El sábado 13 de noviembre de 2021 nos juntamos cinco amigos senderistas para hacer uso de nuestro bonoruta. En esta ocasión los cuatro senderistas habituales contamos con la presencia de nuestra senderista preferida. Después de ver diferentes opciones de rutas nos decidimos ir hacia el Valle de Polaciones, ya que las condiciones meteorológicas parecían mejores. Para ello nos dirigimos hacia el pueblo de Pejanda. Allí aparcamos el coche justo al lado de la iglesia de Nuestra Señora de la Luz.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.
De igual manera, uno de los senderistas realizó un vídeo durante el recorrido, incluyendo unas hermosas imágenes con un dron. Aquí os dejo dicho vídeo para que lo disfrutéis. Así mismo en su blog hay una pequeña descripción de la ruta.
Una vez que cogimos el material necesario para iniciar la ruta y nos pusimos las botas, iniciamos el recorrido, aunque al principio no sabíamos hacia dónde dirigirnos, primero cruzamos la carretera e iniciamos la bajada hacia el río, luego volvimos para atrás para coger una carretera que se encontraba hacia atrás, pero vimos que ninguno era el camino que nos marcaba el track, así que centrándonos un poco, seguimos caminado por la carretera que se dirige hacia el puerto de Piedrasluengas, dejando a la derecha la carretera que va hacia San Mamés y pasando por encima del río Nansa. Al poco de pasar por encima del río nos encontramos a mano derecha un sendero que se dirigía paralelo a este río.
Nos dirigimos por este sendero, el cual se encontraba prácticamente cubierto por hojas secas, pero que era fácil se seguir ya que estaba bastante bien delimitado por los árboles a ambas orillas.
A los doce minutos de ir por este sendero tuvimos que salir a la carretera que se dirige hacia el pueblo de Belmonte.
Continuamos caminando por esta carretera, poco transitada, durante aproximadamente 800 metros y un poco antes de llegar al pueblo de Belmonte echamos una vista atrás y tuvimos una magnífica vista de los montes que se encuentran sobre el embalse de la Cohilla, y entre los que destacaban, el Cueto del Haya, Cueto de la Avellanosa, Cueto de los Escajos y Cueto Concilla, estos dos últimos cubiertos por una nube.
Unos metros después de hacer esta espectacular foto llegamos al pueblo de Belmonte, uno de los pueblos más pequeños de Polaciones, con apenas 20 habitantes, de los cuales no vimos a ninguno. Nos dirigimos en dirección a la iglesia de Santa María Magdalena, la cual dejamos a nuestra mano derecha.
Atravesamos las calles en dirección oeste, dejando a ambos lados casas, algunas de ellas abandonadas y una que nos llamó bastante la atención por la gran cantidad de aparejos que tenía sobre su fachada. Se trataba de la casa de Morante Pereda.
Esta casa la dejamos a nuestra izquierda y seguimos caminando por la calle principal hasta que encontramos un desvío a nuestra mano izquierda, entrando en una pista forestal que ya no estaba asfaltada y en la que se prohibía el acceso a vehículos no autorizados.
Nada más entrar en esta pista nos encontramos a mano izquierda una fuente donada por la familia Morante Pereda en el año 2006, la misma familia de la cual habíamos visto su casa minutos antes.
Nada más dejar atrás esta fuente tuvimos que atravesar un puente sobre el río Nansa, el cual bajaba con bastante agua.
Continuamos caminando por esta pista en dirección norte dejando a los pocos metros un sendero secundario a nuestra izquierda y por el cual se puede regresar al pueblo de Belmonte. Poco después nos dirigimos en dirección noroeste hasta atravesar otro puente, esta vez sobre el río de la Guariza, uno de los afluentes del Nansa. Ahora ya íbamos a ir paralelos a este río y en esta pista pudimos bajar a un sitio junto al río que parecía de un cuento de hadas.
Continuamos por la pista principal sin desviarnos en ningún momento de ella y atravesando, bajo ella, varios arroyos que desembocan en el río principal, al cual circulábamos paralelos. Seguimos caminando y llegamos a una zona en la que había varias cabañas, una de ellas se encontraba a mano derecha y contaba con una corralada para el ganado, así como un pequeño panel solar fotovoltaico para un pequeño abastecimiento eléctrico.
Dejamos la cabaña a mano derecha, sin desviarnos, siguiendo por la pista principal. La cabaña se encontraba a los pies de la Sierra de Peña Sagra, pero no se podía ver porque lo cubría una nube. Continuamos caminando por la pista principal en dirección oeste y echando una vista atrás pudimos ver una de las cabañas con las cimas de la zona de la Sierra del Cordel al fondo cubiertas por nubes y por algo de nieve.
Al poco de pasar por esta zona de cabañas nos introducimos en una zona boscosa en la que pudimos contemplar algunos ejemplares de haya espectaculares. Se trataba de la zona del Escobaluco.
Una vez que dejamos atrás el arbolado y salido a campo abierto veremos, en una especie de vaguada, que nos viene un camino de la derecha, que viene desde San Mamés. Lo ignoramos y seguimos haciendo una curva a la izquierda al oeste. Cerca de ese cruce que se dirige hacia San Mamés encontramos una piedra Jincá.
Junto a esta piedra Jincá no nos pudimos resistir a hacernos el primero de los selfies de toda la ruta.
A los pocos metros de esta piedra Jincá ya estamos casi llegando a nuestro primer destino espectacular, ya sólo nos faltaba una curva a izquierdas, donde nos encontramos con un cazador que pensábamos que nos iba a impedir el paso, pero luego solo fue que bajó a buscar un perro de caza que iba cebado detrás de un rastro, pero fuera del coto de caza, y posteriormente un giro a derechas. Nos encontrábamos en el límite entre Polaciones y Liébana, conocido con el nombre del Portillo de Brañas. Estábamos a los pies de la Sierra de Peña Sagra, pero debido a las nubes, no se podía ver ninguna cima. Cruzamos el paso canadiense y entramos en tierra de Liébana. Las vistas a nuestro frente eran espectaculares, aunque cubiertas por las nubes.
Desde este punto se tendrían que poder ver Curavacas, Peña Prieta, Coriscao, así como la panorámica del Macizo oriental de Ándara en los Picos de Europa. Igualmente se podrían ver algunos de los pueblos de Liébana, como Lamedo y Aniezo. Volvimos de nuevo a la vertiente de Polaciones y continuamos pegados al cierre que delimita los dos valles.
Siguiendo este cierre nos dirigimos ahora hacia el sur, por unas hermosas y nevadas brañas en las que se encontraban pastando unos tranquilos caballos.
Caminando por esta braña durante unos 200 metros nos introducimos en un monte plagado de hayas, robles y algún que otro acebo.
Seguimos por lo que debía ser una cambera, pero que actualmente estaba totalmente cubierta por hojas secas de las hayas que la bordeaban. En uno de esos pasos nos acercamos al cerrado que separa los dos valles y pudimos contemplar una enorme zona cubierta de acebos, lo cual sería una buena zona de protección para el ganado de la zona, se trataba del singular acebal de Lamedo.
Continuamos por esta cambera, disfrutando del bosque, con hayas, algunos robles, acebos y alguna que otra seta. Vimos tanto los exquisitos Boletus, como las peligrosas Amanitas. Continuamos subiendo y bajando por esta cambera que circulaba paralela al cerrado. A veces nos aparecía un enorme pasillo por el que teníamos que ascender y luego salíamos a otra zona más despejada.
Después de caminar por el interior del bosque salimos a una zona más despejada, ya cerca del Cueto Redondo, al que no llegamos a ascender, pero pudimos ver una parte del bosque que habíamos cruzado, así como el Cueto de los Callejas, donde previamente habíamos visto a uno de los cazadores.
Desde esta zona ya se podía ver, algo más despejado las cimas que pudimos contemplar algo camufladas por las nubes desde el Portillo de Brañas.
Seguimos cresteando y llegamos al Cotero de Jorcón, pasado el cual tuvimos una perfecta vista de las cimas de la Sierra del Cordel, en concreto vistos desde el lado norte. Se podían ver todas las cimas que en su día recorrimos, desde el Ligüardi, El Iján, el Cordel, el Cueto de la Horcada, Pico Bóveda, el Cornón, Pico Tres Mares y Peña Labra.
Desde unos metros más adelante y echando una vista en dirección oeste se podían ver claramente, las cimas del Curavacas, Peña Prieta, Coriscao y la zona de Ándara en Los Picos de Europa.
En la siguiente fotografía, que está sacada unos metros más adelante se podía contemplar perfectamente toda la zona de Picos de Europa.
Si desde aquí echábamos ahora una vista en dirección norte, podíamos ver, ahora ya totalmente despejada, la Sierra de Peña Sagra, con el Cornón destacando en su parte más alta.
Algunas de estas fotografías las realizamos desde los alrededores del Cotero de Hoyo de los Lobos (1.523 m) y la última que hice fue una en la que se podían observar todas las cimas de la Sierra del Cordel, desde el Ligüardi hasta Peña Labra.
Ya estábamos empezando a tener un poco de hambre, así que nos acercamos de nuevo al cerrado, saliéndonos un poco de la cambera, y con unas vistas espectaculares por los cuatro costados, nos dispusimos a tomar nuestro refrigerio para hacer frente al último tramo, ya en descenso de la ruta. Nos encontrábamos en el Hoyo de los Lobos o Hoyu (Jou) de los Lobos.
Esta zona recibe este nombre ya que todavía queda algún vestigio de un hoyo utilizado años atrás como trampa para capturar lobos. Después de comer reiniciamos la marcha, esta vez en ligero descenso en dirección al pueblo de Belmonte y circulando por el borde del bosque del Perujal. A la media hora, aproximadamente de acabar de comer y bajar por esta cómoda pista llegamos a una zona con una gran braña en la que destacaba una cabaña al borde del camino. Estábamos en el Llan de la Piedra.
Continuamos en ligero descenso por el medio del bosque hasta que llegamos a un lugar en el que había una pequeña braña a nuestra izquierda y desde las que había unas magníficas vistas de la Sierra de Peña Sagra, ya totalmente despejado de nubes.
A los pocos metros nos encontramos, esta vez a nuestra mano izquierda una gran braña en la que había una cabaña en mitad de ella, todo ello rodeado de bosque de hayas y robles, y con una imagen de Peña Labra al fondo.
Seguimos caminando por esta pista por el medio del bosque hasta que llegamos al pueblo de Belmonte, esta vez por su parte sur. Atravesamos el pueblo hasta su entrada principal, lugar donde encontramos un pequeño sendero a la izquierda de la carretera, por el cual nos metemos.
Continuamos caminando por este sendero en dirección norte, hasta que tenemos que atravesar el río Nansa para ponernos al otro margen del río.
Ahora sólo nos queda seguir el sendero en dirección este, circulando siempre paralelos al río pero un poco más arriba, teniendo la precaución de no salirnos del sendero principal, el cual perdimos en un momento y tuvimos que regresar para atrás.
Nos volvimos a meter en una zona boscosa, en la que se podía seguir fácilmente el sendero en dirección a Belmonte. En esta zona había algunos árboles espectaculares.
Ya estábamos llegando al final del recorrido cuando salimos a un gran prado cerca de Pejanda, el cual tuvimos que atravesar y eso que estaba recién abonado.
El camino desembocaba en la carretera que subía desde Pejanda a San Mamés, así que la seguimos unos metros en sentido inverso hasta que llegamos al lugar donde habíamos aparcado el coche. Una vez que nos cambiamos el calzado, el cual estaba lleno de barro y abono, nos dirigimos al bar Casa Molleda, en el que se encuentra adornado con los típicos rabeles y nos sentamos a degustar algunos de los manjares de la zona, junto con unos refrescos. Que mejor fin de ruta que acabar con unos torreznos y un borono sentados al sol en la terraza del bar.
Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva de altura en función del tiempo de marcha.
Pejanda – Belmonte – Portillo de Brañas – Hoyo de los Lobos – Belmonte – Pejanda |
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Distancia Total |
Ruta circular de 16,25 km. |
Duración Total |
El recorrido lo hicimos en seis horas y media, y estaríamos parados aproximadamente una hora. |
Dificultad |
La ruta es de nivel moderado. |
Desnivel |
El desnivel es de aproximadamente 650 m. con un desnivel acumulado de unos 750 m. |
Tipo de camino |
Todo el camino fue pistas, camberas, senderos y carretera. |
Agua potable |
En el camino hay un par de fuentes, pero está el río cerca. |
Época recomendada |
Recomendable en cualquier época del año y sobre todo en otoño por el colorido del hayedo. |
Cartografía y Bibliografía |
Hoja 82-I (Tudanca) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS |
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