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El sábado 6 de abril nos juntamos tres senderistas, dos de ellos se están iniciando en el mundo del senderismo, para hacer una ruta cuyo destino se está poniendo de moda últimamente en Cantabria por las instalaciones que han montado. Se trata de subir hasta los Pozos de Noja, donde han instalado un columpio y un banco gigante.

Para ascender a los Pozos de Noja se puede hacer desde varios sitios, el primero de ellos, el que utiliza mucha gente es subir en coche hasta el mismo columpio y desde este punto disfrutar de las magníficas vistas (cuidado con hacer caso al GPS de Google maps para subir en coche, ya que te lleva por un camino que es inviable). Pero si lo que tratamos es de ascender haciendo una ruta podemos subir desde varios sitios, desde Rubalcaba, ruta que ya hicimos hace bastante tiempo, desde Liérganes, desde Mirones y desde Llanos. Nosotros nos decidimos por esta última, así que nos dirigimos hacia Penagos y allí cogimos la carretera que se dirige hacia Llanos, lugar donde acaba la carretera.

Una vez atravesado el pueblo llegamos al final de la carretera CA-616 y atravesamos un puente bastante estrecho. Es el puente de Búmbaro, más conocido como puente medieval y fue construido hacia el siglo XVI sobre el arroyo de la Ozadera. Está hecho de piedra en su totalidad con una longitud aproximada de veintidós metros y tres metros setenta centímetros de anchura. Se trata de un puente simétrico de tres ojos formados por arcos de medio punto. Un gran arco central de unos seis metros de luz que coincide con el punto de mayor caudal del río, flanqueado por otros dos arcos de menor tamaño de unos dos metros y medio. Esta disposición de arcos creciente hacia la mitad genera un perfil a dos vertientes con el característico «lomo de asno». Hay que tener precaución al cruzarlo con el coche ya que al ascender pierdes toda la visibilidad.

Puente de Búmbaro.

Allí, una vez atravesado el puente de Búmbaro, aparcamos el coche junto al cementerio del pueblo. Nos pusimos las botas, aunque se puede hacer fácilmente con playeras de montaña, cogimos las mochilas y comenzamos a caminar.

Aparcamiento junto a cementerio.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

El camino se inicia por la carretera que va hacia la derecha una vez que hemos atravesado el puente de Búmbaro. Al poco de iniciar la marcha nos encontramos, a mano izquierda, algo muy curioso y extraño en Cantabria, una granja de Alpacas. Se trata de la explotación ganadera Alpacas de la Tierruca, que lleva en funcionamiento desde 2012. Se trata de una granja de Alpacas Huacayas, de la cual se obtiene una fibra que es resistente, suave y ligera, además de hipoalergénica, por lo que es muy bueno para ropa de bebé y para personas con problemas de pieles atópicas.

Granja de Alpacas.

Un poco más adelante y a mano derecha ya nos encontramos un rebaño de unos animales más típicos de la zona, unas ovejas.

Rebaño de ovejas.

Continuamos caminando por esta carretera secundaria sin coger el primero de los desvíos a mano izquierda, sino que continuamos todo recto hacia La Ordina.

Desvío que no cogemos.

Cuando llegamos unos 700 metros caminados encontramos un desvío a nuestra mano derecha que en esta ocasión si cogemos.

Desvío a la derecha, el cual cogemos.

Antes de pasar por debajo de una línea eléctrica de gran tamaño pasamos junto a una de las típicas cabañas que podemos encontrar por los valles Pasiegos.

Típica cabaña en mitad de un prado.

A partir de este momento el trazado cambia totalmente, pasando de ser una carretera secundaria a ser una pista forestal que se utiliza para que los camiones bajen los troncos de la gran cantidad de eucaliptos que hay por estos montes. hay que tener especial precaución de seguir el track, ya que nos encontramos multitud de cruces.

Primero de los cruces que no cogimos.

En todo este recorrido se nota claramente que no hace mucho tiempo han estado bajando camiones con troncos de eucaliptos, ya que la pista está muy marcada de huellas de camión.

Pista forestal.

Cuando ya llevábamos caminados unos dos kilómetros y nos habíamos encontrado varios cruces en la pista forestal, llegamos a un cruce en el que en principio nos confundimos ya que fuimos recto, cuando teníamos que haber cogido el desvío hacia la derecha, algo que hicimos después de recorrer un pequeño tramo erróneamente.

Cruce hacia la derecha.

Una vez que corregimos el error continuamos por la pista forestal hasta que llegamos a un nuevo cruce, que esta vez cogimos hacia la izquierda, aunque lo mejor es hacer caso al track que levábamos.

Cruce a la izquierda.

Por esta pista forestal no había prácticamente árboles, ya que lo debían haber talado hace poco tiempo y se podían ver las nuevas plantaciones de eucaliptos.

Nuevas plantaciones de eucalipto.

Toda esta zona estaba bastante desforestada y por tanto no resultaba muy atractiva y era bastante fácil perder el rumbo correcto por la gran cantidad de desvíos dentro de las pistas forestales. Algunos de estos desvíos llevaban a cabañas que se encontraban cerca de las pistas forestales.

Desvío que no cogimos.

Después de caminar por estas pistas forestales y llevar caminando unos 45 minutos llegamos a un cruce con una carretera en el que cogimos el primer desvío hacia nuestra izquierda. Nos encontrábamos en el collado de tejera de Corra.

Cruce hacia la izquierda por carretera en collado de Tejera de Corra.

Nada más a comenzar a caminar por esta carretera secundaria nos encontramos una casona en muy buen estado, en la que había un cerrado para el ganado.

Casona junto a pista principal.

En este punto el paisaje ya había cambiado por completo, pasando de un terreno deforestado y totalmente descarnado a una zona en la que el color predominante era el verde de los prados.

Vistas desde la pista.

Ahora íbamos caminando en ligero ascenso por un sendero que circulaba por las faldas del pico Pindio y desde el que se tenía una vista del pueblo de Esles y Lloreda rodeado de verdes prados.

Esles y Lloreda desde las faldas de Pico Pindio.

Desde el pueblo de Lloreda también se puede ascender hasta los Pozos de Noja en coche por una carretera de montaña. Al poco de pasar una gran curva, primero a mano izquierda y luego a mano derecha abandonamos la pista principal que se dirige hacia Esles y cogemos un estrecho sendero que sigue las faldas del Pico Pindio.

Desvío hacia sendero a la izquierda.

En este estrecho sendero nos encontramos una pequeña cascada a nuestra mano izquierda. Me desvié un poco para ver dicha cascada y hacerla una foto.

Pequeña cascada junto a sendero.

Regrese de nuevo al sendero y continuamos caminando hasta que llegamos a un cambio de dirección muy marcado hacia la derecha y que coincidía con el lugar donde está la cascada de Esles o el Muro de Esles, una de las cascadas más llamativas del Valle de Cayón y por tanto de los Valles Pasiegos.

Muro de Esles

Atravesamos el río utilizando unas piedras que hay haciendo una especie de pequeño puente, aunque con cuidado, ya que alguna de las piedras resbala bastante. En este punto es donde se puede decir que nace el río Suscuaja, uno de los afluentes del Pisueña. Una vez cruzado el río continuamos ascendiendo por un senderillo bastante pindio y embarrado en algunos tramos. Eché una vista atrás y vimos la bonita zona que acabábamos de atravesar.

Zona por la que acabábamos de pasar en el muro de Esles.

Estábamos caminando por este sendero estrecho en el hayal de Esles hasta que llegamos a un cruce en el que tuvimos que cambiar muy bruscamente la dirección que seguíamos. Cogimos un desvío hacia la izquierda.

Desvío hacia la izquierda.

Una vez que cogimos este desvío, en el que nos encontramos algunos ciclistas que ascendían por el, seguimos en ligero y continuado ascenso, hasta llegar al mirador del Pico Lindaro, donde nos encontramos además del mirador, unas mesas en las que descansar con unas bonitas vistas.

Mirador de Pico Lindaro.

En este mirador había un pequeño mapa fotográfico en el que se indicaban los nombres de las diferentes zonas llamativas desde este punto.

Mapa fotográfico.

Ya que estaba en este punto aproveché para hacer una fotografía real de lo que aparecía en el cartel indicativo y en el que se podía ver, Esles, monte Caballar, Lloreda, Santa María de Cayón, …

Vistas desde Mirador de Pico Lindaro.

Otra cosa que nos llamó la atención es encontrarnos a un padre con su niña pequeña que habían llegado hasta ese punto en coche, siguiendo la ruta que les marcaba Google maps para llegar hasta los Pozos de Noja, algo que es imposible, a no ser que dispongas de un 4×4, y que unas semanas antes me había pasado a mí. Continuamos caminando en ligero ascenso hasta llegar a un cruce con una pista que habíamos visto desde cerca del mirador. En el cruce nos dirigimos hacia la derecha.

Enlazando hacia la derecha con pista principal.

Continuamos caminando por la pista principal hasta que llegamos a un poste indicativo que marcaba Esles y Pozos de Noja. Nos encontrábamos en el Collado de Edillo o Idillo y en vez de seguir la pista que iba hacia arriba y se dirigía hacia la cima, cogimos el camino que iba por las faldas de la cima.

Desvío hacia los Pozos de Noja que no cogimos.

Nosotros continuamos por la pista principal hasta llegar al punto donde vimos una carretera y muchos coches que estaban aparcados junto a unas cabañas. Hasta este punto es donde llegamos en la ocasión que subimos desde Llerana, quedándonos a los pies de las Enguinzas.

Pista hasta la base de Las Enguinzas.

Al llegar a la carretera cogimos el segundo desvío hacia la izquierda, en el cual había una cabaña y en el que ya es imposible perderse por la gran cantidad de gente y coches que se dirigen hacia los cercanos Pozos de Noja.

Desvío hacia los Pozos de Noja.

Ahora tenemos que caminar aproximadamente un kilómetro por esta carretera secundaria en dirección a los Pozos de Noja. En esta carretera nos seguimos encontrando coches aparcados que llegan hasta los Pozos de Noja.

Carretera hacia los Pozos de Noja.

Después de tres horas y media y aproximadamente 14 kilómetros llegamos al primero de los atractivos de los Pozos de Noja, un enorme banco desde el que se tienen unas magníficas vistas del Valle del Miera.

Descansando en el banco gigante.

Las vistas del Valle de Miera desde este punto eran impresionantes.

Vistas de uno de los Pozos de Noja desde el banco.

Una vez que disfrutamos de las vistas desde este banco gigantesco nos dirigimos hacia el principal atractivo que ha tenido siempre este lugar y no es otro que uno de los Pozos de Noja.

Estos Pozos de Noja son dos pequeños embalses construidos a principios del siglo xx para la producción de electricidad entre los municipios cántabros de Miera y Liérganes. Su función era la de la aportación de agua para la producción de energía hidráulica para Liérganes y alrededores. Se aprovecharon hondonadas para construir las presas a principios del siglo xx. La del pozo inferior aun es visible desde la parte norte. El agua bajaba por canales situados en las laderas del picón del Marmojo y de Peña Pelada. Estos canales aún existen. Los pozos se llenaban con el agua del deshielo o de la lluvia.

La empresa que los construyó fue la Electra Pasiega, que fue absorbida en 1945 por la de Viesgo. Las turbinas para la producción de electricidad estaban situadas, la primera, al pie del monte en el que se ubican los embalses, y la segunda, que recibía agua de la primera, junto a la carretera que une Liérganes y San Roque, en un lugar llamado «la fábrica de la luz». Las instalaciones aún se conservan abandonadas, pero bien visibles.

Los pozos y las turbinas, el primer gran proyecto de Electra Pasiega, se pusieron en funcionamiento sobre 1905 y estuvieron produciendo electricidad hasta mediados de, siglo, cuando Electra de Viesgo adquirió la pequeña empresa pasiega. En ese momento, se introdujo en la zona de Liérganes el alumbrado moderno.

Pozo superior de Noja.

Justo al lado del pozo superior se encuentra la segunda gran atracción turística que han instalado este año 2024. Este proyecto fue impulsado por el Ayuntamiento de Miera con el apoyo del Grupo de Acción Local de Valles Pasiegos, el cual promete ser un nuevo hito para la región, atrayendo a visitantes en busca de naturaleza, historia y aventura. Y como no va a ser menos, no dudé en hacerme una foto (esperando una cola de cuatro grupos), en este segundo gran atractivo del territorio Meracho.

Columpio gigante.

Una vez hechas las fotos correspondientes de los tres senderistas nos fuimos hasta un mirador desde el que se puede ver el segundo de los pozos, el inferior, así como el valle de Miera.

Pozo inferior y valle de Miera.

Una vez acabadas las visitas y las fotos iniciamos el descenso hacia Llanos. Para ello nos dirigimos hacia lo que sería el muro de contención del pozo superior y lo bordeamos.

Bordeando el pozo superior.

Una vez que lo bordeamos tuvimos que realizar el último tramo de ascenso en dirección a una cima en la que había un indicador y que sería por donde podíamos haber bajado. En ese ascenso pudimos tener una vista del valle de Miera.

Vistas del Valle de Miera en el ascenso.

Seguimos ascendiendo hasta que llegamos a la cima donde se encontraba ese poste indicador que marcaba las dos direcciones, una bajaría hacia el collado de Edillo o Idillo y la otra, que es la que cogeríamos nosotros, la bajada hacia Esles por las Zetas.

Indicadores en la cima.

Averiguamos porqué se llamaban las Zetas, ya que el recorrido iba haciendo un zig-zag para salvar la elevada pendiente descendiente. El terreno estaba bastante complicado y más cuando quisimos ahorrarnos unas de estas zetas.

Saltándonos una de las zetas en el descenso.

Cuando ya llegamos a la parte más baja de esta dura pendiente encontramos una pista a nuestra izquierda que se dirigía hacia Esles, lógicamente nosotros la obviamos y seguimos derechos.

Poste indicador hacia Esles.

Desde que salimos del columpio, el tiempo se endureció, principalmente por las fuertes rachas de viento, así que estuvimos que andar un buen tramo en busca de una zona resguardada en la que comer. Primero vimos una cabaña muy bien acondicionada, pero que estaba totalmente cerrada y que no íbamos a poder utilizarla como resguardo.

Cabaña perfectamente acondicionada, pero sin buenos accesos.

Así que no nos quedó otro remedio que buscar otra más accesible y protegida del viento. Lo que si pudimos ver es que este último tramo del recorrido forma parte de un pequeño recorrido, en concreto el PR-S 25, que es una de las posibilidades de subir a los Pozos de Noja desde el pueblo de Liérganes.

Indicador de PR-S 25

Unos metros más adelante nos encontramos un gran rebaño de cabras protegido de dos mastines y viendo que al lado del camino había una cabaña abandonada nos dirigimos hacia ella para comer y así ver si se retiraban los mastines de mitad del camino, como así fue.

Comiendo en cabaña al resguardo del viento.

Una vez que acabamos de comer reiniciamos la marcha, la cual era bastante cómoda ya que era todo en descenso. En ese descenso pudimos disfrutar de otra gran vista de los montes de la zona.

Vistas en el descenso hacia Llanos.

El camino se había convertido en una cómoda pista que se dirigía hacia un lugar en el que había una construcción en bastante mal estado y rodeada de mucha porquería que no parecía el lugar más apropiado para estar. Esto se encontraba justo al lado de una gran línea eléctrica de 400kV que procede de Soto, en Asturias y que una vez que llega hasta Penagos se dirige hacia el País Vasco.

Zona bastante abandonada junto a línea de MAT.

Cuando atravesamos esta zona y casi estábamos llegando a la línea de Muy Alta Tensión, cogimos un desvío hacia una pista forestal a la izquierda y bajamos por ella. En esta pista forestal había varios letreros advirtiendo de que se estaban haciendo trabajos de desforestación. Ahora el camino era muy sencillo sólo teníamos que seguir dicha pista, la cual luego se convertiría en una carretera. En ese camino de descenso nos encontramos lo que parecía una gran plantación de arándanos, la cual parecía abandonada.

Posible plantación de arándanos.

Seguimos bajando por la carretera hasta que llegamos justo al lado del cementerio donde teníamos aparcado el coche. Una vez allí nos descalzamos y aprovechamos para poner a refrescar nuestros cansados pies, y no hay mejor lugar que meter los pies en el frío río junto al puente de Búmbaro.

Una vez que nos refrescamos, recogimos y nos fuimos a tomar un refresco al primero de los bares que nos encontramos y en el cual estaban celebrando la fiesta de la feria de abril.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

Llanos – Cascada de Esles – Pozos de Noja – Llanos
Distancia Total Ruta circular de 21,5 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y media, con pequeñas paradas para hacer fotos y una más larga de una media hora para comer.
Dificultad La ruta es de nivel moderado, aunque hay un prolongado ascenso y descenso.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 700 m. con un desnivel acumulado de unos 900 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y un pequeño tramo por carreteras secundarias.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59-I (Sarón) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

El sábado 20 de enero nos juntamos 6 amigos senderistas para hacer una ruta de senderismo. Como no teníamos asegurado el tiempo nos dirigimos a una zona que daban buen tiempo ya que se encuentra al sur de Cantabria, en la zona de Valderredible. De todas las rutas posibles por esa zona nos decidimos por una ruta que, comenzando en Bustillo del Monte, circula por un bosque de robles milenarios para luego ascender hasta la cima más elevada de Valderredible, el Bigüenzo (1.289 m.) Para ello nos dirigimos por la carretera que va hacia Reinosa y posteriormente la que se dirige hacia Polientes. Casi en el kilómetro 11 de esta carretera cogimos el desvío hacia Bustillo del Monte. Aunque el tiempo que daban era despejado, a medida que nos íbamos acercando a nuestro inicio de la ruta la temperatura era cada vez más baja, llegando a los -9,5º C.

Una vez que llegamos al pueblo buscamos un aparcamiento para los dos coches y para ello nos dirigimos hacia la iglesia de San Martín.

Iglesia de San Martín en Bustillo del Monte.

La Iglesia de San Martín fue construida bajo el estilo barroco en el siglo XVIII. Este templo de planta rectangular cuenta con una torre – campanario de tres alturas, duplicando así la altura de la iglesia. Esta torre antiguamente contaba con cuatro campanas, actualmente tiene solo dos. En estas se pueden leer en una: “Bustelli a Monte MCMXVII” y en la otra: “CHRISTUS REGNAT, CHRISTUS VINCIT, CHRISTUS IMPERAT”. A cinco metros sobre la puerta en la torre hay una piedra con una inscripción en la cual indica el año en que se construyó la iglesia y a cargo de quien estuvo la construcción. En el interior de la Iglesia de San Martín se aloja la imagen de una Virgen Sedente de estilo gótico del siglo XIV.

En este punto preparamos nuestro calzado, la ropa de abrigo, la cual hizo falta sólo en el inicio de la ruta, ya que luego el día estuvo estupendo y la temperatura subió unos 20ºC, de los -9,5ºC a los 11º C.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

Iniciamos la ruta dirigiéndonos por la carretera que subimos con el coche hasta justo la entrada del pueblo, donde cogimos un desvío hacia nuestra izquierda, el cual está justo al lado de la parada del autobús. Caminamos por esa carretera hasta que encontramos a unos 200 m. un desvío a una pista hacia nuestra derecha en la que hay un cartel indicador con la ruta de los robles milenarios grabada en la madera.

Desvío hacia la derecha siguiendo ruta de robles

Caminamos durante unos metros por este sendero, en el que en ese momento se encontraba la hierba y los pequeños charcos congelados por el frío que hacía en ese lugar. Cuando íbamos por este sendero nos encontramos con otro que venía por nuestra derecha, el cual seguimos un pequeño tramo y rápidamente abandonamos para coger otro sendero hacia nuestra derecha. Seguimos las marcas que nos iban indicando el camino hacia el bosque de robles milenarios.

Caminando por sendero congelado.

Este sendero nos dirigía hacia un puente que atraviesa el arroyo Ronero, el cual atravesamos.

Puente sobre el arroyo Ronero.

Nada más cruzar el puente ya nos encontramos un indicador de que hasta ese punto llega un gasoducto, el cual encontraremos de nuevo más adelante. A partir de aquí nos adentramos en el bosque de Bustillo o Costisanti.

Entrando en el bosque y viendo los primeros robles.

Este bosque de Bustillo o Costisanti formó parte del Monte Hijedo antes del siglo XVIII. Durante ese siglo, la tala para hacer pastos y la extracción de madera para las ferrerías, navíos y traviesas del ferrocarril de La Robla produjeron una reducción de la superficie del Hijedo de las 10.000 a las 2.000 hectáreas actuales, separándose de este Monte de Bustillo, donde han quedado los ejemplares de roble albar más viejos. El camino por el bosque es fácil de seguir, ya que hay un sendero bien marcado y señalizado.

Sendero por mitad del bosque.

En este monte se encuentran majestuosos robles, siendo el más impresionante “El Joven”, un roble albar milenario de 25 metros de altura y una circunferencia en la base de casi 12 metros. Este roble le dejamos a nuestra izquierda al poco de cruzar el puente, pero decidimos no ir a verlo.

Uno de los majestuosos robles al lado del camino.

En este bosque nos podemos encontrar un cercado de piedra llamado «El huerto de los chones», utilizado por los vecinos de Bustillo del Monte hasta mediados del siglo XIX para guardar a los cerdos después de que estos pasasen la jornada comiendo las bellotas del bosque. A su lado, hay una pozona cuya finalidad era que los cerdos se bañasen en su barro para eliminar las garrapatas. Existen también restos de aserraderos que utilizaban los vecinos de Bustillo del Monte para hacer vigas, cabrios o tablas que luego utilizaban en la construcción de sus casas. Tienen forma rectangular y consisten en dos paredes sobre las que se colocaba el tronco. Por este sendero vamos encontrando muchos robles de gran tamaño y un espectacular robledal.

Otro de los espectaculares robles en el camino.

Continuamos subiendo tranquilamente durante poco más de una hora y unos 3km y pico, y el sendero nos lleva a la parte alta del gasoducto que vimos al principio junto al puente.

Llegando a la parte superior del gasoducto.

En este punto cruzamos la alambrada y atravesamos el paso canadiense, el cual estaba lleno de agua totalmente congelada. En este punto fui a hidratarme un poco bebiendo agua de mi «camel bag» y me di cuenta de que estaba obstruida. En principio pensé que se había retorcido el tubo en el interior de la mochila y por eso no salía el agua, pero no fue así, observé que todo el tubo estaba totalmente congelado. Nunca me había pasado. Después de atravesar el paso canadiense caminamos por esta pista que se encontraba junto a un pinar.

Caminando por pista junto a pinar.

Pensábamos que teníamos que caminar un buen tramo por esta cómoda pista, pero no era así. Nos dimos cuenta de que el track que llevábamos había cogido otro desvío a mano izquierda, unos metros atrás de donde estábamos, así que retrocedimos hasta encontrar el desvío.

Desvío de la pista principal hacia otra pista secundaria.

Desde esta pista se tenía una magnífica vista del pueblo de Bustillo del Monte, perfectamente orientado al sur y con las montañas de Campoo al fondo.

Bustillo del Monte y al fondo las montañas de Campoo.

Caminamos unos metros por esta pista secundaria, intentando estar atentos, ya que enseguida tenemos que abandonarla hacia la izquierda, y para ello buscamos unos hitos para adentrarnos de nuevo en el robledal.

Hitos que nos marcan el camino para adentrarnos de nuevo en el robledal.

Ahora nuestro objetivo es atravesar este robledal, intentando buscar el camino más cómodo y limpio en busca de nuestro primer objetivo, el roble milenario más viejo de este bosque, El abuelo.

Atravesando el robledal de nuevo, pero campo a través.

En este tramo no había ningún sendero definido, así que nos vamos guiando de nuestro instinto y sobre todo del track que llevábamos. Después de estar caminando unos veinte minutos por este robledal buscando los caminos más cómodos llegamos al majestuoso y superviviente a los rayos e incendios, El Abuelo.

Roble El Abuelo.

Este roble sufrió el impacto de un rayo y el 11 de agosto de 2012 un incendio, que pudo ser provocado, en el monte de Bustillo lo quemó, quedando en mal estado. Cabe destacar  una mención especial para los vecinos de Bustillo del Monte, que colaboraron durante dos días sin descanso para que el fuego provocado por algún desaprensivo no arrasase el pueblo valluco y tampoco más robles centenarios. Este roble tiene un perímetro de aproximadamente 6 metros en su base. Aunque haya sufrido esos incendios actualmente estaba echando los primeros brotes.

El tramo que va desde El Abuelo, a través de la zona Entre las Juntas se hace muy incómodo de andar. Se hace campo a través y con una vegetación muy densa que hace que nos pinchemos constantemente con los escajos. Nosotros intentamos buscar el camino más cómodo, yendo de un sitio a otro hasta que llegamos a un punto en que se empezó a aclarar el bosque y encontramos un pequeño sendero.

Saliendo de la zona complicada del bosque hacia un senderillo.

Una vez que llegamos a este sendero lo único que tenemos que hacer es seguirlo hasta llegar a un nuevo puente sobre el arroyo Ronero.

Nuevo puente sobre el arroyo Ronero.

Cruzamos el puente y ahora nos tenemos que acercar hasta una pista que va un poco más alto de donde nosotros nos encontramos. En este punto nos llamó la atención una gran cantidad de pequeños bloques de hormigón que estaban dispuestos de una manera muy alineada en el suelo. Más adelante volvimos a ver otra agrupación de estos bloques. Para llegar a la pista no nos quedó más remedio que ir zigzagueando por la empinada cuesta hasta llegar hasta la buscada pista.

Ascendiendo por la pronunciada pendiente hasta la pista.

Una vez en la pista dudamos si dirigirnos hacia la derecha o hacia la izquierda, andamos un poco hacia la izquierda y vimos que la pista no giraba hacia nuestro destino, así que la cogimos hacia la derecha.

Pista a la que ascendimos, cogiéndola hacia la derecha.

Una vez en la pista y cogido el sentido adecuado nos encontramos una portilla con un paso canadiense. Nada más pasar la portilla con el paso canadiense cogemos una nueva pista que se encontraba a nuestra mano izquierda.

Portilla con paso canadiense y pista de la izquierda, que es la que cogimos.

Después de caminar unos 900 m. por esta cómoda pista veíamos que la pista se dirigía hacia el Bigüenzo, pero por sus faldas, sin llegar a la cima. Cuando comprobamos el track observamos que unos metros antes de donde nos encontrábamos había que girar hacia la izquierda, así que regresamos y encontramos un desvío por un camino-sendero, que es el que cogimos.

Desvío hacia camino-sendero sobre el prado.

A los pocos metros de ir por este camino – sendero nos encontramos un prado en el que había un bebedero para el ganado.

Bebedero para el ganado junto a sendero.

Desde este punto ya se veía claramente el sendero que teníamos que seguir y que no abandonaríamos hasta llegar a la cima del Bigüenzo. Ya cuando estábamos prácticamente en la cima me volvió a llamar la atención un conjunto de losetas que se encontraban perfectamente alineadas, como los bloques que vimos al poco de pasar el segundo puente sobre el arroyo Ronero. A continuación, pongo una foto y si alguien sabe lo que es que lo ponga en los comentarios. Mi idea que es una estructura para colocar colmenas y así protegerlas de la humedad del terreno, pero es mi idea, que no sé si será la correcta. Ahí va la foto.

Conjunto de losetas, presumiblemente para la colocación de colmenas, pero …

Ya faltaban pocos metros para la cima una vez que pasamos junto a estas losetas y ya se podían apreciar claramente las antenas que se ubican en la cima.

Llegando a la cima.

En la cima destacaban principalmente tres cosas, en primer lugar, el conjunto de antenas, edificio y un punto geodésico. En el edificio lo que más nos llamó la atención fue el tiempo que debería de llevar cerrado, ya que se encontraba totalmente cubierto de moscas muertas.

Antenas, edificio y punto geodésico.

En segundo lugar, nos llamó la atención el pinar que se encontraba a la derecha de las antenas en la que había un pequeño refugio de montaña, el cual no estaba muy bien cuidado (es una edificación sin puertas que serviría para protegerse de una tormenta repentina, no para pasar noche).

Pinar y refugio.

Y en tercer lugar, las espectaculares vistas desde este punto. Por un lado, hacia el norte, se podía ver el pantano del Ebro.

Pantano del Ebro desde la cima.

Hacia el oeste se podían ver las montañas de Campoo, algunas de ellas cubiertas de nieve.

Montañas de Campoo.

Y como no, no puede haber un lugar con un punto geodésico en lo alto y que no me suba para hacer una panorámica desde dicho punto.

Panorámica desde lo alto del punto geodésico.

Y esto es todo lo que pudimos disfrutar desde la cima más alta de toda la zona de Valderredible y en la cabaña este letrero indicador de dónde nos encontrábamos.

Cartel indicador en edificación.

Y como casi siempre que hacemos una cima, no podía faltar el selfie del grupo de senderistas que habíamos participado en esta ruta.

Selfie en la cima.

Una vez que disfrutamos de las vistas, recuperamos fuerzas y tomamos un refrigerio iniciamos el descenso, que para que fuese circular lo hicimos por otro camino. Para ello nos dirigimos hacia un caminillo que había a la derecha de una de las antenas.

Camino de descenso junto a antena.

Este camino circulaba por el borde de un bosque en el que dominan los pinos y desde el que volvimos a tener una magnífica vista de toda la herradura de Campoo.

Herradura de Campoo en el descenso desde el Bigüenzo.

Cuando ya casi llegamos al final de este bosque, el sendero hace un giro de 90º y se dirige de nuevo a un nuevo bosque, pero este ya de nuevo de robles, aunque más jóvenes que los que vimos al principio de la ruta. Atravesamos ese bosque en dirección al pueblo de Loma Somera.

Atravesando robledal de camino a Loma Somera,

Un poco antes de llegar al pueblo de Loma Somera nos encontramos uno de los robles más espectaculares de la zona, el cual tiene hasta nombre. Se trataba del roble La Piruta.

Roble La Piruta.

Este roble albar tiene una circunferencia a una altura 1,30 m de 6,61 m y una altura de 17,80 m. Para comprobar la inmensidad de este árbol le intentamos abrazar entre todos y necesitamos cuatro personas para bordearlo.

La Piruta e indicadores de dos rutas.

Desde esta altura se podía tener una buena visión del pequeño pueblo de Loma Somera, en el que sólo viven menos de una docena de personas.

Loma Somera desde La Piruta.

Llegamos al pueblo y cogimos la carretera que iba hacia la izquierda y que se dirige hacia la entrada del pueblo.

Carretera por la que bajamos y queda entrada al pueblo.

A los pocos metros de salir del pueblo nos salimos de esta carretera principal, cogiendo una secundaria que se encontraba a mano izquierda y que en principio se dirigía hacia Bustillo del Monte.

Desvío hacia la izquierda por carretera secundaria.

A la derecha de esta carretera secundaria nos encontramos una pequeña construcción, en concreto un humilladero. El humilladero está cerrado con reja de madera y en su interior hay una cruz grande de madera y en cada lateral un cuadro de la Virgen.

Humilladero de Loma Somera.

A los pocos metros de este humilladero nos encontramos dos extrañas construcciones, que en principio no sabíamos de qué se trataban, parecía una cabaña a la que se le había caído el tejado, o un cercado de muro de piedra, pero con una puerta de madera.

Extraña construcción.

Pero cuando ya nos acercamos a una de ellas vimos claramente de qué se trataba, es más en otra ruta que hicimos en otra ocasión también vimos una construcción igual que esta, pinchar aquí para ver la ruta. Y, ¿de qué se trataba?, pues nada más y nada menos que de colmenares. Se trata de una zona amurallada de una cierta altura en cuyo interior se ubican las colmenas, en algunos sitios conocidas como dujos. Los dujos son las colmenas tradicionales que se construían antiguamente aprovechando los troncos huecos de los árboles que se encontraban por el monte, aunque si estos escaseaban, se cortaban y se vaciaban los troncos manualmente. Este tipo de cerrados en otras comunidades tienen otros nombres, cortín, curtín o cortíu en la zona de Asturias y León, alvarizas, alvares o abellariza en la zona de Galicia, colmeneiros o curmeneirus en Sanabria (Zamora), corrales o muros en Extremadura y silhas o malhadas en Portugal. La misión concreta de estas construcciones era la de evitar que los osos ( o en otros casos el ganado) destruyeran los dujos en los que las abejas almacenaban la tan ansiada miel por parte de estos plantígrados

Colmenar con sus dujos en el interior.

Continuamos caminando por esta cómoda pista y cuando habíamos caminado unos 700 metros desde las colmenas nos encontramos un cruce que tenía un desvío a derecha e izquierda. Nosotros cogimos el desvío de la derecha y nos dirigimos hacia una pequeña ermita.

Ermita de la Virgen de la Somera.

La ermita de la Virgen de la Somera es de estilo romántico tardío y fue construida alrededor del siglo XIII, siendo remodelada en los siglos XVII y XVIII. En sus muros norte y sur vemos que conserva la cornisa y los canecillos. En el muro sur estos son de caveto los que se encuentran en los extremos, una figura de pie humanizada y geometrizada, una cabeza de animal y dos rollos arriba y abajo.

Muro sur de la fachada.

En el muro norte los canecillos tienen figura humana sentada y geometrizada, uno más de forma similar pero bastante deteriorado, una cabeza de animal y un rollo debajo, dos rollos horizontales arriba y abajo y la superposición de dos cavetos. Una vez dentro de la ermita podemos ver que el presbiterio está cubierto con bóveda de cañón apuntado. Un arco triunfal apuntado que descansa sobre cimacios biselados debajo de los cuales encontramos capiteles con decoraciones geometrizadas. En su interior la Ermita de la Virgen de la Somera alberga un retablo gótico del siglo XV en el que podemos apreciar a la Virgen patrona de la Ermita. Como en ese momento la ermita estaba cerrada sólo pudios asomarnos a uno de los ventanucos y esto es lo que observamos.

Vista interior de la ermita de la Virgen de Somera.

Regresamos de nuevo a la pista principal y después de recorrer unos 1700 m. llegamos al final de la ruta en Bustillo del Monte. Después de 6 horas y 10 minutos de caminata y 19 km llegamos al final del recorrido. Posteriormente nos fuimos al área de servicio de Fombellida donde tomamos un refresco y comentamos la ruta.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google maps.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

 

Bustillo del Monte – robles milenarios – Bigüenzo – Loma Somera – Bustillo del Monte
Distancia Total Ruta circular de 19,30 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en seis horas y cincuenta y cuatro minutos, con paradas de casi una hora en total.
Dificultad La ruta es de nivel moderado  y lo único duro es la distancia con el desnivel acumulado.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 430 m. con un desnivel acumulado de unos 700 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y campo a través.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 108-III (Mataporquera) 108-IV (Espinosa de Bricia) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc