamos raquetas. Para ver esa entrada pinchar aquí. […]
[…] realizado varias rutas por esta zona, primero una que hicimos desde Renedo de Cabuérniga a Viaña (enlace a dicha ruta) y luego hicimos en varias ocasiones las cascadas de Viaña (enlace a una de esas rutas), en una de […]