El sábado 03 de diciembre nos juntamos cuatro amigos senderistas para hacer un pequeño recorrido en esta bonita mañana de diciembre. Como era un recorrido sólo de mañana nos decidimos a realizar una ruta por una de las montañas más próximas a la ciudad, es decir por territorio Meracho (Gentilicio de la gente de Miera, Cantabria).
Dentro de este bonita y amplia zona nos decidimos a ascender a una de las cimas más conocidas, Peña Pelada, que aunque alguno de nosotros ya habíamos ascendido a ella en otra ocasión (pinchar aquí para verla), no nos importó repetir, pero esta vez desde otro inicio, la otra vez fue desde Rubalcaba y esta vez sería desde Mirones.
Para ello nos dirigimos al mismo punto desde el que partimos para realizar la ruta de Las Enginzas, es decir el pueblo de Mirones, en concreto aparcamos el coche junto a la Iglesia de San Román.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc)
Allí, nada más cruzar la carretera, encontramos, junto a una casa, una pendiente que se dirige al barrio de La Cantolla, se trata del camino El Carro.
Continuamos ascendiendo y llegamos a las primeras casas del barrio de La Cantolla y fuimos callejeando entre las casas buscando el camino correcto. La ruta también se podría empezar desde este barrio y así nos hubiésemos ahorrado esta primera ascensión, aunque en cualquier ruta por esta zona, debido a la geografía del lugar, siempre habrá una fuerte ascensión al inicio. Ya en la Cantolla buscamos el camino para iniciar la ruta y lo encontramos junto a lo que parecía un bebedero.
Allí nos encontramos un indicador que marcaba el camino hacia el Macizo de Las Enguinzas que según pudimos observar está marcado como un pequeño recorrido, en concreto el PR-S73, pero que sin embargo la vez anterior pudimos observar que no ascendía hasta Las Enguinzas. El inicio de la ruta es el mismo que el que hicimos un par de meses antes, ya que Peña Pelada es un pico calizo de 700 metros de altura, que se encuentra en la sierra de Las Enguinzas.
El inicio es un poco durillo, ya que nada más comenzar nos encontramos una fuerte pendiente con una pista hormigonada. Como en otras ocasiones que hemos ido por esta zona, nos llamó la atención el Hotel París o La Torre, una construcción muy llamativa que se encuentra sobre una roca. Además pudimos ver la mejora que ha habido en los últimos años, ya que ya habíamos realizado otra ruta por esta zona y habíamos visto esta casa, comentando en ese momento un poco de la historia de este “hotel”.
En este durillo ascenso nos encontramos primeramente un depósito de aguas, el cual dejamos a nuestra mano izquierda. Este le obviamos y continuamos el ascenso.
Continuamos ascendiendo y a unos cinco minutos de haber pasado por este depósito de aguas nos encontramos un segundo depósito de aguas, pero esta vez a mano derecha.
Justo junto al depósito de aguas tenemos que abandonar la pista hormigonada y coger un camino empedrado, pero un empedrado no natural sino realizado por el hombre colocando grandes piedras para crear este camino. Hay que tener precaución de no pasarse este desvío, el cual no está indicado.
Este camino nos va a dirigir hacia el Hoyo de la Ballosera. Esta es una calzada de piedra encastrada que no tiene pérdida y que nos va a dirigir por el camino correcto.
En este ascenso por este camino empedrado tuvimos que abrir varias alambradas para poder continuar, nada más comenzar nos encontramos una de ellas.
Al poco de pasar esta primera de la múltiples alambradas que tendremos que atravesar a lo largo del camino nos encontramos una magnífica vista del Porracolina, todavía con unas raspas de nieve, que destacaba entre los rayos de sol.
Nos dejamos llevar por el camino embaldosado en dirección a la parte más alta de este primer tramo y casi antes de llegar nos encontramos la segunda alambrada a atravesar.
Ya en la parte superior de este primer tramo nos encontramos en la entrada del Hoyo de La Ballosera. En este punto se podía ver la inmensidad del hoyo así como el camino que nos iba a dirigir hasta el siguiente collado, el cual estaba en el otro extremo del gran Hoyo.
Sin dejar de seguir el camino embaldosado nos dirigimos hacia el interior del hoyo, pero no bajando hasta el fondo, donde se puede observar una de las múltiples cabañas que hay en el hoyo, sino siguiendo este camino a media altura del hoyo.
En principio hacemos un pequeño descenso por este camino y luego otro ligero ascenso procurando no abandonar en ningún momento dicho camino, el cual en algunos momentos se pierde entre la hierba.
Después de un ligero ascenso, sí que tenemos una magnífica vista del Porracolina, pero esta vez sin los molestos rayos de sol para poder hacer una instantánea de su cima todavía nevada.
Ya nos estábamos adentrando en el hoyo y pudimos ver la primera de las múltiples cabañas que se encontraban en este hoyo, lo cual indicaba que era un lugar en el que hace años había varios ganaderos que subían a pastar a sus famosas vacas pasiegas, algunas de las cuales pudimos ver por esta zona.
En esta cabaña nos llamaron la atención unos cuántos detalles. El primero de ellos era la pequeña altura que tenía la puerta por la que tendría que entrar el ganado, el segundo era el entramado del suelo de la zona vividora, era un entramado de varas de avellano cubierto de hierba seca, todo ello con la intención de que el ganado suministrara el calor suficiente a la zona vividora, y por último un bebedero tallado en la piedra que se encontraba junto a la entrada.
Continuamos caminando por el bien indicado camino y pudimos ver varias cabañas más, las cuales parecía que estaban bastante abandonadas ya que a la mayoría de ellas se les había caído parte del tejado, en algunos casos formados por grandes lascas de pizarra y otras, ya más modernas, por tejas de barro.
Ya estábamos llegando al extremo opuesto del Hoyo, donde se podía ver un claro collado al que teníamos que llegar.
Ya en este collado pudimos echar una vista atrás y ver todo el camino que habíamos realizado por el hoyo, así como el lugar en el que empezamos el recorrido por este hoyo de La Ballosera.
Una vez que llegamos a este collado vimos cómo el paisaje cambiaba un poco, estábamos en una zona totalmente kárstica, con grandes piedras que sobresalían del terreno.
Desde aquí teníamos que dirigirnos hasta el siguiente collado y para eso nos teníamos que introducir en otro nuevo hoyo, pero este mucho más pequeño que el anterior. Estábamos en la zona de El Codadillo y entre las rocas pudimos ver una cabaña que nos llamó la atención, lo primero porque estaba entre las piedras.
Segundo porque había una especie de braña que no parecía natural, ya que parecía que alguien había quitado las piedras para dejar una zona para pasto del ganado. Es más se podían ver montículos no naturales de piedras.
Como nos llamó bastante la atención nos alejamos un poco del camino y nos acercamos a la cabaña. Pudimos ver cómo el tejado estaba totalmente derruido, lo cual daba a entender que estaba abandonada y además tenía una extraña construcción pegada a ella.
También pudimos ver junto a ella un gran alambique para la recogida de agua.
Regresamos al camino principal y nos dirigimos al próximo collado, desde el cual se tenía una vista de todo el Miera hasta su desembocadura entre Pedreña y Somo. A nuestros pies se encontraba Rubalcaba y Liérganes, en donde destacaban las famosas «Tetas de Liérganes». También se podía ver Peña Cabarga, Santander, Solares, la bahía,…
Una vez en este collado nos dirigiremos hacia nuestra izquierda. En el camino de regreso tendremos que volver hasta este punto. Perdimos un poco de altura para ir paralelos al muro que podremos observar. Nos dirigiremos hacia un eucaliptal que hay después de una cabaña.
En este recorrido hacia el eucaliptal tendremos que atravesar un par de alambradas, y esta vez no hay portilla sino que tuvimos que buscar la zona más cómoda para superarla. Una vez que hemos superado la mitad del eucaliptal giramos para ascender al collado de nuestra izquierda.
Una vez en el collado pudimos ver el camino que habíamos elegido en la otra ocasión que habíamos ascendido a Peña Pelada, pasando por una estrecha garganta. El terreno se había complicado bastante por la cantidad de rocas que había, siendo las más peligrosas las que estaban cubiertas por las hierbas, las cuales hicieron que tuviésemos un par de incidentes que nos dañaron nuestras pantorrilas.
Continuamos por lo que parecía un sendero y que se dirigía a una cima, la cual pensábamos que ya era Peña Pelada pero que no era así, sino que se trataba de una precima.
Una vez en esta primera cima pudimos ver como no se trataba de Peña Pelada, sino que justo delante nuestro se encontraba nuestro destino. El camino hasta ella era totalmente empedrado, razón por la que no había traído a mi perro Otto, ya que es una zona bastante peligrosa para él. Es una zona en la que es muy fácil torcerse un tobillo o darse un golpe con una de las múltiples rocas, de hay la importancia de llevar un buen calzado. No es una zona recomendada para ir en playeras de montaña sino para unas robustas botas.
Después de dos horas y veinte de camino y casi cinco kilómetros y medio de ascensión llegamos a la cima de Peña Pelada (679 m) y lo primero que vimos fue el buzón indicando que habíamos llegado a la cima.
Poco a poco fueron legando todos los senderistas
Las vistas desde la cima era espectacular, sobre todo se podía ver las Porras de Mortillano, el Porracolina, El Picón del Fraile
Lógicamente aproveche para hacer una panorámica de 360º desde la cima, la cual se puede ver si se pincha en la siguiente imagen.
También nos hicimos un par de selfies, uno con fondo de la bahía de Santander y otro con fondo de los Picos de Europa, Peña Sagra y Zona de Campoo.
Después de disfrutar de las vistas y de un pequeño aperitivo iniciamos el camino de descenso, el cual realizamos por el mismo sitio que habíamos utilizado en el ascenso. En este primer tramo pudimos ver un par de simas que en el ascenso no habíamos visto.
Una vez en último collado que habíamos ascendido, lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia el eucaliptal para seguir el muro que había junto a la cabaña.
Una vez que llegamos al collado donde nos desviamos a la izquierda, el camino era sencillo, teníamos que ir por la parte inferior de Peña Anconera, yendo paralelos a un muro de separación de fincas.
Pasamos junto a un par de cabañas que se encontraban a las faldas de Peña Anconera, en la zona del Rellano.
Aquí no había un sendero bien marcado y lo único que hacíamos era seguir las zonas con hierba pisada y que parecían asemejarse a un mal marcado sendero. En el camino tuvimos que librar una alambrada la cual unos pasaron por arriba y otro por abajo.
Continuamos caminando dejando a nuestra derecha un gran muro de piedra de peña Anconera, la cual parece ser que es una zona para la práctica de la escalada.
Íbamos caminando buscando el camino más cómodo, unas veces cerca de la pared de piedra, otras cerca de un muro de piedra de separación de fincas, otras entre zonas de avellanos y en uno de esos tramos aproveché para hacer una maja foto a uno de los senderistas.
Después ir buscando diferentes senderos pudimos ver una pista que se dirigía en el mismo sentido que nosotros así que nos dirigimos hacia ella ya que sería más cómodo caminar por ella que entre las piedras.
Después de realizar un pequeño descenso entre la maleza llegamos a la pista, la cual parecía que se dirigía hacia una cabaña.
Llegamos al final de la pista y nos encontramos una cabaña y ya no podíamos avanzar por ella.
Así que cogimos un desvío a mano derecha junto a un gran árbol.
Aquí seguimos un sendero junto a un muro, pero estaba bastante complicado caminar por él, ya que estaba cubierto por maleza. Fuimos buscando las zonas más cómodas, intentando librarnos de la zona de helechos secos, espinos,… los cuales dificultaban mucho el camino. El sendero nos llegó a una nueva zona muy rocosa la cual parecía que se dirigía a una zona inaccesible, eran la ladera de Peña Berzosa, así que antes de llegar a esta zona, la cual investigamos un poco, nos dirigimos pendiente abajo hacia una nueva pista.
Una vez en la pista la comenzamos a seguir durante unos pocos metros.
Hasta que esta se cruzó con una pequeña carretera, la cual cogimos hacia nuestra derecha, dirigiéndonos hacia el barrio de Mortesante. Ya en este barrio pudimos ver dónde nos habría llevado el sendero empedrado que abandonamos un poco antes de coger la carretera, hacia Peña Berzosa, zona donde se puede apreciar alguna zona de escalada.
Una vez en este barrio el camino ya es muy fácil, lo único que tuvimos que hacer es seguir la carretera que baja desde este barrio a la carretera principal.
Ahora ya sólo nos quedaba ir circulando por la carretera principal, eso sí, con mucha precaución ya que es muy estrecha y los coches pasan bastante rápido, durante aproximadamente un kilómetro. Esta carretera circula paralela al río Miera.
Después de una pequeña caminata de un kilómetro llegamos de nuevo a nuestro punto de partida en Mirones, donde teníamos aparcado el coche.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva altura-tiempo
Mirones – Peña Pelada – Barrio de Mortesante – Mirones | |
Distancia Total | Ruta circular de 11,5 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en cuatro horas y tres cuartos y estaríamos parados en la cima unos 30 minutos. |
Dificultad | La ruta es bastante sencilla, salvo los desniveles iniciales. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 500 m. con un desnivel acumulado de 920 m. |
Tipo de camino | Pistas, senderos, caminos empedrados y campo a través. Terreno muy kárstico que dificulta el andar. |
Agua potable | No encontramos ninguna fuente, sólo el agua del río Miera, pero ya era al final del recorrido. |
Época recomendada | En cualquier época que no haya nieve, ya que el terreno es muy kárstico y por tanto habría rocas bajo la nieve. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 59, a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |
[…] Un poco más adelante podemos tener una perfecta vista de esta cima rocosa, iluminada parcialmente por el sol. Esta cima se la conoce con el nombre de Peña Berzosa y se encuentra en el barrio de Mortesante y ya pasamos bajo ella en otra ocasión cuando realizamos el ascenso a Peña Pelada desde Mirones. Para ver la ruta pinchar aquí. […]