El sábado 24 de Octubre nos juntamos cuatro amigos senderistas para hacer uso y disfrute de nuestro bonoruta. Para ello después de ver posibilidades, conocer el tiempo, y las zonas con caza, nos dirigimos a Tudanca para hacer una ruta circular.
Una vez llegados a Tudanca nos dirigimos al aparcamiento habilitado para turismos a la entrada del pueblo.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
Para ver una breve crónica de la ruta y el vídeo de la ruta pinchar aquí
Una vez preparadas las mochilas, puestas las botas y ver hacia dónde dirigirnos, iniciamos la marcha en dirección al centro del pueblo, dejando a la izquierda la iglesia del pueblo.
Nada más entrar en el pueblo nos encontramos un letrero que nos indicaba el inicio de la ruta por el Camino Real.
El Camino Real, descrito por Fernando Colón en su obra Cosmografía y Descripción de España (1517), era el camino que comunicaba la villa marinera de San Vicente de la Barquera con Toledo. Este Camino Real constituye un ejemplo más de las comunicaciones entre costa la cantábrica y la meseta castellana, a través del valle del Nansa. Según el cronista el camino sumaba un total de ochenta leguas, lo que equivale aproximadamente 445 km. San Vicente de la Barquera conectaba así con dos centros de gran importancia: Medina de Rioseco (Valladolid), núcleo de comercio e intercambio con Castilla, y Toledo, centro político y administrativo, poniendo de manifiesto la importancia que esta ruta tuvo en el pasado.
La función principal de este camino era la del intercambio comercial de artículos entre los puertos cantábricos y la meseta. Los productos que circulaban por el camino eran la pesca del cantábrico, sal – de gran valor puesto que se utilizaba para conservar alimentos-, productos llegados al puerto como lienzos y tejidos, utensilios de hierro procedentes de otros países europeos, útiles de madera de fabricación local, etc…
Este Camino Real se dirige por el margen derecho del río Nansa, por un sendero estrecho, bastante embarrado y en algunas zonas cubierto por hierba. Menos mal que llevábamos buen calzado (botas) ya que en caso contrario lo hubiésemos pasado bastante mal.
A los pocos metros de iniciar el recorrido por este senderillo a la orilla del río, pudimos ver las primeras casas del pueblo de Santotis, al otro lado del margen del río.
El recorrido por esta zona no tiene ninguna pérdida, ya que no hay ningún cruce ni posibilidades de perderse, así que seguimos caminando por este Camino Real y echando una vista atrás pudimos ver las estribaciones de la Sierra de Peña Sagra, justo encima de Tudanca y de La Lastra, y en la que se podía distinguir el conocido Sendero del Potro, que saliendo de La Lastra llega hasta Pejanda.
Seguimos caminando por este Camino Real, el cual tenía ligeras subidas y bajadas, y en una de esas ligeras subidas pudimos ver ya, casi al completo, el pueblo de Santotis.
En este sendero nos tenemos que cruzar con tres arroyos hasta llegar al punto en que nos tenemos que desviar hacia el interior del bosque. A los 2,5 km de la salida nos encontramos el primero de los arroyos, se trataba del arroyo que bajaba por el Canal de Mollea, que baja desde el Prado del Concejo de Tudanca.
A partir de aquí cambia un poco el aspecto de lo que nos rodea, empezamos a ir por un camino cubierto, a diestra y siniestra, de avellanos, lo cual hacía una zona más sombría y con más humedad en el suelo, y por tanto un terreno más embarrado.
En una de esas constantes subidas y bajadas pudimos tener una visión bastante espectacular del curso del río Nansa.
A los casi 4 km de nuestro punto de salida nos encontramos el segundo de los arroyos que teníamos que atravesar. En este caso se trataba del Arroyo del Costacillo, el cual baja por el Canal de Aras. En este arroyo que cruza el camino había una dificultad, cómo pasarlo. Teníamos dos opciones, la primera de ella era pasar por un enrejado de alambrón que estaba sobre el arroyo y que parecía una portilla que estaba caída sobre el arroyo.
El segundo paso era mucho más complicado y peligroso. Uno de los senderistas intentó pasar por ese defectuoso puente, pero notando la posibilidad de resbalar y de que se rompiese el puente se echo para atrás y paso por el otro que era más seguro.
A los diez minutos de atravesar este último arroyo nos encontramos una bonita cabaña con un buen «prao» al lado y junto al río.
Unos pocos metros después de pasar junto a esta cabaña tuvimos que atravesar el último de los arroyos, este mucho más pequeño que los anteriores.
Después de 4,5 km y aproximadamente una hora y media de caminata llegamos a un cruce donde abandonamos el Camino Real. Este cruce estaba cerca del pueblo de Sarceda y justo antes de un «prau» bastante extenso y con una cabaña en el medio.
Ahora comenzaba la zona más complicada, aunque en este primer tramo no era para tanto. Se empezaba a notar el ascenso ya que teníamos que ascender desde los 350 m de altitud, al borde del río hasta los 1.186 m en el Cueto de Caorra. La pista ascendía por medio del bosque.
En este ascenso, haciendo algún que otro zig zag, volvimos a travesar el último arroyo que habíamos cruzado en el Camino Real, pero esta vez varios metros más arriba.
En este ascenso pudimos tener una nueva vista de las estribaciones de la Sierra de Peña Sagra, así como los pueblos que estaban a sus pies.
Seguimos ascendiendo por esta cómoda pista, en la que pudimos encontrar varias setas de diferentes especies, la más conocida el tan codiciado Boletus. A la media hora del desvío del Camino Real nos apareció una magnífica vista de la Sierra de Peña Sagra, en la que destacaba el conocido y ya ascendido por nuestro grupo de montaña, el Cornón de Peña Sagra.
Continuamos este ascenso hasta que llegamos a un cambio de sentido justo en una vaguada que baja desde Sierra Yero y por la que baja un pequeño arroyo.
A los pocos metros volvimos a tener una perfecta vista del bosque que teníamos en frente, al otro lado del Canal de Aras, y justo detrás y al fondo la Sierra de Peña Sagra.
En esta zona volvimos a ver bastantes setas junto al camino y pudimos disfrutar el color rojizo del bosque de hayas que se encontraba en el Canal de Aras.
Seguimos ascendiendo ligeramente y al poco rato parece que empezamos a llanear y entramos en una especie de pequeño bosque con zonas cubiertas de musgo y de robles.
Una vez atravesado este pequeño robledal salimos a una zona en la que perdimos el sendero, la pista, y todo indicador a seguir, así que empezamos a caminar a media ladera en dirección al arroyo, tal y como nos indicaba el track que estábamos siguiendo.
El problema es que si lo seguíamos nos mandaba bajar hacia el arroyo de Costacillo en el Canal de Aras y buscar un paso por él, así que decidimos no hacer caso del track e iniciar el tramo más duro de todo el recorrido y dirigirnos ladera arriba hacia la crestera. Aquí cada uno buscó su camino más cómodo, unos hicieron la subida buscando la pendiente más suave dirigiéndose hacia el collado próximo, mientras que yo me dirigí hacia arriba por la máxima pendiente en busca de la cima, siempre sin perder de vista al grupo principal.
Una vez en la cima, después de un duro ascenso, pude disfrutar de unas magníficas vistas de toda la Sierra de Peña Sagra, con el Cornón destacando por encima.
Me encontraba según el IGN el Tamareo (1.096 m.), en el cual había unas vistas espectaculares. Además de toda Peña Sagra si miraba hacia la izquierda, es decir hacia el norte, se veía una pequeña braña, creo que se trataba la Braña de La Jaroja.
Después de disfrutar de las vistas y de tomar un poco de aire después del duro ascenso inicie la marcha por la crestera hacia el collado donde se encontraban el resto de los senderistas. Una vez unido de nuevo el grupo pasamos por otra gran braña donde había un rebaño de ganado pastando. Esta era la Braña de la Hoya.
Ahora volvimos a encontrar un nuevo sendero, aunque más que sendero era el camino que habían creado unos vehículos, supongo de ganaderos para ir a buscar o a alimentar al ganado. Este camino iba por toda la crestera así que todo lo que hicimos fue seguir por esta crestera en dirección hacia la siguiente cima, el Cueto Tamaredo (1.129 m).
A las cuatro horas de caminata llegamos a la cima más alta de todo el recorrido y a partir de este momento ya todo sería cuesta abajo. Nos encontrábamos en La Caorra (1.186 m.) Las vistas eran espectaculares, se veía la Sierra de Peña Sagra y aprovechamos para hacernos un selfie de todo el grupo.
También en la cima del Caorra aproveché para hacer una panorámica en la que se podían ver las cimas de todos los montes de los alrededores e incluso se podían ver las cimas de Porracolina, Castro Valnera, …
Una vez realizado el selfie iniciamos el camino de descenso hacia Tudanca y al fondo se podía ver el camino que teníamos que alcanzar.
Ahora iniciamos el descenso siguiendo la alambrada que separa el Valle de Cabuérniga del Valle de Tudanca. Algunas de las estacas las estaban poniendo y estaban tiradas en el suelo esperando a ser clavadas.
En la parte más cercana a la braña encontramos unas rocas, las cuales nos facilitaban el paso de la alambrada, así que eso hicimos pasar la valla.
Seguimos descendiendo hacia la braña de Carracedo donde destacaba un cerrado para el ganado.
En esta braña encontramos la pista que desciende en dirección a Tudanca y donde encontramos una señal que indicaba que el paso a vehículos estaba prohibido.
En este punto cogimos la pista que desciende hacia Tudanca. Es una pista cómoda y bastante ancha que en uno de los tramos bordea el Alto de Buzañores (1.137 m.)
Antes de llegar al tramo que bordeaba esta cima nos encontramos un letrero que indicaba el camino hacia Saja y hacia Tudanca.
En esta pista de descenso las vistas del bosque eran espectaculares con los típicos colores de los hayedos en la época de otoño.
A las cinco horas y cuarto de marcha llegamos a una zona en la que nos quedaba a mano izquierda el Prado del Concejo de Tudanca. En este Prado del Concejo se juntaban las gentes del pueblo de Tudanca para proceder a la siega, asignando a cada vecino una parcela según un sorteo. Buscando y buscando uno de los senderistas encontró un vídeo del año 1929 en la que se explicaba dicha actividad. En el siguiente enlace se puede ver dicho vídeo. Pinchar aquí.
Bajando por la pista llegamos a un paso canadiense y a partir de esta zona toda la pista era cuesta abajo y mucho más cómoda.
En la pista de descenso nos encontramos a mano derecha una cabaña, y se podían ver bastantes más al fondo cerca del arroyo.
Caminando por la pista llegamos a una curva muy marcada hacia la izquierda y a partir de este punto ya nos encontrábamos encima del pueblo de Tudanca, en el que destacaba la central hidroeléctrica. En la fotografía también se puede ver el Collado de Abellán, lugar donde se inicia el Sendero del Potro, por las faldas de Peña Sagra.
En el descenso nos volvimos a encontrar otro paso canadiense en mitad de la pista.
Bajando por la pista encontramos un desvío a mano izquierda, el cual no cogimos y que se encontraba junto a recinto para el ganado.
Al poco de pasar por este cruce nos encontramos una curva muy marcada hacia la derecha y que desemboca en otro cruce con una pista que viene del Barranco de Jalgar.
Al llegar a la pista cogemos esta hacia la derecha y justo al lado nos encontramos otra señal tirada en el suelo y que indica el camino hacia las Brañas de Carracedo, de donde bajábamos, o hacia la Ermita de la Virgen de las Nieves.
Esta pista estaba cementada y se dirigía hacia el pueblo de Tudanca. A la derecha nos encontramos una gran nave para el ganado. Seguimos la pista hasta encontrar un desvío a mano izquierda, el cual cogimos.
En este momento ya nos encornábamos en el interior del pueblo de Tudanca. Un pueblo con construcciones muy cuidadas y típicas de la zona.
Ya en el pueblo nos dirigimos hacia la construcción más conocida de todo el pueblo, debido a que en esa casa, La Casona de Tudanca, residió el famoso escritor José María de Cossío.
Esta casona fue fundada por D. Pascual Fernández de Linares, en 1752, un indiano que tras hacer su fortuna en Perú retorna a su pueblo y trata, mediante su edificación, mostrar su riqueza. Tiene gran interés histórico, ya que perteneció a D. José María de Cossío, importante literato, quién la donó al gobierno regional. En la Casona pasaron largas temporadas importantes literatos, que escribieron algunas obras importantes, como Concepción Arenal, Giner de los Ríos, Miguel de Unamuno, Gerardo Diego, Miguel Hernández, etc. Tiene una importante biblioteca, con algunas obras manuscritas y más de 25.000 volúmenes, archivo histórico familiar e importantes obras artísticas.
En una de las fachadas de dicha casona nos encontramos algo típico de esta zona, una Basna. La Basna es una especie de carretón para acarrear la hierba pero que no tiene ruedas y que se utiliza para descender desde el «Prau Conceju» por las zonas más escarpadas y por donde un carro normal no podría.
Desde allí, una vez realizado el cambio de calzado y de ropa y de hacer unos estiramientos para relajar un poco los músculos nos dirigimos al pueblo de Puentenansa donde tomamos unos refrescos.
Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva de altura en función del tiempo de marcha.
Tudanca – Camino Real – Canal de Aras – Cueto Tamaredo – Cueto Caorra – Tudanca | |
Distancia Total | Ruta circular de 19,1 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en seis horas y 30 minutos minutos, y estaríamos parados 45 minutos entre la comida y resto de paradas. |
Dificultad | La ruta es de nivel medio, aunque la subida del Canal de Aras es bastante dura. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 800 m. con un desnivel acumulado de unos 1.100 m. |
Tipo de camino | Todo el camino fue por senderos, pistas y campo a través. |
Agua potable | Encontramos varios arroyos en los que se podría beber agua, pero ninguna fuente. |
Época recomendada | Se puede hacer en cualquier época del año, aunque en otoño las vistas del bosque son espectaculares |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 82-I (Tudanca), 82-II (Los Tojos), 57-III (Cosío) y 57-IV (Valle) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |
Que envidia me dan cuando recibo una nueva ruta realizada por ese grupo.Gracias y a esperar hasta la próxima excursión.Vosotros si que valeis para hacer esas travesías y después saber contarlas de una forma tan real.Gracias nuevamente y a seguir recorriendo esos praos que tiene Cantabria.