Por fin el sábado 10 de noviembre, después de muchos intentos, pudimos hacer nuestro Bono-ruta mensual. Ya llevábamos unos meses en los que no conseguíamos reunirnos para realizar nuestra tan deseada marcha de senderismo, parecía que todos los Dioses se habían aliado para que nos quedásemos sin salir al monte, ya fuese porque había alguna celebración familiar, alguna comida u otro acontecimiento y cuando no era por alguna de esas causas era por la previsión meteorológica, que no era la más propicia para salir al monte.
Durante toda la semana estuvimos mirando la previsión del tiempo y en cualquier página Web en al que buscábamos nos daban lluvias para ese día y además independientemente de la zona de Cantabria en la que buscáramos. Así que después de mucho pensarlo decidimos pasar de esas previsiones y decidimos hacer una ruta independientemente del tiempo que hiciese, para eso son los paraguas y como dice el refrán «si quieres peces mójate el culo».
Quedamos tres amigos senderistas y decidimos hacer una ruta por una zona baja para garantizar al máximo el tiempo, aunque al final llovió por toda Cantabria menos en la zona en la que nosotros elegimos. La zona que elegimos fue la del Saja, en concreto por Ucieda donde teníamos varias posibilidades las cuales elegimos del libro de «Las montañas del Valle de Saja» de Ramón García. Una vez que llegamos a nuestro punto de partida decidimos hacer la ruta nº 2 de este libro que es conocida como «La ruta de los puentes» y que está marcada como el pequeño recorrido PRS-111 y en alguna zona como «Monte río de los Vados. Sendero de Rozas. SL-R1».
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
Para ver el vídeo del bono-ruta realizado por uno de los senderistas pinchar aquí:
Tomamos como punto de partida el conocido lugar de la Casa del Monte, en la campa de Ucieda, donde se celebra el tradicional día del cocido montañés el primer domingo de septiembre. Dejamos el coche junto a la zona recreativa y aquí comenzamos a prepararnos y equiparnos para comenzar a andar, sin que se nos olvidase coger el paraguas, el cual al final no tuvimos que usar nada más que durante unos cien metros.
Comenzamos a caminar por una ancha pista que se encuentra junto a la Casa del Monte y que es el punto de partida de multitud de rutas por esta zona.
Empezamos llaneando por esta pista asfaltada y seguimos durante unos 700 metros hasta que encontramos, en la zona conocida como entrerríos, un puente a mano derecha sobre el río Bayones y que es conocido con el nombre del Puente de Rozas. El nombre de «Rozas» deriva de una práctica común, en siglos pasados, en todas las sociedades montañosas de la Cordillera Cantábrica, y que se refiere a un proceso de roturación (labrado) de áreas boscosas para dedicarlas al cultivo del cereal o al pasto de ganado en épocas de mayor necesidad; generalmente, el rozo, mezclado con estiércol, era utilizado para la elaboración de abono.
Al otro lado del puente continuamos por una cómoda pista en la que ya encontramos un letrero que indica que a partir de este punto está prohibido el paso para vehículos no autorizados. Aquí nos encontramos otro grupo de gente que había aparcado el coche junto a una cabaña para comenzar a caminar. Esta es la pista que se dirige hacia la ermita del Moral. Al poco de comenzar a ascender por esta pista ya pudimos disfrutar del colorido del otoño, teniendo el regato de la Toba a nuestra mano izquierda y el arroyo de Canalejas a nuestra mano derecha.
Continuamos con este ligero pero constante ascenso y a los treinta minutos, después de un par de curvas muy cerradas, pasamos junto a una braña que se encuentra un poco metida entre el bosque y donde se encuentra la cabaña de Andrinoso. Prácticamente, desde la pista, no se podía distinguir la cabaña. Continuamos ascendiendo y después de pasar por esta cabaña salimos a lo alto de la loma y pasamos a otra vertiente algo más clara y despejada de árboles. Después de esta zona despejada llegamos de nuevo a una zona de bosque y en el que encontramos un cruce hacia la derecha junto a una cabaña, pero no abandonamos la pista principal que se dirige hacia la ermita del Moral.
Después de un par de curvas a derecha e izquierda habrá que coger el sendero a la izquierda que nos adentrará en el bosque. En esta entrada al bosque nos encontramos un cartel indicativo de la ruta PRS-111 y que nos dirige hacia la braña del Jou de la Collá y la vuelta de la Cotera, además también encontramos un cartel indicativo de la flora y fauna de esta zona. Este sendero penetra en pleno bosque y a veces se encamina a través de enormes prados atravesando puentes de madera sobre los meandros del riachuelo de la Toba así como los del río Lar.
Aquí empieza un bonito y divertido sendero lleno de hojas en la época en la que estamos, y con algunos tramos embarrados debido a la lluvia de los días previos.
Después de esta zona embarrada, la senda se transforma en una cambera que, sin pérdida, recorre toda la cabecera del Arroyo de la Toba, entrando y saliendo del bosque en varias ocasiones.
Desde este primer descampado se podían ver los coloridos bosques de hayas que nos rodeaban.
En este tramo nos encontramos varias pasarelas de madera, por cierto bastante resistentes aunque resbaladizas, que cruzan sobre varios arroyos que van a parar al regato de la Toba.
Junto a esta primera pasarela nos encontramos, algo que abunda por estas zonas húmedas y sobre todo en esta época, las setas. En este caso nos encontramos un par de setas que tenían la pinta de no ser muy comestibles, ya que tenían un colorido muy atractivo y aunque nuestros conocimientos micológicos son nulos, nos pareció identificarla como la peligrosa y tóxica Amanita muscaria.
Después de casi hora y media de camino nos encontramos un indicador que nos animaba a desviarnos unos metros del camino principal para poder uno de los árboles singulares más impresionantes que hemos visto en las muchas rutas de senderismo que hemos realizado en los últimos años.
Este ejemplar está catalogado como árbol singular con el número 30 y es conocido con el nombre de «Roble tumbado» de Bujilices. Se trata de un roble, cagiga (Quercus robur L.), cuyo tronco se encuentra tumbado y tiene unos 10 metros de longitud sobre el suelo y que se encuentra en muy buen estado de conservación. De este grueso tronco tumbado surgen ramas que son verdaderos árboles de 18 a 20 m de altura, formando un conjunto excepcional.
No nos pudimos resistir a realizarnos una foto de grupo cerca de este impresionante ejemplar de roble.
Después de ver este ejemplar volvimos al sendero principal y que ahora nos dirigía hacia el Jou de la Collá, pasando previamente por apasionantes rincones con pasarelas sobre pequeños arroyos.
Después de dos horas de camino y haber atravesado una zona más despejada llegamos a un cruce del camino donde vimos unos indicadores, por un lado uno nos dirigía hacia «Las Rozas» y el otro a «La vuelta de la Cotera». Nosotros íbamos a coger este segundo camino el cual hacía la ruta circular un poco más larga. Si hubiésemos tenido prisa o el tiempo se hubiese puesto mal hubiésemos elegido el camino de las Rozas para regresar a nuestro punto de partida.
Como habíamos leído que en este sendero que nos dirige hacia las Rozas había una bonita cabaña, decidimos ir a verla. Sólo nos tuvimos que adentrar unos 400 metros para llegar a esta construcción camuflada entre la maleza. Para ello nos adentramos en una braña mal cuidada la cual estaba cubierta de helechos.
Al final de esta braña y antes de adentrarnos en el bosque nos encontramos la cabaña de Jou de la Collá, ligeramente escondida entre la maleza.
Después de descansar un poco y disfrutar de las vistas regresamos de nuevo al sendero principal para coger el camino que nos llevaba hacia la vuelta de la Cotera. Seguimos hacia adelante bordeando la loma y se introduce en la cabecera que vierte aguas al río Lar, en otros tramos llamado río de los Vados o Bayones.
Aquí se vuelve a repetir el paisaje, bosques de hayas, robles, acebos, así como entrada y salida de una gran multitud de pequeños arroyos, los cuales atravesamos gracias a unos rústicos puentes o pasarelas de recias maderas, rodeando las correspondientes lomas que les separan.
Al poco de pasar por este último puente vimos un indicador de la prueba de ultramaratón de los 10.000 del Soplao, la cual se había celebrado hacia el mes de Mayo y en al que unos intrépidos corredores hicieron una gran travesía de unos 112 km.
Bajando de nuevo hacia otra pasarela sobre uno de los múltiples arroyos.
Una vez atravesada esta última pasarela ya cruzamos al otro lado de la ladera del río Lar o de Bayones desde la que tenemos una vista de todo lo que hemos andado hasta ahora y con una visión al fondo de lo que puede ser la cima del Alto de Tordías.
Después de tres horas de caminata tuvimos, al borde del sendero, la espectacular visión de un acebo, presumiblemente hembra, ya que estaba cubierto de frutos rojos. La verdad que parecía un árbol propio de la ya próxima Navidad.
Ya de nuevo en el bosque nos encontramos, después de atravesar algunos arroyos, un tronco de un árbol cubierto totalmente por unas setas, que me imagino no serían comestibles, ya que sino ya se las habrían llevado.
Después de pasar alguna pasarela más volvemos a salir a otra loma en la que la senda se divide en dos, siguiendo por la de la derecha, que sube ligeramente para luego volver a llanear y pasar junto a un monumental haya, catalogada con el nº 20 y que se encuentra junto a las brañas de la Llana de Olar. Se trata de un ejemplar de haya de 35 metros de altura y de un perímetro de 3,85 metros de amplísima copa. Destaca su gran tronco, bien ramificado a partir de los ocho metros y perfectamente conformado.
Lógicamente no perdimos la ocasión de fotografiarnos bajo este gran árbol, dándonos una imagen de la grandeza de este ejemplar comparándolo con nosotros.
Nada más pasar junto a este ejemplar singular de haya nos encontramos un árbol caído sobre el camino que nos llamó la atención.
Al poco rato decidimos hacer una parada para comer en un bonito enclave bajo unos hayas. Después de disfrutar de nuestro merecido descanso y de nuestra comida decidimos continuar hacia nuestro punto de partida continuando por el sendero, atravesando alguna braña en la que había uno de los múltiples indicadores que marcan la ruta.
Después de atravesar este sendero volvimos a salir a una loma desde la que se podía ver cómo los rayos de sol iluminaban un bosque de hayas en el que se podían diferenciar claramente las diferentes tonalidades de las hayas, en la zona del Ayacorvo.
Continuando por el sendero ya nos parecía que teníamos que estar cerca de la pista principal que nos llevaría de nuevo hacia la Casa del Monte. Y así fue tras casi 5 horas de caminata, junto con la media hora que paramos para comer, llegamos al cruce principal con la pista que por un lado nos dirige a la casa del Monte y por la otra hacia la ruta del Hayacorvá.
En este cruce vimos los diferentes indicadores que nos dirigen por dos de los Pequeños Recorridos que hay en esta zona.
Ya sólo nos queda dejarnos caer por esta ancha pista que nos dirige a nuestro punto de partida. Pronto pasamos por un puente de hormigón sobre el arroyo de los Cuévanos y enfilamos el tramo final junto al cauce de este arroyo y más tarde del río Bayones. Posteriormente dejamos a nuestra derecha una pequeña construcción en la que destaca un escudo y que se encuentra junto a un nuevo cruce que va hacia arriba a la derecha.
Ahora ya nos acercamos al punto final y empezamos a ver algunas casas de campo a nuestra derecha. Algunas de ellas llaman la atención por lo poco indicadas que están para este hermoso enclave, sobre todo una con un tejado de chapa de color verde que destaca sobre el entorno. Por fin tras casi cinco horas podemos ver cerca la Casa del Monte, marcándonos el final de nuestro día de senderismo.
Una vez que llegamos a nuestro destino final nos aseamos un poco, nos cambiamos el calzado y nos fuimos a tomar un refresco a un restaurante de Ucieda en el que pudimos observar, al calor de la chimenea, cómo empezaba a llover en condiciones. Por lo menos la lluvia nos respetó nuestro día de senderismo.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva distancia-altura
Muchas gracias por la información compañeros. Espero que sigáis disfrutando de la naturaleza y compartiendo vuestra alegría.
Muchas gracias por el detallado comentario de la ruta y las fotos que lo acompañan, mañana intentare realizarla.
Saludos
Tengo planeado ir este verano a pasar unos días a Ucieda y esta información vuestra me será de gran utilidad.
Muchas gracias por vuestra generosidad.
[…] perderte por el mayor hayedal de Europa haciendo esta ruta, o bien puedes hacer esta deliciosa ruta por los puentes de Ucieda admirando los robles a tu paso. Una elección […]