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El sábado 9 de diciembre nos juntamos cinco amigos senderistas para hacer una ruta de montaña. Como no teníamos mucho tiempo nos decidimos por una ruta cercana a Santander y en concreto nos dirigimos hacia el municipio de San Felices de Buelna, y más en concreto al municipio de Tarriba. Allí aparcamos el coche e iniciamos el recorrido.

Inicio de la ruta en Tarriba.

Nuestra primera intención era hacer un recorrido por el monte Tejas, el cual teníamos en un track del GPS, pero al final por diversas circunstancias que ya contaré más adelante nuestro recorrido previsto cambió un poco, haciéndolo más largo y más interesante. Una vez aparcado el coche y preparados iniciamos el recorrido, que no dirigiría hacia la Senda mitológica del Monte Tejas.

Iniciando la ruta.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

A continuación se puede ver un bonito vídeo resumen de la ruta realizado por uno de los senderistas.

Lo primero que hicimos fue seguir el recorrido que nos dirigía hacia la cueva de Hornos de Peña, la cual se encuentra un poco antes del inicio de la senda mitológica. Es más, si nos queremos ahorrar unos dos kilómetros de caminata por la carretera podemos seguir con el coche hasta un aparcamiento que hay en un área recreativa a pocos metros de dicha senda mitológica. Cuando llevábamos pocos metros caminando por esta carretera nos encontramos una desagradable señal, la cual nos indicaba que había una cacería por la zona en la que nosotros íbamos a estar.

Cruce con señal de cacería.

En este cruce cogimos el desvío que nos dirigía hacia la senda mitológica y ruta del monte Tejas, con la incertidumbre de si tendríamos que abortar la ruta por la presencia de cazadores, aunque al final no fue así y pudimos realizar todo el recorrido sin ningún problema. Continuamos caminando por esta estrecha carretera dejando a mano derecha e izquierda algunas casitas o cabañas típicas de la zona.

Cabaña al borde de la carretera.

Cuando llevábamos caminados aproximadamente dos kilómetros por esta carretera nos encontramos la entrada a la Cueva de Horno de Peñas. Esta cueva de Hornos de la Peña muestra uno de los conjuntos de grabados más completos de la región cantábrica. Las primeras figuras, algunas hoy desaparecidas, se sitúan en la zona exterior. En este espacio del vestíbulo debe destacarse un caballo de surco ancho y profundo.

Entrada a cueva de Hornos de la Peña.

Dejamos la entrada de la cueva a nuestra mano izquierda y seguimos caminando por la carretera principal. A los pocos metros de esta entrada a la cueva nos encontramos un paso canadiense, el cual atraviesa la carretera.

Paso canadiense en mitad de la carretera.

Continuamos caminando por esta estrecha carretera que va paralela al barranco de las Tejas. A las orillas de la carretera ya nos encontramos algunas de las muchas figuras talladas que forman la senda mitológica. En las siguientes fotografías podemos observar algunas de ellas. Primero nos encontramos unos danzantes de Cantabria.

Danzantes de Cantabria.

Junto a ellos se encontraban un grupo de piteros típicos de las fiestas de Cantabria.

Piteros de Cantabria.

Posteriormente un enorme guerrero cántabro.

Guerrero cántabro a tamaño natural.

Y cerca a este último se encuentra el ave típico de esta zona, el buitre.

Buitre

Poco después llegamos al aparcamiento del área recreativa del Monte Tejas, el cual se encuentra a 2,4 km del punto en que iniciamos la ruta. Si queremos ahorrarnos cinco kilómetros de caminata, 2, 5 en la ida y otros 2,5 en la vuelta podemos iniciar la ruta en este punto. Nada más pasar este aparcamiento nos encontramos un puente sobre el Barranco de las Tejas. Y nos volvemos a encontrar algunas de las figuras de la senda mitológica, en este caso en primer lugar un rabelista.

Rabelista.

Y posteriormente un típico campesino cántabro tumbado picando el dalle. Según un paisano que nos encontramos en el camino, Tinín, esta imagen del campesino picando el dalle sería una «autorretrato» del artesano local de la madera, «Terio», que ha realizado todas estas obras.

Paisano picando el dalle.

Después de 4 km de recorrido, llegamos a una zona recreativa en la que nos encontramos algunas mesas y barbacoas para pasar el día junto a un refugio que se encontraba en bastante buen estado. Se trataba del refugio del monte Tejas, lugar en el que al regreso nos paramos a comer.

Refugio de Monte Tejas.

Junto a este refugio, pero al otro lado del camino, nos encontramos un cartel indicador que describe lo que nos podemos encontrar en esta senda mitológica del Monte Tejas, así como el camino que tendríamos que seguir para localizar algunas de las figuras más características.

Cartel indicador de la senda mitológica.

En esta zona ya íbamos acompañados por un paisano de la zona, «Tinín», que nos comentó aspectos interesantes sobre la zona y sobre su vida. Parece ser que este paisano hace todos los días este recorrido y le gusta explicar estas cosas tan interesantes, tanto sobre las figuras realizadas por Terio, como de aspectos de la zona. Estas figuras están realizadas sobre árboles que han muerto y que por tanto sólo servirían para leña. Según Tinín, Terio empezó a esculpir estas obras en su casa y al ver que ocupaban mucho decidió empezar a tallar en los árboles muertos. Cuando íbamos caminando por la pista principal había un desvío que no cogimos para ver algunas de estas esculturas.

Desvío hacia senda mitológica.

No cogimos este desvío, ya que algunas de las obras se podían ver desde la pista principal, aunque algunas de ellas estaban muy camufladas, y si no fuese por nuestro guía personal no las hubiésemos podido ver, como esta en mitad de un árbol.

Figura escondida en un árbol.

Seguimos por la pista principal, hasta que, llegados a un punto, nuestro guía nos desvió y nos dirigimos por un pequeño sendero a nuestra izquierda para ver una de las últimas obras que había realizado Terio. En este desvío pudimos encontrarnos con algunas figuras muy llamativas como un aquelarre, con unas brujas y un carnero.

Brujas del aquelarre.

Carnero y bruja sobre escoba del aquelarre.

También es esta misma zona encontramos una Ojancana, es la hembra del Ojáncanu (que no su esposa), y al igual que él, un personaje sanguinario con el mismo aspecto aterrador, pero es aún más perverso, ya que sus víctimas eran los niños que se pierden por el bosque.

Ojancana.

Justo al lado de estas obras se encuentra la última realizada por Terio. En este caso es una obra bastante más compleja. Se trata de un puente sobre el arroyo. Para ello, como no le dejaban hacer un puente sobre el río para poder acceder a las obras que se encuentran a ambas orillas del río, ha aprovechado la caída de un gran árbol, y sobre este árbol ha realizado una composición espectacular.

Puente sobre el río Tejas, aprovechando un árbol caído sobre el río.

En este puente llama la atención tanto el dragón, como un nido de águilas en el margen derecho del río.

Nido de águilas junto al puente.

Una vez pasado el puente seguimos por el sendero hasta volver de nuevo a la pista principal, donde también pudimos contemplar alguna figura más, como en este caso la viejuca.

La viejuca.

Así como una pastorcilla con unas cabras.

Pastora con cabras.

En este punto, junto a un puente que cruza el río tendríamos que haber cogido un sendero hacia la derecha para seguir el track que teníamos en el GPS y así hacer la ruta del monte Tejas, pero nuestro guía personal, Tinín, nos recomendó que siguiésemos hacia la izquierda y así podríamos ver más obras hasta llegar a la última que representa una vaca tudanca. Así que eso hicimos, sabiendo que luego tendríamos que regresar hasta este punto o buscarnos la vida. En ese ascenso nos fuimos encontrando nuevas esculturas como el arquetu.

El Arquetu.

El arquetu es un viejo de larga melena bermeja con un hábito blanco de pintas moradas, en la frente tiene pintados una cruz verde rodeada de llaves y candados. Colgado de su hombro derecho lleva una taleguilla de color nube y bajo el brazo izquierdo una arquita de oro con adornos de plata y broche pulido. Su caminar es lento y su origen o destino desconocidos. En esa subida te podías desviar de la pista principal y contemplar otras de las obras. Así mismo también pudimos ver una bonita cascada a nuestra mano derecha.

Cascada a nuestra derecha.

También en esta subida pudimos disfrutar de una magnífica vista del monte Tejas con sus hayas de tonos rojizos y sus robles.

Bosque del monte Tejas.

Seguimos subiendo, separándonos cada vez más del track que nosotros llevábamos y contemplando nuevas figuras de la mitología, como en este caso que pudimos ver unas figuras características del famoso carnaval de la Vijanera de Silió, el Zarramaco y el oso.

Zarramaco y oso.

Continuamos caminando hasta que llegamos a la última de las figuras de este afamado escultor, un homenaje a la vaca tudanca, vaca típica de estos parajes.

Homenaje a la vaca tudanca.

Además, no pudios resistirnos a hacernos una fotografía junto a este homenaje a la vaca tudanca.

Grupo de senderistas junto a vaca tudanca.

Llegados a este punto teníamos dos opciones, regresar de nuevo por la pista hasta el puente y realizar la ruta que teníamos planeada y de la cual disponíamos del track, o improvisar un poco y buscar otra alternativa que en algún punto enlazase con dicha ruta. Nos decidimos por esta segunda opción, así que continuamos en acceso por la pista en dirección a un mirador junto a la pista desde el que se veía todo el valle y al fondo la Sierra de peña Sagra.

Vistas desde el mirador.

Continuamos caminando por esta pista que circula a las faldas del monte Cuera.

Por las faldas del monte Cuera.

Continuando por la pista y echando una vista atrás pudimos contemplar un refugio que se encontraba en la crestera del monte Cuera, se trataba de la cabaña Prat.

Cabaña Prat en la crestera al monte Cuera.

Las vistas desde la pista eran impresionantes, se veía todo el valle, así como las montañas que rodeaban el valle.

Vistas desde la pista.

Al borde de esta gran pista nos encontramos un acebo que estaba repleto del típico fruto rojo que tanto llama la atención.

Impresionante acebo junto a la pista.

Junto a uno de estos grupos de acebos nos hicimos un selfie del grupo de senderistas.

Selfie junto grupo de acebos.

Continuamos caminando por la pista hasta que nos encontramos un letrero que ponía campamento y en ese punto nos salimos de la pista y nos metimos campo a través.

Saliéndonos de la pista principal.

En este punto nos encontramos con un grupo de motoristas que nos dificultaron mucho el camino, ya que por donde habían pasado ellos habían dejado todo el sendero embarrado, así que tuvimos que ir buscando alternativas fuera del sendero.

Buscando senderos cómodos por el campo de la Brena.

Al poco de empezar a caminar por estos senderos nos encontramos una cabaña a nuestra mano izquierda.

Cabaña junto al sendero.

Continuamos buscando alternativas del camino embarrado hasta que llegamos a una gran V en la que primero había que hacer un duro descenso, para luego hacer otro gran ascenso. Este camino estaba marcado ya que se celebra un trail de montaña por esta zona.

Duro descenso.

Cuando se llegaba a la parte baja de esta V había una pequeña braña en la que pastaban unos caballos tranquilamente.

Caballos pastando en la braña.

Ahora iniciamos el ascenso hacia la siguiente vaguada, entre los valles de Iguña, Anievas y Toranzo. El ascenso también es algo durillo, pero no insuperable.

Ascenso de la gran V.

Desde arriba de esta V se podía ver el descenso, en el que todavía se encontraba algún senderista, así como la braña inferior.

Echando una mirada atrás.

Continuamos cresteando hasta que encontramos una pequeña cima junto al sendero en el que pudimos ver una cruz sobre dicha cima, se trata de la cruz del Monte Tejas.

Cruz de Monte Tejas en la cima.

Ahora vamos a ir por sendero y monte a través bordeando la parte alta de la vaguada del monte Tejas, divisoria de aguas con los valles de Iguña, Anievas (Besaya) y de Toranzo (Pas). En este camino encontramos un árbol bastante llamativo al cual no resistí a hacer una foto.

Árbol de llamar la atención.

Desde el alto de la loma disfrutamos de una amplia panorámica,

Panorámica desde la loma.

Se podía ver la costa, los picos de Europa, las sierras de Peña Sagra, Tresmares, Sierra del Cordel, montes del Besaya y Saja etc. también vemos Corrales de Buelna.

Los Corrales de Buelna desde lo alto de la loma.

Ya sin camino y campo a través se baja por una zona de pasto y pasamos junto a una gran piedra (parece un menhir) a modo de «jito» que delimita el monte Tejas.

Jito en mitad del prado.

En la parte baja de esta pradería nos encontramos un bonito rebaño de caballos pastando y que se pusieron a posar para la foto.

Rebaño de caballos en pradería.

Bajando por esta pradería nos encontramos un letrero indicador de la Red de rutas del municipio de Corrales de Buelna y que va marcada con la denominación de Monte del Tejo y con el número LCB-4.

Letrero de ruta tirada en el suelo.

Una vez pasado este punto nos encontramos de nuevo un sendero empedrado el cual seguimos en descenso durante un rato.

Entrando en sendero.

Llegados a un punto tuvimos que saltar una alambrada y entrar en un terreno bastante cerrado de helechos y bosque bajo que dificultaba bastante la marcha.

Entrando en bosque bajo bastante cerrado.

caminamos un ratillo por esta zona incómoda de bosque bajo, donde nos dimos bastantes trabones con la maleza que lo cubría. Al final encontramos una salida que salvaba la alambrada, esta vez por una especie de escalinata de madera.

Saliendo de zona de bosque bajo.

Ahora nos quedaba un descenso bastante acusado, que circulaba por medio del bosque. En este último tramo el descenso se complicaba bastante ya que estaba bastante húmedo y por tanto en algunas zonas bastante resbaladizo.

Caminando por el bosque.

Después de un descenso bastante duro llegamos al cruce donde se encontraba el puente que dejamos en el inicio de la ruta, cuando nos desviamos hacia la zona donde se encontraba el monumento a la vaca tudanca.

Regresando a la pista de la senda mitológica.

Desde aquí ya sólo nos quedaba regresar por el mismo camino que habíamos cogido en el ascenso, pasando de nuevo por el puente sobre el río del Barranco de la Tejas. Una vez que llegamos a la zona recreativa decidimos parar a comer en las mesas de esta zona.

Después de una caminata de 1proximadamente 23, 3 km y unas 7 horas llegamos de nuevo a Tarriba donde fuimos al bar la Casuca donde había una gran cantidad de jóvenes que estaban celebrando una comida de navidad. Junto a este bar había una pequeña ermita a San José Artesano.

Ermita de San José Artesano.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google Maps.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

 

Ruta por el Monte Tejas
Distancia Total Ruta circular de 23,39 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en unas siete horas.
Dificultad La ruta es de dificultad moderada por la longitud y por algún descenso y ascenso durillo.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 650 m. con un desnivel acumulado de unos 811 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos, campo a través y un tramo por carretera.
Agua potable El único agua que encontramos fue en las cascadas y arroyos de los barrancos. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 58-I (Los Corrales de Buelna) 58-II (Puente Viesgo) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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El sábado 20 de febrero nos juntamos tres amigos senderistas para hacer una ruta de montaña. Nos decidimos por una que habíamos programado en otra ocasión pero que por alguna circunstancia no pudimos realizar. Esta ruta era por el Parque natural Saja – Besaya. Para ello nos dirigimos al bonito pueblo de Villasuso de Cieza y una vez allí nos dirigimos hacia el final del pueblo, dejando a nuestra derecha una pista deportiva. Por esa carretera fuimos conduciendo unos 1,7 km, hasta que llegamos a un cruce en el que había un cartel. La carretera que va hacia la izquierda sube hasta la Braña de Brenes.

Cruce hacia Braña de Brenes (Google maps)

Al llegar a este cruce nos dirigimos por la pista de la derecha siguiendo el curso del río Cieza o arroyo Candanoso, hasta llegar al área recreativa de Cieza. Desde el cruce hasta esta área recreativa hay unos 2,2 km, y la pista tiene algunos baches que hace que haya que ir despacio para no dañar los bajo del coche. En esta área recreativa hay mesas, barbacoas, fuente y un pequeño refugio con chimenea. Además, hay una zona reservada para el aparcamiento de coches. Ahí aparcamos y nos empezamos a preparar.

Área recreativa de Cieza donde iniciamos la ruta

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

Una vez preparados iniciamos la marcha por la pista que va paralelo al río, en dirección noroeste. A los 500 metros nos encontramos un cruce que se dirigía hacia la derecha el cual obviamos y en el que había unos vehículos que parecían de cazadores, aunque nos habíamos asegurado que no había cacería. Dejamos los coches a nuestra derecha y continuamos por la pista junto al río.

Cruce con varios coches de cazadores

Continuaos por la pista hasta que llegamos a un recito para el ganado, pero nos dimos cuenta que el camino no era el correcto y nos volvimos unos metros para atrás.

Recinto para ganado, al que no llegamos

Un poco antes de llegar a este recinto para el ganado había un pequeño puente de madera sobre el arroyo del Tojo, el cual atravesamos buscando el camino correcto.

Puente de madera sobre el río

Nada más cruzar el puente iniciamos el ascenso por un sendero por la ladera despejada

Ascenso por ladera despejada

Una vez iniciado el ascenso cogemos una cambera que nos dirige a una zona despejada justo antes de entrar en el bosque.

Cambera antes de entrar en el bosque

Esta cambera coincide con el PR-S 45 Ruta de Braña Zarza, y por eso nos vamos encontrando algunas estacas, no muchas, y sobre todo bastantes hitos de piedras colocadas por senderistas que han visto cómo el PR-S no está muy bien indicado. Continuamos por esta cambera hasta que llegamos a un cruce en el que había una flecha pintada en un árbol, la cual seguimos, pero nos dimos cuenta que el camino no era el correcto, así que volvimos a la pista principal que habíamos dejado a nuestra derecha.

Desvío que cogimos hacia la izquierda erróneamente volviendo a pista principal.

Ahora ya estamos metidos en el bosque en el que abundan los robles y alguna que otra haya entre los robles. En todo el camino nos encontramos gran cantidad de estos árboles tronzados y caídos sobre el sendero. Ya habíamos vuelto al sendero principal y continuamos caminando por él. En este sendero oímos un golpe y al mirar hacia arriba pudimos ver una manada de cuatro o cinco venados que nos observaban desde lo alto.

Regresando a la pista principal

A los pocos metros del cruce anterior llegamos a una curva muy marcada a la izquierda en la que se podía ver un arroyo que cruzaba el sendero. En uno de los lados se podía ver una especie de pequeña cascada del arroyo.

Arroyo que cruza el sendero

Otra vista de ese arroyo, esta vez a nuestra mano izquierda, que bajaba por una pequeña vaguada.

Arroyo por la vaguada hasta la pista

Continuamos caminando por la pista siguiendo las marcas o los hitos que nos íbamos encontrando por el camino y que en algunas ocasiones nos hacía desviarnos un poco de lo que parecía el camino principal, el cual poco a poco íbamos perdiendo.

Marcas en el camino del bosque

El bosque estaba muy bonito, aunque en esta época le faltaba el vistoso color de las hojas de los robles y de las hayas. A los 53 minutos de caminata nos encontramos un desvío a la izquierda que estaba bastante sucio y poco claro, pero como en la pista principal había un árbol caído que lo cruzaba, decidimos coger este desvío a la izquierda.

Desvío a la izquierda

A los diez minutos de haber cogido este desvío a la mano izquierda nos encontramos lo que parecía el camino claro, así que nos metimos por él, pero creemos que no era el correcto ya que se metía en una zona cubierta de zarzas e incómoda de caminar.

Marca e hito que marcaban lo que parecía el camino correcto.

Este camino que estaba bastante cubierto de maleza nos dio una bonita imagen de uno de los muchos árboles tronzados por los fuertes vientos.

Árbol tronzado por el viento

A los pocos metros de cruzar junto a este árbol caído nos bajamos de nuevo a la pista principal, que es la que habríamos seguido si no hubiésemos cogido ese desvío que nos marcaba. Habíamos atravesado el bosque de Porciles y después de 4,2 kilómetros y una hora y veinte de caminata llegamos al lomo de la sierra, donde se encuentra la divisoria de aguas entre la cuenca del río Cieza (Besaya) y el río Bayones (Saja). Nos encontrábamos en el collado de Porciles, donde pudimos disfrutar de unas magníficas vistas del Ligüardi, el Cordel, el Iján, el Cornón de Campoo e incluso Peña Labra.

Vistas de la Sierra del Cordel

Si nos girábamos un poco más a la izquierda se podía ver el Concilla y toda la Sierra de Peña Sagra, con su llamativo Cornón como la cima más alta. También se podía ver entre las dos sierras la montaña palentina, con lo que podía ser Peña Prieta.

Sierra de Peña Sagra

Y mirando a nuestra derecha en dirección norte teníamos una magnífica vista de la cima del Alto del Toral (899 m.), fácilmente reconocible ya que le ascendimos en las dos ocasiones que realizamos los 10.000 del Soplao.

Alto del Toral

Y ya mirando hacia el este se podían ver las cimas del sur de la Bahía de Santander, Peña Rocías, Porracolina, Picón del Fraile, Castro Valnera e incluso la costa.

Cimas del sur de la Bahía de Santander y la costa

Una vez hubimos sacado las fotografías por los cuatro costados iniciamos el camino por un pequeño sendero que caminaba pegado a la divisoria entre el monte de Ucieda y el monte de Cieza. Este camino lo andamos cuando ascendimos desde Ucieda al Alto del Toral en los 10.000 del Soplao.

Sendero junto a la divisoria

En uno de los puntos de la divisoria, esta estaba abierta y se podía contemplar el primero de los indicadores del Soplao, en concreto estaba justo en la salida que ascendía desde Ucieda y donde se encontraba un punto de control de tiempos.

Divisoria abierta donde estaba el punto de control de tiempos en Soplao

Continuamos caminando junto a la divisoria hasta que llegamos a una amplia zona de pasto rodeada de bosque, estábamos llegando a Braña de la Zarza, aunque todavía nos quedaba un pequeño tramo y tuvimos una primera vista de nuestro siguiente destino el Tordías (969 m.)

Braña Zarza y Tordías al fondo

Después de seis kilómetros de caminata y una hora y cincuenta minutos llegamos a una abertura en la divisoria en la entrada a Braña de la Zarza.

Braña Zarza

Entramos en dicha braña y pudimos comprobar cómo en uno de los extremos, junto al bosque, se encontraba una cabaña-refugio que disponía de un camastro y una chimenea.

Cabaña-refugio en Braña Zarza

Así que nos dirigimos hacia la cabaña-refugio donde hicimos un pequeño descanso para picar algo y beber un poco para coger fuerzas para el próximo destino.

Descansando en cabaña-refugio de Braña Zarza

Después del descanso volvimos al sendero junto a la divisoria y continuamos en dirección sur hacia nuestro siguiente destino, el alto de Tordías. En algunos momentos este sendero se introducía de nuevo en el bosque.

Sendero entre el bosque

Al llegar a un punto encontramos un alto, el cual pensábamos que era el Tordías, pero no era así, ya que se trataba de una cima previa.

Ascendiendo a la primera de las cimas

El ascenso iba por un sendero poco marcado y bastante pindio. En este tramo nos encontramos un par de runners que bajaban y que seguramente estaban entrenando para el Soplao, ya que por aquí se corre la maratón y la ultra de los 10.000 del Soplao.

Ascendiendo a esta precima

Una vez en la cima, que pensábamos que ya habíamos llegado al Tordías, pero no era así, ya que sabíamos que en la cima había un punto geodésico y allí no lo había. Así que continuamos hacia la siguiente cima, en este caso el Alto de la Espinera. Desde este alto pudimos ver a mano izquierda una cima, en la que parecía que había un punto geodésico, y que por tanto sería el Tordías, aunque al final no lo había y por tanto no era esa cima.

Lo que suponíamos el Tordías

Seguimos ascendiendo a la siguiente cima y ahora sí que habíamos llegado al Tordías, en el que se podía ver claramente el punto geodésico que marcaba la cima.

Punto geodésico en Tordías

Una vez en la cima, nuestro segundo de los objetivos del día, no pude dejar de hacer una panorámica de las cimas de alrededor, eso sí, sujetando el móvil con las dos manos ya que había un fuerte viento que me impedía mantener el equilibrio.

Panorámica desde Tordías

También en la cima nos hicimos el típico selfie que nos soleos hacer cuando llegamos a una cima, en este caso con un fondo de la Sierra del Cordel.

Selfie en el Tordías

En este punto, nos protegimos del viento detrás del punto geodésico y mirando el plano, decidimos por dónde continuaremos nuestra ruta.

Planeando el regreso

En principio íbamos a regresar por el mismo camino siguiendo el PR-S 45, pero cambiamos los planes y nos decidimos por ir hacia la Braña de Brenes siguiendo la pista que va desde dicha Braña a La Ermita del Moral, ruta que ya hicimos en otra ocasión, pero hasta Bárcena Mayor. Para ver la ruta pinchar aquí. Desde este punto se podía ver, en dirección noreste la pista que cogeríamos.

Pista hacia Braña de Brenes al fondo

En vez de coger la pista en este punto nos decidimos ir cresteando hasta la siguiente cima en la que pensábamos que había otro punto geodésico, pero al final no era eso, sino que se trataba de un mojón.

Hacia la siguiente cima en la que resaltaba un mojón

Seguimos campo a través en dirección a la pista principal, hasta que llegamos a una pista secundaria que desembocaba en la pista principal.

Llegando a la pista principal

Caminando por esta pista llegamos a una zona más despejada en la que pudimos ver un bello rebaño de las típicas vacas tudancas, así como algún toro de esta misma raza.

Rebaño de vacas tudancas

Estas vacas tudancas se encontraban pastando tranquilamente junto a un acebal en la zona del Tornillo.

Acebal en la zona del Tornillo

En este punto ya nos pusimos a caminar por esta cómoda pista y dejamos a mano derecha el refugio del Tornillo.

Refugio del Tornillo

En esta pista nos encontramos varios ciclistas y senderistas que suelen circular por esta pista. En una de las últimas grandes curvas antes de llegar la Braña de Brenes había un abrevadero para el ganado junto a la pista.

Abrevadero junto a la pista

A las cuatro horas de camino y tras casi 14 km, llegamos nuestro siguiente objetivo, la Braña de Brenes, en la que había bastantes coches aparcados de gente que inicia las rutas en este punto. Al fondo de la fotografía se encuentra el Cueto de Brenes (877 m.)

Braña de Brenes

Para atajar nos salimos de la pista para dirigirnos a la carretera que baja hasta Villasuso de Cieza y pasamos junto a un bebedero para el ganado.

Bebedero en la braña de Brenes

Pasada esta zona, donde se encontraba el bebedero, nos dirigimos por la carretera que baja hasta Villasuso de Cieza.

Caminando por la carretera que baja hacia Villasuso de Cieza

Como no nos gusta caminar por la carretera intentamos buscar una alternativa, así que continuamos caminando hasta que llegamos a la cercanía de unas antenas en la zona del Caserío, aunque si no se está muy seguro se puede seguir la carretera y al final se llegaría al cruce que vimos al principio y que cogimos para ir al área recreativa de Cieza.

Antenas en la zona del Caserío

En este punto, viendo el plano, vimos que había una curva bastante pronunciada y larga en la carretera así que nos salimos de dicha carretera con el fin de atajar un tramo.

Saliéndonos de la carretera para atajar un tramo

Íbamos campo a través y nos encontramos un sendero, el cual cogimos en dirección este y que parecía que más adelante se volvería a unir con la carretera.

Sendero para atajar tramo de carretera

Junto a este sendero nos encontramos un curioso rebaño de cabras que nos observaba desde arriba.

Rebaño de cabras junto a sendero

En este punto tuvimos una desagradable visión, sobre todo en estos días de fuerte sur. Se trataba de tres focos de fuego en la zona de La Cuesta y que estaban cerca de un robledal. Como nos parecía bastante peligroso llamé al 112 para informar de ello. Al acabar el recorrido nos enteramos de que había muchos incendios en Cantabria y ya habíamos visto tres, uno por la zona de Ruente, otro más al este y por último este que estaba más cercano.

Tres focos de fuego en la zona de La Cuesta

Este sendero desembocaba junto a una zona en la que había dos naves, que seguramente serían para el ganado y que estaban en construcción. Nos encontrábamos en la zona llamada Otas.

Naves junto al sendero

En este punto volvimos a salir a la carretera, pero a los doscientos metros, justo en un cruce que se dirige hacia otra cabaña decidimos volvernos a salir de la carretera principal para volver a atajar otro tramo.

Saliéndonos de nuevo de la carretera

Nos dirigimos hacia una zona rocosa y en la que costaba caminar, pero una vez pasada esta zona de rocas, había una fuerte pendiente que se dirigía hacia un chalet, así que para ya nos dirigimos. Esta zona se conoce con el nombre de Prado del Concejo.

Caminando hacia el chalet

Una vez que llegamos a la entrada de este chalet, lo que hicimos fue dirigirnos por el acceso a este chalet hacia la carretera principal.

Caminando hacia la carretera principal

A los 500 metros del chalet salimos a la carretera principal, pero a los pocos metros nos volvimos a salir de ella por un sendero que se encontraba a la izquierda de la carretera. Por este sendero llegamos a un recinto en el que había una cabaña y una pequeña nave.

Caminando hacia cabaña y una nave

Una vez que llegamos a este recinto donde había una cabaña y una nave nos dirigimos a la puerta principal por la que salimos y llegamos a la pista por la que habíamos circulado con el coche para ir hacia el área recreativa.

Pista hacia área recreativa

En esta pista estuvimos caminando durante un kilómetro hasta que llegamos al área recreativa y en dicha pista tuvimos que atravesar un paso canadiense.

Paso canadiense en la pista hacia el área recreativa

Después de casi 20 km y 5 horas y media llegamos a nuestro destino final y habíamos conseguido hacer una ruta totalmente circular. Aprovechamos las mesas de esta área recreativa para comer. Una vez comido y descansado un rato nos dirigimos a tomar un refresco a Los Corrales de Buelna, en el restaurante Fleming.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura – tiempo

Villasuso de Cieza – Braña Zarza – Tordías – Braña de Brenes – Villasuso de Cieza
Distancia Total Ruta circular de 19,5 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y media, y estaríamos parados 30 minutos.
Dificultad La ruta es sencilla de realizar, sin mucha pendiente.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 700 m. con un desnivel acumulado de unos 950 m.
Tipo de camino Todo el camino fue por pistas, senderos, campo a través y carreteras secundarias.
Agua potable En el camino hay varias fuentes, varios abrevaderos y varios arroyos.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 58-III (Arenas de Iguña) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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