Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘GR-99’


El sábado 25 de Noviembre, después de un tiempo sin actividad senderista, nos juntamos tres amigos para realizar el uso y disfrute de nuestro bonoruta. Esta vez uno de nuestros amigos no pudo venir, por tener el cumpleaños de su hija, y lo primero es lo primero, y se quedo sin disfrutar de esta interesante ruta, pero como dice nuestro lema «no se hacen prisioneros», siempre intentamos ir juntos, pero si no se puede…

La verdad que no era el día meteorológicamente más apropiado, ya que después de una semana de tiempo primaveral, el viernes llegaron las lluvias, pero como había una ventana de tiempo regular en la zona de Valderredible, nos dirigimos hacia allá. En concreto fuimos a realizar una ruta casi circular por el Monte Hijedo.

Ya en otra ocasión habíamos realizado una pequeña incursión por el Monte Hijedo, pero esa vez con nuestras familias, y aprovechando que pasamos unos días en el pueblo de Sobrepeñas. Pinchar aquí para ver la ruta por el Hijedo de hace siete años.

Para ello salimos de Santander hacia Riopanero a las 08:15 horas. Fuimos por la carretera del Escudo y después de pasado el Escudo, Cabañas de Virtus y nada más pasar el puerto de Carrales cogimos el desvío hacia Polientes y después de pasar por varios pequeños pueblos cogimos el desvío que nos dirige a Riopanero. Una vez cogido el desvío y justo antes de llegar al pueblo nos metemos por una pista, por la que pueden circular los coches hasta que llegamos a una zona habilitada para el aparcamiento. A partir de este punto está prohibido la circulación de vehículos de motor.

Aparcamiento en las cercanías de Riopanero

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

Para ver una breve crónica de la ruta y el vídeo de la ruta pinchar aquí

Allí nos pusimos las botas, cogimos la mochila y nos dispusimos a realizar nuestra ruta. En este punto de inicio había un cartel descriptivo del tramo Riopanero-Monte Hijedo del GR-99 Ruta del Ebro, el cual seguiríamos durante un buen rato. Comenzamos a caminar por una cómoda pista en la que dejábamos a nuestra mano derecha el arroyo Hijedo, el cual a diferencia de lo que pensábamos llevaba bastante agua.

Arroyo de Hijedo a nuestra derecha

Al kilómetro de ir descendiendo por esta pista llegamos a una bifurcación donde se juntaban dos arroyos, por un lado el Hijedo y por el otro el de la Breña.

Llegando al cruce del arroyo Hijedo y el de la Breña

Y justo en este punto se encontraba un refugio conocido con el nombre de cabaña de la Corva, por ser conocido esta zona con ese mismo nombre.

Cabaña de La Corva

Dejamos la cabaña de La Corva a nuestra derecha, cogiendo el camino de la izquierda cogimos una cómoda pista que iba en ligero ascenso y que estaba cubierta en parte por las hojas de los robles Albares que se encuentran a los lados de dicha pista.

Pista entre los robles

Al kilómetro de la cabaña de La Corva nos encontramos un cartel indicativo que marcaba una desviación de la ruta principal hacia el pueblo de La Serna. Para ello había que cruzar el arroyo y subir una pendiente bastante fuerte con el problema añadido, tal y como indicaba el cartel, de la falta de señalización.

Desvío hacia La Serna

La pista discurría paralela y a muy poca distancia del arroyo de Hijedo, en el que se podían ver bastantes pequeñas y curiosas cascadas.

Curiosa cascada en arroyo Hijedo

En la pista, cubierta de hojas de roble, nos llamó la atención lo que parecía unos perfectos frutos amarillentos y esféricos que además se encontraban pegados a las hojas de los robles.

Extraño «fruto» pegado a una hoja de roble

Pero ya sabíamos que no era un fruto, se trataba de una agalla, abogallas o cecidias. Se trata de una estructura tumoral que se forma en las hojas de los robles inducidas por algunas especies de insectos. Su formación es debida a que la hembra de un insecto pone un huevo en el brote tierno de una hoja del roble, el roble reacciona segregando una sustancia alrededor de este huevo y formando esta estructura, la cual al eclosionar el huevo servirá de alimento para esta larva y posteriormente en su interior se realizará la metamorfosis y una vez formado el insecto adulto saldrá de esta agalla. No me pude resistir a abrir uno y observar al insecto plenamente formado.

Insecto en el interior de la agalla

Continuamos caminando por la pista y llegamos a un lugar en el que daba lugar a una pequeña confusión, un camino se dirigía hacia la izquierda y el otro continuaba recto, así que seguimos por este, que parecía el principal.

Desvío hacia la izquierda

Pero, error, el camino se acababa a los pocos metros, pero en vez de retroceder, tiramos cuesta abajo hacia el río a coger el camino que habíamos obviado. Ya en él continuamos caminando cerca del arroyo, hasta que de repente nos encontramos una pequeña dificultad, la pista se dirigía hacia el arroyo, pero no en la misma dirección, si no que obligaba a cruzarlo,

Buscando por donde cruzar el río

así que con mucho cuidado iniciamos el cruce del río por el sitio que parecía más cómodo.

Buscando unas rocas para poder atravesar el arroyo

Pero lo que parecía que iba a ser un paso sobre el arroyo se convirtió en un constante cruce por el arroyo, primero de un lado a otro y luego regresando de nuevo al otro lado.

Cruzando el arroyo

Y cuando ya parecía que íbamos por el lado correcto, de repente otra vez al otro lado.

Otro cruce del río

Pero este no fue el último, en concreto tuvimos que cruzar el arroyo siete veces, en la subida y otras seis veces en el camino de regreso, y de las trece veces que pasamos en ninguna de ellas caímos al río y eso que las rocas tenían una superficie cubierta de verdín y la hacían muy resbaladizas.

El último de los pasos que fotografié

A la hora y cuarto, y después de casi cinco kilómetros de caminata llegamos a un vallado en el que había una «puerta» con una cadena, la cual estaba tirada en el suelo.

«Paso fronterizo» entre Cantabria y Castilla y León.

Este punto es la frontera entre la comunidad de Cantabria y la comunidad de Castilla y León y se conoce con el nombre de la Cruz de la Raya y que se encuentra a los pies del Portillo de la Serna (1.027m.) Además de este «paso fronterizo» nos encontramos una piedra en la que estaban grabadas unas letras y una cruz y que igual da el nombre a este punto.

Cruz de la Raya

Ahora ya no estábamos en Cantabria, nos encontrábamos en la Provincia de Burgos y lo primero que hicimos es desviarnos un poco del sendero para poder observar uno de los espectaculares tejos que hay por esta zona. Parece mentira en qué sitios más complicados puede brotar un tejo. Esto parece ser que es debido a que los roedores comen las semillas de este árbol y al irse a sus madrigueras mueren debido al veneno y de esa semilla brota el tejo y se tiene que buscar un camino buscando la luz entre las rocas.

Uno de los espectaculares tejos

También junto a este espectacular tejo encontré algo que nunca había visto, parecía una lechuga de estas que se llevan en la nueva cocina y estaba adherida al tronco de un roble. Como me llamó la atención la hice una foto y parece que es un tipo de liquen semejante a los que abundan por esta zona. Y la existencia de liquen evidencia la presencia de una zona libre de contaminación, así que estábamos en un sitio «muy sano».

Extraña «lechuga»

Después de una hora y media de caminata y algo más de cinco kilómetros y medio llegamos al enlace con el recorrido circular. Además este recorrido se corresponde con un pequeño recorrido, en concreto con el PR-BU-30 de Cabaña de Hijedo, lógicamente las letras BU son debidas a que estamos en la provincia de Burgos.

Enlace con el PR-BU-30

Hasta este punto la señalización no era muy buena, ya que sólo había marcas del GR-99 y la verdad que hubo bastantes puntos que no sabíamos muy bien el camino, igual en otra época con los senderos limpios de hoja hubiese sido más fácil. A partir de este punto el camino no tiene pérdida ya que, además de ser una pista muy clara, todo el recorrido tiene las típicas franjas blancas y amarillas.

Caminando por el sendero perfectamente marcado

En este enlace con el PR-BU-30 podíamos seguir dos alternativas, ir hacia la izquierda y llegaríamos a la Cabaña de Hijedo después de recorrer 2,4 km. o ir hacia la derecha y llegaríamos a la cabaña después de andar 5,7 km. Como nuestra intención era comer en la cabaña, nos decidimos por el camino largo, así que para allá nos dirigimos y lo primero que nos encontramos era un puente para atravesar un pequeño arroyo que se encontraba a los pies de la cima de Los Casarones (1.004 m.)

Puente sobre arroyo

Después de caminar por el bosque, entre robles y hayas, protegidos del viento, empezamos a oír el sonido del viento y eso nos indicaba que salíamos de la protección del bosque y así fue, notándose un descenso de la temperatura y mucho más aire, pero tampoco mucho que hiciese incómodo el caminar.

Saliendo del bosque

Al poco rato, a los veinte minutos de iniciar el recorrido circular, llegamos a un cruce importante de caminos, hacia la derecha nos llevaría a Montejo de Bricia, pero nosotros cogimos el desvío hacia la izquierda que nos dirige hacia nuestro destino.

Llegando al desvío, el cual cogemos a la izquierda

En ese desvío, no hay lugar a pérdidas ya que está perfectamente marcado con un poste indicativo que nos marca el camino correcto a la Cabaña de Hijedo e informando que quedaban sólo 3,9 km.

Poste indicador marcando el camino correcto

A partir de este cruce el paisaje cambió totalmente, desaparecieron los árboles, apareció el viento, las nubes, zonas rocosas con Peña Rota al fondo y una pista mucho más marcada, así que la seguimos.

Siguiendo la pista

Después de caminar un rato por esta pista, parecía que nos dirigíamos de nuevo hacia el bosque y volvíamos a su protección.

Caminando hacia el bosque de nuevo

Justo antes de entrar de nuevo en el bosque nos encontramos un desvío a nuestra derecha por una pista que parecía muy importante y que se dirige hacia Santa Gadea de Alfoz. Lógicamente no cogimos el desvío, tal y como marcaba el poste indicador y nos dirigimos a la izquierda, hacia el bosque.

Desvío, el cual cogimos hacia la izquierda

Si hubiésemos cogido ese desvío también podríamos llegado a la Cabaña de Hijedo, pero por una cómoda pista, en la cual hubiésemos encontrado un cruce a la izquierda y después de un rato hubiésemos llegado a otro desvío a la izquierda que nos habría llevado a la cabaña. Justo en este desvío es desde donde empezamos hace 7 años una pequeña ruta con nuestras familias.

Cruce que hubiésemos encontrado

Bueno nosotros cogimos el desvío que nos dirigía hacia la izquierda y despareció el viento bajo la protección del bosque y despareciendo de nuevo el sendero bajo una gran capa de hojas secas.

Sendero bajo manto de hojas secas

Entrábamos de nuevo en el bosque del Monte Hijedo, que es una de las superficies arbóreas de roble más importante de España, aunque además de roble pudimos ver lógicamente muchas hayas y espectaculares tejos y acebos.

Bosque con robles y acebos

En este tramo nos encontramos uno de los tejos más espectaculares de todo el recorrido, el cual ya habíamos visto y fotografiado en otra ocasión.

Espectacular Tejo

Después de hacernos unas fotos con este espectacular tejo reiniciamos la marcha y llegamos a un cartel que nos mostraba el desvío hacia un mirador natural y allí nos dirigimos.

Desvío hacia el mirador natural del Monte Hijedo

Las vistas desde este mirador eran impresionantes, todavía se veían los rojizos colores de las hayas, aunque en esta época ya casi tendrían que estar sin una hoja, pero el cambio climático es así.

Vistas del Monte Hijedo desde el mirador natural

En el mirador aprovechamos para hacernos un «selfie» del grupo de amigos.

Selfie en el mirador del Monte Hijedo

Salimos del mirador y nos dirigimos hacia la Cabaña de Hijedo, la cual ya casi se veía desde la pista, pero antes de llegar encontramos un poste que marcaba la ruta circular y el inicio del recorrido, que es donde empezamos la otra vez hace ya siete años. A este punto regresaríamos después de comer para seguir el recorrido.

Poste indicador

Al final después de casi tres horas de camino y 11 km. llegamos a la Cabaña de Hijedo, aunque más que cabaña parecía un cortijo andaluz, no por el estilo, sino porque tenía capilla, casona, cuadras,… Es decir espectacular y en un sitio imprevisible de que nos encontremos esto que muestro a continuación.

Cabaña de Hijedo

Una vez en la famosa Cabaña de Hijedo nos dispusimos a reponer fuerzas y nos llevamos una gran sorpresa, nos apareció un gran mastín que estaba protegiendo unas ovejas que había en la finca de la cabaña y que estaba suelto. Al principio nos «asustó» un poco, pero luego nos dimos que estaba a falta de cariño.

Mastín de la Cabaña de Hijedo

Lo malo que al ser tan «cariñoso» con él, me dejó un desagradable olor y me parece que una pulga, porque esa noche aparecí con unas ronchas muy curiosas. Además este perro debe ser conocido ya que buscando en internet información sobre el Monte Hijedo encontré este texto de Javier Prieto Gallego «En la Edad Media, cuando los monjes partían de La Rioja para evangelizar el asolado norte peninsular anotaban en sus libros que, para alcanzar las fuentes del Ebro, antes era menester adentrarse en una densa y peligrosa selva plagada de peligros y fieras inimaginables: hablaban del MonteHijedo. Es muy posible que en aquel tiempo los peligros de la selva fueran tan reales como que te merendara un oso, los lobos se hicieran con tu zurrón o el abuelo del bandido Fendetestas se quedara con los dineros de la expedición. Hoy el mayor peligro es acercarte demasiado al caserío conocido como la Cabaña de Hijedo. El mastín que la vigila anda suelto y lo tiene bien claro: los forasteros cuanto más lejos, mejor.» Pero la verdad que no fue nada peligroso, lo único que impresionaba bastante sobre todo cuando se acercaba en «exceso» y no sabemos con qué «intenciones».

Después de una merecida comida, reiniciamos la marcha dirigiéndonos al poste indicador que habíamos visto antes y que nos dirigía al punto de enlace con el camino de regreso y que se encontraba a unos 2,4 km.

Reiniciando la marcha

Nos volvemos a introducir en el bosque, pero esta vez por el camino corto

Entrando en el bosque de nuevo

Después de unos 2,5 km. llegamos de nuevo al punto donde iniciamos el recorrido circular del PR-BU-30, así que cogimos el desvío hacia la derecha que nos llevaba de nuevo hacia Cantabria.

De nuevo el cruce hacia Cantabria

De nuevo nos quedaba atravesar otros siete arroyos para llegar a nuestro destino en Riopanero, pero esta vez nos ahorramos un paso por encima del arroyo cogiendo un pequeño desvío en el que vimos un panel indicativo.

Paso sobre el arroyo que nos ahorramos

El camino de regreso fue por el mismo camino que utilizamos en la subida, así que sólo nos quedaba re-andar el camino, pero disfrutando más de las vistas y haciéndonos una foto en un impresionante haya que parecía que nos había dejado un banco para descansar en este final de la ruta.

Descansando en un «banco» de un haya

Al final, después de una maravillosa marcha de casi 19 km y cinco horas de duración, llegamos al aparcamiento en Riopanero. Allí nos cambiamos el calzado y nos dirigimos a tomar un refresco en el pueblo más importante de todo el municipio de Valderredible, Polientes.

Para ver la imagen en Wikiloc, pinchar en la imagen:

Ruta en Google Earth

Curva altura-tiempo

Curva altura-tiempo

Riopanero- Cabaña de Hijedo – Riopanero
Distancia Total Ruta de aprox. 19 km. Hay un tramo circular de unos 8 km. y el principio y final es por el mismo camino
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y estaríamos parados unos 30 minutos aproximadamente.
Dificultad La ruta es moderada y la única dificultad es la distancia.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 200 m.
Tipo de camino Pistas, senderos y campo a través.
Agua potable No encontramos ninguna fuente pero hay abundantes cruces con arroyos.
Época recomendada En cualquier época del año, aunque con los ríos muy caudalosos sería dificultoso el cruce por los arroyos.
Cartografía y Bibliografía Hoja 108-IV (Espinosa de Bricia) y 108-II (Arija), a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

Read Full Post »


El día 25 de Mayo de 2015, aprovechando que en Santander se celebraba la Festividad de La Virgen del Mar, patrona de la capital, me decidí a organizar la III ruta de senderismo del curso 2014-15 con los alumnos y familias del colegio en el cual trabajo. Para ello conté con la ayuda de mis amigos senderistas, a los cuales doy las gracias desde aquí.

Cartel de la III Ruta de Senderismo

Cartel de la III Ruta de Senderismo

Para ello, y para prepararla bien, el viernes 15 de Mayo, festividad de San Isidro, nos fuimos Carlos y yo a ver el posible recorrido que podríamos hacer. La ruta la teníamos clara, queríamos que fuese fácil, atractiva y con algo de contenido cultural. Por ello nos decidimos por una ruta que comenzaría en San Martín de Elines y finalizaría en Orbaneja del Castillo. Lo malo que ese día tuvimos que hacerla de ida en vuelta, ya que dejamos el coche en San Martín de Elines, hicimos el recorrido y tuvimos que volver al punto de salida, mientras que el día que hicimos la ruta con las familias el autobús nos dejaría en un sitio y nos recogería en el otro. La diferencia fue de los 24 km. que hicimos el día de la prueba, a los 15 km. que hicimos el día de la ruta definitiva. En la imagen de la ruta está recogida la que hicimos el primer día.

Para iniciar la ruta salimos del colegio a las 09:30 horas un total de 51 senderistas en dirección a San Martín de Elines. Para ello cogimos la carretera que va hacia Reinosa y después de pasado este pueblo nos dirigimos en dirección a Polientes y posteriormente a San Martín de Elines. Allí, el autobús nos dejó en la plaza de la colegiata, donde dio la vuelta y se dirigió al destino final en Orbaneja del Castillo.

Colegiata de San Martín de Elines

Colegiata de San Martín de Elines

Allí nos recibió el párroco de la Colegiata, el padre Bertín, con el cual habíamos quedado los días anteriores para que nos enseñara esta joya del Románico en Cantabria. Según él, esta Colegiata, junto con la de Santillana del Mar y la de Castañeda, está considerada como una de las mejores representaciones del románico en Cantabria. Además al ser parroquia y utilizarse todos los días, se encuentra muy bien conservada.

Padre Bertín contando la historia de la Colegiata

Padre Bertín contando la historia de la Colegiata

Esta es la iglesia más destacada de Valderredible, por su tamaño, monumentalidad y belleza, durante la Edad Media fue monasterio principal del valle. Actualmente, está considerada como Bien de Interés Cultural ya que fue declarada Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.

Claustro de la Colegiata

Claustro de la Colegiata

En este claustro hay una importante colección de sarcófagos, algunos bellamente decorados. Hay uno muy llamativo por la riqueza de sus relieves, ya góticos, del siglo XIII. En el lomo de su tapa aparece una larga espada e inscripción del año 1231. Aparece la concha del peregrino a Santiago, lo que hace pensar que pudiera tratarse de algún infante o noble que de camino a Compostela pasó por el monasterio, donde encontró la muerte.

Sarcófago de Caballero

Sarcófago de Caballero peregrino

Al exterior es destacable el ábside y, en general, la secuencia de canecillos de las cornisas. Según el padre Bertín, estos canecillos servían para educar a la gente de aquella época, los cuales al no saber leer ni escribir, la forma más sencilla de enseñarles era mediante esta figurillas que explicaban la diferencia entre el bien y el mal.

Famosos canecillos

Famosos canecillos

Estos canecillos pueden tener formas faunísticas a geométricas pasando por seres teriomorfos («Terios»: ser fantástico o monstruo), criaturas angélicas, retratos, músicos, bailarinas, objetos o escenas eróticas son entre otros muchos algunos de los motivos que causarán nuestro asombro. Habitualmente considerados como «esculturas menores» no es corriente que transmitan un programa iconográfico determinado, si bien en muchos de ellos subyace la contraposición del bien y el mal en alguna de sus representaciones icónicas.

Uno de los canecillos más representativos

Uno de los canecillos más representativos

Hay en el muro derecho de este ábside el único resto de pintura románica de Cantabria con la representación de dos apóstoles.

Ábside de la colegiata

Ábside de la colegiata

Dentro de la colegiata destacan los capiteles del ábside en el que hay diferentes representaciones, los cuales al igual que los canecillos, tenían la misión de educar y enseñar los pasajes bíblicos a la gente de aquella época, la cual, mayormente, era analfabeta.

Uno de los capiteles del ábside

Uno de los capiteles del ábside

También destacaba una pequeña escultura de la patrona, la Virgen de Elines. Muy llamativa por el colorido que tiene.

Virgen de Elines

Virgen de Elines

Después de realizar la interesante visita cultural, de la cual dimos las gracias al Padre Bertín, nos hicimos una fotografía de todo el grupo de senderistas delante de la famosa Colegiata. Además serviría de foto de inicio de la ruta, ya que la comenzamos en este punto, a diferencia del día que hicimos la prueba, que la iniciamos junto al puente que cruza el Ebro en la entrada del pueblo.

Grupo de senderistas en la Colegiata

Grupo de senderistas en la Colegiata

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

De esta plaza nos dirigimos en dirección al centro del pueblo, pasando junto a la casa rural de «La Romanika de Fellini«, según me dijeron, propiedad del afamado director, guionista y productor de cine, Rodolfo Montero, oriundo de este pueblo, premiado con en dos ocasiones con un Goya.

Iniciando el camino hacia el centro del pueblo

Iniciando el camino hacia el centro del pueblo

Por este camino llegamos al centro del pueblo y después de atravesarlo llegamos al puente sobre el río Ebro, que da entrada al pueblo. Allí cogimos el inicio de la ruta que va junto al curso del río Ebro.

Inicio de ruta junto al puente

Inicio de ruta junto al puente

Esta ruta forma parte de la cuarta etapa del Gran Recorrido del camino natural del Ebro (GR-99), el cual se inicia en su nacimiento, en Fontibre y finaliza en su desembocadura, en Riumar. En concreto la cuarta etapa se inicia en Polientes y finaliza en Orbaneja del Castillo, es decir, casi íbamos a realizar la cuarta etapa completa.

En esta cómoda pista que va junto al río teníamos una buena vista del cañón del Ebro por la zona del Tobazo. También destacaba la gran cantidad de «pelusilla» que soltaban los chopos que se encontraban en el borde del río.

Cañón del Ebro en zona del Tobazo

Cañón del Ebro en zona del Tobazo

Al cabo de unos 2,5 km llegamos al primer pueblo que nos íbamos a encontrar, Villaescusa del Ebro, lugar en el que en otra ocasión iniciamos una excursión hasta Orbaneja del Castillo.

Villaescusa del Ebro

Villaescusa del Ebro

Al llegar al pueblo nos dirigimos hacia la pista de la izquierda, sin entrar en el pueblo, en dirección a una zona junto al río en el que está habilitado un aparcamiento.

Pasando junto a Villaescusa del Ebro

Pasando junto a Villaescusa del Ebro

Después de pasar el aparcamiento  nos adentramos en el pueblo donde cogimos una carretera secundaria que nos dirigía hacia un cerrado para el ganado.

Atravesando Villaescusa del Ebro

Atravesando Villaescusa del Ebro

Atravesamos este barrio del pueblo y nos dirigimos por una pista ancha que pasa cerca de unos prados destinados al ganado hacia nuestro primer objetivo, la famosa cascada de Villaescusa o más conocida como la cascada del Tobazo. Una de las cosas que más no llamó la atención fue el agradable olor que había en la zona. Este era debido a la gran cantidad de brezo en flor que cubría las paredes del cañón del Ebro.

Zona del cañón del Tobazo cubierto de Brezo

Zona del cañón del Tobazo cubierto de Brezo

Fuimos caminando tranquilamente por esta cómoda pista en la que vimos algún cruce, pero estaba muy bien marcado y no daba lugar a confusión, así que seguimos las marcas del GR.

Caminando por el sendero

Caminando por el sendero

Al cabo de muy poco tiempo llegamos a un cruce, el cual no estaba marcado y si desconoces la zona te podría pasar por desapercibido.

Cruce al tobazo

Cruce al tobazo

Allí hay una gran pradera

Pradera en el Tobazo

Pradera en el Tobazo

y al final de este se encuentra la famosa cascada,aunque en esta ocasión la típica imagen del Tobazo cayendo agua por cada uno de los orificios no fue posible,

Famoso Tobazo sin agua

Famoso Tobazo sin agua

y sólo había una pequeña cascada en la zona inferior. Pero era una estampa muy bonita.

Cascada inferior en el Tobazo

Cascada inferior en el Tobazo

En lo alto del Cañón del Ebro, el páramo calizo de La Lora, aparte de marcar los límites por el Sur, sirve de sumidero para algunas corrientes subterráneas que terminarán por desaguar al Ebro. Una de estas surgencias da lugar a una cascada sugerente: el Tobazo. El nombre le viene del tipo de material: toba caliza. La toba es una roca que se forma por la precipitación de la caliza (Carbonato Cálcico) que venía disuelta en el agua emanada. La vegetación extrae el CO2 del agua y el compuesto calizo va precipitando sobre las raíces, hojas, musgos, etc. que encuentra a su paso. Estos materiales, con el tiempo desaparecen, dejando un espacio impreso en roca. El resultado sorprendente, es una piedra muy porosa con impresiones vegetales. La toba es una roca fácilmente trabajable y de poco peso, por lo que se usa ampliamente en la zona como material de construcción, pudiendo encontrarse fácilmente ejemplos de su uso en las tapias de las fincas y en las paredes de las casas. Este es el material con el que están construidas algunas de las ermitas rupestres que hay en la zona.

La cascada se alimenta a partir de una surgencia cárstica fácilmente localizable en el borde inferior del paredón rocoso. La cueva que da lugar a la surgencia, es la salida de un sistema cárstico de un desarrollo estimado en más de 2.000 metros. La cascada tiende a crecer separándose de la pared debido a la formación de la toba. En este lugar, existe una cueva que fue habitada por eremitas en la edad media, lo cual es una característica de toda la comarca en la que existen numerosas ermitas rupestres y que la hace muy interesante desde el punto de vista histórico. Allí paramos junto a un gran haya a tomar un descanso y a picar algo para afrontar el siguiente tramo del recorrido.

Descansando baja un haya

Descansando baja un haya

Después de disfrutar de esta vista de la cascada volvimos hacia el desvío que habíamos cogido cerca del río y continuamos caminando por una pista que discurría junto al río Ebro. Por esta zona tuvimos que cruzar un pequeño arroyo, para lo cual tuvimos que pasar un pequeño puente.

Puente para salvar un arroyo

Puente para salvar un arroyo

Circulando por este sendero llegamos a una antigua Central Eléctrica, la cual ahora ha sido transformada en una vivienda familia, se llamaba la central de “Electra de Tobazo” la cual tenía como peculiaridad el hecho de haber aprovechado un salto de agua natural, la cercana Cascada del Tobazo, espectacular surgencia en la que afloran las aguas que se infiltran en las formaciones calcáreas de La Lora. Abastecía a varios pueblos de Valderredible hasta hace algunas décadas.

Central Eléctrica de “Electra del Tobazo”

Central Eléctrica de “Electra del Tobazo”

Dejamos la central a nuestra izquierda y continuamos por el sendero hacia nuestro destino final en Orbaneja del Castillo, el camino no tiene pérdida ya que sigue por el margen del río. Tuvimos que atravesar otro pequeño arroyo, pero en este ya no había ningún puente y pasamos saltando de roca en roca.

Atravesando otro arroyo

Atravesando otro arroyo

Ahora sólo teníamos que seguir el camino sin desviarnos para nada, disfrutando del paisaje que nos rodeaba, los árboles en la parte baja del cañón,

Arboleda en parte baja del cañón

Arboleda en parte baja del cañón

La gran cantidad de brezo el flor que daba un olor característico y dulzón que luego da su aroma a la famosa y riquísima miel de brezo,

Brezo con su agradable olor

Brezo con su agradable olor

pequeños troncos de roble cubiertos de liquen, una especie que sólo se da en ambientes en los que el aire es muy puro,

Liquen en superficie de los troncos

Liquen en superficie de los troncos

así como algún haya con una forma muy característica y llamativa.

Haya llamativa

Haya llamativa

Ya casi estábamos llegando a nuestro siguiente destino, Orbaneja del Castillo, pero unos 400 metros antes nos encontramos un desvío a nuestra derecha, el cual no cogimos, que se dirigía a Escalada y a Escalada Quintana, o por el páramo, desviándonos hacia la derecha o por la ribera, siguiendo el camino que nosotros seguíamos.

Cruce a Escalada o por el páramo o por la ribera

Cruce a Escalada o por el páramo o por la ribera

Pasado este cruce ya se comenzaba a observar la parte superior del cañón donde había una buitrera y de la que vimos salir varias de estas grandiosas aves. Era una  zona rocosa que parecía esculpida por una persona y no tal y como sucedió hace cientos de años, por el agua del río Ebro. Tenía la forma de dos camellos dándose un beso. Esto llamó mucho la atención a los senderistas más jóvenes.

Zona alta del cañón con buitrera

Zona alta del cañón con buitrera

Al llegar al final atravesamos un puente sobre el río Ebro pudiendo disfrutar de una bonita imagen del río entre las paredes del cañón horadado en el terreno durante miles de años.

Río Ebro bajo el puente

Río Ebro bajo el puente

Aquí fuimos pasando los diferentes grupos que se habían ido formando, pudiendo disfrutar de la hermosa imagen del río en el medio del cañón. Al pasar el puente nos reagrupamos junto a una zona de descanso con unas mesas en las que, si hubiese sido un grupo más pequeño, hubiésemos podido parar a comer.

Atravesando puente sobre el Ebro

Atravesando puente sobre el Ebro

Cruzamos el puente y salimos a la carretera dirigiéndonos a mano derecha donde está la cascada que cae desde lo alto del pueblo de Orbaneja del Castillo. El recorrido por la carretera es muy corto y de poca peligrosidad ya que es una carretera muy poco transitada, sobre todo en esta época y entre semana.

Por la carretera en dirección a Orbaneja

Por la carretera en dirección a Orbaneja

Al llegar a Orbaneja del Castillo pudimos ver la magnífica estampa de la cascada que atraviesa todo el pueblo y que cae a la carretera, atravesándola por debajo y formando una gran piscina, la cual incitaba a meterse en ella. No nos resistimos a hacernos una foto bajo la cascada.

Grupo de senderistas bajo la cascada

Grupo de senderistas bajo la cascada

Una vez que nos hicimos la obligatoria fotografía e iniciamos el tramo, según algunos de los senderistas, más duro de todo el recorrido, unas escaleras que ascendían hasta la parte superior del pueblo.

Ascendiendo hacia el pueblo

Ascendiendo hacia el pueblo

En esa ascensión pudimos ver una edificación que en su época fue el molino en el que se molía el grano para la obtención de harina. Se podían ver las compuertas para dirigir el agua del río hacia el molino.

Molino en mitad del ascenso

Molino en mitad del ascenso

También pudimos ver una ablentadora, antigua máquina, , ya abandonada y en desuso, que se utilizaba para separar el grano de la paja del trigo.

Abandonada ablantadora

Abandonada ablantadora

En Orbaneja del Castillo la combinación de sus espectaculares parajes naturales y una localidad que ha conservado su sabor popular configura uno de los enclaves más bellos del norte de España. Entre sus calles de piedra toba convivieron cristianos, musulmanes y judíos, de cuya aljama queda el nombre de alguna calle. Por aquí pasó un ramal del más antiguo Camino de Santiago y, según la tradición, los caballeros templarios levantaron el hospital y convento de San Albín para dar albergue y protección a los peregrinos. Sus casas de influencia montañesa, en las que destacan solanas de madera bien cuidada, se abren a las calles escalonadas. En la localidad destaca la casa de los Canes, del XIV, que recibe su nombre por los siete canecillos románicos reutilizados en su alero; la casa fuerte que se yergue sobre un espigón rocoso en la plaza Mayor, que pudo pertenecer al marqués de Aguilar; su iglesia parroquial, en origen románica; y el antiguo hospital o casa de los pobres (del siglo XVI al XIX), que estaba administrado por una familia “guardera” que daba posada y comida a los caminantes.

Ya en el pueblo teníamos planeado comer junto al río, así que eso hicimos, nos distribuimos en los lados del río y allí disfrutamos de la comida y descansamos hasta la hora de continuar la ruta. Además, aprovechando la gran cantidad de locales de hostelería que hay en el pueblo, aprovechamos para tomar un café, sobre todo las madres y algunos helados.

Zona donde comimos

Zona donde comimos

En esta zona donde comimos, se la conoce con el nombre de la Cueva del Agua, cueva en la que algunos niños se colaron y tuvimos que ir a buscarlos, y de la que surge el agua que luego va a caer por la cascada. En esta cueva se recoge el agua de todo el páramo y se canaliza hacia el Ebro. Una vez que descansamos y nos alimentamos nos dirigimos a realizar el último tramo de nuestro recorrido, la ruta de los chozos. Para ello  nos dirigimos por una pequeña carretera que estaba a nuestra derecha y que se dirigía hacia arriba, con destino a la parte superior del cañón del Ebro. Junto a esta estrecha carretera había una bonita construcción con varios grabados en sus paredes.

Casa junto a carretera

Casa junto a carretera

Al poco de pasar esta casa nos encontramos un desvío, el cual cogimos y que se dirigía hacia la zona de los chozos. Por este camino también se podría regresar hasta Villaescusa del Ebro.

Desvío hacia los chozos

Desvío hacia los chozos

Al ser un recorrido circular también se podría haber seguido derecho y regresaríamos por este sendero que nosotros cogimos. En este ascenso se tenía una hermosa vista del pueblo de Orbaneja del Castillo.

Orbaneja dese parte de arriba del cañón

Orbaneja dese parte de arriba del cañón

Desde la parte superior del cañón teníamos una formación rocosa curiosa, parecían un par de camellos dándose un beso y en la parte central la silueta de África.

camellos besándose y silueta de África

camellos besándose y silueta de África

Continuamos ascendiendo hacia el conocido como páramo de Bricia, donde destacan unas raras construcciones que dan lugar a una ruta turística, “La ruta de los Chozos del páramo de Bricia”. En el Páramo de Bricia, Orbaneja del Castillo (Burgos), hay dos conjuntos monumentales de chozos con cubierta volada por aproximación de hiladas de piedras, separados por poco más de un kilómetro en línea recta. Los llaman los “Chozos de La Laguna” y los “Chozos del Para”. La Vegetación de su entorno se reduce a las praderías de corta hierba, y algún árbol cercano a alguno de los chozos.

Zona de los chozos

Zona de los chozos

Esta pequeñas cabañas sorprenden por la meticulosa colocación de las piedras, bien formando una pared circular, bien cuadrada, con una pequeña puerta y con el suelo ligeramente excavado en su interior. Pero lo más sorprendente es observar la bóveda que forma el techo del chozo, formado por piedras colocadas en voladizo unas sobre otras, cerrándose concéntricamente desde las paredes hasta juntarse en la cúspide. En este punto central suele haber una losa de mayor tamaño que cierra el techo pero permite la salida del humo. En la construcción no se utiliza ningún tipo de cemento o argamasa que ligue las piedras, están simplemente posadas unas sobre otras.

Chozo en el páramo

Chozo en el páramo

Un rápido examen de las construcciones allí existentes nos hace apreciar su buen estado de conservación. En total habrá más de una veintena y sólo en 4 o 5 se ha desplomado alguna parte, si bien el chozo es perfectamente reconstruible. El progresivo desuso por parte de sus antiguos moradores ha conllevado que nadie se ocupará de su restauración.

Su orientación varía según los casos y situaciones. Mientras los que están en el centro se orientan al sur en su salida, el resto lo hará hacía el este y oeste. Cada chozo con su parcela perfectamente marcada, a pesar del paso de los años con pequeños desniveles, fincas con no más de 400m2. Utilizados, año tras año por los pastores cuando subían el ganado en épocas estivales, aguantando hasta que el clima les dejaba. Hay varios tipos de chozos, en este caso sobre todo 3:

Chozo circular: hecho enteramente de piedra, tanto paredes como techo en falsa bóveda. Son los más numerosos. Tienen un diámetro interior de unos 280cm. Y una vez alcanzada una altura 80-85cm se inicia la falsa bóveda por medio de piedras alargadas, que se van cerrando paulatinamente, hasta dejar en la clave ( a uno 250cm de altura) un agujero para salida del humo, que se tapa con una losa. La puerta de entrada tiene una altura de unos 100cm por 85 de ancho.

– Chozo rectangular con pequeño murete para el ganado: Totalmente de piedra. De parecidas dimensiones a los anteriores, nos llama la atención que está hecho con más esmero, con las piedras mejor colocadas.

Chozos cuadrangulares adheridos: hay varios chozos unidos, con unas dimensiones de 240cm de lado y una altura de 240 en su parte más alta.

Después de pasar esta zona de Chozos hay que tener la precaución de coger un desvío hacia la derecha ya que en caso contrario no habría un fácil camino para regresar a Orbaneja. Por tanto seguimos una pista hacia la derecha que pasaba junto a un recinto de muro en la zona de Estilla y dirigiéndonos hacia la parte baja del cañón. Al borde de este sendero nos encontramos un recinto vallado, el cual parece ser que es una zona protegida para la protección del águila perdicera, así como del conejo de monte, cosas que parecen un poco incompatibles.

Recinto vallado para la cría del águila perdicera y conejo de monte

Recinto vallado para la cría del águila perdicera y conejo de monte

En el descenso nos encontramos un cruce, muy bien indicado en el que se marcaban unas alternativas a realizar y que se dirigía a Turzo y a Pesquera de Ebro.

Cruce

Cruce

Nosotros, lógicamente, no cogimos ningún desvío y seguimos hacia la parte baja del cañón en dirección, de nuevo, hacia el pueblo de Orbaneja del Castillo, no sin antes hacernos la típica foto con el pueblo de fondo y con el cañón del Ebro.

Orbaneja del Castillo en medio del cañón

Orbaneja del Castillo en medio del cañón

Una vez en el pueblo, nos dirigimos al aparcamiento que se encuentra en la parte baja del pueblo junto a la carretera y donde estaba esperándonos el autobús para regresar a Santander.

Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen. Esta ruta es la que realizamos el día de la prueba de ahí los 24 km en vez de los 15 que hicimos en el día de hoy.

Ruta en Google Earth

Ruta en Google Earth

Curva distancia-altura

Curva altura-tiempo

Curva distancia-altura

 

San Martín de Elines – Villaescusa del Ebro – Orbaneja del Castillo – Chozos en páramo de Bricia
Distancia Total Ruta de travesía de 15 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en una 5 horas pero hicimos varias paradas, en el Tobazo, y en Orbaneja.
Dificultad El grado de dificultad es muy fácil y se puede hacer con niños y con gente mayor.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 120 m. y sólo en tramo final cuando se asciende al páramo de Bricia. El resto del recorrido es en ligero descenso.
Tipo de camino Pistas y senderos por medio del bosque
Agua potable Se puede coger agua en el río y en el pueblo de Orbaneja. Nos advirtieron de no tomar agua en una fuente de san Martín de Elines ya que a los que no son del pueblo les suele sentar mal.
Época recomendada La mejor época es en primavera o en otoño.
Cartografía y Bibliografía Hoja 109-III (Manzanedo), 134-II (Polientes) y 135-I (Escalada) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

Read Full Post »