El sábado 20 de Noviembre hicimos uso de nuestro Bono-ruta mensual. Esta vez las condiciones meteorológicas no parecían que iban a ser muy buenas, había amenaza de “ciclogénesis explosiva”, pero ya se sabe el que no se arriesga no cruza el charco, y además nuestras fuentes de información del tiempo (las cuales por ahora son muy fidedignas) habían dicho que las condiciones para el senderismo serían “inmejorables”.
Así todo, como no nos gusta el riesgo, dentro de las dos zonas que habíamos elegido nos decidimos por aquella que transitaba por zonas más o menos baja, así que descartamos el ansiado Castro Valnera y la zona de Braña Vieja, las cuales estaban cubiertas de nieve y nos fijamos por objetivo una ruta que está recogida en el libro “Las montañas del Valle de Campoo” de Ramón García. En concreto es una ruta circular que sale de Ozcaba pasando por Río Queriendo, Urdial, Braña de Pelías, Espinas, Bustamezán, Braña del Billar y regreso al punto de partida.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc)
Esta vez nos juntamos cuatro senderistas, ya que no es una ruta para hacer con nuestras hijas por su largo recorrido, no por su dureza y a las 9:30 horas dejamos el coche aparcado en una zona destinada a tal fin y que se encuentra un kilómetro antes de llegar al conocido Balcón de la Cardosa, bajando Palombera desde Reinosa.
Como siempre, después de preparar las mochilas, ropa de abrigo, ya que hacía bastante frío y las botas nos hicimos la foto de rigor en cada comienzo de ruta.
El comienzo está marcado con un cartel, ya que en ese mismo punto comienzan varias rutas, una hacia Los Tojos y otra hacia Bárcena Mayor, la cual ya habíamos realizado el año pasado y que está recogida en este Blog. Sin embargo la ruta no está catalogada como pequeño recorrido y no tiene las típicas marcas blancas y amarillas de este tipo de recorrido.
En apenas cinco minutos de recorrido nos encontramos el primer cruce en el camino, uno de los caminos lleva hacia el pueblo de Los Tojos, mientras que en nuestro caso escogemos el camino que va hacia la derecha y que nos dirige hacia una verja con un paso canadiense y una cabaña.
Cruzamos dicho paso y comenzamos un descenso por las praderías de Ozcaba dejando una llamativa fuente con una construcción algo peculiar y con un árbol en su interior.
Al poco rato de pasar por esta fuente llegamos a otro cruce donde tenemos dos opciones una es la que se dirige hacia Bárcena Mayor y la otra, la que nosotros elegimos, es una pista que llega hasta la encrucijada de caminos del alto de La Cruz de Fuentes.
Como se puede observar en las fotografías el camino estaba algo embarrado, pero no era tanto como para dificultar la marcha. Aquí comienza un ligero descenso en el que dejamos a un lado un pequeño bosquecillo de avellanos y acebos, mientras que al otro lado queda una ladera boscosa y tupida, mayormente de hayas, las cuales, como veremos en el resto de la ruta, ya se encuentran sin hoja. Pronto encontramos un refugio para el ganado y llegó la primera sorpresa de la ruta, ya que un bonito venado macho, con toda su cornamenta, atravesó la pista.
Nada más dejar atrás este refugio para el ganado damos un giro de 180 grados y nos metemos en un bosque de avellanos, acebos, hayas y algunos espinos que estaban llenos de sus frutos rojos.
Aquí es donde se había quedado escondido el venado que anteriormente habíamos visto y otra vez, esta vez, mucho más cerca, volvió a atravesar la pista de un par de saltos. Esta vez estaba acompañada por una hembra. No nos dio tiempo a realizar ninguna foto ya que todo ocurrió muy rápido. En el siguiente giro dejamos a mano derecha la braña de la Hachuelas donde había una construcción ya en desuso. Al poco rato nos encontramos a mano izquierda, un bebedero de los muchos que nos vamos a encontrar por todo el camino.
Al cabo de un rato, ya casi llegando al río Queriendo, nos encontramos un cruce que va hacia la derecha y que sube hasta Palombera, pero que nosotros no seguimos, ya que seguimos por la pista principal hacia el río.
Al cabo de aproximadamente cincuenta minutos de comenzar la ruta nos encontramos un par de puentes, el primero de ellos que pasa sobre el río Queriendo y el segundo sobre el arroyo de la Acebosa.
Nada más pasar el primer puente, sin llegar al segundo, nos salimos de la pista principal y cogemos lo que era una antigua cambera.
Al poco de coger la cambera, esta se transforma en un invisible sendero cubierto de hojas de haya y barro debajo de la hoja lo que hace que tengamos que ir por el borde de dicho camino para no hundirnos en el barro.
Más arriba hay una bifurcación, con una pista que se dirige hacia la izquierda y dos de frente paralelas, seguimos de frente por la que va hacia abajo.
Y que nos dirige hasta una pequeña canal que se encuentra totalmente embarrada y recorrida por un pequeño arroyo que vierte sus aguas al río Queriendo. El paso es un poco complicado ya que las piedras son bastante resbaladizas.
Después de cruzar esta canal nos encontramos unos troncos, que a modo de pasarela están sobre el suelo e impiden que nos hundamos en el barro. Al poco de pasar esta pequeña dificultad nos llamó la atención un haya que se había caído sobre el sendero y que había tomado una pose bastante llamativa, haciendo como una especie de puertas por donde pasar.
Seguimos por este camino más o menos marcado, observando la riqueza de la naturaleza que nos rodea. Además de las hayas y otros árboles, nos encontramos setas, musgo, líquenes, los cuales parece ser que sólo se pueden desarrollar en aquellos sitios que no tengan nada de contaminación, así como otras muchas especies vegetales, así como un huidizo corzo que sólo pudimos ver un instante. Aquí, al haber desaparecido todo posible camino por culpa de las hojas de haya que cubrían todo, dudamos un poco y nos confundimos, siguiendo hasta llegar hasta el río. Retrocedimos hasta que encontramos una alambrada que estaba a ambos lados del camino y en ese punto nos metimos monte a través.
Esta fue quizás la zona más bonita y llamativa de todo el camino, ya que todo se encontraba cubierto por una alfombra rojiza de millones de hojas de haya y salpicado por los propios árboles.
Aquí no había ningún camino, sendero ni pista que seguir, así que no nos quedó más remedio que tirar de nuestro instinto de senderistas y dirigirnos hacia donde parecía que el bosque se aclaraba y de la brújula cogiendo dirección sur para dirigirnos a la Braña de los Helechos, lógicamente llamada así porque estaba rodeada por esta especie vegetal.
En la braña se pierde el camino pero, por la parte superior de la pradería, hay un pequeño sendero entre los helechos que avanza suavemente en diagonal ladera adelante, siguiendo la misma dirección que traíamos desde el río. Aquí nos encontramos un llamativo ejemplar de avellano, uno de los varios que nos encontramos a lo largo de toda la ruta.
Poco después continuando por este sendero nos vamos a encontrar otra braña, ésta la de Urdial, en la que nos encontramos una cabaña, la cual se encontraba bastante deteriorada y sin tejado, entre espinos, acebos y endrinos.
En la esquina superior de la braña de Urdial hay una pista que sigue subiendo hacia arriba.
Esta pista sigue subiendo en la misma forma y dirección que la anterior por una valleja boscosa y sale, ya bien arriba, a las Brañas de Pelías, que son unas amplias praderías en cuya parte superior izquierda encontraremos una típica nave de tejado verde para el ganado, debajo del Cueto de Fuentes (1.383 m.)
Desde la parte superior de esta Braña de tiene una magnífica visión de los montes de los alrededores de Reinosa, en concreto se puede ver el Cornal, el Ligüardi, el Cordel y el Iján, estos tres últimos cubiertos por nieve y por las nubes.
En la parte superior de la nave para el ganado podemos observar la pista que tendremos que coger y que además es la que previamente abandonamos al salirnos de la pista en los puentes sobre el río Queriendo. Si continuamos la pista hacia la derecha llegaríamos hasta el Alto de la Cruz de Fuentes, pero nosotros la cogimos hacia la izquierda para volver hacia esos puentes sobre el río.
Cuando comenzamos a caminar por la pista pudimos ver a varios venados que llegaban a la Braña de Pelías. Esto de hacer avistamientos de animales en libertad se nos brindó en varias ocasiones a lo largo de la ruta, ya que es una zona en la que es fácil ver venados o incluso corzos.
Al dar una de los primero giros pudimos ver un alto, al cual ya habíamos ascendido hace tiempo, el Alto de los Abedules (1.405 m) y que se encuentra descrito en otra de las rutas de este blog.
Al poco tiempo nos encontramos en la Braña de Espinas donde queda una cabaña en malas condiciones, así como un recinto para el resguardo y la carga del ganado en los camiones.
Seguimos por esta clara pista y que nos dirige hacia nuestro punto de partida. En este descenso nos volvemos a encontrar otro bebedero para el ganado a mano derecha de la pista.
Así como multitud de especies arbóreas, entre las que destaca por encima de todas el acebo, el espino y algún tejo.
Continuamos bajando por esta pista principal, hasta que de repente llegamos a la Braña de Bustamezán, donde desaparece la pista y tenemos que continuar un poco en la misma dirección hasta que volvemos a encontrar de nuevo la pista bien marcada pero menos ancha que hasta este punto.
Una vez llegado a este punto decidimos ampliar un poco nuestra ruta y dirigirnos a un punto desde el que debía de haber muy buenas vistas de los montes de los alrededores, por esa razón cogimos una desviación a mano derecha que se dirigía hacia La Collá.
El camino comenzaba con un ligero descenso, para atravesar un puente que atravesaba el regato de la Collá
y luego ascender hacia La Collá, donde aprovechamos para hacernos una foto de grupo, comer y hacer una foto panorámica de todos estos montes.
Una vez que acabamos de comer volvimos a descender por el mismo camino hasta que llegamos al cruce que habíamos cogido y seguimos descendiendo hacia el río hasta llegar a la Braña de Billar donde encontramos otra de las cabañas de tejado verde para el ganado.
Después de pasado este refugio damos un giro hacia la izquierda y volvemos a encontrarnos los dos puentes donde cogimos el desvío, pero esta vez en sentido contrario.
De aquí en adelante la ruta ya no tiene pérdida ya que es el mismo camino por el cual descendimos. Además pudimos observar una vista de la ruta que habíamos realizado.
La subida la hicimos bastante rápida ya que teníamos intención de subir hasta el alto de la cruz de Fuentes para ver algún venado, pero no fue necesario ya que al llegar al final del camino pudimos observar un grupo de venados que parecían despedirnos de la ruta.
Al acabar la ruta descendimos por el puerto de Palombera hacia Cabezón de la Sal, parando primero en el pueblo de Valle donde tomamos un refresco y luego en el pueblo de Sopeña donde fuimos a la quesería Gomber a comprar unos quesos de oveja y cabra que previamente nos dieron a probar.
Para ver la ruta en Google Maps pinchar sobre la imagen
Curva de altura en función del tiempo de marcha
Ozcaba-río Queriendo-Urdial-Braña Pelías-Bustamezán-Collá-Ozcaba | |
Distancia Total | 20 km. Ruta circular. |
Duración Total | La ruta la hicimos en 5 horas y media, más media hora para comer. |
Dificultad | Media por la distancia. |
Desnivel | Hay un desnivel de unos 375 metros. |
Tipo de camino | Pista, sendero y campo a través. |
Agua potable | Hay varios abrevaderos por el camino y está el río que parece bastante limpio |
Época recomendada | No debe ser recomendable hacerla después de llover, ya que estaría muy embarrado y algunos tramos inundados. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 82 (Tudanca) a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional. Ruta nº 6 del libro “Las montañas del Valle de Campoo” de Ramón García |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |
Para ver el video de la ruta pinchar en el enlace. Video ruta.
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