El sábado 28 de septiembre retomamos, después de este caluroso verano, los bonorutas mensuales, a ver si a partir de ahora pueden ser realmente mensuales, todo depende de circunstancias ajenas a nuestra voluntad. La verdad, que las perspectivas del día no eran muy halagüeñas, daban lluvia en todos los lugares de Cantabria, aunque luego no fue para tanto, eso sí, esta vez nos mojamos en uno de los tramos, nos falló un poco nuestra suerte habitual en estos recorridos por la montaña, pero bueno no nos podemos quejar.
Teníamos planeadas un par de rutas, una de ellas era realizar el ascenso al Iján y al Cordel desde la zona de Brañavieja, pero esta, viendo la previsión meteorológica, tuvimos que abandonarla y nos decidimos por la segunda, el ascenso a Sejos, el cual ya habíamos realizado desde varios puntos en rutas anteriores, una de ellas desde Palombera hasta la Caseta del Campanario y otra desde el Haya Cruzá hasta el Cueto de la Concilla. Esta vez la íbamos a realizar desde la otra vertiente, en vez desde la zona de Campoo-Cabuérniga, la realizaríamos desde la zona de Polaciones. Para ello nos desplazamos hacia Puente Pumar, uno de los pueblo del valle de Poblaciones más poblados, donde además se encuentra el colegio público de Polaciones.
Una vez llegado a este bonito municipio de Cantabria cogimos la carretera que va hacia Uznayo y a los quinientos metros encontramos una nave y junto a ella estaba el inicio de una pista con su letrero indicativo, así que en este punto dejamos el coche y nos preparamos para iniciar esta primera ruta de la temporada. Esta primera ruta la íbamos a realizar los senderistas fijos de todas las rutas y mi perro Otto.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
Para ver el vídeo del bono-ruta realizado por uno de los senderistas pinchar aquí: .
Hace ya muchos años habíamos venido hasta este pueblo con nuestras familias y realizamos un pequeño tramo de esta ruta hasta llegar a unos invernales. Este tramo lo hicimos con nuestras niñas cuando tenían unos seis años e incluso uno de los niños iba en una sillita, lo cual da una idea de lo bien que está este primer tramo del recorrido. El camino estaba muy bien marcado y no tuvimos necesidad de plano ni de GPS, aunque así todo nosotros lo llevábamos por si acaso, no esta de más ser prevenido. lo primero que nos encontramos fue una pista de hormigón que ascendía ligeramente.
Por esta pista ascendíamos hacia la zona de los Hoyos y desde este punto se podía tener una bonita vista del pueblo de Puente Pumar bajo el Pico la Cucón (1.956 m) aunque hoy cubierto por las nubes. Este pico es donde se inicia la cordillera de Peña Sagra, pero no pudimos disfrutar de estas vistas por culpa de estas nubes.
Al poco de disfrutar de esta magnífica vista nos encontramos una portilla a partir de la cual está prohibido el paso de vehículos sin autorización y empezábamos a abandonar esta zona descubierta de árboles y nos íbamos a empezar a meter en una zona de arboleda.
Al poco de atravesar esta portilla comenzamos a meternos en una zona cubierta de hayas y robles que se encontraban a ambos lados de la pista.
Caminando por esta pista entre los árboles llegamos a un cruce por el cual se puede regresar de nuevo hacia el pueblo de Puente Pumar y también dirigirse hacia un punto de interés geomorfológico llamado Turbera del Cuetu la Avellanosa (1.354 m). Es una turbera que se encuentra sobre rocas carboníferas y en contacto con restos de una morrena, con un espesor de hasta cuatro metros de turba. También desde este punto se diferencia un pico en el que destaca una enorme antena. Este se encuentra sobre el embalse de la Cohílla, en concreto es la cima del Cuetu la Jaya (1.311 m).
A partir de aquí la pista deja de ser de hormigón y ya comienza a ser de tierra y piedras, aunque así todo sigue siendo igual de cómoda. En esta foto podemos apreciar tanto el cambio de pista como a uno de los senderistas más activos, mi perro Otto, un Yorkshire que deja atrás a cualquier otro perro más grande, si le pusiera un GPS a él veríamos que casi hace el doble de kilómetros que nosotros.
Después de este continuo, aunque suave ascenso comenzamos a descender para dirigirnos hacia un cruce sobre uno de los arroyos que parten de las Brañas altas y que alimentan al arroyo de Collavín y que después de pasar por Puente Pumar desemboca en el Nansa.
Ya en la parte final de este descenso cruzamos un puente sobre el arroyo y tras el cual se iniciaba de nuevo otro ligero ascenso.
A los cinco minutos de pasar por este puente llegamos a una zona de invernales. Hasta este punto es a donde llegamos hace muchos años cuando vinimos con nuestras familias, es más lo recordamos porque en este punto hicimos unas fotos que habíamos visto días antes cuando preparábamos la ruta, la verdad que cómo se cambia, sobre todo nuestras hijas, con el paso de los años.
Continuamos caminando por la pista principal, sin coger ningún tipo de desvío los cuales nos encontramos durante todo el camino, alguno de ellos lo único que hacían era volver a un mismo punto por otro camino o dirigirse a alguna cabaña.
Después de una hora de caminar, sin salirnos de la pista principal, llegamos a un cerrado para el control y carga de ganado.
Nada más pasar por este recinto para el ganado teníamos una perfecta vista de una de las cimas más emblemáticas de esta zona, el Cueto de la Concilla (1.923 m) que destacaba junto con el collado del Hitón.
A partir de aquí ya comenzábamos a iniciar un duro ascenso hacia el Collado del Hitón, y además de iniciar el ascenso también comenzó la lluvia y el viento y no nos quedó más remedio que abrigarnos y continuar subiendo. En medio de este ascenso pudimos ver lo que debió ser una tenada para el ganado que estaba totalmente destruida, dándonos una idea de los fuertes vientos y nevadas que hay por esta zona.
En este tramo de ascenso hacia el collado la pista ya se encontraba en peor estado, con más empedrado y ya en las fotografías se podía ver como el tiempo había cambiado.
Durante este tramo íbamos acompañados todo el rato por el asombroso sonido de la berrea de los venados que se encontraban por los montes de los alrededores, en concreto sonaban por la zona de El Robledo y Helguera. Otra cosa de la que pudimos disfrutar, gracias al mal tiempo, fue de una magnífica vista del arco iris sobre la cordillera de Peña Sagra.
Después de unos continuos zig-zags ya llegábamos al collado del Hitón y teníamos una nueva vista del Cueto de la Concilla, el cual desde este lado todavía no conocíamos, ya que las otras veces habíamos ascendido desde la zona de Campoo-Cabuérniga.
Al otro lado del collado se encontraba el Cueto de Helguera o de la Jelguera (1.746 m)
Como bien se puede ver en ambas fotografías se observa el estacado de separación entre las Mancomunidades de Campoo-Cabuérniga y de Polaciones, y sobre todo en mitad de ella, como si fuese algo de lucha entre las dos mancomunidades, destaca la Piedra Jincá, un menhir tumbado que atestigua la presencia humana en los Puertos de Sejos desde hace milenios.
De aquí continuamos caminando hacia el collado de Sejos ( 1.469 m ) aparecen otros restos megalíticos en forma de otros cinco menhires rectangulares tumbados más. Se trata de las estelas de Sejos. En dos de ellas se observan grabados con figuras humanas. La piedra jincá formaba parte del conjunto de estelas de Sejos, agrupadas en un círculo dando lugar a un cromlech. Posteriormente se desplazo de su emplazamiento original para marcar la muga entre pastos.
También destacan en Sejos los llamados Cantos de la Borrica, un conjunto de grandes bloques erráticos depositados aquí por los movimientos glaciares de los acumulos de nieve en la sierra del Cordel. Sobre todo destaca una gran piedra bajo la cual se encuentra un refugio de montaña.
También desde el collado de Sejos se podía ver, a lo lejos, una peña en la que se encuentra la caseta del Campanario y que ya visitamos en la otra ocasión que ascendimos a Sejos. También sobre esta peña, al fondo, destaca el Collado de Rumaceo y el Pico Ligüardi (1.974 m) el cual ya ascendimos en otra ocasión.
Desde aquí también se podía ver una vista de la otra posible ruta que teníamos planeada, el ascenso al pico Cordel (2.061 m), el primero de la izquierda, y el Cueto Iján (2.085 m) a la derecha del anterior, aunque se encontraban ligeramente cubiertos por las nubes.
En pleno collado de Sejos hay una placa conmemorativa por el fallecimiento de un senderista en una ruta a este lugar, la verdad que bonito lugar para fallecer, pero mucho mejor para disfrutarlo una y mil veces.
Una vez llegado a este punto teníamos que iniciar el camino de descenso hacia Uznayo y la mejor forma era seguir la pista principal que partiendo de este collado llegaba justo hasta el pueblo. Pero antes pudimos disfrutar de una vista de los picos que teníamos enfrente, aunque algo cubiertos por las nubes. Eran los picos de Europa, Peña Labra, Pico Tres Mares,…
Ya desde este punto se distinguía a lo lejos los pueblos de Uznayo, nuestro primer destino y el de San Mamés, el pueblo de Cantabria poblado que se encuentra a mayor altura sobre el nivel del mar y que pertenece al valle de Polaciones. Así que lo único que hacemos es seguir la pista principal sin salirnos de ella, aunque encontraremos varios desvíos que lo único que hacen es desviarse hacia algunos invernales y luego volver a la pista principal. la pista es muy cómoda y siempre acompañada del sonido de la berrea.
En el camino nos encontramos varios árboles que nos llamaron la atención por su colorido, unos eran acebos, pero tenían pocos frutos mientras que otros, parecía ser un serbal del cazador tenía un esplendido color.
También en este descenso nos encontramos algún invernal que ha sido remodelado de tal manera que ya no es un invernal sino un auténtico chalet en la alta montaña, lógicamente no tiene las mismas comodidades pero si toda la tranquilidad. En esta cabaña se podía observar las leñeras que tenían para pasar algunos días del invierno, incluso en esta época ya estaba encendida la chimenea.
Continuamos descendiendo por una ancha pista de barro la cual estaba habilitada para el paso de vehículos todoterrenos, tal y como habíamos visto anteriormente con un grpo de cacería que se encontraba a la caza del jabalí en el Cueto Concilla. También pudimos ver caminar por esta pista a un par de amantes de la fotografía que se habían levantado a primera hora de la mañana para poder fotografiar a algún venado durante la época de la berrea. Según lo que nos comentaron, sólo pudieron fotografiar a uno y a primera hora, cuando todavía no había salido el sol.
Por el camino nos íbamos encontrando con diferentes invernales donde la gente de los pueblos del alrededor guarda el ganado, los aperos o se guarece cuando las condiciones meteorológicas no son las más apropiadas.
Desde uno de estos invernales pudimos observar, al otro lado de la vaguada como un ejemplar macho salía a esconderse entre los árboles después de asustarse con un grupo de vacas que pastaban tranquilamente en un cercado. Fue una pena que estuviese tan lejos y que no nos diese tiempo para hacerle una foto decente.
Continuando descendiendo hacia Uznayo nos encontramos un grupo de caballos que pastaba tranquilamente en una de las muchas brañas que se encuentran por estos alrededores. Este es un tipo de ganado que se cría bastante por estos lugares, ya que son animales muy resistentes a las malas condiciones del tiempo en invierno.
Cuando íbamos bajando por la pista vimos un desvío que se dirigía hacia el lugar en el que previamente habíamos observado al venado y viendo que íbamos bastante bien de tiempo decidimos dirigirnos por este desvío hacia este lugar.
Lo primero que hicimos fue cruzar por un puente sobre el arroyo de Larraigado para dirigirnos hacia el otro lado de la vaguada donde se encontraba el cerrado donde vimos el venado.
Visto que los venados son mucho más inteligentes, en este medio, que nosotros nos dieron esquinazo y no los pudimos observar de cerca, pero aprovechando que cerca del cerrado había un hermoso ejemplar de haya, decidimos ponernos a su sombra a degustar de nuestra exquisita comida, unos simples bocadillos y un poco de chocolate que nos supo a gloria.
Después de comer nos dirigimos por el mismo camino hacia la pista principal sin dejar de observar una bonita panorámica de los picos que teníamos enfrente, Pico Tres Mares, El Cornón (No el de Peña Sagra), el Chivo,…, todos ellos cubiertos por unas nubes que nos impedían ver totalmente su perfil. Pero así todo, magnífico paisaje.
Ya acercándonos al pueblo pudimos ver un invernal con un cerrado en el que se podían ver dos magníficos novillos de una de las razas de vacas más extendidas por esta zona debido su dureza ante el mal tiempo.
Cuando seguimos bajando, la pista de tierra se convirtió de nuevo en una cómoda pista de hormigón en la que se podían ver cómo llegaban diferentes ramales que poco antes habíamos visto y que se desviaban un poco de la pista principal para dirigirse hacia los invernales próximos.
Al poco de entrar en esta pista hormigonada ya pudimos tener una magnífica visión del pueblo de Uznayo bajo las impresionantes cimas de la cordillera de Peña Sagra, aunque siempre cubierta de una capa de nubes en su parte superior.
Justo antes de llegar al pueblo tuvimos que atravesar el último puente, este sobre el arroyo de Collarín, otro de los que vierten sus aguas al Nansa.
Nada más pasar este puente, ya en el pueblo nos encontramos un cartel indicativo de la ruta que habíamos realizado pero en sentido inverso y junto al Humilladero del Cristo del Río, un humilladero del siglo XVIII, en el que puede verse un relieve en piedra de las ánimas del Purgatorio.
Una vez atravesado el pueblo de Uznayo y de haber disfrutado de las típicas casas de este poblado, nos dirigimos, ya por carretera, hacia nuestro lugar de origen en el pueblo de Puente Pumar.
Una vez que llegamos a nuestro destino final, nos cambiamos de ropa y el calzado y nos dirigimos por carretera hacia el pueblo de Pejanda, donde en un bar típico de la zona, donde todos aquellos que se dirigen hacia Cervera de Pisuerga, Potes, Piedraslenguas o sólo van a dar una vuelta con el coche o moto para conocer esta zona paran para degustar los productos típicos de la zona, cocido, embutidos,… Este lugar es Casa Molleda, donde además de poder disfrutar de un refresco pudimos disfrutar de un par de canciones montañesas interpretadas por un par de paisanos que allí habían comido, como dice el refrán «de la panza, sale la danza» en este caso la canción.
Una vez descansado un poco, como seguíamos con un poco de reseco nos dirigimos a otro bar típico de la zona, donde en alguna ocasión ya habíamos parado a comer, en este caso es Casa Enrique en el pueblo de la Laguna. Allí comentamos la ruta que habíamos realizado y tomamos el último refrigerio antes de dirigirnos hacia nuestras casas.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva de distancia-altura
Puente Pumar-Collado de Sejos-Uznayo-Puente Pumar | |
Distancia Total | Ruta circular de aproximadamente 19 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en 5 horas y media, parando para comer y descansar unos 45 minutos. |
Dificultad | La dificultad de la ruta es media, sólo la endurece la distancia, la ascensión hasta Sejos y el viento. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 750 m. |
Tipo de camino | Todo el recorrido es por pistas, de hormigón, de tierra o de piedras. |
Agua potable | Hay alguna fuente y bebederos para el ganado, pero es recomendable llevarlo. |
Época recomendada | En otoño o primavera, en invierno estaría bien para hacerla con raquetas de nieve. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 82 a escala 1:50.000 (Tudanca) del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |
Reblogueó esto en Montaña Montaña.
hola me podríais decir mas o menos por donde esta y precio por persona .cual de las rutas me aconsejariais y precio por persona
Hola Sonia.
Esta ruta comienza por la zona de Polaciones, es decir ir de Puentenansa hacia Tudanca, luego subir hacia el embalse de la Cohilla, seguir por esta carretera hasta coger el desvío hacia Puente Pumar. Es una zona preciosa y ahora ya tendrá algo de nieve. Si quieres ver la ruta puedes pinchar en el mapa y lo verías con más detalle.
[…] otro momento y recogidas en este blog, como la que asciende a Sejos desde este pueblo y que puedes ver en este enlace. Hasta este punto llevábamos recorridos 12,3 km y habíamos empleado un tiempo de tres horas y […]