El sábado 9 de diciembre nos juntamos cinco amigos senderistas para hacer una ruta de montaña. Como no teníamos mucho tiempo nos decidimos por una ruta cercana a Santander y en concreto nos dirigimos hacia el municipio de San Felices de Buelna, y más en concreto al municipio de Tarriba. Allí aparcamos el coche e iniciamos el recorrido.
Nuestra primera intención era hacer un recorrido por el monte Tejas, el cual teníamos en un track del GPS, pero al final por diversas circunstancias que ya contaré más adelante nuestro recorrido previsto cambió un poco, haciéndolo más largo y más interesante. Una vez aparcado el coche y preparados iniciamos el recorrido, que no dirigiría hacia la Senda mitológica del Monte Tejas.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).
En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.
A continuación se puede ver un bonito vídeo resumen de la ruta realizado por uno de los senderistas.
Lo primero que hicimos fue seguir el recorrido que nos dirigía hacia la cueva de Hornos de Peña, la cual se encuentra un poco antes del inicio de la senda mitológica. Es más, si nos queremos ahorrar unos dos kilómetros de caminata por la carretera podemos seguir con el coche hasta un aparcamiento que hay en un área recreativa a pocos metros de dicha senda mitológica. Cuando llevábamos pocos metros caminando por esta carretera nos encontramos una desagradable señal, la cual nos indicaba que había una cacería por la zona en la que nosotros íbamos a estar.
En este cruce cogimos el desvío que nos dirigía hacia la senda mitológica y ruta del monte Tejas, con la incertidumbre de si tendríamos que abortar la ruta por la presencia de cazadores, aunque al final no fue así y pudimos realizar todo el recorrido sin ningún problema. Continuamos caminando por esta estrecha carretera dejando a mano derecha e izquierda algunas casitas o cabañas típicas de la zona.
Cuando llevábamos caminados aproximadamente dos kilómetros por esta carretera nos encontramos la entrada a la Cueva de Horno de Peñas. Esta cueva de Hornos de la Peña muestra uno de los conjuntos de grabados más completos de la región cantábrica. Las primeras figuras, algunas hoy desaparecidas, se sitúan en la zona exterior. En este espacio del vestíbulo debe destacarse un caballo de surco ancho y profundo.
Dejamos la entrada de la cueva a nuestra mano izquierda y seguimos caminando por la carretera principal. A los pocos metros de esta entrada a la cueva nos encontramos un paso canadiense, el cual atraviesa la carretera.
Continuamos caminando por esta estrecha carretera que va paralela al barranco de las Tejas. A las orillas de la carretera ya nos encontramos algunas de las muchas figuras talladas que forman la senda mitológica. En las siguientes fotografías podemos observar algunas de ellas. Primero nos encontramos unos danzantes de Cantabria.
Junto a ellos se encontraban un grupo de piteros típicos de las fiestas de Cantabria.
Posteriormente un enorme guerrero cántabro.
Y cerca a este último se encuentra el ave típico de esta zona, el buitre.
Poco después llegamos al aparcamiento del área recreativa del Monte Tejas, el cual se encuentra a 2,4 km del punto en que iniciamos la ruta. Si queremos ahorrarnos cinco kilómetros de caminata, 2, 5 en la ida y otros 2,5 en la vuelta podemos iniciar la ruta en este punto. Nada más pasar este aparcamiento nos encontramos un puente sobre el Barranco de las Tejas. Y nos volvemos a encontrar algunas de las figuras de la senda mitológica, en este caso en primer lugar un rabelista.
Y posteriormente un típico campesino cántabro tumbado picando el dalle. Según un paisano que nos encontramos en el camino, Tinín, esta imagen del campesino picando el dalle sería una «autorretrato» del artesano local de la madera, «Terio», que ha realizado todas estas obras.
Después de 4 km de recorrido, llegamos a una zona recreativa en la que nos encontramos algunas mesas y barbacoas para pasar el día junto a un refugio que se encontraba en bastante buen estado. Se trataba del refugio del monte Tejas, lugar en el que al regreso nos paramos a comer.
Junto a este refugio, pero al otro lado del camino, nos encontramos un cartel indicador que describe lo que nos podemos encontrar en esta senda mitológica del Monte Tejas, así como el camino que tendríamos que seguir para localizar algunas de las figuras más características.
En esta zona ya íbamos acompañados por un paisano de la zona, «Tinín», que nos comentó aspectos interesantes sobre la zona y sobre su vida. Parece ser que este paisano hace todos los días este recorrido y le gusta explicar estas cosas tan interesantes, tanto sobre las figuras realizadas por Terio, como de aspectos de la zona. Estas figuras están realizadas sobre árboles que han muerto y que por tanto sólo servirían para leña. Según Tinín, Terio empezó a esculpir estas obras en su casa y al ver que ocupaban mucho decidió empezar a tallar en los árboles muertos. Cuando íbamos caminando por la pista principal había un desvío que no cogimos para ver algunas de estas esculturas.
No cogimos este desvío, ya que algunas de las obras se podían ver desde la pista principal, aunque algunas de ellas estaban muy camufladas, y si no fuese por nuestro guía personal no las hubiésemos podido ver, como esta en mitad de un árbol.
Seguimos por la pista principal, hasta que, llegados a un punto, nuestro guía nos desvió y nos dirigimos por un pequeño sendero a nuestra izquierda para ver una de las últimas obras que había realizado Terio. En este desvío pudimos encontrarnos con algunas figuras muy llamativas como un aquelarre, con unas brujas y un carnero.
También es esta misma zona encontramos una Ojancana, es la hembra del Ojáncanu (que no su esposa), y al igual que él, un personaje sanguinario con el mismo aspecto aterrador, pero es aún más perverso, ya que sus víctimas eran los niños que se pierden por el bosque.
Justo al lado de estas obras se encuentra la última realizada por Terio. En este caso es una obra bastante más compleja. Se trata de un puente sobre el arroyo. Para ello, como no le dejaban hacer un puente sobre el río para poder acceder a las obras que se encuentran a ambas orillas del río, ha aprovechado la caída de un gran árbol, y sobre este árbol ha realizado una composición espectacular.
En este puente llama la atención tanto el dragón, como un nido de águilas en el margen derecho del río.
Una vez pasado el puente seguimos por el sendero hasta volver de nuevo a la pista principal, donde también pudimos contemplar alguna figura más, como en este caso la viejuca.
Así como una pastorcilla con unas cabras.
En este punto, junto a un puente que cruza el río tendríamos que haber cogido un sendero hacia la derecha para seguir el track que teníamos en el GPS y así hacer la ruta del monte Tejas, pero nuestro guía personal, Tinín, nos recomendó que siguiésemos hacia la izquierda y así podríamos ver más obras hasta llegar a la última que representa una vaca tudanca. Así que eso hicimos, sabiendo que luego tendríamos que regresar hasta este punto o buscarnos la vida. En ese ascenso nos fuimos encontrando nuevas esculturas como el arquetu.
El arquetu es un viejo de larga melena bermeja con un hábito blanco de pintas moradas, en la frente tiene pintados una cruz verde rodeada de llaves y candados. Colgado de su hombro derecho lleva una taleguilla de color nube y bajo el brazo izquierdo una arquita de oro con adornos de plata y broche pulido. Su caminar es lento y su origen o destino desconocidos. En esa subida te podías desviar de la pista principal y contemplar otras de las obras. Así mismo también pudimos ver una bonita cascada a nuestra mano derecha.
También en esta subida pudimos disfrutar de una magnífica vista del monte Tejas con sus hayas de tonos rojizos y sus robles.
Seguimos subiendo, separándonos cada vez más del track que nosotros llevábamos y contemplando nuevas figuras de la mitología, como en este caso que pudimos ver unas figuras características del famoso carnaval de la Vijanera de Silió, el Zarramaco y el oso.
Continuamos caminando hasta que llegamos a la última de las figuras de este afamado escultor, un homenaje a la vaca tudanca, vaca típica de estos parajes.
Además, no pudios resistirnos a hacernos una fotografía junto a este homenaje a la vaca tudanca.
Llegados a este punto teníamos dos opciones, regresar de nuevo por la pista hasta el puente y realizar la ruta que teníamos planeada y de la cual disponíamos del track, o improvisar un poco y buscar otra alternativa que en algún punto enlazase con dicha ruta. Nos decidimos por esta segunda opción, así que continuamos en acceso por la pista en dirección a un mirador junto a la pista desde el que se veía todo el valle y al fondo la Sierra de peña Sagra.
Continuamos caminando por esta pista que circula a las faldas del monte Cuera.
Continuando por la pista y echando una vista atrás pudimos contemplar un refugio que se encontraba en la crestera del monte Cuera, se trataba de la cabaña Prat.
Las vistas desde la pista eran impresionantes, se veía todo el valle, así como las montañas que rodeaban el valle.
Al borde de esta gran pista nos encontramos un acebo que estaba repleto del típico fruto rojo que tanto llama la atención.
Junto a uno de estos grupos de acebos nos hicimos un selfie del grupo de senderistas.
Continuamos caminando por la pista hasta que nos encontramos un letrero que ponía campamento y en ese punto nos salimos de la pista y nos metimos campo a través.
En este punto nos encontramos con un grupo de motoristas que nos dificultaron mucho el camino, ya que por donde habían pasado ellos habían dejado todo el sendero embarrado, así que tuvimos que ir buscando alternativas fuera del sendero.
Al poco de empezar a caminar por estos senderos nos encontramos una cabaña a nuestra mano izquierda.
Continuamos buscando alternativas del camino embarrado hasta que llegamos a una gran V en la que primero había que hacer un duro descenso, para luego hacer otro gran ascenso. Este camino estaba marcado ya que se celebra un trail de montaña por esta zona.
Cuando se llegaba a la parte baja de esta V había una pequeña braña en la que pastaban unos caballos tranquilamente.
Ahora iniciamos el ascenso hacia la siguiente vaguada, entre los valles de Iguña, Anievas y Toranzo. El ascenso también es algo durillo, pero no insuperable.
Desde arriba de esta V se podía ver el descenso, en el que todavía se encontraba algún senderista, así como la braña inferior.
Continuamos cresteando hasta que encontramos una pequeña cima junto al sendero en el que pudimos ver una cruz sobre dicha cima, se trata de la cruz del Monte Tejas.
Ahora vamos a ir por sendero y monte a través bordeando la parte alta de la vaguada del monte Tejas, divisoria de aguas con los valles de Iguña, Anievas (Besaya) y de Toranzo (Pas). En este camino encontramos un árbol bastante llamativo al cual no resistí a hacer una foto.
Desde el alto de la loma disfrutamos de una amplia panorámica,
Se podía ver la costa, los picos de Europa, las sierras de Peña Sagra, Tresmares, Sierra del Cordel, montes del Besaya y Saja etc. también vemos Corrales de Buelna.
Ya sin camino y campo a través se baja por una zona de pasto y pasamos junto a una gran piedra (parece un menhir) a modo de «jito» que delimita el monte Tejas.
En la parte baja de esta pradería nos encontramos un bonito rebaño de caballos pastando y que se pusieron a posar para la foto.
Bajando por esta pradería nos encontramos un letrero indicador de la Red de rutas del municipio de Corrales de Buelna y que va marcada con la denominación de Monte del Tejo y con el número LCB-4.
Una vez pasado este punto nos encontramos de nuevo un sendero empedrado el cual seguimos en descenso durante un rato.
Llegados a un punto tuvimos que saltar una alambrada y entrar en un terreno bastante cerrado de helechos y bosque bajo que dificultaba bastante la marcha.
caminamos un ratillo por esta zona incómoda de bosque bajo, donde nos dimos bastantes trabones con la maleza que lo cubría. Al final encontramos una salida que salvaba la alambrada, esta vez por una especie de escalinata de madera.
Ahora nos quedaba un descenso bastante acusado, que circulaba por medio del bosque. En este último tramo el descenso se complicaba bastante ya que estaba bastante húmedo y por tanto en algunas zonas bastante resbaladizo.
Después de un descenso bastante duro llegamos al cruce donde se encontraba el puente que dejamos en el inicio de la ruta, cuando nos desviamos hacia la zona donde se encontraba el monumento a la vaca tudanca.
Desde aquí ya sólo nos quedaba regresar por el mismo camino que habíamos cogido en el ascenso, pasando de nuevo por el puente sobre el río del Barranco de la Tejas. Una vez que llegamos a la zona recreativa decidimos parar a comer en las mesas de esta zona.
Después de una caminata de 1proximadamente 23, 3 km y unas 7 horas llegamos de nuevo a Tarriba donde fuimos al bar la Casuca donde había una gran cantidad de jóvenes que estaban celebrando una comida de navidad. Junto a este bar había una pequeña ermita a San José Artesano.
Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva de altura en función del tiempo de marcha.
Ruta por el Monte Tejas | |
Distancia Total | Ruta circular de 23,39 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en unas siete horas. |
Dificultad | La ruta es de dificultad moderada por la longitud y por algún descenso y ascenso durillo. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 650 m. con un desnivel acumulado de unos 811 m. |
Tipo de camino | Todo el camino fue pistas, senderos, campo a través y un tramo por carretera. |
Agua potable | El único agua que encontramos fue en las cascadas y arroyos de los barrancos. Mejor llevar agua. |
Época recomendada | Recomendable en cualquier época del año. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 58-I (Los Corrales de Buelna) 58-II (Puente Viesgo) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |