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Posts Tagged ‘Iglesia de San Martín’


El sábado 20 de enero nos juntamos 6 amigos senderistas para hacer una ruta de senderismo. Como no teníamos asegurado el tiempo nos dirigimos a una zona que daban buen tiempo ya que se encuentra al sur de Cantabria, en la zona de Valderredible. De todas las rutas posibles por esa zona nos decidimos por una ruta que, comenzando en Bustillo del Monte, circula por un bosque de robles milenarios para luego ascender hasta la cima más elevada de Valderredible, el Bigüenzo (1.289 m.) Para ello nos dirigimos por la carretera que va hacia Reinosa y posteriormente la que se dirige hacia Polientes. Casi en el kilómetro 11 de esta carretera cogimos el desvío hacia Bustillo del Monte. Aunque el tiempo que daban era despejado, a medida que nos íbamos acercando a nuestro inicio de la ruta la temperatura era cada vez más baja, llegando a los -9,5º C.

Una vez que llegamos al pueblo buscamos un aparcamiento para los dos coches y para ello nos dirigimos hacia la iglesia de San Martín.

Iglesia de San Martín en Bustillo del Monte.

La Iglesia de San Martín fue construida bajo el estilo barroco en el siglo XVIII. Este templo de planta rectangular cuenta con una torre – campanario de tres alturas, duplicando así la altura de la iglesia. Esta torre antiguamente contaba con cuatro campanas, actualmente tiene solo dos. En estas se pueden leer en una: “Bustelli a Monte MCMXVII” y en la otra: “CHRISTUS REGNAT, CHRISTUS VINCIT, CHRISTUS IMPERAT”. A cinco metros sobre la puerta en la torre hay una piedra con una inscripción en la cual indica el año en que se construyó la iglesia y a cargo de quien estuvo la construcción. En el interior de la Iglesia de San Martín se aloja la imagen de una Virgen Sedente de estilo gótico del siglo XIV.

En este punto preparamos nuestro calzado, la ropa de abrigo, la cual hizo falta sólo en el inicio de la ruta, ya que luego el día estuvo estupendo y la temperatura subió unos 20ºC, de los -9,5ºC a los 11º C.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

Iniciamos la ruta dirigiéndonos por la carretera que subimos con el coche hasta justo la entrada del pueblo, donde cogimos un desvío hacia nuestra izquierda, el cual está justo al lado de la parada del autobús. Caminamos por esa carretera hasta que encontramos a unos 200 m. un desvío a una pista hacia nuestra derecha en la que hay un cartel indicador con la ruta de los robles milenarios grabada en la madera.

Desvío hacia la derecha siguiendo ruta de robles

Caminamos durante unos metros por este sendero, en el que en ese momento se encontraba la hierba y los pequeños charcos congelados por el frío que hacía en ese lugar. Cuando íbamos por este sendero nos encontramos con otro que venía por nuestra derecha, el cual seguimos un pequeño tramo y rápidamente abandonamos para coger otro sendero hacia nuestra derecha. Seguimos las marcas que nos iban indicando el camino hacia el bosque de robles milenarios.

Caminando por sendero congelado.

Este sendero nos dirigía hacia un puente que atraviesa el arroyo Ronero, el cual atravesamos.

Puente sobre el arroyo Ronero.

Nada más cruzar el puente ya nos encontramos un indicador de que hasta ese punto llega un gasoducto, el cual encontraremos de nuevo más adelante. A partir de aquí nos adentramos en el bosque de Bustillo o Costisanti.

Entrando en el bosque y viendo los primeros robles.

Este bosque de Bustillo o Costisanti formó parte del Monte Hijedo antes del siglo XVIII. Durante ese siglo, la tala para hacer pastos y la extracción de madera para las ferrerías, navíos y traviesas del ferrocarril de La Robla produjeron una reducción de la superficie del Hijedo de las 10.000 a las 2.000 hectáreas actuales, separándose de este Monte de Bustillo, donde han quedado los ejemplares de roble albar más viejos. El camino por el bosque es fácil de seguir, ya que hay un sendero bien marcado y señalizado.

Sendero por mitad del bosque.

En este monte se encuentran majestuosos robles, siendo el más impresionante “El Joven”, un roble albar milenario de 25 metros de altura y una circunferencia en la base de casi 12 metros. Este roble le dejamos a nuestra izquierda al poco de cruzar el puente, pero decidimos no ir a verlo.

Uno de los majestuosos robles al lado del camino.

En este bosque nos podemos encontrar un cercado de piedra llamado «El huerto de los chones», utilizado por los vecinos de Bustillo del Monte hasta mediados del siglo XIX para guardar a los cerdos después de que estos pasasen la jornada comiendo las bellotas del bosque. A su lado, hay una pozona cuya finalidad era que los cerdos se bañasen en su barro para eliminar las garrapatas. Existen también restos de aserraderos que utilizaban los vecinos de Bustillo del Monte para hacer vigas, cabrios o tablas que luego utilizaban en la construcción de sus casas. Tienen forma rectangular y consisten en dos paredes sobre las que se colocaba el tronco. Por este sendero vamos encontrando muchos robles de gran tamaño y un espectacular robledal.

Otro de los espectaculares robles en el camino.

Continuamos subiendo tranquilamente durante poco más de una hora y unos 3km y pico, y el sendero nos lleva a la parte alta del gasoducto que vimos al principio junto al puente.

Llegando a la parte superior del gasoducto.

En este punto cruzamos la alambrada y atravesamos el paso canadiense, el cual estaba lleno de agua totalmente congelada. En este punto fui a hidratarme un poco bebiendo agua de mi «camel bag» y me di cuenta de que estaba obstruida. En principio pensé que se había retorcido el tubo en el interior de la mochila y por eso no salía el agua, pero no fue así, observé que todo el tubo estaba totalmente congelado. Nunca me había pasado. Después de atravesar el paso canadiense caminamos por esta pista que se encontraba junto a un pinar.

Caminando por pista junto a pinar.

Pensábamos que teníamos que caminar un buen tramo por esta cómoda pista, pero no era así. Nos dimos cuenta de que el track que llevábamos había cogido otro desvío a mano izquierda, unos metros atrás de donde estábamos, así que retrocedimos hasta encontrar el desvío.

Desvío de la pista principal hacia otra pista secundaria.

Desde esta pista se tenía una magnífica vista del pueblo de Bustillo del Monte, perfectamente orientado al sur y con las montañas de Campoo al fondo.

Bustillo del Monte y al fondo las montañas de Campoo.

Caminamos unos metros por esta pista secundaria, intentando estar atentos, ya que enseguida tenemos que abandonarla hacia la izquierda, y para ello buscamos unos hitos para adentrarnos de nuevo en el robledal.

Hitos que nos marcan el camino para adentrarnos de nuevo en el robledal.

Ahora nuestro objetivo es atravesar este robledal, intentando buscar el camino más cómodo y limpio en busca de nuestro primer objetivo, el roble milenario más viejo de este bosque, El abuelo.

Atravesando el robledal de nuevo, pero campo a través.

En este tramo no había ningún sendero definido, así que nos vamos guiando de nuestro instinto y sobre todo del track que llevábamos. Después de estar caminando unos veinte minutos por este robledal buscando los caminos más cómodos llegamos al majestuoso y superviviente a los rayos e incendios, El Abuelo.

Roble El Abuelo.

Este roble sufrió el impacto de un rayo y el 11 de agosto de 2012 un incendio, que pudo ser provocado, en el monte de Bustillo lo quemó, quedando en mal estado. Cabe destacar  una mención especial para los vecinos de Bustillo del Monte, que colaboraron durante dos días sin descanso para que el fuego provocado por algún desaprensivo no arrasase el pueblo valluco y tampoco más robles centenarios. Este roble tiene un perímetro de aproximadamente 6 metros en su base. Aunque haya sufrido esos incendios actualmente estaba echando los primeros brotes.

El tramo que va desde El Abuelo, a través de la zona Entre las Juntas se hace muy incómodo de andar. Se hace campo a través y con una vegetación muy densa que hace que nos pinchemos constantemente con los escajos. Nosotros intentamos buscar el camino más cómodo, yendo de un sitio a otro hasta que llegamos a un punto en que se empezó a aclarar el bosque y encontramos un pequeño sendero.

Saliendo de la zona complicada del bosque hacia un senderillo.

Una vez que llegamos a este sendero lo único que tenemos que hacer es seguirlo hasta llegar a un nuevo puente sobre el arroyo Ronero.

Nuevo puente sobre el arroyo Ronero.

Cruzamos el puente y ahora nos tenemos que acercar hasta una pista que va un poco más alto de donde nosotros nos encontramos. En este punto nos llamó la atención una gran cantidad de pequeños bloques de hormigón que estaban dispuestos de una manera muy alineada en el suelo. Más adelante volvimos a ver otra agrupación de estos bloques. Para llegar a la pista no nos quedó más remedio que ir zigzagueando por la empinada cuesta hasta llegar hasta la buscada pista.

Ascendiendo por la pronunciada pendiente hasta la pista.

Una vez en la pista dudamos si dirigirnos hacia la derecha o hacia la izquierda, andamos un poco hacia la izquierda y vimos que la pista no giraba hacia nuestro destino, así que la cogimos hacia la derecha.

Pista a la que ascendimos, cogiéndola hacia la derecha.

Una vez en la pista y cogido el sentido adecuado nos encontramos una portilla con un paso canadiense. Nada más pasar la portilla con el paso canadiense cogemos una nueva pista que se encontraba a nuestra mano izquierda.

Portilla con paso canadiense y pista de la izquierda, que es la que cogimos.

Después de caminar unos 900 m. por esta cómoda pista veíamos que la pista se dirigía hacia el Bigüenzo, pero por sus faldas, sin llegar a la cima. Cuando comprobamos el track observamos que unos metros antes de donde nos encontrábamos había que girar hacia la izquierda, así que regresamos y encontramos un desvío por un camino-sendero, que es el que cogimos.

Desvío hacia camino-sendero sobre el prado.

A los pocos metros de ir por este camino – sendero nos encontramos un prado en el que había un bebedero para el ganado.

Bebedero para el ganado junto a sendero.

Desde este punto ya se veía claramente el sendero que teníamos que seguir y que no abandonaríamos hasta llegar a la cima del Bigüenzo. Ya cuando estábamos prácticamente en la cima me volvió a llamar la atención un conjunto de losetas que se encontraban perfectamente alineadas, como los bloques que vimos al poco de pasar el segundo puente sobre el arroyo Ronero. A continuación, pongo una foto y si alguien sabe lo que es que lo ponga en los comentarios. Mi idea que es una estructura para colocar colmenas y así protegerlas de la humedad del terreno, pero es mi idea, que no sé si será la correcta. Ahí va la foto.

Conjunto de losetas, presumiblemente para la colocación de colmenas, pero …

Ya faltaban pocos metros para la cima una vez que pasamos junto a estas losetas y ya se podían apreciar claramente las antenas que se ubican en la cima.

Llegando a la cima.

En la cima destacaban principalmente tres cosas, en primer lugar, el conjunto de antenas, edificio y un punto geodésico. En el edificio lo que más nos llamó la atención fue el tiempo que debería de llevar cerrado, ya que se encontraba totalmente cubierto de moscas muertas.

Antenas, edificio y punto geodésico.

En segundo lugar, nos llamó la atención el pinar que se encontraba a la derecha de las antenas en la que había un pequeño refugio de montaña, el cual no estaba muy bien cuidado (es una edificación sin puertas que serviría para protegerse de una tormenta repentina, no para pasar noche).

Pinar y refugio.

Y en tercer lugar, las espectaculares vistas desde este punto. Por un lado, hacia el norte, se podía ver el pantano del Ebro.

Pantano del Ebro desde la cima.

Hacia el oeste se podían ver las montañas de Campoo, algunas de ellas cubiertas de nieve.

Montañas de Campoo.

Y como no, no puede haber un lugar con un punto geodésico en lo alto y que no me suba para hacer una panorámica desde dicho punto.

Panorámica desde lo alto del punto geodésico.

Y esto es todo lo que pudimos disfrutar desde la cima más alta de toda la zona de Valderredible y en la cabaña este letrero indicador de dónde nos encontrábamos.

Cartel indicador en edificación.

Y como casi siempre que hacemos una cima, no podía faltar el selfie del grupo de senderistas que habíamos participado en esta ruta.

Selfie en la cima.

Una vez que disfrutamos de las vistas, recuperamos fuerzas y tomamos un refrigerio iniciamos el descenso, que para que fuese circular lo hicimos por otro camino. Para ello nos dirigimos hacia un caminillo que había a la derecha de una de las antenas.

Camino de descenso junto a antena.

Este camino circulaba por el borde de un bosque en el que dominan los pinos y desde el que volvimos a tener una magnífica vista de toda la herradura de Campoo.

Herradura de Campoo en el descenso desde el Bigüenzo.

Cuando ya casi llegamos al final de este bosque, el sendero hace un giro de 90º y se dirige de nuevo a un nuevo bosque, pero este ya de nuevo de robles, aunque más jóvenes que los que vimos al principio de la ruta. Atravesamos ese bosque en dirección al pueblo de Loma Somera.

Atravesando robledal de camino a Loma Somera,

Un poco antes de llegar al pueblo de Loma Somera nos encontramos uno de los robles más espectaculares de la zona, el cual tiene hasta nombre. Se trataba del roble La Piruta.

Roble La Piruta.

Este roble albar tiene una circunferencia a una altura 1,30 m de 6,61 m y una altura de 17,80 m. Para comprobar la inmensidad de este árbol le intentamos abrazar entre todos y necesitamos cuatro personas para bordearlo.

La Piruta e indicadores de dos rutas.

Desde esta altura se podía tener una buena visión del pequeño pueblo de Loma Somera, en el que sólo viven menos de una docena de personas.

Loma Somera desde La Piruta.

Llegamos al pueblo y cogimos la carretera que iba hacia la izquierda y que se dirige hacia la entrada del pueblo.

Carretera por la que bajamos y queda entrada al pueblo.

A los pocos metros de salir del pueblo nos salimos de esta carretera principal, cogiendo una secundaria que se encontraba a mano izquierda y que en principio se dirigía hacia Bustillo del Monte.

Desvío hacia la izquierda por carretera secundaria.

A la derecha de esta carretera secundaria nos encontramos una pequeña construcción, en concreto un humilladero. El humilladero está cerrado con reja de madera y en su interior hay una cruz grande de madera y en cada lateral un cuadro de la Virgen.

Humilladero de Loma Somera.

A los pocos metros de este humilladero nos encontramos dos extrañas construcciones, que en principio no sabíamos de qué se trataban, parecía una cabaña a la que se le había caído el tejado, o un cercado de muro de piedra, pero con una puerta de madera.

Extraña construcción.

Pero cuando ya nos acercamos a una de ellas vimos claramente de qué se trataba, es más en otra ruta que hicimos en otra ocasión también vimos una construcción igual que esta, pinchar aquí para ver la ruta. Y, ¿de qué se trataba?, pues nada más y nada menos que de colmenares. Se trata de una zona amurallada de una cierta altura en cuyo interior se ubican las colmenas, en algunos sitios conocidas como dujos. Los dujos son las colmenas tradicionales que se construían antiguamente aprovechando los troncos huecos de los árboles que se encontraban por el monte, aunque si estos escaseaban, se cortaban y se vaciaban los troncos manualmente. Este tipo de cerrados en otras comunidades tienen otros nombres, cortín, curtín o cortíu en la zona de Asturias y León, alvarizas, alvares o abellariza en la zona de Galicia, colmeneiros o curmeneirus en Sanabria (Zamora), corrales o muros en Extremadura y silhas o malhadas en Portugal. La misión concreta de estas construcciones era la de evitar que los osos ( o en otros casos el ganado) destruyeran los dujos en los que las abejas almacenaban la tan ansiada miel por parte de estos plantígrados

Colmenar con sus dujos en el interior.

Continuamos caminando por esta cómoda pista y cuando habíamos caminado unos 700 metros desde las colmenas nos encontramos un cruce que tenía un desvío a derecha e izquierda. Nosotros cogimos el desvío de la derecha y nos dirigimos hacia una pequeña ermita.

Ermita de la Virgen de la Somera.

La ermita de la Virgen de la Somera es de estilo romántico tardío y fue construida alrededor del siglo XIII, siendo remodelada en los siglos XVII y XVIII. En sus muros norte y sur vemos que conserva la cornisa y los canecillos. En el muro sur estos son de caveto los que se encuentran en los extremos, una figura de pie humanizada y geometrizada, una cabeza de animal y dos rollos arriba y abajo.

Muro sur de la fachada.

En el muro norte los canecillos tienen figura humana sentada y geometrizada, uno más de forma similar pero bastante deteriorado, una cabeza de animal y un rollo debajo, dos rollos horizontales arriba y abajo y la superposición de dos cavetos. Una vez dentro de la ermita podemos ver que el presbiterio está cubierto con bóveda de cañón apuntado. Un arco triunfal apuntado que descansa sobre cimacios biselados debajo de los cuales encontramos capiteles con decoraciones geometrizadas. En su interior la Ermita de la Virgen de la Somera alberga un retablo gótico del siglo XV en el que podemos apreciar a la Virgen patrona de la Ermita. Como en ese momento la ermita estaba cerrada sólo pudios asomarnos a uno de los ventanucos y esto es lo que observamos.

Vista interior de la ermita de la Virgen de Somera.

Regresamos de nuevo a la pista principal y después de recorrer unos 1700 m. llegamos al final de la ruta en Bustillo del Monte. Después de 6 horas y 10 minutos de caminata y 19 km llegamos al final del recorrido. Posteriormente nos fuimos al área de servicio de Fombellida donde tomamos un refresco y comentamos la ruta.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google maps.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

 

Bustillo del Monte – robles milenarios – Bigüenzo – Loma Somera – Bustillo del Monte
Distancia Total Ruta circular de 19,30 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en seis horas y cincuenta y cuatro minutos, con paradas de casi una hora en total.
Dificultad La ruta es de nivel moderado  y lo único duro es la distancia con el desnivel acumulado.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 430 m. con un desnivel acumulado de unos 700 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y campo a través.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 108-III (Mataporquera) 108-IV (Espinosa de Bricia) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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El sábado 13 de marzo de 2021 nos juntamos cuatro amigos senderistas para hacer uso y disfrute de nuestro bonoruta mensual. En esta ocasión nos juntamos para realizar una ruta muy cercana a la última que hicimos desde Cieza hasta Tordías, pasando por Braña Zarza y la Braña de Brenes. La de hoy se encontraba justo al norte de esta última. Para verla pinchar aquí.

En esta ocasión nos dirigimos al pueblo de Coo, a pocos kilómetros de Los Corrales de Buelna. En concreto nos dirigimos hacia el Barrio de La Bárcena poco antes del edificio de la Junta Vecinal de Coo. Antes de este edifico nos encontramos un aparcamiento donde dejamos el coche. Allí nos preparamos para iniciar la ruta.

Inicio de la ruta en Coo

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

Para ver una breve crónica de la ruta y el vídeo de la ruta pinchar aquí

Aquí comenzamos a caminar dejando a nuestra izquierda un restaurante mexicano, donde a la vuelta tomamos un refrigerio. Comenzamos a caminar por el centro del pueblo, dejando también a nuestra izquierda una bolera abandonada, en la que destacaba una estela Cántabra en mitad de ella.

Bolera abandonada con estela Cántabra

Seguimos caminando por el pueblo y pudimos ver varias casonas de bastante importancia, entre las que destacaban la Casona de Ceballos, la Casona de Melchor y una casona bastante imponente que dejamos a nuestra derecha y en la que destacaban cuatro arcos de medio punto y un bonito artesanado en los aleros del tejado.

Casona en Coo

Continuamos caminando por la calle principal del pueblo hasta que llegamos a la Iglesia de San Martín. Junto a esta iglesia se encuentra el Área Recreativa de Coo de Las Castañas, en la que había barbacoas, mesas y bancos y una tejado para protegerse en caso de lluvia.

Iglesia de San Martín

Justo en frente de la iglesia se encontraba una de las muchas cruces que nos encontramos en todo el recorrido.

Cruz frente a la iglesia de San Martín

Un poco más adelante nos encontramos un indicador del inicio de un par de rutas que comenzaban en ese punto, en concreto la Ruta del Mozagro y la Ruta del Castañal.

Inicio de un par de rutas

Nada más empezar la ruta marcada nos tuvimos que meter por un pequeño sendero, embarrado, empedrado y empinado y con signos de la poca educación medioambiental que tenemos en la sociedad actual, justo en mitad del camino había un colchón abandonado.

Iniciando el ascenso

Este inicio era bastante empinado y embarrado lo cual dificultaba el ascenso, ya que estaba bastante resbaladizo. eso sí, nos encontramos muchas marcas que iban indicando el camino correcto.

Marcas indicando el camino correcto

El bosque de robles era enorme e impresionante, así que continuamos ascendiendo con precaución de no resbalarnos.

Caminando por mitad del robledal

Poco después de llevar recorridos 2,5 kilómetros y 50 minutos, llegamos a un cruce en la Cotera Alta (453 m) en la que se separaban las dos rutas, por un lado la del Mozagro, la que nosotros seguimos y la del Castañal que se dirigía hacia la derecha.

Indicador del cruce de las dos rutas en la Cotera Alta

Poco después salimos a una zona más destacada en la que vimos la segunda de las cruces de la ruta, en esta ocasión junto a la cruz había un rústico banco, podría considerarse como uno de los bancos con las vistas más bonitas de Cantabria. Sentados en ese banco se podía tener una perfecta visión del Monte Ibio.

Banco con vistas al Monte Ibio.

Justo al lado de esta cruz se encontraba una cabaña o refugio de montaña, donde había un paisano muy poco hablador, cuatro «buenos días» y ni una sola respuesta. La cabaña estaba en un lugar paradisiaco, el cual se llamaba el Prao la Maestra.

Cabaña en Prao La Maestra

Un poco más adelante nos encontramos otro banco rústico, algo mejor que el anterior, pero con unas vistas muy parecidas del Monte Ibio. Allí aprovechamos para hacernos la típica fotografía para Instagram.

Sentados en un banco con vistas al Monte Ibio

Seguimos ascendiendo, ya por una zona despejada y algo más cómoda hacia la siguiente cima, el Campo de la Cruz. en este ascenso pudimos tener una bonita vista de todo el valle de Buelna, en la que se podría ver Los Corrales de Buelna, San Felices de Buelna, …

Valle de Buelna

En este ascenso ya vimos la parte superior de la tercera de las cruces de la ruta, y cuando ya la vimos entera el espectáculo fue impresionante, ya que de ver sólo el cielo, nos apareció una magnífica vista de la Sierra del Cordel, en la que destacaban el Iján, el Cordel, La Horcada, El Cornón, el Bóveda, Peña Labra, … a la derecha se podía ver la Sierra de Peña Sagra, en la que destacaban, el Cornón, esta vez de Peña Sagra, y el Concilla, inicio de la Sierra de Peña Sagra y que tapaba el Cornón de la Sierra del Cordel. Y en medio de las dos sierras se podía ver Peña Prieta en la montaña Palentina.

Cruz en el Campo de la Cruz (652 m.)

En este punto del Campo de la Cruz habíamos llegado después de poco más de 4 km y una hora y veinte minutos. Aquí hacíamos un cambio de rumbo y nos dirigíamos en dirección oeste hacia el siguiente punto, del cual veíamos el Pico del Acebo (867 m.)

Cambio de rumbo hacia el Pico del Acebo

Justo debajo del Pico del Acebo nos encontramos una nueva cabaña, esta menos rústica, ya que estaba realizada con bloques de hormigón. Además disponía de una mesa y banco y un cerrado para protegerlo del ganado.

Refugio a los pies del Pico Acebo

Justo en este punto, cuando estábamos viendo cuál era el camino que íbamos a seguir pudimos distinguir tres venados machos que parecía que salían huyendo de unos ladridos de perros que se oían cerca.

Venados en ladera de Pico Abeto

Como en la fotografía anterior no se aprecian claramente he sacado una captura de un vídeo que consiguió unos de los senderistas.

Los tres venados asustados por los perros

En este punto teníamos dos opciones posibles, la primera de ellas, la cual desechamos, consistía en subir directamente al Pico Acebo por un sendero que partía desde cerca de la cabaña, y la otra opción que fue la que elegimos era coger un sendero, el cual estaba marcado con un indicador, y que se dirigía por las faldas de las tres cimas que teníamos encima nuestro, el Pico Acebo, el Tranvoscuetos y el Mozagro. Así que cogimos este caminillo.

Inicio del caminillo empedrado

Las vistas a nuestra izquierda en este ligero ascenso hasta media montaña eran espectaculares. Se veía la zona de Cieza por la que estuvimos en la anterior ruta.

Espectaculares vistas del Valle de Cieza

Había tramos en los que el camino parecía que se convertía en una calzada romana, en la que las piedras del sendero estaban perfectamente colocadas, marcándonos claramente el camino a seguir.

Sendero convertido en «calzada empedrada»

En un punto de este ascenso pudimos tener una magnífica vista de la ruta que hicimos la vez anterior desde el Área Recreativa de Cieza hasta la cima de Tordías, atravesando el bosque de Porciles, el cual teníamos a nuestros pies.

Bosque Porciles a nuestros pies con Sierra del Cordel al fondo.

Seguimos caminando por las faldas de Tranvoscuetos y Mozagro, en dirección a nuestro siguiente objetivo, el cual ya veíamos todavía un poco a lo lejos, el Alto del Toral.

En dirección al Alto del Toral.

Pasado ya la cima del Mozagro, el cual dejamos a nuestra derecha y unos cuantos metros más arriba de nuestro recorrido, pudimos contemplar una perfecta vista del Alto del Toral, así como la crestera que recorrimos en la otra ocasión hasta Braña Zarza y posteriormente hasta el Tordías.

Crestera desde el Toral hasta el Braña Zarza

Cuando llegamos al collado entre el Mozagro y el Toral, en la braña del Portillo, se tenía, en dirección norte, una magnífica vista de los pueblos de la costa, entre los que destacaba Comillas.

El mar Cantábrico al fondo con el pueblo de Comillas

También en este punto nos llamó la atención una bandera de Cantabria que ondeaba junto a unas rocas, así como unos banderines, parecidos a los que se encuentran en los campamentos bases de acceso al Everest.

Bandera de Cantabria y banderines junto a rocas

Cuando nos acercamos más a estas banderas pudimos descubrir que se trataba de un pequeño refugio de montaña, en el que los costados eran de la propia roca y el tejado estaba formado por unos tapines de tierra. Se trataba del refugio del Portillo Toral.

Refugio del Portillo Toral

Continuamos caminando por la braña del Portillo en dirección al Toral y echando una vista atrás pudimos ver las cimas que íbamos a recorrer en el camino de vuelta, el Mozagro y el Tranvoscuetos.

Mozagro y Tranvoscuetos

Ya nos quedaba poco para llegar a la primera de las cimas, la cual ya veíamos cada vez más cercana. El Alto del Toral, el cual ya habíamos ascendido en varias ocasiones, pero nunca desde este rumbo, siempre le habíamos subido por su parte más pindia, sobre todo cuando hicimos los 10000 del Soplao y cuando lo preparamos.

Nuestro primer objetivo el Toral

Después de 2 horas y cuarenta minutos y 8,7 kilómetros llegamos a la primera de las cimas que teníamos previstas para el día de hoy, el Alto del Toral (899 m.). Las vistas eran espectaculares, al sur se podía ver todo el valle de Ucieda con Sierra del Cordel al fondo.

Vistas al sur desde el Toral

Al norte pudimos ver el mar Cantábrico con Comillas al fondo, en la que destacaba la Universidad Pontificia, y en primer plano el pueblo de Cabezón de la Sal.

Cabezón de la Sal, Comillas y mar Cantábrico.

En ese mismo punto aprovechamos para realizar nuestro selfie de objetivo cumplido, esta vez con un fondo de la Sierra del Cordel.

Selfie desde el Toral

Así mismo aproveché para hacer una panorámica en la que se podían ver la mayor parte de las cimas de Cantabria.

Panorámica desde el Toral

Una vez que disfrutamos de estas maravillosas vistas, reiniciamos el camino hacia nuestro siguiente destino la cima del Mozagro. Esta vez en vez de ir por el senderillo que estaba un poco hacia la ladera sur, decidimos ir por mitad del collado el cual se encontraba inundado entre hierbas, así que fuimos buscando el camino menos inundado en dirección a la cima.

Nuestro siguiente destino, el Mozagro

En la cima del Mozagro se encontraba un cartel indicador y una estructura de hormigón donde probablemente hubo un punto geodésico.

En la cima del Mozagro (871 m.)

Desde este punto había unas magníficas vistas de Santander y los montes del sur de la bahía. También se podía ver la zona de Loredo, Santoña,…

Vistas desde el Alto del Mozagro

Desde este mismo punto se veían las dos siguientes cimas, la primera el Tranvoscuetos y el Pico del Acebo, así que para allá nos dirigimos. En el Tranvoscuetos nos encontramos un hito que marcaba la cima, así como un letrero indicador que se encontraba tirado, posiblemente por el ganado.

En el Tranvoscuetos y destino al Pico Acebo

A los pocos metros nos encontrábamos ya en el siguiente destino, y la última cima de la ruta, el Pico Acebo, el cual se encontraba justo encima de la cabaña que vimos en el inicio del ascenso.

Pico Acebo (821 m)

En esta última cima nos encontramos una cruz de hierro, un buzón y una placa de homenaje a una mascota que nos resultó muy curiosa y nos indicaba que si se subía desde Cos a Pico Acebo doce veces seguidas es como si se hubiese ascendido hasta el Everest con sus 8.882 m.

Placa en Pico Acebo

En este punto teníamos dos opciones, uno de ellos era hacer el descenso por la Senda de Requete o por el camino que nosotros decidimos el cual se dirigía hacia La Puentecía. Para ello iniciamos un largo descenso con una pendiente muy fuerte en dirección norte y con el Monte Ibio de fondo.

Descendiendo hacia Puentecía

El descenso era bastante pendiente, en menos de un kilómetro hicimos un desnivel de -300 m y este finalizó en la intersección con una pista, que era la que hubiésemos descendido si hubiésemos seguido la senda de Requete.

Llegando a la pista

Justo en el punto más bajo nos encontramos un enorme roble el cual intentamos abrazar, pero no pudimos ya que por uno de los lados había un fuerte desnivel.

Enorme roble en cruce con la pista

Una vez que llegamos a este roble cambiamos el rumbo en dirección sureste siguiendo la pista y llegando a una zona con pinos en los que se podían ver los capullos de la procesionaria en las partes altas de los pinos. Este pinar lo dejamos a nuestra izquierda y estábamos llegando a una estabulación ganadera que se encontraba junto a la pista.

Llegando a La Puentecía

Una vez junto a la estabulación ganadera la rodeamos por la izquierda siguiendo la pista y una vez pasada llegamos a un prado extenso que estaba junto a la estabulación, y como ya nos apretaba el hambre decidimos parar a comer, teniendo una vista de todo el descenso que habíamos realizado, así como el invernal de Puentecía.

Prado en el que pudimos ver el descenso realizado desde Pico Acebo.

Nos pusimos al sol y hicimos nuestra parada para comer. Las vistas impresionantes, la temperatura la ideal y para finalizar la comida pudimos disfrutar de una rica tableta de chocolate negro con naranja y pepitas de cacaco de Nestlé que nos deleitó uno de los senderistas.

Disfrutando de la comida al sol

Una vez acabada la comida reiniciamos la marcha por la pista por la pista principal que se dirigía hacia Coo y que iba por la parte baja del Monte Ibio. Estábamos por la pista del Cotero del Escobal.

Pista principal hacia Coo

En esta pista obviamos varios cruces a derecha e izquierda, alguna de ellas se dirigía hacia el Monte Ibio. En uno de esos desvíos había una cabaña con una puerta con unas llamativas letras que indicaba el nombre de «El Capricho»

Cabaña junto a la pista

Continuamos caminando por la pista y por ella podríamos haber llegado hasta Coo, pero como nos parecía poco atractiva decidimos coger una pista hacia la izquierda para salirnos de la pista principal.

Cogimos pista hacia la izquierda.

Cuando llevábamos unos pocos metros por esta pista decidimos salirnos e ir campo a través buscando un camino más atractivo.

Saliéndonos de la pista para ir campo a través.

Caminamos un kilómetro por pequeños senderos hasta que llegamos a una explotación forestal de eucaliptos y entonces comenzamos a descender por las pistas que hacen los vehículos para realizar las talas de los árboles.

Caminando por las pistas del eucalpital.

La pista forestal desembocaba en otra pista, la que abandonamos anteriormente, y que en este caso ya era de hormigón y desde la que ya se veía el pueblo. Nos llamó la atención unas plantaciones, que no sabíamos que sería y que resultaba, según lo que nos dijo un paisano, ser una plantación de arbustos para hacer coronas de flores para las funerarias.

Enlazando de nuevo con la pista

Cien metros más adelante de enlazar con esta pista llegamos al pueblo de Coo.

Llegando al pueblo de Coo

Una vez en el pueblo nos dirigimos al centro del pueblo donde decidimos ir hacia el restaurante Sabores de México, donde tomamos unos refrescos y nos deleitamos con unos nachos con guacamole, los cuales estaban buenísimos.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google Earth

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura – tiempo

Ruta Coo – Alto del Toral – Alto de Mozagro – Tranvoscuetos – Pico Acebo – Puentecía – Coo
Distancia Total Ruta circular de 20,33 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en seis horas y media, y estaríamos parados unos 45 minutos.
Dificultad La ruta es sencilla de realizar y bastante cómoda.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 780 m. con un desnivel acumulado de unos 1.090 m.
Tipo de camino Todo el camino fue por pistas, senderos y campo a través.
Agua potable En el camino vimos varios pozos, pero para beber agua no vimos ninguna fuente.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 58-I (Los Corrales de Buelna), 58-III (Arenas de Iguña) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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