El miércoles 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, nos juntamos 5 senderistas para hacer el bonoruta de fin de año. En principio íbamos a ser 6, pero debido a un problema de salud de una hija, una de las componentes no pudo ir, por lo que se nos redujo las posibilidades de la ruta, ya que teníamos pensado hacer una travesía e íbamos a llevar dos coches.
Una de las rutas de travesía era realizar la senda del potro, que va desde La Lastra hasta Pujanda, pero si la hacíamos de ida y vuelta o circular se iba a hacer bastante larga, por eso nos decidimos a realizar otra ruta mítica, que ya hemos realizado en otras dos ocasiones, pero en esta la iniciaríamos desde el único sitio que no la habíamos iniciado. Se trata del ascenso al Machu-Picchu Cántabro, es decir a la Braña de Los Tejos. Este destino ya lo hemos realizado desde Santa María de Lebeña y desde Cicera, así que en esta ocasión la haríamos desde San Pedro de Bedoya.
Para ello salimos de Santander a las 08:00 horas, ya que hasta el punto de salida hay una hora y tres cuartos de viaje, en dirección a Potes y unos kilómetros antes, en el pueblo de Tama, cogimos el desvío hacia San Pedro de Bedoya. Una vez en el pueblo, a -1ºC, aparcamos el coche y pudimos disfrutar de una maravillosa vista de los Picos de Europa.
Después de aparcar y ponernos ropa de abrigo, ya que hacía bastante frío, iniciamos la caminata, la cual en principio íbamos a intentar hacer circular, ya que teníamos un track en el GPS que así nos guiaba, aunque no parecía muy clara y si veíamos alguna dificultad haríamos la ida y vuelta por el mismo lugar.
Justo en el punto de salida encontramos unas flechas que nos indicaban que un pequeño recorrido nos llevaría fácilmente hasta nuestro destino, como así fue, ya que durante todo el camino de ascenso no tuvimos ninguna dificultad y sólo tuvimos que seguir las típicas franjas amarillo-blancas. Se trataba de el PR-S 04, aunque también en ese mismo punto se encontraba el inicio de otra ruta que iba al cercano pueblo de Salarzón por el PR-S 88.
Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)
También junto a estos indicadores había unos carteles que daban una pequeña descripción de la importancia del Tejo en la historia de Cantabria, así como una ruta por el Valle de Bedoya para conocer los pueblos de dicho valle, Cobeña, Esanos, Pumareña, Salarzón, San Pedro de Bedoya y Trillayo y que pertenecen al ayuntamiento de Cillorigo de Liébana.
Nada más empezar a caminar por una cómoda pista nos encontramos una casa en la que destacaba un gran horno de barro, de los que se solían utilizar para la cocción del pan.
La pista comenzaba en un ligero ascenso con un piso de hormigón, pero al poco rato se convertía en una pista, ancha y cómoda de tierra, que aunque en esta época lo normal es que estuviese cubierta de nieve o barro, en esta ocasión estaba totalmente seca, lo cual facilitaba el caminar.
En seguida nos encontramos el primero de los múltiples cruces que no tendríamos que coger. Se trataba del desvío hacia Salarzón por el PR-S 88. Lógicamente nosotros no lo cogimos.
Continuaba haciendo frío, así que seguimos ascendiendo ligeramente intentando entrar en calor. Enseguida nos encontramos el primero de los pasos canadienses con su portilla para evitar que se escape el ganado.
Aunque nos encontramos bastantes desvíos, no tuvimos que coger ninguno de ellos y además en cada uno de ellos había una marca amarillo-blanca del PR, que nos indicaba el camino correcto.
Ya habíamos entrado en calor y tuvimos que hacer la primera de las paradas para despojarnos de las ropas de abrigo, gorros, guantes y cazadora fuera, parecía que estábamos en plena primavera, el sol ya apretaba, no había prácticamente viento, así que a disfrutar de la ruta y del tiempo. Esto fue al llegar a una gran braña en la que se encontraba una cabaña, en concreto en los invernales de Toja.
A partir de esta punto el ascenso se hizo bastante más durillo, pero empezamos a tener unas magníficas vistas de la zona, en la que destacaban los cercanos Picos de Europa.
En este ascenso nos encontramos varias «instalaciones» de tirolinas que iban de unos árboles a otros y que pertenecen a la empresa Territorio Canopy, empresa que se dedica al descenso de dos kilometros por el bosque de Bedoya (El Robleu) en 16 tirolinas con 16 plataformas en las que hay dos rapel aéreos y un puente tibetano.
En este duro ascenso nos encontramos el segundo y creo que último paso canadiense de todo el recorrido. Lo atravesamos y continuamos nuestro ascenso por la pista zigzagueante.
Continuando por la pista ya estábamos llegando al final del ascenso y nos encontramos a nuestra izquierda el pico El Collado o el Pico Taruey (1.314 m), en el que también destacaba una pequeña cabaña, a la cual nos acercamos para tomar un ligero respiro, desviándonos ligeramente de la pista, y esperar a uno de los componentes del grupo que había decidido ascender a este pico.
Junto a esta pequeña cabaña se tenía una magnífica vista del collado por el que tendríamos que ir después de descender de la Braña de Los Tejos, se trata de un collado entre La Peña (1.364 m.) y Peña Crespa (1.278 m.), ambas pertenecientes a la Sierra de Peña La Ventosa.
También desde aquí se tendría una vista del refugio que, según he leído y me he informado, se encuentra en el collado de Taruey, aunque según el mapa del IGN este collado no se encuentra aquí sino a nuestra izquierda según miramos el refugio. Yo pienso que es más correcto lo que escribe la gente, que lo que viene en el mapa del IGN, ya que en este mapa también viene mal indicado dónde se encuentra la Braña de los Tejos. También se divisa el Collado de Pasaneu.
Por último desde la misma cabaña también se ve a dónde tenemos que ascender todavía, a la Braña de los Tejos, la cual se encuentra justo detrás de las rocas de en frente.
Después del pequeño descanso nos dirigimos hacia el refugio que se encuentra en el collado de Taruey y el cual se encuentra en magníficas condiciones de conservación y además tiene cabida para bastantes montañeros.
Después de visitar el refugio nos dirigimos por la pista en dirección del collado de Pasaneu.
En esta pista nos encontramos un cruce que ya habíamos visto en otra ocasión cuando ascendimos a la Braña de Los Tejos desde Santa María de Lebeña.
Después de unos minutos llegamos al collado de Pasaneu, que junto con el anterior collado de Taruey, eran lugares de paso de Liébana hacia la costa, antes de la construcción en el siglo XIX de la carretera del desfiladero de La Hermida.
Parece lógico que antes de la construcción de la carretera que circula por el desfiladero de la Hermida, este fuese el paso natural para ir desde la zona de Liébana hacia la costa, ya que desde este punto se tiene una magnífica visión de la costa, en concreto de San Vicente de la Barquera.
Al llegar al collado Pasaneu nos encontramos una señal que nos indicaba el camino a la Braña Los Tejos, la cual no tiene pérdida. Nos quedaba una pequeña pendiente hasta llegar a nuestro destino, así que seguimos el camino y llegamos a la ansiada Braña de Los Tejos.
Ahora sólo quedaba maravillarnos de este espectáculo arbóreo, empezando por un espectacular acebo con sus frutos rojos que se encontraba junto a la entrada.
Luego me hice la típica foto que me he realizado en las otras dos ocasiones que he visitado la braña de Los Tejos. Se trata de un tejo, creo que milenario por su tamaño, y que es mi árbol favorito, me parece espectacular, así que aquí os lo dejo.
Como ya he explicado en otras ocasiones el tejo se puede considerar el árbol sagrado de los cántabros, ya que según los historiadores, las hojas y semillas de este árbol eran utilizadas por los guerreros cántabros para quitarse la vida antes de ser apresados por el ejército romano, ya que estas semillas y hojas son muy venenosas. Continuamos paseando por la braña viendo otros árboles espectaculares que salen de entre las rocas.
La razón de que estos árboles saliesen de entre las rocas parece ser que es debido a que los animales que comían sus semillas expulsaban sus excrementos entres estas rocas o fallecían en sus guaridas y allí brotaban esas semillas. Aquí tenemos otro ejemplo de estos árboles.
El interior del tronco del tejo está hueco. Desde los nódulos de las ramas, una raíz interna desciende por la oquedad hasta llegar al suelo, enraizarse y generar un tronco nuevo, mientras se seca y cae el que lo rodea. Por eso es tan longevo. Por eso el tejo es eterno. Un dicho popular inglés reza así:
- Las vidas de tres zarzos, la vida de un perro.
- Las vidas de tres perros, la vida de un caballo.
- Las vidas de tres caballos, la vida de un hombre.
- Las vidas de tres hombres, la vida de un águila.
- Las vidas de tres águilas, la vida de un tejo.
- La vida de un tejo, la longitud de una era.
- Siete eras desde la creación hasta el día del juicio.
Aquí se puede observar cómo el tronco del tejo es hueco.
Una vez realizado un paseo por toda la braña viendo los diferentes tejos, así como la mina de blenda que se encuentra en la misma braña y que se conoce con el nombre de mina de Arceón, y de la cuál se obtiene el zinc para hacer el galvanizado de los metales, principalmente del acero, algunos de los senderistas nos hicimos una foto teniendo como fondo los picos de Europa y en concreto el Samelar, el San Carlos o Sagrado Corazón y la Morra de Lechugales.
Además aproveché a realizar una panorámica en la que he reflejado el nombre de las principales cimas de la Cordillera Cantábrica, Bistruey (2.002 m), Curavacas (2.520 m), Peña Prieta (2.539m) y Coriscao (2.534 m) y de los Picos de Europa, Morra de Lechugales (2.437 m), Sagrado Corazón o San Carlos (2.214 m), Samelar (2.229 m) y el cercano Peña Ventosa (1.434 m)
Después de las fotos nos comimos los bocadillos e hicimos un momento de reposo antes de iniciar el camino de vuelta. Teníamos dos posibilidades, regresar por el mismo camino, algo que no nos apetecía, o hacer la circular que teníamos en el segundo GPS, ya que en el principal se nos acabaron las pilas, lo cual significaba hacer caso a algo que no sabíamos cómo sería. Así todo decidimos hacerla circular. Para ello nos dirigimos en dirección a Peña Ventosa por un estrecho sendero.
Aquí no había un sendero claramente marcado pero encontrábamos diferentes senderos que íbamos cogiendo y que creíamos, como luego así fue, que nos llevaban al sitio correcto.
Nos dirigíamos a la parte baja de la Sierra de las Cuerres, lugar donde se encuentra la Braña de los Tejos, zona por la que se encuentra el arroyo de los Casares y Lamasón, del cual sólo se podía ver su curso seco sin agua. Para ello tuvimos que descender por un bosque de jóvenes hayas.
Una vez en la parte inferior, por donde debería estar el arroyo, llegamos a una braña que nos sonaba bastante ya que habíamos pasado cuando ascendimos a la Braña de los Tejos desde Santa María de Lebeña.
Ahora iniciaríamos el ascenso hacia un colado que en el IGN lo nombra como collado de Taruey, pero que los usuarios no lo llaman así, es el collado que se encuentra entre Peña Crespa y La Peña. En ese ascenso no encontramos un roble que parecía que estaba seco y lo que sucedía es que su tronco estaba hueco y quemado en su interior y parecía que tenía una portezuela. No pude resistir a acercarme a él y hacerle una foto.
Una vez en ese collado se veía claramente un senderillo que llevaba a otro collado, pero según el track del GPS había que dirigirse en dirección a una zona rocosa, así que esohicimos, pero a medida que avanzábamos y escalábamos por esta zona rocosa el track cambiaba su dirección hacia el collado que se veía desde abajo, así que nos salimos de ese lío de rocas en el que nos estábamos metiendo y llegamos al collado, punto en el que volvimos a coger el track correcto.
Este era el colado que vimos y fotografiamos cuando estuvimos en el collado de Taruey junto a la cabaña, sin saber que tendríamos que pasar por él. Así que para los siguientes que vayan no es necesario meterse en las rocas sino seguir el sencillo y cómodo sendero. Bueno ya estábamos arriba y por el otro lado del collado la vista era espectacular, divisando abajo el pueblo de Salarzón, al que teóricamente teníamos que descender.
Aquí había dos opciones, una bastante peligrosa que era bajar a cañón en dirección al pueblo y la otra seguir pequeños senderos que parecía que bajaban zigzagueando. Por seguridad escogimos esta segunda opción y creemos que fue la más correcta.
Detrás nuestro dejábamos la cara sur, totalmente rocosa, de Peña Ventosa.
Nos dirigimos un poco hacia nuestra izquierda evitando un descenso muy vertical siguiendo los senderos que íbamos encontrando, dirigiéndonos a un sendero más marcado que veíamos más abajo y que volvía a dirigirse hacia la derecha.
Ya parecía que nos acercábamos a una zona más «civilizada» ya que nos encontramos un bebedero para el ganado, lo cual quería decir que por allí había algún camino para llegar al pueblo.
Seguimos descendiendo hasta que nos encontramos una gran braña después de haber pasado por una zona de maleza y desde la que se podía ver el colado desde el que habíamos comenzado el descenso.
Al final de la braña nos encontramos dos jóvenes reses que estaban tranquilamente al sol.
Continuamos caminando por la braña en dirección al bosquecillo que se encontraba hacia nuestra izquierda en búsqueda de una pista.
Una vez que cogimos la pista lo único que tuvimos que hacer fue seguir por la pista sin desviarnos en ningún cruce.
En un momento en la pista encontramos un gran cruce en el cual había un indicador que marcaba hacia Salarzón, o hacia la braña de los Tejos o hacia abajo. Nosotros cogimos el desvío a nuestra derecha haciendo una curva muy cerrada. Si hubiésemos seguido hacia adelante también hubiésemos llegado a otro cruce y hubiésemos enlazado en el camino que íbamos a coger pero más adelante.
Bajamos por la ancha pista en dirección a Salarzón. La pista iba en fuerte descenso y en algunas curvas la pista estaba cubierta de hormigón para que puedan ascender los vehículos.
En otra de las curvas hormigonadas se encontraba el enlace a la otra pista, para en el caso de que no hubiésemos cogido el último desvío.
Al final de la pista llegamos al pueblo de Salarzón.
Nada más entrar en el pueblo destacaban dos cosas, en primer lugar una gran casona, que resultaba que era el palacio del conde Cortina. Junto al Palacio existe un antiguo molino que, aunque ya no tiene utilidad alguna, es el único que se conserva de los once que hubo en el valle.
Lo segundo que destaca en el pueblo es la Iglesia de San Juan Bautista, edificada en 1819 a expensas del indiano don Vicente Gómez de la Cortina, conde de la Cortina, y de su hermano Pedro, chantre de la catedral de Méjico, este edificio de estilo neoclásico sustituyó al primitivo templo gótico que se encontraba a las afueras del pueblo. El diseño corrió a cargo de un hijo del conde, que vivía en México. En la Iglesia mandaron construir, en la capilla al lado del evangelio, un panteón donde reposan los restos de Joaquín Gómez de la Cortina, primer Marqués de Morante, título concedido por la reina Isabel II en el año 1.849. Allí también reposan los restos embalsamados, y ya muy deteriorados de sus padres, los Condes de la Cortina.
Desde el jardincillo de la iglesia se podía observar el palacio del Conde de la Cortina.
Ya nos quedaba poco para llegar a nuestro destino final, San Pedro de Bedoya, para ello nos dirigimos por la carretera hacia el pueblo.
Después de cinco horas y media de camino y 15 km, llegamos a nuestro destino final, San Pedro de Bedoya, y objetivo cumplido, acceder a la Braña de Los Tejos desde los tres sitios posibles, Santa María de Lebeña, Cicera y San Pedro de Bedoya. El tiempo inmejorable, habíamos salido a -1º C y habíamos llegado a 15º C y la compañía lo mejor de toda la ruta. Espero que este próximo año podamos seguir disfrutando de estas rutas de amigos.
Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.
Curva altura-tiempo
San Pedro de Bedoya – Braña de los Tejos – Salarzón – San Pedro de Bedoya | |
Distancia Total | Ruta circular de 15 km. |
Duración Total | El recorrido lo hicimos en cinco horas y media y estaríamos parados una hora aproximadamente. |
Dificultad | La ruta es moderado, aunque el primer ascenso es bastante durillo. |
Desnivel | El desnivel es de aproximadamente 865 m. con un desnivel acumulado de 1.244 m. |
Tipo de camino | Pistas, senderos y campo a través. |
Agua potable | Encontramos un par de bebederos para el ganado, pero fuentes ninguna. |
Época recomendada | En cualquier época del año, aunque con nieve sería bastante complicado. |
Cartografía y Bibliografía | Hoja 56-IV (Tama), a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional. |
Track GPS | Enlace a track para GPS en Wikiloc |