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El sábado 20 de enero nos juntamos 6 amigos senderistas para hacer una ruta de senderismo. Como no teníamos asegurado el tiempo nos dirigimos a una zona que daban buen tiempo ya que se encuentra al sur de Cantabria, en la zona de Valderredible. De todas las rutas posibles por esa zona nos decidimos por una ruta que, comenzando en Bustillo del Monte, circula por un bosque de robles milenarios para luego ascender hasta la cima más elevada de Valderredible, el Bigüenzo (1.289 m.) Para ello nos dirigimos por la carretera que va hacia Reinosa y posteriormente la que se dirige hacia Polientes. Casi en el kilómetro 11 de esta carretera cogimos el desvío hacia Bustillo del Monte. Aunque el tiempo que daban era despejado, a medida que nos íbamos acercando a nuestro inicio de la ruta la temperatura era cada vez más baja, llegando a los -9,5º C.

Una vez que llegamos al pueblo buscamos un aparcamiento para los dos coches y para ello nos dirigimos hacia la iglesia de San Martín.

Iglesia de San Martín en Bustillo del Monte.

La Iglesia de San Martín fue construida bajo el estilo barroco en el siglo XVIII. Este templo de planta rectangular cuenta con una torre – campanario de tres alturas, duplicando así la altura de la iglesia. Esta torre antiguamente contaba con cuatro campanas, actualmente tiene solo dos. En estas se pueden leer en una: “Bustelli a Monte MCMXVII” y en la otra: “CHRISTUS REGNAT, CHRISTUS VINCIT, CHRISTUS IMPERAT”. A cinco metros sobre la puerta en la torre hay una piedra con una inscripción en la cual indica el año en que se construyó la iglesia y a cargo de quien estuvo la construcción. En el interior de la Iglesia de San Martín se aloja la imagen de una Virgen Sedente de estilo gótico del siglo XIV.

En este punto preparamos nuestro calzado, la ropa de abrigo, la cual hizo falta sólo en el inicio de la ruta, ya que luego el día estuvo estupendo y la temperatura subió unos 20ºC, de los -9,5ºC a los 11º C.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

Iniciamos la ruta dirigiéndonos por la carretera que subimos con el coche hasta justo la entrada del pueblo, donde cogimos un desvío hacia nuestra izquierda, el cual está justo al lado de la parada del autobús. Caminamos por esa carretera hasta que encontramos a unos 200 m. un desvío a una pista hacia nuestra derecha en la que hay un cartel indicador con la ruta de los robles milenarios grabada en la madera.

Desvío hacia la derecha siguiendo ruta de robles

Caminamos durante unos metros por este sendero, en el que en ese momento se encontraba la hierba y los pequeños charcos congelados por el frío que hacía en ese lugar. Cuando íbamos por este sendero nos encontramos con otro que venía por nuestra derecha, el cual seguimos un pequeño tramo y rápidamente abandonamos para coger otro sendero hacia nuestra derecha. Seguimos las marcas que nos iban indicando el camino hacia el bosque de robles milenarios.

Caminando por sendero congelado.

Este sendero nos dirigía hacia un puente que atraviesa el arroyo Ronero, el cual atravesamos.

Puente sobre el arroyo Ronero.

Nada más cruzar el puente ya nos encontramos un indicador de que hasta ese punto llega un gasoducto, el cual encontraremos de nuevo más adelante. A partir de aquí nos adentramos en el bosque de Bustillo o Costisanti.

Entrando en el bosque y viendo los primeros robles.

Este bosque de Bustillo o Costisanti formó parte del Monte Hijedo antes del siglo XVIII. Durante ese siglo, la tala para hacer pastos y la extracción de madera para las ferrerías, navíos y traviesas del ferrocarril de La Robla produjeron una reducción de la superficie del Hijedo de las 10.000 a las 2.000 hectáreas actuales, separándose de este Monte de Bustillo, donde han quedado los ejemplares de roble albar más viejos. El camino por el bosque es fácil de seguir, ya que hay un sendero bien marcado y señalizado.

Sendero por mitad del bosque.

En este monte se encuentran majestuosos robles, siendo el más impresionante “El Joven”, un roble albar milenario de 25 metros de altura y una circunferencia en la base de casi 12 metros. Este roble le dejamos a nuestra izquierda al poco de cruzar el puente, pero decidimos no ir a verlo.

Uno de los majestuosos robles al lado del camino.

En este bosque nos podemos encontrar un cercado de piedra llamado «El huerto de los chones», utilizado por los vecinos de Bustillo del Monte hasta mediados del siglo XIX para guardar a los cerdos después de que estos pasasen la jornada comiendo las bellotas del bosque. A su lado, hay una pozona cuya finalidad era que los cerdos se bañasen en su barro para eliminar las garrapatas. Existen también restos de aserraderos que utilizaban los vecinos de Bustillo del Monte para hacer vigas, cabrios o tablas que luego utilizaban en la construcción de sus casas. Tienen forma rectangular y consisten en dos paredes sobre las que se colocaba el tronco. Por este sendero vamos encontrando muchos robles de gran tamaño y un espectacular robledal.

Otro de los espectaculares robles en el camino.

Continuamos subiendo tranquilamente durante poco más de una hora y unos 3km y pico, y el sendero nos lleva a la parte alta del gasoducto que vimos al principio junto al puente.

Llegando a la parte superior del gasoducto.

En este punto cruzamos la alambrada y atravesamos el paso canadiense, el cual estaba lleno de agua totalmente congelada. En este punto fui a hidratarme un poco bebiendo agua de mi «camel bag» y me di cuenta de que estaba obstruida. En principio pensé que se había retorcido el tubo en el interior de la mochila y por eso no salía el agua, pero no fue así, observé que todo el tubo estaba totalmente congelado. Nunca me había pasado. Después de atravesar el paso canadiense caminamos por esta pista que se encontraba junto a un pinar.

Caminando por pista junto a pinar.

Pensábamos que teníamos que caminar un buen tramo por esta cómoda pista, pero no era así. Nos dimos cuenta de que el track que llevábamos había cogido otro desvío a mano izquierda, unos metros atrás de donde estábamos, así que retrocedimos hasta encontrar el desvío.

Desvío de la pista principal hacia otra pista secundaria.

Desde esta pista se tenía una magnífica vista del pueblo de Bustillo del Monte, perfectamente orientado al sur y con las montañas de Campoo al fondo.

Bustillo del Monte y al fondo las montañas de Campoo.

Caminamos unos metros por esta pista secundaria, intentando estar atentos, ya que enseguida tenemos que abandonarla hacia la izquierda, y para ello buscamos unos hitos para adentrarnos de nuevo en el robledal.

Hitos que nos marcan el camino para adentrarnos de nuevo en el robledal.

Ahora nuestro objetivo es atravesar este robledal, intentando buscar el camino más cómodo y limpio en busca de nuestro primer objetivo, el roble milenario más viejo de este bosque, El abuelo.

Atravesando el robledal de nuevo, pero campo a través.

En este tramo no había ningún sendero definido, así que nos vamos guiando de nuestro instinto y sobre todo del track que llevábamos. Después de estar caminando unos veinte minutos por este robledal buscando los caminos más cómodos llegamos al majestuoso y superviviente a los rayos e incendios, El Abuelo.

Roble El Abuelo.

Este roble sufrió el impacto de un rayo y el 11 de agosto de 2012 un incendio, que pudo ser provocado, en el monte de Bustillo lo quemó, quedando en mal estado. Cabe destacar  una mención especial para los vecinos de Bustillo del Monte, que colaboraron durante dos días sin descanso para que el fuego provocado por algún desaprensivo no arrasase el pueblo valluco y tampoco más robles centenarios. Este roble tiene un perímetro de aproximadamente 6 metros en su base. Aunque haya sufrido esos incendios actualmente estaba echando los primeros brotes.

El tramo que va desde El Abuelo, a través de la zona Entre las Juntas se hace muy incómodo de andar. Se hace campo a través y con una vegetación muy densa que hace que nos pinchemos constantemente con los escajos. Nosotros intentamos buscar el camino más cómodo, yendo de un sitio a otro hasta que llegamos a un punto en que se empezó a aclarar el bosque y encontramos un pequeño sendero.

Saliendo de la zona complicada del bosque hacia un senderillo.

Una vez que llegamos a este sendero lo único que tenemos que hacer es seguirlo hasta llegar a un nuevo puente sobre el arroyo Ronero.

Nuevo puente sobre el arroyo Ronero.

Cruzamos el puente y ahora nos tenemos que acercar hasta una pista que va un poco más alto de donde nosotros nos encontramos. En este punto nos llamó la atención una gran cantidad de pequeños bloques de hormigón que estaban dispuestos de una manera muy alineada en el suelo. Más adelante volvimos a ver otra agrupación de estos bloques. Para llegar a la pista no nos quedó más remedio que ir zigzagueando por la empinada cuesta hasta llegar hasta la buscada pista.

Ascendiendo por la pronunciada pendiente hasta la pista.

Una vez en la pista dudamos si dirigirnos hacia la derecha o hacia la izquierda, andamos un poco hacia la izquierda y vimos que la pista no giraba hacia nuestro destino, así que la cogimos hacia la derecha.

Pista a la que ascendimos, cogiéndola hacia la derecha.

Una vez en la pista y cogido el sentido adecuado nos encontramos una portilla con un paso canadiense. Nada más pasar la portilla con el paso canadiense cogemos una nueva pista que se encontraba a nuestra mano izquierda.

Portilla con paso canadiense y pista de la izquierda, que es la que cogimos.

Después de caminar unos 900 m. por esta cómoda pista veíamos que la pista se dirigía hacia el Bigüenzo, pero por sus faldas, sin llegar a la cima. Cuando comprobamos el track observamos que unos metros antes de donde nos encontrábamos había que girar hacia la izquierda, así que regresamos y encontramos un desvío por un camino-sendero, que es el que cogimos.

Desvío hacia camino-sendero sobre el prado.

A los pocos metros de ir por este camino – sendero nos encontramos un prado en el que había un bebedero para el ganado.

Bebedero para el ganado junto a sendero.

Desde este punto ya se veía claramente el sendero que teníamos que seguir y que no abandonaríamos hasta llegar a la cima del Bigüenzo. Ya cuando estábamos prácticamente en la cima me volvió a llamar la atención un conjunto de losetas que se encontraban perfectamente alineadas, como los bloques que vimos al poco de pasar el segundo puente sobre el arroyo Ronero. A continuación, pongo una foto y si alguien sabe lo que es que lo ponga en los comentarios. Mi idea que es una estructura para colocar colmenas y así protegerlas de la humedad del terreno, pero es mi idea, que no sé si será la correcta. Ahí va la foto.

Conjunto de losetas, presumiblemente para la colocación de colmenas, pero …

Ya faltaban pocos metros para la cima una vez que pasamos junto a estas losetas y ya se podían apreciar claramente las antenas que se ubican en la cima.

Llegando a la cima.

En la cima destacaban principalmente tres cosas, en primer lugar, el conjunto de antenas, edificio y un punto geodésico. En el edificio lo que más nos llamó la atención fue el tiempo que debería de llevar cerrado, ya que se encontraba totalmente cubierto de moscas muertas.

Antenas, edificio y punto geodésico.

En segundo lugar, nos llamó la atención el pinar que se encontraba a la derecha de las antenas en la que había un pequeño refugio de montaña, el cual no estaba muy bien cuidado (es una edificación sin puertas que serviría para protegerse de una tormenta repentina, no para pasar noche).

Pinar y refugio.

Y en tercer lugar, las espectaculares vistas desde este punto. Por un lado, hacia el norte, se podía ver el pantano del Ebro.

Pantano del Ebro desde la cima.

Hacia el oeste se podían ver las montañas de Campoo, algunas de ellas cubiertas de nieve.

Montañas de Campoo.

Y como no, no puede haber un lugar con un punto geodésico en lo alto y que no me suba para hacer una panorámica desde dicho punto.

Panorámica desde lo alto del punto geodésico.

Y esto es todo lo que pudimos disfrutar desde la cima más alta de toda la zona de Valderredible y en la cabaña este letrero indicador de dónde nos encontrábamos.

Cartel indicador en edificación.

Y como casi siempre que hacemos una cima, no podía faltar el selfie del grupo de senderistas que habíamos participado en esta ruta.

Selfie en la cima.

Una vez que disfrutamos de las vistas, recuperamos fuerzas y tomamos un refrigerio iniciamos el descenso, que para que fuese circular lo hicimos por otro camino. Para ello nos dirigimos hacia un caminillo que había a la derecha de una de las antenas.

Camino de descenso junto a antena.

Este camino circulaba por el borde de un bosque en el que dominan los pinos y desde el que volvimos a tener una magnífica vista de toda la herradura de Campoo.

Herradura de Campoo en el descenso desde el Bigüenzo.

Cuando ya casi llegamos al final de este bosque, el sendero hace un giro de 90º y se dirige de nuevo a un nuevo bosque, pero este ya de nuevo de robles, aunque más jóvenes que los que vimos al principio de la ruta. Atravesamos ese bosque en dirección al pueblo de Loma Somera.

Atravesando robledal de camino a Loma Somera,

Un poco antes de llegar al pueblo de Loma Somera nos encontramos uno de los robles más espectaculares de la zona, el cual tiene hasta nombre. Se trataba del roble La Piruta.

Roble La Piruta.

Este roble albar tiene una circunferencia a una altura 1,30 m de 6,61 m y una altura de 17,80 m. Para comprobar la inmensidad de este árbol le intentamos abrazar entre todos y necesitamos cuatro personas para bordearlo.

La Piruta e indicadores de dos rutas.

Desde esta altura se podía tener una buena visión del pequeño pueblo de Loma Somera, en el que sólo viven menos de una docena de personas.

Loma Somera desde La Piruta.

Llegamos al pueblo y cogimos la carretera que iba hacia la izquierda y que se dirige hacia la entrada del pueblo.

Carretera por la que bajamos y queda entrada al pueblo.

A los pocos metros de salir del pueblo nos salimos de esta carretera principal, cogiendo una secundaria que se encontraba a mano izquierda y que en principio se dirigía hacia Bustillo del Monte.

Desvío hacia la izquierda por carretera secundaria.

A la derecha de esta carretera secundaria nos encontramos una pequeña construcción, en concreto un humilladero. El humilladero está cerrado con reja de madera y en su interior hay una cruz grande de madera y en cada lateral un cuadro de la Virgen.

Humilladero de Loma Somera.

A los pocos metros de este humilladero nos encontramos dos extrañas construcciones, que en principio no sabíamos de qué se trataban, parecía una cabaña a la que se le había caído el tejado, o un cercado de muro de piedra, pero con una puerta de madera.

Extraña construcción.

Pero cuando ya nos acercamos a una de ellas vimos claramente de qué se trataba, es más en otra ruta que hicimos en otra ocasión también vimos una construcción igual que esta, pinchar aquí para ver la ruta. Y, ¿de qué se trataba?, pues nada más y nada menos que de colmenares. Se trata de una zona amurallada de una cierta altura en cuyo interior se ubican las colmenas, en algunos sitios conocidas como dujos. Los dujos son las colmenas tradicionales que se construían antiguamente aprovechando los troncos huecos de los árboles que se encontraban por el monte, aunque si estos escaseaban, se cortaban y se vaciaban los troncos manualmente. Este tipo de cerrados en otras comunidades tienen otros nombres, cortín, curtín o cortíu en la zona de Asturias y León, alvarizas, alvares o abellariza en la zona de Galicia, colmeneiros o curmeneirus en Sanabria (Zamora), corrales o muros en Extremadura y silhas o malhadas en Portugal. La misión concreta de estas construcciones era la de evitar que los osos ( o en otros casos el ganado) destruyeran los dujos en los que las abejas almacenaban la tan ansiada miel por parte de estos plantígrados

Colmenar con sus dujos en el interior.

Continuamos caminando por esta cómoda pista y cuando habíamos caminado unos 700 metros desde las colmenas nos encontramos un cruce que tenía un desvío a derecha e izquierda. Nosotros cogimos el desvío de la derecha y nos dirigimos hacia una pequeña ermita.

Ermita de la Virgen de la Somera.

La ermita de la Virgen de la Somera es de estilo romántico tardío y fue construida alrededor del siglo XIII, siendo remodelada en los siglos XVII y XVIII. En sus muros norte y sur vemos que conserva la cornisa y los canecillos. En el muro sur estos son de caveto los que se encuentran en los extremos, una figura de pie humanizada y geometrizada, una cabeza de animal y dos rollos arriba y abajo.

Muro sur de la fachada.

En el muro norte los canecillos tienen figura humana sentada y geometrizada, uno más de forma similar pero bastante deteriorado, una cabeza de animal y un rollo debajo, dos rollos horizontales arriba y abajo y la superposición de dos cavetos. Una vez dentro de la ermita podemos ver que el presbiterio está cubierto con bóveda de cañón apuntado. Un arco triunfal apuntado que descansa sobre cimacios biselados debajo de los cuales encontramos capiteles con decoraciones geometrizadas. En su interior la Ermita de la Virgen de la Somera alberga un retablo gótico del siglo XV en el que podemos apreciar a la Virgen patrona de la Ermita. Como en ese momento la ermita estaba cerrada sólo pudios asomarnos a uno de los ventanucos y esto es lo que observamos.

Vista interior de la ermita de la Virgen de Somera.

Regresamos de nuevo a la pista principal y después de recorrer unos 1700 m. llegamos al final de la ruta en Bustillo del Monte. Después de 6 horas y 10 minutos de caminata y 19 km llegamos al final del recorrido. Posteriormente nos fuimos al área de servicio de Fombellida donde tomamos un refresco y comentamos la ruta.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google maps.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

 

Bustillo del Monte – robles milenarios – Bigüenzo – Loma Somera – Bustillo del Monte
Distancia Total Ruta circular de 19,30 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en seis horas y cincuenta y cuatro minutos, con paradas de casi una hora en total.
Dificultad La ruta es de nivel moderado  y lo único duro es la distancia con el desnivel acumulado.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 430 m. con un desnivel acumulado de unos 700 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y campo a través.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 108-III (Mataporquera) 108-IV (Espinosa de Bricia) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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El sábado 25 de Noviembre, después de un tiempo sin actividad senderista, nos juntamos tres amigos para realizar el uso y disfrute de nuestro bonoruta. Esta vez uno de nuestros amigos no pudo venir, por tener el cumpleaños de su hija, y lo primero es lo primero, y se quedo sin disfrutar de esta interesante ruta, pero como dice nuestro lema «no se hacen prisioneros», siempre intentamos ir juntos, pero si no se puede…

La verdad que no era el día meteorológicamente más apropiado, ya que después de una semana de tiempo primaveral, el viernes llegaron las lluvias, pero como había una ventana de tiempo regular en la zona de Valderredible, nos dirigimos hacia allá. En concreto fuimos a realizar una ruta casi circular por el Monte Hijedo.

Ya en otra ocasión habíamos realizado una pequeña incursión por el Monte Hijedo, pero esa vez con nuestras familias, y aprovechando que pasamos unos días en el pueblo de Sobrepeñas. Pinchar aquí para ver la ruta por el Hijedo de hace siete años.

Para ello salimos de Santander hacia Riopanero a las 08:15 horas. Fuimos por la carretera del Escudo y después de pasado el Escudo, Cabañas de Virtus y nada más pasar el puerto de Carrales cogimos el desvío hacia Polientes y después de pasar por varios pequeños pueblos cogimos el desvío que nos dirige a Riopanero. Una vez cogido el desvío y justo antes de llegar al pueblo nos metemos por una pista, por la que pueden circular los coches hasta que llegamos a una zona habilitada para el aparcamiento. A partir de este punto está prohibido la circulación de vehículos de motor.

Aparcamiento en las cercanías de Riopanero

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

Para ver una breve crónica de la ruta y el vídeo de la ruta pinchar aquí

Allí nos pusimos las botas, cogimos la mochila y nos dispusimos a realizar nuestra ruta. En este punto de inicio había un cartel descriptivo del tramo Riopanero-Monte Hijedo del GR-99 Ruta del Ebro, el cual seguiríamos durante un buen rato. Comenzamos a caminar por una cómoda pista en la que dejábamos a nuestra mano derecha el arroyo Hijedo, el cual a diferencia de lo que pensábamos llevaba bastante agua.

Arroyo de Hijedo a nuestra derecha

Al kilómetro de ir descendiendo por esta pista llegamos a una bifurcación donde se juntaban dos arroyos, por un lado el Hijedo y por el otro el de la Breña.

Llegando al cruce del arroyo Hijedo y el de la Breña

Y justo en este punto se encontraba un refugio conocido con el nombre de cabaña de la Corva, por ser conocido esta zona con ese mismo nombre.

Cabaña de La Corva

Dejamos la cabaña de La Corva a nuestra derecha, cogiendo el camino de la izquierda cogimos una cómoda pista que iba en ligero ascenso y que estaba cubierta en parte por las hojas de los robles Albares que se encuentran a los lados de dicha pista.

Pista entre los robles

Al kilómetro de la cabaña de La Corva nos encontramos un cartel indicativo que marcaba una desviación de la ruta principal hacia el pueblo de La Serna. Para ello había que cruzar el arroyo y subir una pendiente bastante fuerte con el problema añadido, tal y como indicaba el cartel, de la falta de señalización.

Desvío hacia La Serna

La pista discurría paralela y a muy poca distancia del arroyo de Hijedo, en el que se podían ver bastantes pequeñas y curiosas cascadas.

Curiosa cascada en arroyo Hijedo

En la pista, cubierta de hojas de roble, nos llamó la atención lo que parecía unos perfectos frutos amarillentos y esféricos que además se encontraban pegados a las hojas de los robles.

Extraño «fruto» pegado a una hoja de roble

Pero ya sabíamos que no era un fruto, se trataba de una agalla, abogallas o cecidias. Se trata de una estructura tumoral que se forma en las hojas de los robles inducidas por algunas especies de insectos. Su formación es debida a que la hembra de un insecto pone un huevo en el brote tierno de una hoja del roble, el roble reacciona segregando una sustancia alrededor de este huevo y formando esta estructura, la cual al eclosionar el huevo servirá de alimento para esta larva y posteriormente en su interior se realizará la metamorfosis y una vez formado el insecto adulto saldrá de esta agalla. No me pude resistir a abrir uno y observar al insecto plenamente formado.

Insecto en el interior de la agalla

Continuamos caminando por la pista y llegamos a un lugar en el que daba lugar a una pequeña confusión, un camino se dirigía hacia la izquierda y el otro continuaba recto, así que seguimos por este, que parecía el principal.

Desvío hacia la izquierda

Pero, error, el camino se acababa a los pocos metros, pero en vez de retroceder, tiramos cuesta abajo hacia el río a coger el camino que habíamos obviado. Ya en él continuamos caminando cerca del arroyo, hasta que de repente nos encontramos una pequeña dificultad, la pista se dirigía hacia el arroyo, pero no en la misma dirección, si no que obligaba a cruzarlo,

Buscando por donde cruzar el río

así que con mucho cuidado iniciamos el cruce del río por el sitio que parecía más cómodo.

Buscando unas rocas para poder atravesar el arroyo

Pero lo que parecía que iba a ser un paso sobre el arroyo se convirtió en un constante cruce por el arroyo, primero de un lado a otro y luego regresando de nuevo al otro lado.

Cruzando el arroyo

Y cuando ya parecía que íbamos por el lado correcto, de repente otra vez al otro lado.

Otro cruce del río

Pero este no fue el último, en concreto tuvimos que cruzar el arroyo siete veces, en la subida y otras seis veces en el camino de regreso, y de las trece veces que pasamos en ninguna de ellas caímos al río y eso que las rocas tenían una superficie cubierta de verdín y la hacían muy resbaladizas.

El último de los pasos que fotografié

A la hora y cuarto, y después de casi cinco kilómetros de caminata llegamos a un vallado en el que había una «puerta» con una cadena, la cual estaba tirada en el suelo.

«Paso fronterizo» entre Cantabria y Castilla y León.

Este punto es la frontera entre la comunidad de Cantabria y la comunidad de Castilla y León y se conoce con el nombre de la Cruz de la Raya y que se encuentra a los pies del Portillo de la Serna (1.027m.) Además de este «paso fronterizo» nos encontramos una piedra en la que estaban grabadas unas letras y una cruz y que igual da el nombre a este punto.

Cruz de la Raya

Ahora ya no estábamos en Cantabria, nos encontrábamos en la Provincia de Burgos y lo primero que hicimos es desviarnos un poco del sendero para poder observar uno de los espectaculares tejos que hay por esta zona. Parece mentira en qué sitios más complicados puede brotar un tejo. Esto parece ser que es debido a que los roedores comen las semillas de este árbol y al irse a sus madrigueras mueren debido al veneno y de esa semilla brota el tejo y se tiene que buscar un camino buscando la luz entre las rocas.

Uno de los espectaculares tejos

También junto a este espectacular tejo encontré algo que nunca había visto, parecía una lechuga de estas que se llevan en la nueva cocina y estaba adherida al tronco de un roble. Como me llamó la atención la hice una foto y parece que es un tipo de liquen semejante a los que abundan por esta zona. Y la existencia de liquen evidencia la presencia de una zona libre de contaminación, así que estábamos en un sitio «muy sano».

Extraña «lechuga»

Después de una hora y media de caminata y algo más de cinco kilómetros y medio llegamos al enlace con el recorrido circular. Además este recorrido se corresponde con un pequeño recorrido, en concreto con el PR-BU-30 de Cabaña de Hijedo, lógicamente las letras BU son debidas a que estamos en la provincia de Burgos.

Enlace con el PR-BU-30

Hasta este punto la señalización no era muy buena, ya que sólo había marcas del GR-99 y la verdad que hubo bastantes puntos que no sabíamos muy bien el camino, igual en otra época con los senderos limpios de hoja hubiese sido más fácil. A partir de este punto el camino no tiene pérdida ya que, además de ser una pista muy clara, todo el recorrido tiene las típicas franjas blancas y amarillas.

Caminando por el sendero perfectamente marcado

En este enlace con el PR-BU-30 podíamos seguir dos alternativas, ir hacia la izquierda y llegaríamos a la Cabaña de Hijedo después de recorrer 2,4 km. o ir hacia la derecha y llegaríamos a la cabaña después de andar 5,7 km. Como nuestra intención era comer en la cabaña, nos decidimos por el camino largo, así que para allá nos dirigimos y lo primero que nos encontramos era un puente para atravesar un pequeño arroyo que se encontraba a los pies de la cima de Los Casarones (1.004 m.)

Puente sobre arroyo

Después de caminar por el bosque, entre robles y hayas, protegidos del viento, empezamos a oír el sonido del viento y eso nos indicaba que salíamos de la protección del bosque y así fue, notándose un descenso de la temperatura y mucho más aire, pero tampoco mucho que hiciese incómodo el caminar.

Saliendo del bosque

Al poco rato, a los veinte minutos de iniciar el recorrido circular, llegamos a un cruce importante de caminos, hacia la derecha nos llevaría a Montejo de Bricia, pero nosotros cogimos el desvío hacia la izquierda que nos dirige hacia nuestro destino.

Llegando al desvío, el cual cogemos a la izquierda

En ese desvío, no hay lugar a pérdidas ya que está perfectamente marcado con un poste indicativo que nos marca el camino correcto a la Cabaña de Hijedo e informando que quedaban sólo 3,9 km.

Poste indicador marcando el camino correcto

A partir de este cruce el paisaje cambió totalmente, desaparecieron los árboles, apareció el viento, las nubes, zonas rocosas con Peña Rota al fondo y una pista mucho más marcada, así que la seguimos.

Siguiendo la pista

Después de caminar un rato por esta pista, parecía que nos dirigíamos de nuevo hacia el bosque y volvíamos a su protección.

Caminando hacia el bosque de nuevo

Justo antes de entrar de nuevo en el bosque nos encontramos un desvío a nuestra derecha por una pista que parecía muy importante y que se dirige hacia Santa Gadea de Alfoz. Lógicamente no cogimos el desvío, tal y como marcaba el poste indicador y nos dirigimos a la izquierda, hacia el bosque.

Desvío, el cual cogimos hacia la izquierda

Si hubiésemos cogido ese desvío también podríamos llegado a la Cabaña de Hijedo, pero por una cómoda pista, en la cual hubiésemos encontrado un cruce a la izquierda y después de un rato hubiésemos llegado a otro desvío a la izquierda que nos habría llevado a la cabaña. Justo en este desvío es desde donde empezamos hace 7 años una pequeña ruta con nuestras familias.

Cruce que hubiésemos encontrado

Bueno nosotros cogimos el desvío que nos dirigía hacia la izquierda y despareció el viento bajo la protección del bosque y despareciendo de nuevo el sendero bajo una gran capa de hojas secas.

Sendero bajo manto de hojas secas

Entrábamos de nuevo en el bosque del Monte Hijedo, que es una de las superficies arbóreas de roble más importante de España, aunque además de roble pudimos ver lógicamente muchas hayas y espectaculares tejos y acebos.

Bosque con robles y acebos

En este tramo nos encontramos uno de los tejos más espectaculares de todo el recorrido, el cual ya habíamos visto y fotografiado en otra ocasión.

Espectacular Tejo

Después de hacernos unas fotos con este espectacular tejo reiniciamos la marcha y llegamos a un cartel que nos mostraba el desvío hacia un mirador natural y allí nos dirigimos.

Desvío hacia el mirador natural del Monte Hijedo

Las vistas desde este mirador eran impresionantes, todavía se veían los rojizos colores de las hayas, aunque en esta época ya casi tendrían que estar sin una hoja, pero el cambio climático es así.

Vistas del Monte Hijedo desde el mirador natural

En el mirador aprovechamos para hacernos un «selfie» del grupo de amigos.

Selfie en el mirador del Monte Hijedo

Salimos del mirador y nos dirigimos hacia la Cabaña de Hijedo, la cual ya casi se veía desde la pista, pero antes de llegar encontramos un poste que marcaba la ruta circular y el inicio del recorrido, que es donde empezamos la otra vez hace ya siete años. A este punto regresaríamos después de comer para seguir el recorrido.

Poste indicador

Al final después de casi tres horas de camino y 11 km. llegamos a la Cabaña de Hijedo, aunque más que cabaña parecía un cortijo andaluz, no por el estilo, sino porque tenía capilla, casona, cuadras,… Es decir espectacular y en un sitio imprevisible de que nos encontremos esto que muestro a continuación.

Cabaña de Hijedo

Una vez en la famosa Cabaña de Hijedo nos dispusimos a reponer fuerzas y nos llevamos una gran sorpresa, nos apareció un gran mastín que estaba protegiendo unas ovejas que había en la finca de la cabaña y que estaba suelto. Al principio nos «asustó» un poco, pero luego nos dimos que estaba a falta de cariño.

Mastín de la Cabaña de Hijedo

Lo malo que al ser tan «cariñoso» con él, me dejó un desagradable olor y me parece que una pulga, porque esa noche aparecí con unas ronchas muy curiosas. Además este perro debe ser conocido ya que buscando en internet información sobre el Monte Hijedo encontré este texto de Javier Prieto Gallego «En la Edad Media, cuando los monjes partían de La Rioja para evangelizar el asolado norte peninsular anotaban en sus libros que, para alcanzar las fuentes del Ebro, antes era menester adentrarse en una densa y peligrosa selva plagada de peligros y fieras inimaginables: hablaban del MonteHijedo. Es muy posible que en aquel tiempo los peligros de la selva fueran tan reales como que te merendara un oso, los lobos se hicieran con tu zurrón o el abuelo del bandido Fendetestas se quedara con los dineros de la expedición. Hoy el mayor peligro es acercarte demasiado al caserío conocido como la Cabaña de Hijedo. El mastín que la vigila anda suelto y lo tiene bien claro: los forasteros cuanto más lejos, mejor.» Pero la verdad que no fue nada peligroso, lo único que impresionaba bastante sobre todo cuando se acercaba en «exceso» y no sabemos con qué «intenciones».

Después de una merecida comida, reiniciamos la marcha dirigiéndonos al poste indicador que habíamos visto antes y que nos dirigía al punto de enlace con el camino de regreso y que se encontraba a unos 2,4 km.

Reiniciando la marcha

Nos volvemos a introducir en el bosque, pero esta vez por el camino corto

Entrando en el bosque de nuevo

Después de unos 2,5 km. llegamos de nuevo al punto donde iniciamos el recorrido circular del PR-BU-30, así que cogimos el desvío hacia la derecha que nos llevaba de nuevo hacia Cantabria.

De nuevo el cruce hacia Cantabria

De nuevo nos quedaba atravesar otros siete arroyos para llegar a nuestro destino en Riopanero, pero esta vez nos ahorramos un paso por encima del arroyo cogiendo un pequeño desvío en el que vimos un panel indicativo.

Paso sobre el arroyo que nos ahorramos

El camino de regreso fue por el mismo camino que utilizamos en la subida, así que sólo nos quedaba re-andar el camino, pero disfrutando más de las vistas y haciéndonos una foto en un impresionante haya que parecía que nos había dejado un banco para descansar en este final de la ruta.

Descansando en un «banco» de un haya

Al final, después de una maravillosa marcha de casi 19 km y cinco horas de duración, llegamos al aparcamiento en Riopanero. Allí nos cambiamos el calzado y nos dirigimos a tomar un refresco en el pueblo más importante de todo el municipio de Valderredible, Polientes.

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Ruta en Google Earth

Curva altura-tiempo

Curva altura-tiempo

Riopanero- Cabaña de Hijedo – Riopanero
Distancia Total Ruta de aprox. 19 km. Hay un tramo circular de unos 8 km. y el principio y final es por el mismo camino
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y estaríamos parados unos 30 minutos aproximadamente.
Dificultad La ruta es moderada y la única dificultad es la distancia.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 200 m.
Tipo de camino Pistas, senderos y campo a través.
Agua potable No encontramos ninguna fuente pero hay abundantes cruces con arroyos.
Época recomendada En cualquier época del año, aunque con los ríos muy caudalosos sería dificultoso el cruce por los arroyos.
Cartografía y Bibliografía Hoja 108-IV (Espinosa de Bricia) y 108-II (Arija), a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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