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El sábado 6 de abril nos juntamos tres senderistas, dos de ellos se están iniciando en el mundo del senderismo, para hacer una ruta cuyo destino se está poniendo de moda últimamente en Cantabria por las instalaciones que han montado. Se trata de subir hasta los Pozos de Noja, donde han instalado un columpio y un banco gigante.

Para ascender a los Pozos de Noja se puede hacer desde varios sitios, el primero de ellos, el que utiliza mucha gente es subir en coche hasta el mismo columpio y desde este punto disfrutar de las magníficas vistas (cuidado con hacer caso al GPS de Google maps para subir en coche, ya que te lleva por un camino que es inviable). Pero si lo que tratamos es de ascender haciendo una ruta podemos subir desde varios sitios, desde Rubalcaba, ruta que ya hicimos hace bastante tiempo, desde Liérganes, desde Mirones y desde Llanos. Nosotros nos decidimos por esta última, así que nos dirigimos hacia Penagos y allí cogimos la carretera que se dirige hacia Llanos, lugar donde acaba la carretera.

Una vez atravesado el pueblo llegamos al final de la carretera CA-616 y atravesamos un puente bastante estrecho. Es el puente de Búmbaro, más conocido como puente medieval y fue construido hacia el siglo XVI sobre el arroyo de la Ozadera. Está hecho de piedra en su totalidad con una longitud aproximada de veintidós metros y tres metros setenta centímetros de anchura. Se trata de un puente simétrico de tres ojos formados por arcos de medio punto. Un gran arco central de unos seis metros de luz que coincide con el punto de mayor caudal del río, flanqueado por otros dos arcos de menor tamaño de unos dos metros y medio. Esta disposición de arcos creciente hacia la mitad genera un perfil a dos vertientes con el característico «lomo de asno». Hay que tener precaución al cruzarlo con el coche ya que al ascender pierdes toda la visibilidad.

Puente de Búmbaro.

Allí, una vez atravesado el puente de Búmbaro, aparcamos el coche junto al cementerio del pueblo. Nos pusimos las botas, aunque se puede hacer fácilmente con playeras de montaña, cogimos las mochilas y comenzamos a caminar.

Aparcamiento junto a cementerio.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

El camino se inicia por la carretera que va hacia la derecha una vez que hemos atravesado el puente de Búmbaro. Al poco de iniciar la marcha nos encontramos, a mano izquierda, algo muy curioso y extraño en Cantabria, una granja de Alpacas. Se trata de la explotación ganadera Alpacas de la Tierruca, que lleva en funcionamiento desde 2012. Se trata de una granja de Alpacas Huacayas, de la cual se obtiene una fibra que es resistente, suave y ligera, además de hipoalergénica, por lo que es muy bueno para ropa de bebé y para personas con problemas de pieles atópicas.

Granja de Alpacas.

Un poco más adelante y a mano derecha ya nos encontramos un rebaño de unos animales más típicos de la zona, unas ovejas.

Rebaño de ovejas.

Continuamos caminando por esta carretera secundaria sin coger el primero de los desvíos a mano izquierda, sino que continuamos todo recto hacia La Ordina.

Desvío que no cogemos.

Cuando llegamos unos 700 metros caminados encontramos un desvío a nuestra mano derecha que en esta ocasión si cogemos.

Desvío a la derecha, el cual cogemos.

Antes de pasar por debajo de una línea eléctrica de gran tamaño pasamos junto a una de las típicas cabañas que podemos encontrar por los valles Pasiegos.

Típica cabaña en mitad de un prado.

A partir de este momento el trazado cambia totalmente, pasando de ser una carretera secundaria a ser una pista forestal que se utiliza para que los camiones bajen los troncos de la gran cantidad de eucaliptos que hay por estos montes. hay que tener especial precaución de seguir el track, ya que nos encontramos multitud de cruces.

Primero de los cruces que no cogimos.

En todo este recorrido se nota claramente que no hace mucho tiempo han estado bajando camiones con troncos de eucaliptos, ya que la pista está muy marcada de huellas de camión.

Pista forestal.

Cuando ya llevábamos caminados unos dos kilómetros y nos habíamos encontrado varios cruces en la pista forestal, llegamos a un cruce en el que en principio nos confundimos ya que fuimos recto, cuando teníamos que haber cogido el desvío hacia la derecha, algo que hicimos después de recorrer un pequeño tramo erróneamente.

Cruce hacia la derecha.

Una vez que corregimos el error continuamos por la pista forestal hasta que llegamos a un nuevo cruce, que esta vez cogimos hacia la izquierda, aunque lo mejor es hacer caso al track que levábamos.

Cruce a la izquierda.

Por esta pista forestal no había prácticamente árboles, ya que lo debían haber talado hace poco tiempo y se podían ver las nuevas plantaciones de eucaliptos.

Nuevas plantaciones de eucalipto.

Toda esta zona estaba bastante desforestada y por tanto no resultaba muy atractiva y era bastante fácil perder el rumbo correcto por la gran cantidad de desvíos dentro de las pistas forestales. Algunos de estos desvíos llevaban a cabañas que se encontraban cerca de las pistas forestales.

Desvío que no cogimos.

Después de caminar por estas pistas forestales y llevar caminando unos 45 minutos llegamos a un cruce con una carretera en el que cogimos el primer desvío hacia nuestra izquierda. Nos encontrábamos en el collado de tejera de Corra.

Cruce hacia la izquierda por carretera en collado de Tejera de Corra.

Nada más a comenzar a caminar por esta carretera secundaria nos encontramos una casona en muy buen estado, en la que había un cerrado para el ganado.

Casona junto a pista principal.

En este punto el paisaje ya había cambiado por completo, pasando de un terreno deforestado y totalmente descarnado a una zona en la que el color predominante era el verde de los prados.

Vistas desde la pista.

Ahora íbamos caminando en ligero ascenso por un sendero que circulaba por las faldas del pico Pindio y desde el que se tenía una vista del pueblo de Esles y Lloreda rodeado de verdes prados.

Esles y Lloreda desde las faldas de Pico Pindio.

Desde el pueblo de Lloreda también se puede ascender hasta los Pozos de Noja en coche por una carretera de montaña. Al poco de pasar una gran curva, primero a mano izquierda y luego a mano derecha abandonamos la pista principal que se dirige hacia Esles y cogemos un estrecho sendero que sigue las faldas del Pico Pindio.

Desvío hacia sendero a la izquierda.

En este estrecho sendero nos encontramos una pequeña cascada a nuestra mano izquierda. Me desvié un poco para ver dicha cascada y hacerla una foto.

Pequeña cascada junto a sendero.

Regrese de nuevo al sendero y continuamos caminando hasta que llegamos a un cambio de dirección muy marcado hacia la derecha y que coincidía con el lugar donde está la cascada de Esles o el Muro de Esles, una de las cascadas más llamativas del Valle de Cayón y por tanto de los Valles Pasiegos.

Muro de Esles

Atravesamos el río utilizando unas piedras que hay haciendo una especie de pequeño puente, aunque con cuidado, ya que alguna de las piedras resbala bastante. En este punto es donde se puede decir que nace el río Suscuaja, uno de los afluentes del Pisueña. Una vez cruzado el río continuamos ascendiendo por un senderillo bastante pindio y embarrado en algunos tramos. Eché una vista atrás y vimos la bonita zona que acabábamos de atravesar.

Zona por la que acabábamos de pasar en el muro de Esles.

Estábamos caminando por este sendero estrecho en el hayal de Esles hasta que llegamos a un cruce en el que tuvimos que cambiar muy bruscamente la dirección que seguíamos. Cogimos un desvío hacia la izquierda.

Desvío hacia la izquierda.

Una vez que cogimos este desvío, en el que nos encontramos algunos ciclistas que ascendían por el, seguimos en ligero y continuado ascenso, hasta llegar al mirador del Pico Lindaro, donde nos encontramos además del mirador, unas mesas en las que descansar con unas bonitas vistas.

Mirador de Pico Lindaro.

En este mirador había un pequeño mapa fotográfico en el que se indicaban los nombres de las diferentes zonas llamativas desde este punto.

Mapa fotográfico.

Ya que estaba en este punto aproveché para hacer una fotografía real de lo que aparecía en el cartel indicativo y en el que se podía ver, Esles, monte Caballar, Lloreda, Santa María de Cayón, …

Vistas desde Mirador de Pico Lindaro.

Otra cosa que nos llamó la atención es encontrarnos a un padre con su niña pequeña que habían llegado hasta ese punto en coche, siguiendo la ruta que les marcaba Google maps para llegar hasta los Pozos de Noja, algo que es imposible, a no ser que dispongas de un 4×4, y que unas semanas antes me había pasado a mí. Continuamos caminando en ligero ascenso hasta llegar a un cruce con una pista que habíamos visto desde cerca del mirador. En el cruce nos dirigimos hacia la derecha.

Enlazando hacia la derecha con pista principal.

Continuamos caminando por la pista principal hasta que llegamos a un poste indicativo que marcaba Esles y Pozos de Noja. Nos encontrábamos en el Collado de Edillo o Idillo y en vez de seguir la pista que iba hacia arriba y se dirigía hacia la cima, cogimos el camino que iba por las faldas de la cima.

Desvío hacia los Pozos de Noja que no cogimos.

Nosotros continuamos por la pista principal hasta llegar al punto donde vimos una carretera y muchos coches que estaban aparcados junto a unas cabañas. Hasta este punto es donde llegamos en la ocasión que subimos desde Llerana, quedándonos a los pies de las Enguinzas.

Pista hasta la base de Las Enguinzas.

Al llegar a la carretera cogimos el segundo desvío hacia la izquierda, en el cual había una cabaña y en el que ya es imposible perderse por la gran cantidad de gente y coches que se dirigen hacia los cercanos Pozos de Noja.

Desvío hacia los Pozos de Noja.

Ahora tenemos que caminar aproximadamente un kilómetro por esta carretera secundaria en dirección a los Pozos de Noja. En esta carretera nos seguimos encontrando coches aparcados que llegan hasta los Pozos de Noja.

Carretera hacia los Pozos de Noja.

Después de tres horas y media y aproximadamente 14 kilómetros llegamos al primero de los atractivos de los Pozos de Noja, un enorme banco desde el que se tienen unas magníficas vistas del Valle del Miera.

Descansando en el banco gigante.

Las vistas del Valle de Miera desde este punto eran impresionantes.

Vistas de uno de los Pozos de Noja desde el banco.

Una vez que disfrutamos de las vistas desde este banco gigantesco nos dirigimos hacia el principal atractivo que ha tenido siempre este lugar y no es otro que uno de los Pozos de Noja.

Estos Pozos de Noja son dos pequeños embalses construidos a principios del siglo xx para la producción de electricidad entre los municipios cántabros de Miera y Liérganes. Su función era la de la aportación de agua para la producción de energía hidráulica para Liérganes y alrededores. Se aprovecharon hondonadas para construir las presas a principios del siglo xx. La del pozo inferior aun es visible desde la parte norte. El agua bajaba por canales situados en las laderas del picón del Marmojo y de Peña Pelada. Estos canales aún existen. Los pozos se llenaban con el agua del deshielo o de la lluvia.

La empresa que los construyó fue la Electra Pasiega, que fue absorbida en 1945 por la de Viesgo. Las turbinas para la producción de electricidad estaban situadas, la primera, al pie del monte en el que se ubican los embalses, y la segunda, que recibía agua de la primera, junto a la carretera que une Liérganes y San Roque, en un lugar llamado «la fábrica de la luz». Las instalaciones aún se conservan abandonadas, pero bien visibles.

Los pozos y las turbinas, el primer gran proyecto de Electra Pasiega, se pusieron en funcionamiento sobre 1905 y estuvieron produciendo electricidad hasta mediados de, siglo, cuando Electra de Viesgo adquirió la pequeña empresa pasiega. En ese momento, se introdujo en la zona de Liérganes el alumbrado moderno.

Pozo superior de Noja.

Justo al lado del pozo superior se encuentra la segunda gran atracción turística que han instalado este año 2024. Este proyecto fue impulsado por el Ayuntamiento de Miera con el apoyo del Grupo de Acción Local de Valles Pasiegos, el cual promete ser un nuevo hito para la región, atrayendo a visitantes en busca de naturaleza, historia y aventura. Y como no va a ser menos, no dudé en hacerme una foto (esperando una cola de cuatro grupos), en este segundo gran atractivo del territorio Meracho.

Columpio gigante.

Una vez hechas las fotos correspondientes de los tres senderistas nos fuimos hasta un mirador desde el que se puede ver el segundo de los pozos, el inferior, así como el valle de Miera.

Pozo inferior y valle de Miera.

Una vez acabadas las visitas y las fotos iniciamos el descenso hacia Llanos. Para ello nos dirigimos hacia lo que sería el muro de contención del pozo superior y lo bordeamos.

Bordeando el pozo superior.

Una vez que lo bordeamos tuvimos que realizar el último tramo de ascenso en dirección a una cima en la que había un indicador y que sería por donde podíamos haber bajado. En ese ascenso pudimos tener una vista del valle de Miera.

Vistas del Valle de Miera en el ascenso.

Seguimos ascendiendo hasta que llegamos a la cima donde se encontraba ese poste indicador que marcaba las dos direcciones, una bajaría hacia el collado de Edillo o Idillo y la otra, que es la que cogeríamos nosotros, la bajada hacia Esles por las Zetas.

Indicadores en la cima.

Averiguamos porqué se llamaban las Zetas, ya que el recorrido iba haciendo un zig-zag para salvar la elevada pendiente descendiente. El terreno estaba bastante complicado y más cuando quisimos ahorrarnos unas de estas zetas.

Saltándonos una de las zetas en el descenso.

Cuando ya llegamos a la parte más baja de esta dura pendiente encontramos una pista a nuestra izquierda que se dirigía hacia Esles, lógicamente nosotros la obviamos y seguimos derechos.

Poste indicador hacia Esles.

Desde que salimos del columpio, el tiempo se endureció, principalmente por las fuertes rachas de viento, así que estuvimos que andar un buen tramo en busca de una zona resguardada en la que comer. Primero vimos una cabaña muy bien acondicionada, pero que estaba totalmente cerrada y que no íbamos a poder utilizarla como resguardo.

Cabaña perfectamente acondicionada, pero sin buenos accesos.

Así que no nos quedó otro remedio que buscar otra más accesible y protegida del viento. Lo que si pudimos ver es que este último tramo del recorrido forma parte de un pequeño recorrido, en concreto el PR-S 25, que es una de las posibilidades de subir a los Pozos de Noja desde el pueblo de Liérganes.

Indicador de PR-S 25

Unos metros más adelante nos encontramos un gran rebaño de cabras protegido de dos mastines y viendo que al lado del camino había una cabaña abandonada nos dirigimos hacia ella para comer y así ver si se retiraban los mastines de mitad del camino, como así fue.

Comiendo en cabaña al resguardo del viento.

Una vez que acabamos de comer reiniciamos la marcha, la cual era bastante cómoda ya que era todo en descenso. En ese descenso pudimos disfrutar de otra gran vista de los montes de la zona.

Vistas en el descenso hacia Llanos.

El camino se había convertido en una cómoda pista que se dirigía hacia un lugar en el que había una construcción en bastante mal estado y rodeada de mucha porquería que no parecía el lugar más apropiado para estar. Esto se encontraba justo al lado de una gran línea eléctrica de 400kV que procede de Soto, en Asturias y que una vez que llega hasta Penagos se dirige hacia el País Vasco.

Zona bastante abandonada junto a línea de MAT.

Cuando atravesamos esta zona y casi estábamos llegando a la línea de Muy Alta Tensión, cogimos un desvío hacia una pista forestal a la izquierda y bajamos por ella. En esta pista forestal había varios letreros advirtiendo de que se estaban haciendo trabajos de desforestación. Ahora el camino era muy sencillo sólo teníamos que seguir dicha pista, la cual luego se convertiría en una carretera. En ese camino de descenso nos encontramos lo que parecía una gran plantación de arándanos, la cual parecía abandonada.

Posible plantación de arándanos.

Seguimos bajando por la carretera hasta que llegamos justo al lado del cementerio donde teníamos aparcado el coche. Una vez allí nos descalzamos y aprovechamos para poner a refrescar nuestros cansados pies, y no hay mejor lugar que meter los pies en el frío río junto al puente de Búmbaro.

Una vez que nos refrescamos, recogimos y nos fuimos a tomar un refresco al primero de los bares que nos encontramos y en el cual estaban celebrando la fiesta de la feria de abril.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

Llanos – Cascada de Esles – Pozos de Noja – Llanos
Distancia Total Ruta circular de 21,5 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y media, con pequeñas paradas para hacer fotos y una más larga de una media hora para comer.
Dificultad La ruta es de nivel moderado, aunque hay un prolongado ascenso y descenso.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 700 m. con un desnivel acumulado de unos 900 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y un pequeño tramo por carreteras secundarias.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59-I (Sarón) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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El sábado 03 de diciembre nos juntamos cuatro amigos senderistas para hacer un pequeño recorrido en esta bonita mañana de diciembre. Como era un recorrido sólo de mañana nos decidimos a realizar una ruta por una de las montañas más próximas a la ciudad, es decir por territorio Meracho (Gentilicio de la gente de Miera, Cantabria).

Dentro de este bonita y amplia zona nos decidimos a ascender a una de las cimas más conocidas, Peña Pelada, que aunque alguno de nosotros ya habíamos ascendido a ella en otra ocasión (pinchar aquí para verla), no nos importó repetir, pero esta vez desde otro inicio, la otra vez fue desde Rubalcaba y esta vez sería desde Mirones.

Para ello nos dirigimos al mismo punto desde el que partimos para realizar la ruta de Las Enginzas, es decir el pueblo de Mirones, en concreto aparcamos el coche junto a la Iglesia de San Román.

Iglesia de San Román

Iglesia de San Román

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc)

Allí, nada más cruzar la carretera, encontramos, junto a una casa, una pendiente que se dirige al barrio de La Cantolla, se trata del camino El Carro.

Inicio de la ruta

Inicio de la ruta

Continuamos ascendiendo y llegamos a las primeras casas del barrio de La Cantolla y fuimos callejeando entre las casas buscando el camino correcto. La ruta también se podría empezar desde este barrio y así nos hubiésemos ahorrado esta primera ascensión, aunque en cualquier ruta por esta zona, debido a la geografía del lugar, siempre habrá una fuerte ascensión al inicio. Ya en la Cantolla buscamos el camino para iniciar la ruta y lo encontramos junto a lo que parecía un bebedero.

Camino correcto junto a bebedero

Camino correcto junto a bebedero

Allí nos encontramos un indicador que marcaba el camino hacia el Macizo de Las Enguinzas que según pudimos observar está marcado como un pequeño recorrido, en concreto el PR-S73, pero que sin embargo la vez anterior pudimos observar que no ascendía hasta Las Enguinzas. El inicio de la ruta es el mismo que el que hicimos un par de meses antes, ya que Peña Pelada  es un pico calizo de 700 metros de altura, que se encuentra en la sierra de Las Enguinzas.

El inicio es un poco durillo, ya que nada más comenzar nos encontramos una fuerte pendiente con una pista hormigonada. Como en otras ocasiones que hemos ido por esta zona, nos llamó la atención el Hotel París o La Torre, una construcción muy llamativa que se encuentra sobre una roca. Además pudimos ver la mejora que ha habido en los últimos años, ya que ya habíamos realizado otra ruta por esta zona y habíamos visto esta casa, comentando en ese momento un poco de la historia de este “hotel”.

Hotel París

Hotel París

En este durillo ascenso nos encontramos primeramente un depósito de aguas, el cual dejamos a nuestra mano izquierda. Este le obviamos y continuamos el ascenso.

Primer depósito de aguas

Primer depósito de aguas

Continuamos ascendiendo y a unos cinco minutos de haber pasado por este depósito de aguas nos encontramos un segundo depósito de aguas, pero esta vez a mano derecha.

Segundo depósito de aguas

Segundo depósito de aguas

Justo junto al depósito de aguas tenemos que abandonar la pista hormigonada y coger un camino empedrado, pero un empedrado no natural sino realizado por el hombre colocando grandes piedras para crear este camino. Hay que tener precaución de no pasarse este desvío, el cual no está indicado.

Desvío a la derecha junto a depósito de aguas

Desvío a la derecha junto a depósito de aguas

Este camino nos va a dirigir hacia el Hoyo de la Ballosera. Esta es una calzada de piedra encastrada que no tiene pérdida y que nos va a dirigir por el camino correcto.

Calzada de piedra encastrada

Calzada de piedra encastrada

En este ascenso por este camino empedrado tuvimos que abrir varias alambradas para poder continuar, nada más comenzar nos encontramos una de ellas.

Primera de las alambradas que tendríamos que atravesar

Primera de las alambradas que tendríamos que atravesar

Al poco de pasar esta primera de la múltiples alambradas que tendremos que atravesar a lo largo del camino nos encontramos una magnífica vista del Porracolina, todavía con unas raspas de nieve, que destacaba entre los rayos de sol.

Porracolina entre los rayos de sol

Porracolina entre los rayos de sol

Nos dejamos llevar por el camino embaldosado en dirección a la parte más alta de este primer tramo y casi antes de llegar nos encontramos la segunda alambrada a atravesar.

Segunda alambrada a atravesar

Segunda alambrada a atravesar

Ya en la parte superior de este primer tramo nos encontramos en la entrada del Hoyo de La Ballosera. En este punto se podía ver la inmensidad del hoyo así como el camino que nos iba a dirigir hasta el siguiente collado, el cual estaba en el otro extremo del gran Hoyo.

Entrada al Hoyo de La Ballosera

Entrada al Hoyo de La Ballosera

 Sin dejar de seguir el camino embaldosado nos dirigimos hacia el interior del hoyo, pero no bajando hasta el fondo, donde se puede observar una de las múltiples cabañas que hay en el hoyo, sino siguiendo este camino a media altura del hoyo.

Entrando en el hoyo de La Ballosera

Entrando en el hoyo de La Ballosera

En principio hacemos un pequeño descenso por este camino y luego otro ligero ascenso procurando no abandonar en ningún momento dicho camino, el cual en algunos momentos se pierde entre la hierba.

Ascendiendo y descendiendo por el borde del Hoyo

Ascendiendo y descendiendo por el borde del Hoyo

Después de un ligero ascenso, sí que tenemos una magnífica vista del Porracolina, pero esta vez sin los molestos rayos de sol para poder hacer una instantánea de su cima todavía nevada.

Porracolina al fondo

Porracolina al fondo

Ya nos estábamos adentrando en el hoyo y pudimos ver la primera de las múltiples cabañas que se encontraban en este hoyo, lo cual indicaba que era un lugar en el que hace años había varios ganaderos que subían a pastar a sus famosas vacas pasiegas, algunas de las cuales pudimos ver por esta zona.

Primera de las cabañas

Primera de las cabañas

En esta cabaña nos llamaron la atención unos cuántos detalles. El primero de ellos era la pequeña altura que tenía la puerta por la que tendría que entrar el ganado, el segundo era el entramado del suelo de la zona vividora, era un entramado de varas de avellano cubierto de hierba seca, todo ello con la intención de que el ganado suministrara el calor suficiente a la zona vividora, y por último un bebedero tallado en la piedra que se encontraba junto a la entrada.

Bebedero labrado en la piedra

Bebedero labrado en la piedra

Continuamos caminando por el bien indicado camino y pudimos ver varias cabañas más, las cuales parecía que estaban bastante abandonadas ya que a la mayoría de ellas se les había caído parte del tejado, en algunos casos formados por grandes lascas de pizarra y otras, ya más modernas, por tejas de barro.

Otras cabañas

Otras cabañas

Ya estábamos llegando al extremo opuesto del Hoyo, donde se podía ver un claro collado al que teníamos que llegar.

Collado al que debíamos llegar

Collado al que debíamos llegar

Ya en este collado pudimos echar una vista atrás y ver todo el camino que habíamos realizado por el hoyo, así como el lugar en el que empezamos el recorrido por este hoyo de La Ballosera.

Hoyo de La Ballosera desde el otro lado

Hoyo de La Ballosera desde el otro lado

Una vez que llegamos a este collado vimos cómo el paisaje cambiaba un poco, estábamos en una zona totalmente kárstica, con grandes piedras que sobresalían del terreno.

Zona kñarstica

Zona kñarstica

Desde aquí teníamos que dirigirnos hasta el siguiente collado y para eso nos teníamos que introducir en otro nuevo hoyo, pero este mucho más pequeño que el anterior. Estábamos en la zona de El Codadillo y entre las rocas pudimos ver una cabaña que nos llamó la atención, lo primero porque estaba entre las piedras.

Cabaña entre las rocas kársticas

Cabaña entre las rocas kársticas

Segundo porque había una especie de braña que no parecía natural, ya que parecía que alguien había quitado las piedras para dejar una zona para pasto del ganado. Es más se podían ver montículos no naturales de piedras.

Extraños almacenamientos de rocas

Extraños almacenamientos de rocas

Como nos llamó bastante la atención nos alejamos un poco del camino y nos acercamos a la cabaña. Pudimos ver cómo el tejado estaba totalmente derruido, lo cual daba a entender que estaba abandonada y además tenía una extraña construcción pegada a ella.

Construcción junto a cabaña

Construcción junto a cabaña

También pudimos ver junto a ella un gran alambique para la recogida de agua.

Alambique para la recogida de agua

Alambique para la recogida de agua

Regresamos al camino principal y nos dirigimos al próximo collado, desde el cual se tenía una vista de todo el Miera hasta su desembocadura entre Pedreña y Somo. A nuestros pies se encontraba Rubalcaba y Liérganes, en donde destacaban las famosas «Tetas de Liérganes». También se podía ver Peña Cabarga, Santander, Solares, la bahía,…

Vista desde el Collado

Vista desde el Collado con Tetas de Liérganes en primer lugar

Una vez en este collado nos dirigiremos hacia nuestra izquierda. En el camino de regreso tendremos que volver hasta este punto. Perdimos un poco de altura para ir paralelos al muro que podremos observar. Nos dirigiremos hacia un eucaliptal que hay después de una cabaña.

Lugar hacia el que nos tenemos que dirigir

Lugar hacia el que nos tenemos que dirigir

En este recorrido hacia el eucaliptal tendremos que atravesar un par de alambradas, y esta vez no hay portilla sino que tuvimos que buscar la zona más cómoda para superarla. Una vez que hemos superado la mitad del eucaliptal giramos para ascender al collado de nuestra izquierda.

Collado al que debemos de ascender

Collado al que debemos de ascender

Una vez en el collado pudimos ver el camino que habíamos elegido en la otra ocasión que habíamos ascendido a Peña Pelada, pasando por una estrecha garganta. El terreno se había complicado bastante por la cantidad de rocas que había, siendo las más peligrosas las que estaban cubiertas por las hierbas, las cuales hicieron que tuviésemos un par de incidentes que nos dañaron nuestras pantorrilas.

Zona Kárstica con Porras de Mortillano al fondo

Zona Kárstica con Porras de Mortillano al fondo

Continuamos por lo que parecía un sendero y que se dirigía a una cima, la cual pensábamos que ya era Peña Pelada pero que no era así, sino que se trataba de una precima.

Ascendiendo a la primera cima entre las rocas

Ascendiendo a la primera cima entre las rocas

Una vez en esta primera cima pudimos ver como no se trataba de Peña Pelada, sino que justo delante nuestro se encontraba nuestro destino. El camino hasta ella era totalmente empedrado, razón por la que no había traído a mi perro Otto, ya que es una zona bastante peligrosa para él. Es una zona en la que es muy fácil torcerse un tobillo o darse un golpe con una de las múltiples rocas, de hay la importancia de llevar un buen calzado. No es una zona recomendada para ir en playeras de montaña sino para unas robustas botas.

Vista de Peña Pelada desde la precima

Vista de Peña Pelada desde la precima

Después de dos horas y veinte de camino y casi cinco kilómetros y medio de ascensión llegamos a la cima de Peña Pelada (679 m) y lo primero que vimos fue el buzón indicando que habíamos llegado a la cima.

Buzón en Peña Pelada

Buzón en Peña Pelada

Poco a poco fueron legando todos los senderistas

Senderista llegando a la cima

Senderista llegando a la cima

Las vistas desde la cima era espectacular, sobre todo se podía ver las Porras de Mortillano, el Porracolina, El Picón del Fraile

Porras de Mortillano, Porracolina y Picón del Fraile

Porras de Mortillano, Porracolina y Picón del Fraile desde Peña Pelada

Lógicamente aproveche para hacer una panorámica de 360º desde la cima, la cual se puede ver si se pincha en la siguiente imagen.

panoramica

 También nos hicimos un par de selfies, uno con fondo de la bahía de Santander y otro con fondo de los Picos de Europa, Peña Sagra y Zona de Campoo.

Selfie con Picos de Europa y Peña Sagra al fondo

Selfie con Picos de Europa y Peña Sagra al fondo

Después de disfrutar de las vistas y de un pequeño aperitivo iniciamos el camino de descenso, el cual realizamos por el mismo sitio que habíamos utilizado en el ascenso. En este primer tramo pudimos ver un par de simas que en el ascenso no habíamos visto.

Sima en el descenso

Sima en el descenso

Una vez en último collado que habíamos ascendido, lo primero que hicimos fue dirigirnos hacia el eucaliptal para seguir el muro que había junto a la cabaña.

Dirigiéndonos hacia el eucaliptal

Bajando hacia el eucaliptal

Una vez que llegamos al collado donde nos desviamos a la izquierda, el camino era sencillo, teníamos que ir por la parte inferior de Peña Anconera, yendo paralelos a un muro de separación de fincas.

Caminando junto a muro

Caminando junto a muro

Pasamos junto a un par de cabañas que se encontraban a las faldas de Peña Anconera, en la zona del Rellano.

Cabañas en las faldas de Peña Asorena

Cabañas en las faldas de Peña Anconera

Aquí no había un sendero bien marcado y lo único que hacíamos era seguir las zonas con hierba pisada y que parecían asemejarse a un mal marcado sendero. En el camino tuvimos que librar una alambrada la cual unos pasaron por arriba y otro por abajo.

Librando el paso de una alambrada

Librando el paso de una alambrada

Continuamos caminando dejando a nuestra derecha un gran muro de piedra de peña Anconera, la cual parece ser que es una zona para la práctica de la escalada.

Muro de piedra en Peña Anconera

Muro de piedra en Peña Anconera

Íbamos caminando buscando el camino más cómodo, unas veces cerca de la pared de piedra, otras cerca de un muro de piedra de separación de fincas, otras entre zonas de avellanos y en uno de esos tramos aproveché para hacer una maja foto a uno de los senderistas.

Rama en mitad del camino

Rama en mitad del camino

Después ir buscando diferentes senderos pudimos ver una pista que se dirigía en el mismo sentido que nosotros así que nos dirigimos hacia ella ya que sería más cómodo caminar por ella que entre las piedras.

Pista hacia la que nos dirigimos

Pista hacia la que nos dirigimos

Después de realizar un pequeño descenso entre la maleza llegamos a la pista, la cual parecía que se dirigía hacia una cabaña.

Ya en la pista

Ya en la pista

Llegamos al final de la pista y nos encontramos una cabaña y ya no podíamos avanzar por ella.

Final de la pista a una cabaña

Final de la pista a una cabaña

Así que cogimos un desvío a mano derecha junto a un gran árbol.

Desvío a la derecha junto a gran árbol

Desvío a la derecha junto a gran árbol

Aquí seguimos un sendero junto a un muro, pero estaba bastante complicado caminar por él, ya que estaba cubierto por maleza. Fuimos buscando las zonas más cómodas, intentando librarnos de la zona de helechos secos, espinos,… los cuales dificultaban mucho el camino. El sendero nos llegó a una nueva zona muy rocosa la cual parecía que se dirigía a una zona inaccesible, eran la ladera de Peña Berzosa, así que antes de llegar a esta zona, la cual investigamos un poco, nos dirigimos pendiente abajo hacia una nueva pista.

Bajando hacia la pista

Bajando hacia la pista

Una vez en la pista la comenzamos a seguir durante unos pocos metros.

Caminando por la pista

Caminando por la pista

Hasta que esta se cruzó con una pequeña carretera, la cual cogimos hacia nuestra derecha, dirigiéndonos hacia el barrio de Mortesante. Ya en este barrio pudimos ver dónde nos habría llevado el sendero empedrado que abandonamos un poco antes de coger la carretera, hacia Peña Berzosa, zona donde se puede apreciar alguna zona de escalada.

Barrio de Mortesante a las faldas de Peña Berzosa

Barrio de Mortesante a las faldas de Peña Berzosa

Una vez en este barrio el camino ya es muy fácil, lo único que tuvimos que hacer es seguir la carretera que baja desde este barrio a la carretera principal.

Llegando por carretera a la carretera principal.

Llegando por carretera a la carretera principal.

Ahora ya sólo nos quedaba ir circulando por la carretera principal, eso sí, con mucha precaución ya que es muy estrecha y los coches pasan bastante rápido, durante aproximadamente un kilómetro. Esta carretera circula paralela al río Miera.

Río Miera a la orilla de la carretera

Río Miera a la orilla de la carretera

 Después de una pequeña caminata de un kilómetro llegamos de nuevo a nuestro punto de partida en Mirones, donde teníamos aparcado el coche.

Llegando de nuevo a Mirones

Llegando de nuevo a Mirones

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Ruta en Google Earth

Ruta en Google Earth

Curva altura-tiempo

Curva altura-tiempo

Curva altura-tiempo

Mirones – Peña Pelada – Barrio de Mortesante – Mirones
Distancia Total Ruta circular de 11,5 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cuatro horas y tres cuartos y estaríamos parados en la cima unos 30 minutos.
Dificultad La ruta es bastante sencilla, salvo los desniveles iniciales.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 500 m. con un desnivel acumulado de 920 m.
Tipo de camino Pistas, senderos, caminos empedrados y campo a través. Terreno muy kárstico que dificulta el andar.
Agua potable No encontramos ninguna fuente, sólo el agua del río Miera, pero ya era al final del recorrido.
Época recomendada En cualquier época que no haya nieve, ya que el terreno es muy kárstico y por tanto habría rocas bajo la nieve.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59, a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional.
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