El sábado 26 de mayo de 2012 nos juntamos cinco senderistas y mi perro Otto para hacer uso y disfrute de nuestro tan ansiado bono-ruta mensual. Esta vez teníamos previsto hacer una ruta por la zona de Saja, ya que hacia la costa daban probabilidad de lluvia. Así que nos decidimos por hacer una ruta que sale de Bárcena Mayor, en el municipio de los Tojos, asciende al monte Obios y vuelve de nuevo hacia nuestro punto de partida.
Para ello dejamos el coche en el aparcamiento que se encuentra situado a la entrada del pueblo de Bárcena Mayor y que está habilitado para evitar que circulen coches por el interior de la población y dañen el tan cuidado entorno que tienen.
Allí aprovechamos para preparar nuestras mochilas, el calzado y hacernos la fotografía de rigor de comienzo de ruta, con los bosques de la reserva del Saja como fondo.
El pueblo de Bárcena Mayor, a 495 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en el municipio de los Tojos, y es el único núcleo de población que se encuentra dentro de la reserva del Saja. Este pueblo es un magnífico ejemplo de la Cantabria rural, de los pueblos rurales interiores. Se dice que es el pueblo más antiguo de Cantabria y posiblemente de España. Fue declarado conjunto histórico-artístico en el 79 debido a su asombroso estado de conservación, dando lugar a que sea uno de los pueblos más visitados de la región, ya no solo por su arquitectura, sino por su cultura gastronómica (cocido montañés o carnes de caza).
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
Para ver el vídeo del bono-ruta realizado por uno de los senderistas pinchar aquí:
Lo primero que hacemos es atravesar el pueblo de Bárcena Mayor, en el que destacan las bonitas balconadas, la buena conservación de las casas, el empedrado que forma el pavimento y en general lo homogéneo y bien conservado que se encuentra.
Al fin del pueblo encontramos un desvío. En principio nos da igual por el camino de la izquierda que el de la derecha ya que va a ser una ruta circular e iremos por uno y volveremos por el otro. Al final nos decidimos a coger el camino que va hacia la izquierda y que se separa más del margen del río. Al acabar el recorrido vimos que la elección realizada fue la mejor, ya que en sentido contrario hubiese sido una ruta bastante más dura ya que habría tenido un ascenso bastante más complicado.
A partir de este momento comienza la pendiente, la cual al encontrárnosla nada más empezar, nos resultó un poco dura. El sendero está marcado con las marcas de un Gran Recorrido, en concreto el GR-71, el cual parte de Bárcena de Pie de Concha y llega hasta el asturiano pueblo de Sotres. Nosotros hicimos una parte de la primera etapa en sentido inverso y que va desde Bárcena Mayor hasta el monte Obios. El camino comienza con un sendero bastante empedrado pero bien marcado.
A medida que comenzamos a ascender tenemos una perfecta estampa de todo el pueblo de Bárcena Mayor visto desde la parte superior.
A medida que vamos ascendiendo en sucesivas zetas, nos vamos introduciendo en un espeso bosque de hayas que nos protege del reinante sol y comenzamos a ver unas extrañas marcas en algunos de los árboles. Son marcas de una ultra-maratón que hubo la semana anterior y que tenía una longitud de aproximadamente 112 kilómetros. Esta ultra-maratón estaba organizada por los 10.000 del Soplao y la verdad que debió ser muy dura ya que además de la distancia, había que añadir las condiciones meteorológicas, que fueron muy malas con fuerte lluvia y bajas temperaturas. El ganador de la prueba lo hizo en 14:13:07 horas y además parece ser que la llegada fue al sprint entre dos atletas, bueno mejor dicho ultra-atletas.
A medida que íbamos ascendiendo el camino se ponía más complicado, llegamos a un cruce en el que pudimos distinguir claramente las dos marcas, la del GR y la de la ultra-maratón. Por tanto cogimos el camino que se dirigía hacia la derecha.
En una de esas revueltas nos juntamos para hacernos una foto bajo un gran haya que se encontraba al borde del camino y que tenía expuesto al aire una gran parte de sus raíces.
En este sendero empedrado que nos llevaba hacia el primer alto, nos encontramos una pista totalmente anegada de agua, incluso en algunos momentos nos tuvimos que salir del camino, ya que este parecía un auténtico arroyo. No quiero pensar lo que tuvieron que sufrir los de la ultra-maratón.
En algunos momentos del camino, este se estrechaba y era atravesado por pequeños arroyos que iban a desembocar al río Lodar o Argonza, los cuales dificultaban el camino ya que le hacían bastante resbaladizo y podía dar lugar a alguna caída, la cual por suerte no se produjo.
Cuando llevábamos caminando aproximadamente durante una hora y cuarto salimos de la zona cubierta por hayas hacia una zona totalmente despejada, donde el sol apretaba bastante y con un terreno cubierto de brezo y de maleza.
Nada más salir del hayedo se podía ver a lo lejos dos pueblos, uno más grande, en primer plano y otro más pequeño justo encima, eran los pueblos de Los Tojos, ayuntamiento al que pertenece el pueblo de Bárcena Mayor, y el superior el de Colsa.
Al poco rato llegamos a un collado en el que había una braña con varias posibilidades, la primera de ellas continuaba a derecho y era el que habían tomado los ultra-maratonianos y que se dirige hacia la Ermita del Moral. Nosotros tomamos el camino de la derecha que se dirige hacia el alto de La Guarda con sus 1085 m. El collado es muy fácil de identificar ya que existe un hito.
Aquí comenzamos el ascenso hacia el alto de la Guarda. Todo el camino es por campo a través, aunque se distingue un pequeño senderillo debido al paso del ganado y de los senderistas. Otra opción es dirigirse más hacia la derecha y bordear el alto por su lado derecho llegando a una pista que más tarde cogeremos.
A mitad del ascenso se puede observar el inmenso hayedo del monte Colladas que dejamos hacia el este, en dirección a la Ermita del Moral.
Desde un poco más arriba se podía ver perfectamente la Ermita del Moral, la cual en un principio no se distinguía bien ya que estaba cubierta por unas nubes, pero un poco después ya se podía apreciar perfectamente.
Desde el alto de La Guarda ya se podía distinguir fácilmente la construcción que se encuentra en la cima del monte Obios, la cual se dedica a la vigilancia de incendios, así como la pista que llega hasta ella.
Desde el alto se tenía una perfecta vista de los montes de la zona oriental de Cantabria, donde destacaban, el Castro Valnera, el Picón del Fraile, el Porracolina, las Porras de Mortillano,…
Mientras que hacia el otro lado se tenía también una vista de los montes de la zona Occidental de Cantabria, aunque estos un poco cubiertos por las nubes, aun así se podía distinguir el Iján, el Cordel, el Ligüardi, el Concilla, Tres Mares, Peña Labra y Peña Sagra.
Bajando de este alto nos encontramos una pista que procede de la Ermita del Moral y se dirige hacia Pujayo, pasando por el monte Obios. También se distingue un pequeño sendero que empalma con la pista principal y viene por la falda del Alto de La Guarda y que es otro camino que podíamos haber cogido al llegar a la braña en el collado, ahorrándonos la subida pero privándonos de las hermosas vistas.
Al llegar a la pista había una manada de caballos que rápidamente nuestro fiero «Yorkshire» se encargó de dispersar, no sabe dónde se mete, sólo con un movimiento de su cola le puede destrozar, pero si así disfruta que se va a hacer. A partir de aquí llegó la zona más cómoda pero menos atractiva de todo el camino ya que es una zona que incluso se podría ir en un coche, tal como pudimos comprobar. Esta pista une el Valle de Besaya con el de saja. Seguimos la pista que nos dirigía hacia el alto del Monte Obios.
Al llegar a la zona de Las Ventosas pudimos comprobar porque esta zona se llama así ya que vimos cómo una torre de Alta tensión había sufrido los rigores del invierno y del viento y se encontraba apuntalada y lógicamente sin servicio.
Un poco más adelante y a mano izquierda se distingue la casa Colina y a mano derecha nos encontramos una manada del ganado típico de la zona, las vacas tudancas que parecían, escondidas entre la maleza, un sembrado de grandes cuernos. La verdad que algunos tenían una cornamenta considerable. Aquí uno de los senderistas no se resistió a realizarse la típica foto delante de un buen ejemplar con la típica vara de avellano, pero eso sí guardando las distancias.
Continuando por la pista llegamos a un cruce, el cual no cogemos, y que siguiendo la pista principal se dirige hacia Pujayo. Nosotros en vez de seguir hacia la izquierda seguimos por una pista más sencilla que va hacia la derecha y que deja a mano izquierda un cerrado para el ganado donde había dos pastores protegidos del viento que hacía en esa zona.
Al poco rato ya llegamos al alto del Monte Obios (1.222m.), donde se ve claramente el edificio destinado a la vigilancia contra incendios y destaca el pararrayos en su parte superior.
En este punto aprovechamos para tomar algo para reponer fuerzas y picar algo, ya que todavía es pronto para comer. En este momento llevábamos andados 9 km, y habíamos tardado tres horas. También aproveche para hacer una panorámica de toda la zona, ya que desde este punto se veían todos los montes de la zona Oriental, la Occidental, Peñas Gordas, Pico Jano, Silió, el Monte Canales,… Para ver la panorámica pinchar aquí o en la fotografía.
Volvimos a salir hacia atrás hasta lo que parecía un pequeño sendero y en el que se podía ver un hito así como una bonita estampa de los montes de la zona Occidental con el Iján, el Cordel, Peña Sagra,…
Una vez llegado al hito nos dirigimos hacia un pinar donde había una manada de caballos a la sombra. Este pinar está situado en el Portillo de Obios y se dirige hacia un alto cresteando.
Dejando el pinar a la derecha y continuando por lo que es la cresta de los montes nos dirigimos hacia nuestro siguiente alto el de Los Agudos con 1.223 m.
Desde la parte superior de esta última cima se tiene una amplia visión de todo el hayedo de la reserva del Saja.
Seguimos cresteando hasta llegar a la cima del Horcinero, siguiendo el aparente camino que había abierto entre la maleza, aunque algunas veces era tan cerrado que mi perro prácticamente tenía que pasar por debajo.
Aquí pudimos encontrar algo que todavía, con todas las rutas que hemos realizado, no habíamos visto nunca, una bonita cuerna de venado.
A partir de este punto ya no nos valió mucho ni el GPS ni los mapas, ya que veíamos nuestro destino final, la braña de Lodar, pero no veíamos ningún camino por el cual bajar hasta dicha braña, cada caminillo que veíamos llegaba a un punto que daba o a un pequeño acantilado o se dirigía hacia el otro lado del monte o una bajada bastante complicada, así que viendo el destino final…
nos tiramos monte a través en dirección a la braña, en algunos casos encontrábamos una pista pero al poco rato la perdíamos, pasamos por zonas donde había varias hayas tiradas, un paso entre rocas, una zona que parecía sacada de un cuento de hadas, toda ella cubierta de musgo, hasta que al final llegamos a la braña.
Al llegar a la braña de Lodar, junto con las lagunas de Lodar, pudimos ver desde donde habíamos descendido. En la fotografía se puede ver que un rato antes estábamos en la parte más alta donde hicimos la foto de la braña y ahora estábamos en la zona que habíamos fotografiado desde arriba.
En esta braña destaca lo que debió ser, en su tiempo, una gran cabaña o casona, ya que los restos que había ocupaban una gran extensión del terreno, justo al lado de unas hayas.
Aquí aprovechamos para comer y echar una «siestuca», algunos a la sombra de las hayas y otros al sol, aunque luego se agradecían los rayos de sol y la mayor parte se salió a tomar unos abundantes y agradecidos rayos solares. Después de ese momento de relax comenzamos a descender hacia la ribera del río, que aunque parecía que estaba cerca no era así. Lo primero que hicimos fue adentrarnos de nuevo en el bosque de hayas pasando entre dos magníficos ejemplares.
Nada más entrar en el hayedo es fácil perder el camino, porque está prácticamente abandonado y la espesa capa de hojarasca lo oculta, pero en todo caso nunca debemos bajar hasta el río, porque discurre bastante encajonado. Hay que ir siempre a media ladera, hacia el NO más o menos, siguiendo la dirección del valle y descendiendo ligeramente.
En algunos momentos tuvimos que atravesar pequeños arroyos que arrojaban sus aguas al río Lodar o Argonza, como son el canal de Mazorguero, o el de Monte Quemado,…
También al borde del camino pudimos hacernos una fotografía debajo de un enorme roble que tenía todas las raíces al aire y que parece mentira que se pudiese mantener en pie.
Después de bastante rato descendiendo y, ya bastante cerca del río, distinguimos al otro lado de éste una pista, que es la que tendremos que coger. Ya casi llegando al río nos encontramos los restos de lo que debió ser una pequeña cabaña al borde del camino.
Al final este sendero nos llevó hasta el cauce del río, no dándonos otra posibilidad que tenerlo que atravesar. Más tarde vimos que si hubiésemos ascendido un poco lo hubiésemos podido sortear sin necesidad de cruzarle. Pero no nos quedó más remedio que descalzarnos, atar las botas, colgarlas al cuello y «remangarnos» los pantalones, y yo además llevar al perro en una mano para evitar que se le llevase la corriente.
Una vez refrescados y secados los pies nos calzamos y continuamos nuestro camino, esta vez por una cómoda pista que se dirige hacia Bárcena Mayor paralela al río.
En algún momento la pista atraviesa el río con un puente, y a uno de ellos podríamos haber llegado y así no tener que cruzar el río, si nos hubiésemos desviado un poco hacia la derecha antes de llegar al cauce, pero bueno al final no nos mojamos mucho y sirvió para refrescarnos, no sin cierto riesgo de empaparnos ya que estaba bastante resbaladizo.
Ya llegando a la zona recreativa de Bárcena Mayor, antigua zona de acampada junto al río nos encontramos unas impresionantes cabañas, primero una a mano izquierda escondida entre los árboles, que parece ser que es un centro de relax y de masaje
y luego un par de ellas a la derecha del camino, todavía más impresionantes que la anterior.
Ya estábamos llegando al final de nuestro recorrido y entramos en la zona recreativa de Llano Castrillo, la cual se encuentra habilitada para la realización de barbacoas y para el disfrute de los más pequeños, ya sea en el área acondicionada para ellos o en la orilla del río.
A partir de aquí seguimos por una pista, ya asfaltada, y volvemos a encontrar el primer cruce que vimos al empezar la ruta. Ya en Bárcena Mayor, después de casi 22 km de caminata, nos deleitamos de los productos típicos, en este caso una quesada (que aunque no es de esta zona estaba muy buena), acompañada de un refresco en la terraza uno de los muchos restaurantes que hay en el pueblo. Durante este reposo estuvimos comentando las incidencias de la ruta.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva distancia-altura
Bárcena Mayor – Monte Obios – Braña Lodar – Bárcena Mayor | |
Distancia Total | Ruta circular de 21,5 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en 8 horas, de las cuales aproximadamente dos horas fueron en las paradas. |
Dificultad | La ruta es de dureza media por la distancia, y con algunos tramos un poco más duros. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 730 m. con un desnivel acumulado de 1140 m. |
Tipo de camino | Pistas, senderos, camino empedrado, campo a través y hayedo. |
Agua potable | No hay fuentes, sólo al principio en el pueblo y luego se va una parte junto al río. |
Época recomendada | Preferiblemente en primavera y otoño. En invierno hay nieve y en verano hay zonas sin sombra |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 82 a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |
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