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El sábado 6 de abril nos juntamos tres senderistas, dos de ellos se están iniciando en el mundo del senderismo, para hacer una ruta cuyo destino se está poniendo de moda últimamente en Cantabria por las instalaciones que han montado. Se trata de subir hasta los Pozos de Noja, donde han instalado un columpio y un banco gigante.

Para ascender a los Pozos de Noja se puede hacer desde varios sitios, el primero de ellos, el que utiliza mucha gente es subir en coche hasta el mismo columpio y desde este punto disfrutar de las magníficas vistas (cuidado con hacer caso al GPS de Google maps para subir en coche, ya que te lleva por un camino que es inviable). Pero si lo que tratamos es de ascender haciendo una ruta podemos subir desde varios sitios, desde Rubalcaba, ruta que ya hicimos hace bastante tiempo, desde Liérganes, desde Mirones y desde Llanos. Nosotros nos decidimos por esta última, así que nos dirigimos hacia Penagos y allí cogimos la carretera que se dirige hacia Llanos, lugar donde acaba la carretera.

Una vez atravesado el pueblo llegamos al final de la carretera CA-616 y atravesamos un puente bastante estrecho. Es el puente de Búmbaro, más conocido como puente medieval y fue construido hacia el siglo XVI sobre el arroyo de la Ozadera. Está hecho de piedra en su totalidad con una longitud aproximada de veintidós metros y tres metros setenta centímetros de anchura. Se trata de un puente simétrico de tres ojos formados por arcos de medio punto. Un gran arco central de unos seis metros de luz que coincide con el punto de mayor caudal del río, flanqueado por otros dos arcos de menor tamaño de unos dos metros y medio. Esta disposición de arcos creciente hacia la mitad genera un perfil a dos vertientes con el característico «lomo de asno». Hay que tener precaución al cruzarlo con el coche ya que al ascender pierdes toda la visibilidad.

Puente de Búmbaro.

Allí, una vez atravesado el puente de Búmbaro, aparcamos el coche junto al cementerio del pueblo. Nos pusimos las botas, aunque se puede hacer fácilmente con playeras de montaña, cogimos las mochilas y comenzamos a caminar.

Aparcamiento junto a cementerio.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

El camino se inicia por la carretera que va hacia la derecha una vez que hemos atravesado el puente de Búmbaro. Al poco de iniciar la marcha nos encontramos, a mano izquierda, algo muy curioso y extraño en Cantabria, una granja de Alpacas. Se trata de la explotación ganadera Alpacas de la Tierruca, que lleva en funcionamiento desde 2012. Se trata de una granja de Alpacas Huacayas, de la cual se obtiene una fibra que es resistente, suave y ligera, además de hipoalergénica, por lo que es muy bueno para ropa de bebé y para personas con problemas de pieles atópicas.

Granja de Alpacas.

Un poco más adelante y a mano derecha ya nos encontramos un rebaño de unos animales más típicos de la zona, unas ovejas.

Rebaño de ovejas.

Continuamos caminando por esta carretera secundaria sin coger el primero de los desvíos a mano izquierda, sino que continuamos todo recto hacia La Ordina.

Desvío que no cogemos.

Cuando llegamos unos 700 metros caminados encontramos un desvío a nuestra mano derecha que en esta ocasión si cogemos.

Desvío a la derecha, el cual cogemos.

Antes de pasar por debajo de una línea eléctrica de gran tamaño pasamos junto a una de las típicas cabañas que podemos encontrar por los valles Pasiegos.

Típica cabaña en mitad de un prado.

A partir de este momento el trazado cambia totalmente, pasando de ser una carretera secundaria a ser una pista forestal que se utiliza para que los camiones bajen los troncos de la gran cantidad de eucaliptos que hay por estos montes. hay que tener especial precaución de seguir el track, ya que nos encontramos multitud de cruces.

Primero de los cruces que no cogimos.

En todo este recorrido se nota claramente que no hace mucho tiempo han estado bajando camiones con troncos de eucaliptos, ya que la pista está muy marcada de huellas de camión.

Pista forestal.

Cuando ya llevábamos caminados unos dos kilómetros y nos habíamos encontrado varios cruces en la pista forestal, llegamos a un cruce en el que en principio nos confundimos ya que fuimos recto, cuando teníamos que haber cogido el desvío hacia la derecha, algo que hicimos después de recorrer un pequeño tramo erróneamente.

Cruce hacia la derecha.

Una vez que corregimos el error continuamos por la pista forestal hasta que llegamos a un nuevo cruce, que esta vez cogimos hacia la izquierda, aunque lo mejor es hacer caso al track que levábamos.

Cruce a la izquierda.

Por esta pista forestal no había prácticamente árboles, ya que lo debían haber talado hace poco tiempo y se podían ver las nuevas plantaciones de eucaliptos.

Nuevas plantaciones de eucalipto.

Toda esta zona estaba bastante desforestada y por tanto no resultaba muy atractiva y era bastante fácil perder el rumbo correcto por la gran cantidad de desvíos dentro de las pistas forestales. Algunos de estos desvíos llevaban a cabañas que se encontraban cerca de las pistas forestales.

Desvío que no cogimos.

Después de caminar por estas pistas forestales y llevar caminando unos 45 minutos llegamos a un cruce con una carretera en el que cogimos el primer desvío hacia nuestra izquierda. Nos encontrábamos en el collado de tejera de Corra.

Cruce hacia la izquierda por carretera en collado de Tejera de Corra.

Nada más a comenzar a caminar por esta carretera secundaria nos encontramos una casona en muy buen estado, en la que había un cerrado para el ganado.

Casona junto a pista principal.

En este punto el paisaje ya había cambiado por completo, pasando de un terreno deforestado y totalmente descarnado a una zona en la que el color predominante era el verde de los prados.

Vistas desde la pista.

Ahora íbamos caminando en ligero ascenso por un sendero que circulaba por las faldas del pico Pindio y desde el que se tenía una vista del pueblo de Esles y Lloreda rodeado de verdes prados.

Esles y Lloreda desde las faldas de Pico Pindio.

Desde el pueblo de Lloreda también se puede ascender hasta los Pozos de Noja en coche por una carretera de montaña. Al poco de pasar una gran curva, primero a mano izquierda y luego a mano derecha abandonamos la pista principal que se dirige hacia Esles y cogemos un estrecho sendero que sigue las faldas del Pico Pindio.

Desvío hacia sendero a la izquierda.

En este estrecho sendero nos encontramos una pequeña cascada a nuestra mano izquierda. Me desvié un poco para ver dicha cascada y hacerla una foto.

Pequeña cascada junto a sendero.

Regrese de nuevo al sendero y continuamos caminando hasta que llegamos a un cambio de dirección muy marcado hacia la derecha y que coincidía con el lugar donde está la cascada de Esles o el Muro de Esles, una de las cascadas más llamativas del Valle de Cayón y por tanto de los Valles Pasiegos.

Muro de Esles

Atravesamos el río utilizando unas piedras que hay haciendo una especie de pequeño puente, aunque con cuidado, ya que alguna de las piedras resbala bastante. En este punto es donde se puede decir que nace el río Suscuaja, uno de los afluentes del Pisueña. Una vez cruzado el río continuamos ascendiendo por un senderillo bastante pindio y embarrado en algunos tramos. Eché una vista atrás y vimos la bonita zona que acabábamos de atravesar.

Zona por la que acabábamos de pasar en el muro de Esles.

Estábamos caminando por este sendero estrecho en el hayal de Esles hasta que llegamos a un cruce en el que tuvimos que cambiar muy bruscamente la dirección que seguíamos. Cogimos un desvío hacia la izquierda.

Desvío hacia la izquierda.

Una vez que cogimos este desvío, en el que nos encontramos algunos ciclistas que ascendían por el, seguimos en ligero y continuado ascenso, hasta llegar al mirador del Pico Lindaro, donde nos encontramos además del mirador, unas mesas en las que descansar con unas bonitas vistas.

Mirador de Pico Lindaro.

En este mirador había un pequeño mapa fotográfico en el que se indicaban los nombres de las diferentes zonas llamativas desde este punto.

Mapa fotográfico.

Ya que estaba en este punto aproveché para hacer una fotografía real de lo que aparecía en el cartel indicativo y en el que se podía ver, Esles, monte Caballar, Lloreda, Santa María de Cayón, …

Vistas desde Mirador de Pico Lindaro.

Otra cosa que nos llamó la atención es encontrarnos a un padre con su niña pequeña que habían llegado hasta ese punto en coche, siguiendo la ruta que les marcaba Google maps para llegar hasta los Pozos de Noja, algo que es imposible, a no ser que dispongas de un 4×4, y que unas semanas antes me había pasado a mí. Continuamos caminando en ligero ascenso hasta llegar a un cruce con una pista que habíamos visto desde cerca del mirador. En el cruce nos dirigimos hacia la derecha.

Enlazando hacia la derecha con pista principal.

Continuamos caminando por la pista principal hasta que llegamos a un poste indicativo que marcaba Esles y Pozos de Noja. Nos encontrábamos en el Collado de Edillo o Idillo y en vez de seguir la pista que iba hacia arriba y se dirigía hacia la cima, cogimos el camino que iba por las faldas de la cima.

Desvío hacia los Pozos de Noja que no cogimos.

Nosotros continuamos por la pista principal hasta llegar al punto donde vimos una carretera y muchos coches que estaban aparcados junto a unas cabañas. Hasta este punto es donde llegamos en la ocasión que subimos desde Llerana, quedándonos a los pies de las Enguinzas.

Pista hasta la base de Las Enguinzas.

Al llegar a la carretera cogimos el segundo desvío hacia la izquierda, en el cual había una cabaña y en el que ya es imposible perderse por la gran cantidad de gente y coches que se dirigen hacia los cercanos Pozos de Noja.

Desvío hacia los Pozos de Noja.

Ahora tenemos que caminar aproximadamente un kilómetro por esta carretera secundaria en dirección a los Pozos de Noja. En esta carretera nos seguimos encontrando coches aparcados que llegan hasta los Pozos de Noja.

Carretera hacia los Pozos de Noja.

Después de tres horas y media y aproximadamente 14 kilómetros llegamos al primero de los atractivos de los Pozos de Noja, un enorme banco desde el que se tienen unas magníficas vistas del Valle del Miera.

Descansando en el banco gigante.

Las vistas del Valle de Miera desde este punto eran impresionantes.

Vistas de uno de los Pozos de Noja desde el banco.

Una vez que disfrutamos de las vistas desde este banco gigantesco nos dirigimos hacia el principal atractivo que ha tenido siempre este lugar y no es otro que uno de los Pozos de Noja.

Estos Pozos de Noja son dos pequeños embalses construidos a principios del siglo xx para la producción de electricidad entre los municipios cántabros de Miera y Liérganes. Su función era la de la aportación de agua para la producción de energía hidráulica para Liérganes y alrededores. Se aprovecharon hondonadas para construir las presas a principios del siglo xx. La del pozo inferior aun es visible desde la parte norte. El agua bajaba por canales situados en las laderas del picón del Marmojo y de Peña Pelada. Estos canales aún existen. Los pozos se llenaban con el agua del deshielo o de la lluvia.

La empresa que los construyó fue la Electra Pasiega, que fue absorbida en 1945 por la de Viesgo. Las turbinas para la producción de electricidad estaban situadas, la primera, al pie del monte en el que se ubican los embalses, y la segunda, que recibía agua de la primera, junto a la carretera que une Liérganes y San Roque, en un lugar llamado «la fábrica de la luz». Las instalaciones aún se conservan abandonadas, pero bien visibles.

Los pozos y las turbinas, el primer gran proyecto de Electra Pasiega, se pusieron en funcionamiento sobre 1905 y estuvieron produciendo electricidad hasta mediados de, siglo, cuando Electra de Viesgo adquirió la pequeña empresa pasiega. En ese momento, se introdujo en la zona de Liérganes el alumbrado moderno.

Pozo superior de Noja.

Justo al lado del pozo superior se encuentra la segunda gran atracción turística que han instalado este año 2024. Este proyecto fue impulsado por el Ayuntamiento de Miera con el apoyo del Grupo de Acción Local de Valles Pasiegos, el cual promete ser un nuevo hito para la región, atrayendo a visitantes en busca de naturaleza, historia y aventura. Y como no va a ser menos, no dudé en hacerme una foto (esperando una cola de cuatro grupos), en este segundo gran atractivo del territorio Meracho.

Columpio gigante.

Una vez hechas las fotos correspondientes de los tres senderistas nos fuimos hasta un mirador desde el que se puede ver el segundo de los pozos, el inferior, así como el valle de Miera.

Pozo inferior y valle de Miera.

Una vez acabadas las visitas y las fotos iniciamos el descenso hacia Llanos. Para ello nos dirigimos hacia lo que sería el muro de contención del pozo superior y lo bordeamos.

Bordeando el pozo superior.

Una vez que lo bordeamos tuvimos que realizar el último tramo de ascenso en dirección a una cima en la que había un indicador y que sería por donde podíamos haber bajado. En ese ascenso pudimos tener una vista del valle de Miera.

Vistas del Valle de Miera en el ascenso.

Seguimos ascendiendo hasta que llegamos a la cima donde se encontraba ese poste indicador que marcaba las dos direcciones, una bajaría hacia el collado de Edillo o Idillo y la otra, que es la que cogeríamos nosotros, la bajada hacia Esles por las Zetas.

Indicadores en la cima.

Averiguamos porqué se llamaban las Zetas, ya que el recorrido iba haciendo un zig-zag para salvar la elevada pendiente descendiente. El terreno estaba bastante complicado y más cuando quisimos ahorrarnos unas de estas zetas.

Saltándonos una de las zetas en el descenso.

Cuando ya llegamos a la parte más baja de esta dura pendiente encontramos una pista a nuestra izquierda que se dirigía hacia Esles, lógicamente nosotros la obviamos y seguimos derechos.

Poste indicador hacia Esles.

Desde que salimos del columpio, el tiempo se endureció, principalmente por las fuertes rachas de viento, así que estuvimos que andar un buen tramo en busca de una zona resguardada en la que comer. Primero vimos una cabaña muy bien acondicionada, pero que estaba totalmente cerrada y que no íbamos a poder utilizarla como resguardo.

Cabaña perfectamente acondicionada, pero sin buenos accesos.

Así que no nos quedó otro remedio que buscar otra más accesible y protegida del viento. Lo que si pudimos ver es que este último tramo del recorrido forma parte de un pequeño recorrido, en concreto el PR-S 25, que es una de las posibilidades de subir a los Pozos de Noja desde el pueblo de Liérganes.

Indicador de PR-S 25

Unos metros más adelante nos encontramos un gran rebaño de cabras protegido de dos mastines y viendo que al lado del camino había una cabaña abandonada nos dirigimos hacia ella para comer y así ver si se retiraban los mastines de mitad del camino, como así fue.

Comiendo en cabaña al resguardo del viento.

Una vez que acabamos de comer reiniciamos la marcha, la cual era bastante cómoda ya que era todo en descenso. En ese descenso pudimos disfrutar de otra gran vista de los montes de la zona.

Vistas en el descenso hacia Llanos.

El camino se había convertido en una cómoda pista que se dirigía hacia un lugar en el que había una construcción en bastante mal estado y rodeada de mucha porquería que no parecía el lugar más apropiado para estar. Esto se encontraba justo al lado de una gran línea eléctrica de 400kV que procede de Soto, en Asturias y que una vez que llega hasta Penagos se dirige hacia el País Vasco.

Zona bastante abandonada junto a línea de MAT.

Cuando atravesamos esta zona y casi estábamos llegando a la línea de Muy Alta Tensión, cogimos un desvío hacia una pista forestal a la izquierda y bajamos por ella. En esta pista forestal había varios letreros advirtiendo de que se estaban haciendo trabajos de desforestación. Ahora el camino era muy sencillo sólo teníamos que seguir dicha pista, la cual luego se convertiría en una carretera. En ese camino de descenso nos encontramos lo que parecía una gran plantación de arándanos, la cual parecía abandonada.

Posible plantación de arándanos.

Seguimos bajando por la carretera hasta que llegamos justo al lado del cementerio donde teníamos aparcado el coche. Una vez allí nos descalzamos y aprovechamos para poner a refrescar nuestros cansados pies, y no hay mejor lugar que meter los pies en el frío río junto al puente de Búmbaro.

Una vez que nos refrescamos, recogimos y nos fuimos a tomar un refresco al primero de los bares que nos encontramos y en el cual estaban celebrando la fiesta de la feria de abril.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

Llanos – Cascada de Esles – Pozos de Noja – Llanos
Distancia Total Ruta circular de 21,5 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y media, con pequeñas paradas para hacer fotos y una más larga de una media hora para comer.
Dificultad La ruta es de nivel moderado, aunque hay un prolongado ascenso y descenso.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 700 m. con un desnivel acumulado de unos 900 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y un pequeño tramo por carreteras secundarias.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59-I (Sarón) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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El 07 de mayo de 2022 nos juntamos tres amigos senderistas para hacer una sencilla ruta de sábado por la mañana, aunque luego la alargamos un poco más y se hice un poco más tarde para una ruta mañanera.

Para ello nos dirigimos a una zona de Cantabria que no tenemos muy andada, pero por eso no deja de ser una zona bonita para hacer rutas de montaña. De los tres valles pasiegos que hay en Cantabria, Valle de Pas, Valle de Pisueña y Valle del Miera, nos dirigimos al Valle de Pisueña, en concreto al pueblo de Llerana, que pertenece al municipio de Saro, a pocos kilómetros de los más conocidos pueblos de Villacarriedo o Selaya.

En la plaza de Llerana, junto al puente recientemente rehabilitado, el más destacado de los elementos patrimoniales referidos es la antigua ferrería de La Magdalena, que perteneció a Don Alonso de Obregón y Arce en la primera mitad del siglo XVII. Se trataba de una ferrería mayor en la que se fundían grandes masas de metal. La ferrería se convirtió tras el cese de su actividad mediado el ochocientos en molino harinero y posteriormente en fábrica de chocolate. En la plaza se puede contemplar también un buen ejemplo de casona montañesa, que en origen correspondió al Conde de la Valenciana, caballero de Carlos III que amasó una gran fortuna en México con la extracción de plata en la mina del mismo nombre.

Aparcamos el coche en la plaza del pueblo, junto a una a la casa consistorial y el Hotel Suites Valles Pasiegos.

Aparcamiento en plaza de Llerana

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aquí: (hay que registrarse en Wikiloc)

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

Allí nos preparamos, pusimos las playeras de montaña, ya que no eran necesarias las botas, cogimos las mochilas y comenzamos a caminar. Nos dirigimos por la carretera en dirección sur hasta que atravesamos un puente sobre el río Rubionzo o Rubí, junto al que hay una fuente en la que poder coger agua, si no lo hubiésemos llevado.

Atravesamos puente sobre el río Rubionzo Rubí.

Atravesamos el puente y nada más dejar a nuestra derecha una gran casa con un gran patio nos encontramos a nuestra derecha un desvío con un indicador que nos dirige hacia Abionzo, siguiendo el PR-S56.

Desvío hacia Abionzo

Caminando por esta sencilla pista llegamos a un nuevo cruce, el cual seguía el PR-S56 y que nos dirigía hacia Abionzo, pasando previamente por el molino de Rubionzo.

Nuevo desvío hacia Abionzo, pasando por molino de Rubionzo

A los pocos metros de introducirnos por este desvío a mano derecha que nos dirigía hacia Abionzo nos encontramos el molino de Rubionzo junto a una tejavana con una mesa y una destartalada barbacoa, en este lugar fue donde en el regreso nos paramos a comer.

Molino de Rubionzo

El molino de Rubionzo aún conserva la maquinaria original, la canal de derivación y un curioso puente de piedra decimonónico. El camino enlosado que conduce al pueblo, de aspecto carretero, y el canal que desciende hacia el edificio de la antigua fábrica de electricidad son otros elementos destacables del recorrido.

El río Rubionzo acoge buenos ejemplos de patrimonio construido preindustrial ligado al aprovechamiento de la fuerza motriz del agua. Las fábricas de luz producían corriente continua, lo que impedía largos desplazamientos y servía básicamente para abastecer las necesidades del pueblo y los adyacentes.

Dejamos el molino a mano derecha y nos fuimos por un pequeño sendero que partía de este molino. Siguiendo por este sendero al poco rato llegamos a una pista un poco más ancha, y después de caminar por esta pista durante unos 25 minutos por la zona de Otillos, llegamos al pueblo de Abionzo, perteneciente al  municipio de Villacarriedo.

Llegando a Abionzo

Esta población es considerada como el solar originario de la Familia Fernández Campero, que se establecería en México, el Río de la Plata y el Alto Perú. Aquí nacieron, Juan José Férnandez Campero de Herrera, Caballero de la Orden de Calatrava, y posteriormente primer Marqués del Valle de Tojo (Marquesado de Yavi), Diego Férnandez Campero y Siles, quien se estableció primero en la Gobernación del Paraguay en 1690, para recalar como Maestre de Campo en la Ciudad de Tucumán. También proviene de Abionzo, el militar Juan Manuel Fernández Campero (militar) (1741-1791, quien fuera gobernador del Tucumán en el siglo XVIII y a quien le correspondió la misión de expulsar a la Compañía de Jesús de esa región, en 1765. Otras ramas de esta familia se establecerían en México, mientras que otro linaje conocido por sus vínculos con éste lugar fue la familia Güemes-Campero que también se establecería en el Virreinato del Río de la Plata.

Desde la plaza de Abionzo nos dirigimos hacia el barrio Concejero y un poco más adelante dejamos a nuestra derecha la ermita de San Roque, razón por la que en este pueblo se celebra la fiesta de San Rocuco, que tiene lugar el 17 de agosto y está declarada de interés local.

Ermita de San Roque

Hasta este punto habíamos seguido en un suave ascenso, pero a partir de aquí el desnivel comienza a ser más pronunciado, al principio con un suave ascenso, hasta que se llega a la base de Picojeniro, en el que el ascenso en bastante pindio. Nada más al salir del pueblo ya se puede tener una magnífica vista del valle del Pisueña, en el que destacan los dos municipios más importantes y conocidos, Villacarriedo y Selaya.

Valle de Pisueña con Villacarriedo en primer lugar y Selaya al fondo.

Seguimos en ligero ascenso por una pista bastante ancha que es apta para el paso con vehículos, hasta que llegamos a un cruce, cogiendo el camino que va hacia la izquierda.

Cogemos la pista de la izquierda

Si miramos hacia el sur en nuestro ascenso tenemos unas magnificas vistas de las cimas que cierran el valle de Pisueña y que lo separan del valle del Pas y en el que se ve el verdor de todo el valle y en el que parece que al fondeo es el Alto del Caracol.

Cimas que cierran el valle de Pisueña

En este ascenso volvemos a encontrarnos otro cruce, que en este caso tenía una señalización con una flecha, la cual seguimos y que nos dirigía hacia nuestro siguiente destino.

Siguiendo las marcas de flechas blancas

Nos metimos por este desvío y nos dirigíamos hacia la zona de las cabañas de Jeniro. En este punto podíamos ir por diferentes pistas, que seguramente llevarían al mismo lugar, pero nosotros decidimos seguir las indicaciones que nos encontrábamos en los cruces.

Siguiendo otro indicador

Continuamos caminando por esta cómoda pista hasta que llegamos a un punto en que veíamos nuestro objetivo a mano izquierda, así que encontramos un pequeño cruce de un senderillo con la pista principal.

Saliendo de pista principal hacia pequeño sendero a la izquierda

Aquí comenzó el ascenso más duro, ya que en muy poco tiempo teníamos que hacer un ascenso bastante pronunciado, así que nos llenamos de paciencia y tiramos hacia arriba. El primer tramo del ascenso era entre escajos que pinchaban en las piernas, ya que el sendero era muy estrecho.

Subiendo por sendero cubierto de escajos

Luego el terreno se fue haciendo más sencillo, ancho y libre de los molestos escajos y ya casi se veía el punto geodésico en la cima de Picojeniro (814 m)

Divisando la cima de Picojeniro y su punto geodésico

Después de casi dos horas de caminata, y sólo unos seis kilómetros llegamos a nuestro primer objetivo el Picojeniro, con su punto geodésico marcando la cima.

Punto geodésico en cima del Picojeniro

Una vez en la cima no pude resistirme a hacer una fotografía panorámica desde el punto geodésico que allí había.

Las dos vistas principales que se tenían desde este punto es la del Valle de Pisueña con los Picos de Europa al fondo, así como Peña Sagra y las montañas de Campoo hacia el oeste.

Vistas hacia el oeste

Así como las vistas hacia el norte, llegándose a ver el mar Cantábrico.

Vistas hacia el norte

Como no, también aprovechamos para hacernos un par de selfies con las montañas de los alrededores de fondo.

Selfie en cima de Picojeniro

Una vez descansados un poco del ascenso, haber tomado un refrigerio y frutos secos, así como de haber realizado las fotografías de rigor, seguimos nuestro camino cresteando primero en dirección este, hacia la siguiente cima, primero a Los Pobles y luego hacia Alcor. Desde esta crestera tuvimos dos imágenes que nos llamaron mucho la atención. La primera de ellas era unas extrañas «terrazas» que había en una vaguada que se encontraba hacia el norte.

Extrañas terrazas en vaguada

En principio no sabíamos que eran, ya que lo que estábamos seguro es que no era nada natural, sino construido por el ser humano, pero no sabíamos para qué. Al llegar al pueblo de Llerana, preguntamos pero ninguna de las versiones nos convenció así que seguimos investigando y descubrimos que se trataba de unas mieses que fueron sustento en el siglo XIX de amplios linares (cultivo del lino), en cultivos aterrazados de los que aún se conserva aquella tradicional morfología de la ladera, aunque ahora están cubiertos de prado, quien tiene la hegemonía de los cultivos y del paisaje. Más tarde pasaríamos junto a estas zonas aterrazadas.

Otra vista que nos impresionó en esta misma zona fue la vista de los montes de Picón del Fraile, Picones de Sopeña (donde nace el río que da nombre al Valle de Pisueña), Alto del Caracol y Castro Valnera.

Cimas de Picón del Fraile, Picones de Sopeña, Castro Valnera,…

Una vez que llegamos a la última de las cimas en Alcor, iniciamos el descenso en dirección norte, pasando por el Campizo de las Mayadas y al llegar al Alto de la Tejada cogemos dirección oeste. En este tramo ya íbamos por una pista bastante ancha y que se dirigía hacia la zona aterrazada donde en el siglo XIX se cultivaba el lino.

Zona aterrazada para las lineras

Junto a esta zona de terrazas nos encontramos varios rebaños de ganado vacuno en la que se notaba que había llegado la primavera y había bastantes terneros que tendrían pocas semanas.

Terneros en zona de las lineras.

En ese descenso por la pista pudimos ver unas cimas que destacaban en dirección noreste pero que no supimos identificar, aunque eran bastante llamativas por su rocosidad y poca vegetación.

Cimas rocosas al fondo

Continuamos descendiendo por la cómoda pista, confundiéndonos en alguno de los cruces, pero sin ninguna importancia, ya que si hubiésemos seguido por esa pista hubiésemos llegado al mismo lugar. Por eso nosotros cogimos el desvío de la izquierda.

Desvío a la izquierda

Volvimos a coger otra vez la pista, que si no hubiésemos cogido el desvío no lo habríamos abandonado y volvimos a salirnos de la pista principal que iba hacia la derecha.

Nuevo desvío a la izquierda

Después de casi tres horas de caminata, de una dura subida y un cómodo descenso llegamos de nuevo al punto de partida en el cruce que se desviaba hacia Abionzo, justo después de pasar por una casa rural de Finca la Sierra.

Casa rural antes del desvío hacia Abionzo.

Nuestro objetivo ya estaba cumplido, pero como todavía era bastante pronto decidimos alargar un poco más el camino y nos dirigimos de nuevo hacia Abionzo, por el camino que habíamos cogido en el ascenso, esta vez con el objetivo de meternos por el robledal de la Zarrizuela. Primero llegamos de nuevo al molino de Rubionzo, donde aprovechamos la tejavana para comer el bocadillo y tomar un refresco.

Comiendo en tejavana del molino de Rubionzo.

Seguimos por el mismo camino que habíamos realizado en el primer tramo, pero esta vez al llegar a un cruce en la pista, cogimos el desvío que estaba marcado hacia el río Rubionzo y el robledal de Zarrizuela.

Desvío hacia el río el robledal.

Aquí fue la única marca que nos encontramos, así que nos guiamos un poco por nuestro instinto y en dirección hacia el río, hasta que nos encontramos una cabaña.

Cabaña cerca del río Rubionzo.

Dejamos la cabaña a nuestra derecha y nos dirigimos hacia el robledal, para lo que tuvimos que sortear algún cerrado, que después de atravesarlo lo volvimos a cerrar. estábamos en mitad del robledal de Zarrizuela, que aunque no tenía mucha extensión, si estaba bastante cubierto de vegetación.

Robledal de Zarrizuela

Esta parte del robledal estaba bastante cubierta de vegetación y pudimos tener una vista de unos buitres que volaban por la zona y con la luna en el cielo.

Vegetación con luna y buitres en lo alto.

Después de casi 20 km de caminata y un tiempo de 5 horas y 40 minutos llegamos de nuevo al pueblo de Llerana y nos fuimos a tomar un refrigerio al bar casa Terio, donde no pudimos comer nada ya que estaban de obras en la cocina, pero nos comentaron que se comía bien. Una vez tomado el refresco y de informarnos sobre las lineras nos dirigimos al municipio de Selaya con el fin de comprar los típicos sobaos de las zonas pasiegas y en concreto los que más me gustan, los de Casa Macho.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo

 

Llerana – Abionzo – Picojeniro – Llerana – Robledal de la Zarrizuela – Llenara
Distancia Total Ruta circular de 19,4 km. Una primera de 13 km y la segunda de 6 km aproximadamente.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y cuarenta minutos, la primera circular la hicimos en algo menos de cuatro horas y el resto en la segunda, aunque estuvimos parados media hora comiendo en esta segunda.
Dificultad La ruta es de nivel moderado. Aunque el segundo recorrido es sencillo.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 640 m. con un desnivel acumulado de unos 1.250 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, camberas, senderos y campo a través.
Agua potable Las fuentes las encontramos cerca de los pueblos, pero en el recorrido no vimos ninguna.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año, sobre todo en primavera por el vede del terreno.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59-III (Selaya) y 59-I (Sarón) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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