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Posts Tagged ‘Pozos de Noja’


El sábado 6 de abril nos juntamos tres senderistas, dos de ellos se están iniciando en el mundo del senderismo, para hacer una ruta cuyo destino se está poniendo de moda últimamente en Cantabria por las instalaciones que han montado. Se trata de subir hasta los Pozos de Noja, donde han instalado un columpio y un banco gigante.

Para ascender a los Pozos de Noja se puede hacer desde varios sitios, el primero de ellos, el que utiliza mucha gente es subir en coche hasta el mismo columpio y desde este punto disfrutar de las magníficas vistas (cuidado con hacer caso al GPS de Google maps para subir en coche, ya que te lleva por un camino que es inviable). Pero si lo que tratamos es de ascender haciendo una ruta podemos subir desde varios sitios, desde Rubalcaba, ruta que ya hicimos hace bastante tiempo, desde Liérganes, desde Mirones y desde Llanos. Nosotros nos decidimos por esta última, así que nos dirigimos hacia Penagos y allí cogimos la carretera que se dirige hacia Llanos, lugar donde acaba la carretera.

Una vez atravesado el pueblo llegamos al final de la carretera CA-616 y atravesamos un puente bastante estrecho. Es el puente de Búmbaro, más conocido como puente medieval y fue construido hacia el siglo XVI sobre el arroyo de la Ozadera. Está hecho de piedra en su totalidad con una longitud aproximada de veintidós metros y tres metros setenta centímetros de anchura. Se trata de un puente simétrico de tres ojos formados por arcos de medio punto. Un gran arco central de unos seis metros de luz que coincide con el punto de mayor caudal del río, flanqueado por otros dos arcos de menor tamaño de unos dos metros y medio. Esta disposición de arcos creciente hacia la mitad genera un perfil a dos vertientes con el característico «lomo de asno». Hay que tener precaución al cruzarlo con el coche ya que al ascender pierdes toda la visibilidad.

Puente de Búmbaro.

Allí, una vez atravesado el puente de Búmbaro, aparcamos el coche junto al cementerio del pueblo. Nos pusimos las botas, aunque se puede hacer fácilmente con playeras de montaña, cogimos las mochilas y comenzamos a caminar.

Aparcamiento junto a cementerio.

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc).

En el siguiente vídeo podemos ver a vista de pájaro la ruta realizada con algunas fotografías del recorrido.

El camino se inicia por la carretera que va hacia la derecha una vez que hemos atravesado el puente de Búmbaro. Al poco de iniciar la marcha nos encontramos, a mano izquierda, algo muy curioso y extraño en Cantabria, una granja de Alpacas. Se trata de la explotación ganadera Alpacas de la Tierruca, que lleva en funcionamiento desde 2012. Se trata de una granja de Alpacas Huacayas, de la cual se obtiene una fibra que es resistente, suave y ligera, además de hipoalergénica, por lo que es muy bueno para ropa de bebé y para personas con problemas de pieles atópicas.

Granja de Alpacas.

Un poco más adelante y a mano derecha ya nos encontramos un rebaño de unos animales más típicos de la zona, unas ovejas.

Rebaño de ovejas.

Continuamos caminando por esta carretera secundaria sin coger el primero de los desvíos a mano izquierda, sino que continuamos todo recto hacia La Ordina.

Desvío que no cogemos.

Cuando llegamos unos 700 metros caminados encontramos un desvío a nuestra mano derecha que en esta ocasión si cogemos.

Desvío a la derecha, el cual cogemos.

Antes de pasar por debajo de una línea eléctrica de gran tamaño pasamos junto a una de las típicas cabañas que podemos encontrar por los valles Pasiegos.

Típica cabaña en mitad de un prado.

A partir de este momento el trazado cambia totalmente, pasando de ser una carretera secundaria a ser una pista forestal que se utiliza para que los camiones bajen los troncos de la gran cantidad de eucaliptos que hay por estos montes. hay que tener especial precaución de seguir el track, ya que nos encontramos multitud de cruces.

Primero de los cruces que no cogimos.

En todo este recorrido se nota claramente que no hace mucho tiempo han estado bajando camiones con troncos de eucaliptos, ya que la pista está muy marcada de huellas de camión.

Pista forestal.

Cuando ya llevábamos caminados unos dos kilómetros y nos habíamos encontrado varios cruces en la pista forestal, llegamos a un cruce en el que en principio nos confundimos ya que fuimos recto, cuando teníamos que haber cogido el desvío hacia la derecha, algo que hicimos después de recorrer un pequeño tramo erróneamente.

Cruce hacia la derecha.

Una vez que corregimos el error continuamos por la pista forestal hasta que llegamos a un nuevo cruce, que esta vez cogimos hacia la izquierda, aunque lo mejor es hacer caso al track que levábamos.

Cruce a la izquierda.

Por esta pista forestal no había prácticamente árboles, ya que lo debían haber talado hace poco tiempo y se podían ver las nuevas plantaciones de eucaliptos.

Nuevas plantaciones de eucalipto.

Toda esta zona estaba bastante desforestada y por tanto no resultaba muy atractiva y era bastante fácil perder el rumbo correcto por la gran cantidad de desvíos dentro de las pistas forestales. Algunos de estos desvíos llevaban a cabañas que se encontraban cerca de las pistas forestales.

Desvío que no cogimos.

Después de caminar por estas pistas forestales y llevar caminando unos 45 minutos llegamos a un cruce con una carretera en el que cogimos el primer desvío hacia nuestra izquierda. Nos encontrábamos en el collado de tejera de Corra.

Cruce hacia la izquierda por carretera en collado de Tejera de Corra.

Nada más a comenzar a caminar por esta carretera secundaria nos encontramos una casona en muy buen estado, en la que había un cerrado para el ganado.

Casona junto a pista principal.

En este punto el paisaje ya había cambiado por completo, pasando de un terreno deforestado y totalmente descarnado a una zona en la que el color predominante era el verde de los prados.

Vistas desde la pista.

Ahora íbamos caminando en ligero ascenso por un sendero que circulaba por las faldas del pico Pindio y desde el que se tenía una vista del pueblo de Esles y Lloreda rodeado de verdes prados.

Esles y Lloreda desde las faldas de Pico Pindio.

Desde el pueblo de Lloreda también se puede ascender hasta los Pozos de Noja en coche por una carretera de montaña. Al poco de pasar una gran curva, primero a mano izquierda y luego a mano derecha abandonamos la pista principal que se dirige hacia Esles y cogemos un estrecho sendero que sigue las faldas del Pico Pindio.

Desvío hacia sendero a la izquierda.

En este estrecho sendero nos encontramos una pequeña cascada a nuestra mano izquierda. Me desvié un poco para ver dicha cascada y hacerla una foto.

Pequeña cascada junto a sendero.

Regrese de nuevo al sendero y continuamos caminando hasta que llegamos a un cambio de dirección muy marcado hacia la derecha y que coincidía con el lugar donde está la cascada de Esles o el Muro de Esles, una de las cascadas más llamativas del Valle de Cayón y por tanto de los Valles Pasiegos.

Muro de Esles

Atravesamos el río utilizando unas piedras que hay haciendo una especie de pequeño puente, aunque con cuidado, ya que alguna de las piedras resbala bastante. En este punto es donde se puede decir que nace el río Suscuaja, uno de los afluentes del Pisueña. Una vez cruzado el río continuamos ascendiendo por un senderillo bastante pindio y embarrado en algunos tramos. Eché una vista atrás y vimos la bonita zona que acabábamos de atravesar.

Zona por la que acabábamos de pasar en el muro de Esles.

Estábamos caminando por este sendero estrecho en el hayal de Esles hasta que llegamos a un cruce en el que tuvimos que cambiar muy bruscamente la dirección que seguíamos. Cogimos un desvío hacia la izquierda.

Desvío hacia la izquierda.

Una vez que cogimos este desvío, en el que nos encontramos algunos ciclistas que ascendían por el, seguimos en ligero y continuado ascenso, hasta llegar al mirador del Pico Lindaro, donde nos encontramos además del mirador, unas mesas en las que descansar con unas bonitas vistas.

Mirador de Pico Lindaro.

En este mirador había un pequeño mapa fotográfico en el que se indicaban los nombres de las diferentes zonas llamativas desde este punto.

Mapa fotográfico.

Ya que estaba en este punto aproveché para hacer una fotografía real de lo que aparecía en el cartel indicativo y en el que se podía ver, Esles, monte Caballar, Lloreda, Santa María de Cayón, …

Vistas desde Mirador de Pico Lindaro.

Otra cosa que nos llamó la atención es encontrarnos a un padre con su niña pequeña que habían llegado hasta ese punto en coche, siguiendo la ruta que les marcaba Google maps para llegar hasta los Pozos de Noja, algo que es imposible, a no ser que dispongas de un 4×4, y que unas semanas antes me había pasado a mí. Continuamos caminando en ligero ascenso hasta llegar a un cruce con una pista que habíamos visto desde cerca del mirador. En el cruce nos dirigimos hacia la derecha.

Enlazando hacia la derecha con pista principal.

Continuamos caminando por la pista principal hasta que llegamos a un poste indicativo que marcaba Esles y Pozos de Noja. Nos encontrábamos en el Collado de Edillo o Idillo y en vez de seguir la pista que iba hacia arriba y se dirigía hacia la cima, cogimos el camino que iba por las faldas de la cima.

Desvío hacia los Pozos de Noja que no cogimos.

Nosotros continuamos por la pista principal hasta llegar al punto donde vimos una carretera y muchos coches que estaban aparcados junto a unas cabañas. Hasta este punto es donde llegamos en la ocasión que subimos desde Llerana, quedándonos a los pies de las Enguinzas.

Pista hasta la base de Las Enguinzas.

Al llegar a la carretera cogimos el segundo desvío hacia la izquierda, en el cual había una cabaña y en el que ya es imposible perderse por la gran cantidad de gente y coches que se dirigen hacia los cercanos Pozos de Noja.

Desvío hacia los Pozos de Noja.

Ahora tenemos que caminar aproximadamente un kilómetro por esta carretera secundaria en dirección a los Pozos de Noja. En esta carretera nos seguimos encontrando coches aparcados que llegan hasta los Pozos de Noja.

Carretera hacia los Pozos de Noja.

Después de tres horas y media y aproximadamente 14 kilómetros llegamos al primero de los atractivos de los Pozos de Noja, un enorme banco desde el que se tienen unas magníficas vistas del Valle del Miera.

Descansando en el banco gigante.

Las vistas del Valle de Miera desde este punto eran impresionantes.

Vistas de uno de los Pozos de Noja desde el banco.

Una vez que disfrutamos de las vistas desde este banco gigantesco nos dirigimos hacia el principal atractivo que ha tenido siempre este lugar y no es otro que uno de los Pozos de Noja.

Estos Pozos de Noja son dos pequeños embalses construidos a principios del siglo xx para la producción de electricidad entre los municipios cántabros de Miera y Liérganes. Su función era la de la aportación de agua para la producción de energía hidráulica para Liérganes y alrededores. Se aprovecharon hondonadas para construir las presas a principios del siglo xx. La del pozo inferior aun es visible desde la parte norte. El agua bajaba por canales situados en las laderas del picón del Marmojo y de Peña Pelada. Estos canales aún existen. Los pozos se llenaban con el agua del deshielo o de la lluvia.

La empresa que los construyó fue la Electra Pasiega, que fue absorbida en 1945 por la de Viesgo. Las turbinas para la producción de electricidad estaban situadas, la primera, al pie del monte en el que se ubican los embalses, y la segunda, que recibía agua de la primera, junto a la carretera que une Liérganes y San Roque, en un lugar llamado «la fábrica de la luz». Las instalaciones aún se conservan abandonadas, pero bien visibles.

Los pozos y las turbinas, el primer gran proyecto de Electra Pasiega, se pusieron en funcionamiento sobre 1905 y estuvieron produciendo electricidad hasta mediados de, siglo, cuando Electra de Viesgo adquirió la pequeña empresa pasiega. En ese momento, se introdujo en la zona de Liérganes el alumbrado moderno.

Pozo superior de Noja.

Justo al lado del pozo superior se encuentra la segunda gran atracción turística que han instalado este año 2024. Este proyecto fue impulsado por el Ayuntamiento de Miera con el apoyo del Grupo de Acción Local de Valles Pasiegos, el cual promete ser un nuevo hito para la región, atrayendo a visitantes en busca de naturaleza, historia y aventura. Y como no va a ser menos, no dudé en hacerme una foto (esperando una cola de cuatro grupos), en este segundo gran atractivo del territorio Meracho.

Columpio gigante.

Una vez hechas las fotos correspondientes de los tres senderistas nos fuimos hasta un mirador desde el que se puede ver el segundo de los pozos, el inferior, así como el valle de Miera.

Pozo inferior y valle de Miera.

Una vez acabadas las visitas y las fotos iniciamos el descenso hacia Llanos. Para ello nos dirigimos hacia lo que sería el muro de contención del pozo superior y lo bordeamos.

Bordeando el pozo superior.

Una vez que lo bordeamos tuvimos que realizar el último tramo de ascenso en dirección a una cima en la que había un indicador y que sería por donde podíamos haber bajado. En ese ascenso pudimos tener una vista del valle de Miera.

Vistas del Valle de Miera en el ascenso.

Seguimos ascendiendo hasta que llegamos a la cima donde se encontraba ese poste indicador que marcaba las dos direcciones, una bajaría hacia el collado de Edillo o Idillo y la otra, que es la que cogeríamos nosotros, la bajada hacia Esles por las Zetas.

Indicadores en la cima.

Averiguamos porqué se llamaban las Zetas, ya que el recorrido iba haciendo un zig-zag para salvar la elevada pendiente descendiente. El terreno estaba bastante complicado y más cuando quisimos ahorrarnos unas de estas zetas.

Saltándonos una de las zetas en el descenso.

Cuando ya llegamos a la parte más baja de esta dura pendiente encontramos una pista a nuestra izquierda que se dirigía hacia Esles, lógicamente nosotros la obviamos y seguimos derechos.

Poste indicador hacia Esles.

Desde que salimos del columpio, el tiempo se endureció, principalmente por las fuertes rachas de viento, así que estuvimos que andar un buen tramo en busca de una zona resguardada en la que comer. Primero vimos una cabaña muy bien acondicionada, pero que estaba totalmente cerrada y que no íbamos a poder utilizarla como resguardo.

Cabaña perfectamente acondicionada, pero sin buenos accesos.

Así que no nos quedó otro remedio que buscar otra más accesible y protegida del viento. Lo que si pudimos ver es que este último tramo del recorrido forma parte de un pequeño recorrido, en concreto el PR-S 25, que es una de las posibilidades de subir a los Pozos de Noja desde el pueblo de Liérganes.

Indicador de PR-S 25

Unos metros más adelante nos encontramos un gran rebaño de cabras protegido de dos mastines y viendo que al lado del camino había una cabaña abandonada nos dirigimos hacia ella para comer y así ver si se retiraban los mastines de mitad del camino, como así fue.

Comiendo en cabaña al resguardo del viento.

Una vez que acabamos de comer reiniciamos la marcha, la cual era bastante cómoda ya que era todo en descenso. En ese descenso pudimos disfrutar de otra gran vista de los montes de la zona.

Vistas en el descenso hacia Llanos.

El camino se había convertido en una cómoda pista que se dirigía hacia un lugar en el que había una construcción en bastante mal estado y rodeada de mucha porquería que no parecía el lugar más apropiado para estar. Esto se encontraba justo al lado de una gran línea eléctrica de 400kV que procede de Soto, en Asturias y que una vez que llega hasta Penagos se dirige hacia el País Vasco.

Zona bastante abandonada junto a línea de MAT.

Cuando atravesamos esta zona y casi estábamos llegando a la línea de Muy Alta Tensión, cogimos un desvío hacia una pista forestal a la izquierda y bajamos por ella. En esta pista forestal había varios letreros advirtiendo de que se estaban haciendo trabajos de desforestación. Ahora el camino era muy sencillo sólo teníamos que seguir dicha pista, la cual luego se convertiría en una carretera. En ese camino de descenso nos encontramos lo que parecía una gran plantación de arándanos, la cual parecía abandonada.

Posible plantación de arándanos.

Seguimos bajando por la carretera hasta que llegamos justo al lado del cementerio donde teníamos aparcado el coche. Una vez allí nos descalzamos y aprovechamos para poner a refrescar nuestros cansados pies, y no hay mejor lugar que meter los pies en el frío río junto al puente de Búmbaro.

Una vez que nos refrescamos, recogimos y nos fuimos a tomar un refresco al primero de los bares que nos encontramos y en el cual estaban celebrando la fiesta de la feria de abril.

Para ver la ruta en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Curva de altura en función del tiempo de marcha.

Curva altura-tiempo.

Llanos – Cascada de Esles – Pozos de Noja – Llanos
Distancia Total Ruta circular de 21,5 km.
Duración Total El recorrido lo hicimos en cinco horas y media, con pequeñas paradas para hacer fotos y una más larga de una media hora para comer.
Dificultad La ruta es de nivel moderado, aunque hay un prolongado ascenso y descenso.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 700 m. con un desnivel acumulado de unos 900 m.
Tipo de camino Todo el camino fue pistas, senderos y un pequeño tramo por carreteras secundarias.
Agua potable Encontramos arroyos y laguillos a lo largo del recorrido, pero desconozco su potabilidad. Mejor llevar agua.
Época recomendada Recomendable en cualquier época del año.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59-I (Sarón) a escala 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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El sábado 08 de Octubre, después de un verano con descanso en la realización de rutas de montaña, nos juntamos dos amigos senderistas para darnos una vuelta por los montes de Cantabria. Como queríamos que fuese un recorrido de sólo por la mañana, para ir a comer a casa, nos decidimos por una ruta que estuviera cerca de Santander y por eso nos fuimos hacia el municipio de Miera, en concreto nos dirigimos al pueblo de Mirones.

Allí aparcamos el coche, junto a la Iglesia de San Román, en Mirones y nos preparamos. En principio llevábamos playeras de montaña y botas, y menos mal que nos inclinamos por este último tipo de calzado, porque en caso contrario nos hubiésemos empapado y nos hubiese costado mucho andar por el terreno kárstico.

Iglesia de San Román en Mirones

Iglesia de San Román en Mirones

Para descargar el track para GPS desde Wikiloc pinchar aqui: (hay que registrarse en Wikiloc)

Allí, nada más cruzar la carretera, encontramos, junto a una casa, una pendiente que se dirige al barrio de La Cantolla, se trata del camino El Carro.

Camino El Carro hacia La Cantolla

Camino El Carro hacia La Cantolla

Comenzamos a ascender por esta pendiente para dirigirnos al Barrio de La Cantolla, donde saludamos a una mujer mayor que a esa hora ya estaba limpiando los cristales de su pequeño mirador y una vivienda en la que debía vivir alguien que era de Granada y estaba orgulloso de ello.

Ascendiendo por el camino El Carro

Ascendiendo por el camino El Carro

Continuamos ascendiendo y llegamos a las primeras casas del barrio de La Cantolla y fuimos callejeando entre las casas buscando el camino correcto.

Callejeando por La Cantolla

Callejeando por La Cantolla

La ruta también se podría empezar desde este barrio y así nos hubiésemos ahorrado esta primera ascensión, aunque en cualquier ruta por esta zona, debido a la geografía del lugar, siempre habrá una fuerte ascensión al inicio. Ya en la Cantolla buscamos el camino para iniciar la ruta y lo encontramos junto a lo que parecía un bebedero.

Inicio de la ruta en La Cantolla

Inicio de la ruta en La Cantolla

Allí nos encontramos un indicador que marcaba el camino hacia el Macizo de Las Enguinzas que según pudimos observar está marcado como un pequeño recorrido, en concreto el PR-S73, pero que sin embargo no ascendía a Las Enguinzas.

Indicador del Macizo de Las Enginzas PR-S73

Indicador del Macizo de Las Enguinzas PR-S73

El inicio es un poco durillo, ya que nada más comenzar nos encontramos una fuerte pendiente con una pista hormigonada.

Pista hormigonada

Pista hormigonada

Lo primero que nos llamó la atención fue el Hotel París o La Torre, una construcción muy llamativa que se encuentra sobre una roca y que parece la Casa de la familia Adam´s. Además pudimos ver la mejora que ha habido en los últimos años, ya que ya habíamos realizado otra ruta por esta zona y habíamos visto esta casa, comentando en ese momento un poco de la historia de este «hotel».

Hotel París o La Torre

Hotel París o La Torre

Continuamos ascendiendo, dejando a nuestra derecha el depósito de aguas que suministra este preciado fluido a los pueblos de alrededor.

Depósito de aguas

Depósito de aguas

Cuando llevábamos pocos metros de ascenso ya nos empezaba a sobrar la ropa y empezamos a sudar y continuamos hasta que llegamos a un punto en el que teníamos una bifurcación, una que iba hacia la izquierda y que era hormigonada y otra que se convertía en un sendero empedrado. Daba igual cual de los dos cogiésemos por que al final nos llevaba al mismo punto. Nosotros cogimos el cruce hacia la derecha.

Saliendo de pista hormigonada

Saliendo de pista hormigonada

Aquí nos encontramos la segunda señal, que esta vez nos dirigía hacia Guzpedroso.

Camino Guzpedroso

Camino Guzpedroso

Aquí desapareció el sendero y se convirtió en un camino empedrado que se conoce con el nombre de Calzada de la Peñas, el cual es un buen ejemplo de las infraestructuras que promovieron las Reales Fábricas de Cañones de Liérganes y de La Cavada. Se trata de un típico camino carbonero usado para el acarreo de madera, fundamentalmente encina, empleada en la producción de carbón vegetal que abastecía a los hornos siderúrgicos.

En este recorrido existen tramos con un excelente encachado de caliza y arenisca, que atestiguan un antiguo camino de algo más de un metro y medio de anchura, excelentemente adaptado al agreste terreno gracias a la creación de taludes de mampostería en las laderas.

Calzada de las Peñas

Calzada de las Peñas

En esta calzada nos encontramos un cartel indicativo que nos llevaba hacia los Pozos de Noja y la Fresquera de Fiñumiga, la cual visitamos en otra ocasión y que se trata en una pequeña construcción en la que se almacenaba la nieve que era utilizada por los médicos de las fábricas de cañones para reducir las consecuencias de las quemaduras de los trabajadores.

Indicativo Pozos de Noja y Fresquera de Fiñumiga

Indicativo Pozos de Noja y Fresquera de Fiñumiga

Aquí nos empezamos a encontrar alguna de las muchas cabañas merachas que hay por la zona. Estas primeras estaban muy bien conservadas, aunque a medida que nos íbamos alejando del pueblo nos las encontrábamos en peores condiciones.

Cabaña Meracha

Cabaña Meracha

Esta palabra «Meracha» es en realidad el gentilicio de los vecinos del ayuntamiento de Miera y de ahí viene el nombre de estas cabañas. También nos encontramos alguna cabaña que había sido remodelada y que tenía muy buena apariencia.

Cabaña remodelada

Cabaña remodelada

Estas últimas cabañas son las de la zona de Llarao, y en esta zona volvimos a coger el camino empedrado que se encontraba junto a otra de las muchas cabañas.

Camino junto a cabaña

Camino junto a cabaña

Al poco rato de pasar por esta cabaña nos encontramos con una de las primeras dudas del recorrido, había una bifurcación en el camino empedrado y al final decidimos tirar por el sendero de la derecha y que además luego pudimos comprobar que era el correcto.

Camino de la derecha

Camino de la derecha

Continuamos ascendiendo ligeramente por este senderuco encontrándonos más cabañas merachas, las cuales parecían muy bien conservadas.

Otra cabaña meracha

Otra cabaña meracha

Esta es la zona de los cabañales de Los Hoyos y aquí nos encontramos una nueva construcción en la que además de la cabaña

Cabaña en Los Hoyos

Cabaña en Los Hoyos

había un bebedero esculpido en una gran roca, así como lo que parecía un aljibe para la recogida de agua.

Bebedero y aljibe

Bebedero y aljibe

Dejamos esta cabaña a nuestra derecha y continuamos por el sendero en ascenso

Sendero en ascenso

Sendero en ascenso

Estábamos en la cercanía de Castroliva y nos encontramos una alambrada que cerraba el sendero y que tuvimos que saltar para poder continuar nuestro camino.

Pasando la alambrada

Pasando la alambrada

Una vez pasada la alambrada ya tuvimos una primera vista de lo que debía de ser el macizo de Las Enguinzas, en la que destacaba la zona kárstica típica de la zona.

Macizo de Las Enginzas

Macizo de Las Enguinzas

Nos volvimos a encontrar el sendero que estaba perfectamente empedrado y que parecía embaldosado de grandes rocas calizas.

Siguiendo el camino empedrado en la zona de los Hoyos.

Siguiendo el camino empedrado en la zona de los Hoyos

A la hora de camino encontramos, a nuestra izquierda, el desvío que se dirigía hacia la fresquera o nevera de Fuñimiga. Nosotros no cogimos este desvío sino que continuamos recto.

Desvío hacia Fuñimiga

Desvío hacia Fuñimiga

Justo a la derecha de esta señal se encontraba uno de los primeros grandes hoyos que encontraríamos en el camino, se trataba del hoyo de Castrejón.

Hoyo Castrejón

Hoyo Castrejón

Seguimos el camino de largo sin desviarnos y a penas a unos 200 metros llegamos al Collado de Castrejón, que es donde debemos desviarnos a nuestra izquierda, justo donde hay un poste con su parte superior roja.

Collado de Castrejón

Collado de Castrejón

Aquí hay que tener la precaución de no continuar descendiendo hacia el otro lado del collado, sino girar a nuestra izquierda por un sendero que se encuentra pegado a un muro.

Sendero junto a un muro de piedra

Sendero junto a un muro de piedra

Al poco rato este sendero junto al muro se vuelve a convertir en una nueva calzada de grandes piedras.

De nuevo la calzada

De nuevo la calzada

Continuamos nuestro camino por la calzada hasta que esta se acabó y pudimos tener una primera vista de Peña Llen o más conocida como Peña Cabarga, con Santander al fondo.

Peña Cabarga

Peña Cabarga

Seguimos el camino, el cual era un pequeño sendero en el que habían desaparecido todas las marcas, ya que el PR-S73 sólo llegaba hasta el desvío a la fresquera de Fuñimiga, así que nos tuvimos que dejar llevar por el pequeño sendero que parecía que nos llevaba hacia un collado bajo Las Enguinzas y el track que nos habíamos descargado para el GPS.

Caminando por el sendero hacia el collado

Caminando por el sendero hacia el collado

Llegó un momento en el que el pequeño sendero prácticamente desapareció y nos decidimos a subir por una ladera cubierta de hierba alta, la cual hizo que nos calásemos las botas y los pantalones.

Ascenso por ladera cubierta de alta hierba

Ascenso por ladera cubierta de alta hierba

A mitad del ascenso decidimos desviarnos un poco hacia la derecha buscando lo que parecía lo alto del collado de Las Enguinzas.

Desviándonos hacia el collado

Desviándonos hacia el collado

Ya en el Collado nos encontrábamos a los pies de Las Enguinzas y pudimos disfrutar de una magnífica vista de los montes que quedaban a nuestras espaldas, incluso se llegaba a ver el monte Buciero en Santoña.

Montes a nuestras espaldas

Montes a nuestras espaldas

Si miramos en la dirección que llevábamos podíamos ver uno de los pozos de Noja, en concreto el más grande y que en su origen era el embalse para la compañía eléctrica «Electra Pasiega» suministradora de energía eléctrica para Liérganes y pueblos de la comarca.

Vista de uno de los Pozos de Noja desde el collado

Vista de uno de los Pozos de Noja desde el collado

Aquí nos encontrabamos justo debajo de Las Enguinzas y tenemos varias posibilidades, aunque la que nos pareció más correcta fue coger el sendero hacia la izquierda que, yendo a media altura, rodea las Enguinzas para subir por el otro lado. Nada más empezar a caminar a media altura pudimos ver ya el segundo pozo de Noja.

Los pozos de Noja

Los pozos de Noja

Ya teníamos justo encima la cima de Las Enguinzas y lo único que teníamos que hacer es buscar el camino más cómodo para proceder a su ascenso.

Las Enguinzas

Las Enguinzas

Dejamos un poco atrás la cima para buscar el camino más cómodo, ya que es una zona kárstica bastante complicada, para ello íbamos buscando los hitos que habían dejado otros montañeros.

Camino hacia la cima

Camino hacia la cima

Después de dos horas de camino ya llegamos a nuestro primer destino, la cima de Las Enguinzas (965 m.) en la que destacaban en primer lugar una cruz de acero y un punto geodésico que no se encontraba en muy buen estado.

Cruz y punto geodésico en la cima de las Enguinzas

Cruz y punto geodésico en la cima de las Enguinzas

También llamaba la atención un pequeño buzón que estaba constituido por una cabaña meracha de acero y en el que había una inscripción.

Buzón en la cumbre

Buzón en la cumbre

Ya en la cumbre aprovechamos para hacer una fotografía panorámica en la que se podían ver todos los montes de los alrededores, Peña Cabarga, Buciero, Peña Rocías, Mortillano, Peña La Valle, Mosquitero, Peñas Gordas, Porracolina, y el resto de los montes, pero estos ya cubiertos de nubes.

Panorámica de 360º desde Las Enguinzas

Y como no, para hacernos un selfie, inmortalizar nuestro ascenso a la cima y dar un poco de envidia sana a nuestros amigos senderistas que no pudieron acompañarnos.

Selfie en la cima

Selfie en la cima

Una vez tomado un pequeño refrigerio iniciamos el descenso hacia el sendero que habíamos abandonado para realizar el ascenso. El descenso era bastante complicado ya que la hierba cubría las piedras kársticas y dificultaban el descenso.

Bajado de las Enguinzas

Bajado de las Enguinzas

Volvimos al sendero principal y continuamos por él, pudiendo ver algún otro posible ascenso a la cima, uno de ellos por una chimenea entre las rocas.

Otro ascenso a la cima

Otro ascenso a la cima

Continuamos caminando por la base de la pared de este macizo por el pequeño sendero.

Continuando por el sendero

Continuando por el sendero

Al seguir por este sendero giramos ligeramente hacia la izquierda hasta que nos encontramos de frente con La Peña de Los Lobos.

Al fondo La Peña de Los Lobos

Al fondo La Peña de Los Lobos

Continuamos descendiendo por nuestra izquierda hasta dar al collado más abajo, dejando a nuestra derecha el sumidero del Cuevo. Una vez en el collado nos dirigimos hacia nuestra derecha en dirección hacia el siguiente gran hoyo.

Siguiente gran hoyo

Siguiente gran hoyo

Este hoyo lo dejamos a nuestra izquierda y lo fuimos bordeando por su parte superior por un sendero que se encontraba a la derecha del hoyo.

Bordeando el hoyo

Bordeando el hoyo

Después de bordear el hoyo nos íbamos a adentrar en un pequeño hayedo que era atravesado por el sendero.

Entrando en el hayedo

Entrando en el hayedo

Justo en la entrada nos encontramos un haya muy especial, ya que había nacido entre las rocas y tenía dos grandes ramificaciones. Se podía observar cómo las raíces estaban rompiendo la roca.

Haya entre las rocas

Haya entre las rocas

Continuamos caminando por lo que debía ser un sendero junto a un muro de piedra, pero que estaba totalmente cubierto por hierbas y zarzas, lo cual dificultaba el caminar.

Sendero junto al muro

Sendero junto al muro

Al poco rato, ya después de tres horas de caminata nos encontramos de nuevo unas cabañas, en la zona de Yago Ruyo. En la primera de ellas nos llamó la atención una pequeña portezuela de madera, la cual pensábamos que era de una fresquera.

Bebedero y "fresquera"

Bebedero y «fresquera»

Pero al final no era una fresquera sino que se trataba de un aljibe para la recogida de agua y en la que había el típico caldero de zinc que se usaba para ordeñar a las vacas.

Aljibe con cubo de Zinc

Aljibe con cubo de Zinc

Esta era la cabaña, en la cual se distinguía la zona ganadera de la zona vividora.

Entrada a cabaña

Entrada a cabaña

Pero ese era el aspecto exterior, el interior estaba totalmente destruido y sólo se distinguían algunas vigas y pilares de madera.

Interior de la cabaña

Interior de la cabaña

Enseguida nos encontramos una nueva marca del PR-S73, el cual habíamos vuelto a coger y que nos indicaba el camino al hoyo de Juntarnosa.

Indicador al Hoyo de Juntarnosa

Indicador al Hoyo de Juntarnosa

Al poco volvimos a ver otra cabaña y continuamos  por el sendero que había junto a a cabaña hasta que encontramos de nuevo un sendero empedrado.

Camino empedrado

Camino empedrado

En medio de este camino nos encontramos dos troncos que cortaban el camino y que no eran tales, sino una portilla

Portilla realizada con dos troncos

Portilla realizada con dos troncos

y a los pocos metros otra nueva portilla pero algo más sencilla. Tuvimos que atravesar ambos por los laterales ya que no se abrían fácilmente.

Segunda portilla

Segunda portilla

Ahora continuamos caminando siguiendo las marcas blancas-amarillas del PR-S73 en dirección del Hoyo de Juntarnosa, encontrándonos de nuevo con otras cabañas junto con su aljibe, aunque uno de ellos ya disponía de un grifo.

Otra cabaña

Otra cabaña

Siguiendo las marcas llegamos a un monte en el que se distinguía fácilmente un par de grandes muros de piedra y al fondo lo que parecía ser una cueva.

Caminando hacia el hoyo

Caminando hacia el hoyo

Ya estábamos al borde del hoyo de Juntarnosa en el que se distinguía una cabaña en el fondo del hoyo así como una gran cavidad en la parte superior del hoyo.

Hoyo de Juntarnosa

Hoyo de Juntarnosa

Si seguíamos las marcas no podríamos llegar hasta la cueva, así que nos desviamos del camino, justo al lado de una alambrada que hacía de pastor para el ganado y nos dirigimos hacia una cabaña que se encontraba hacia la izquierda. De esa manera íbamos a media ladera en dirección a la cueva.

A media ladera hacia la cueva

A media ladera hacia la cueva

En ese camino a media ladera nos llamó la atención unas rocas que parecían agujas de piedra que enfilaban hacia el cielo.

Agujas de rocas

Agujas de rocas

Ya estábamos a los pies de la cueva de Juntarnosa, así que ya sólo nos quedaba iniciar el camino de ascenso a la cueva

La cueva en lo alto

La cueva en lo alto

y lo hicimos por un canchal de piedras.

Ascendiendo a la cueva

Ascendiendo a la cueva

Fue un ascenso bastante durillo, pero al final la subida mereció la pena, ya que no se trataba realmente de una cueva, ya que tenía entrada y salida por el otro lado, parecía una gran ventana a los dos valles.

Cueva de Juntarnosa

Cueva de Juntarnosa

Pero lo que más llamaba la atención era una especie de refugio natural de piedras compactadas

Extraña construcción natural de piedra compactada

Extraña construcción natural de piedra compactada

La vista era espectacular

Gran ventana a los dos valles

Gran ventana a los dos valles

Volvimos a descender hasta el sendero que habíamos abandonado para ascender a la cueva y continuamos caminando a media ladera dirigiéndonos hacia el collado cercano.

Caminando hacia el collado

Caminando hacia el collado

Al llegar al collado nos encontramos una alambrada que tuvimos que atravesar para ir al otro lado y poder descender hacia el pueblo de Irías.

Alambrada a atravesar

Alambrada a atravesar

Desde el otro lado de la alambrada ya se distinguían los pueblos de Irías, Linto y Ajanedo y la carretera que se dirige hacia San Roque de Riomiera y Lunada.

Pueblos y carretera a Lunada

Pueblos y carretera a Lunada

Aquí ya encontramos de nuevo los indicadores del PR-S73, e iniciamos el descenso hacia la carretera hasta que encontramos una señal que nos indicada el camino a La Cantolla.

Hacia La Cantolla

Hacia La Cantolla

Ya estábamos en el pueblo de Udías y en vez de bajar a la carretera encontramos una pista cómoda a nuestra izquierda que se dirigía hacia La Cantolla.

Pista a La Cantolla

Pista a La Cantolla

Ahí mismo cogimos esta pista que parecía que no era muy vieja y que se dirigía hacia este barrio de Miera.

Pista a La Cantolla

Pista a La Cantolla

Después de caminar unos veinte minutos por esta pista llegamos al llamativo Hotel París en el que pudimos ver las modificaciones que se han realizado en él desde la última vez que vinimos por esta zona.

Hotel París

Hotel París

La entrada a esta casona era espectacular, parecía de película

Entrada al Hotel París

Entrada al Hotel París

Aquí ya cogimos la carretera que se dirigía hacia el barrio de La Cantolla, para después regresar por el camino del Carro que habíamos cogido para el ascenso.

Carretera a la Cantolla

Carretera a la Cantolla

Ya en el barrio de La Cantolla se tenía una espectacular vista del hotel París en lo alto de la roca.

Hotel París sobre una roca

Hotel París sobre una roca

Ya en Mirones nos cambiamos el empapado calzado y nos fuimos a tomar un refresco a Liérganes, pero casi nos resulta imposible aparcar ya que se estaba celebrando la feria de los Valles Pasiegos, así que nos dirigimos al Balneario del pueblo donde nos tomamos una refrescante coca-cola.

Para ver la imagen en Wikiloc pinchar sobre la imagen.

Ruta en Google Earth

Ruta en Google Earth

 Curva altura-distancia

Curva altura-distancia

Curva altura-distancia

Mirones – Las Enguinzas – Cueva de Juntarnosa – Mirones
Distancia Total Ruta circular de 13 km
Duración Total El recorrido lo hicimos en unas 5 horas con dos pequeñas paradas para tomar un refrigerio, en total unos 45 minutos de descanso.
Dificultad La ruta de dificultad media, sobre todo por las pendientes y el terreno.
Desnivel El desnivel es de aproximadamente 780 m. con un desnivel acumulado de 960 m.
Tipo de camino Pistas, senderos y campo a través.
Agua potable En casi todas las cabañas tenían su aljibe.
Época recomendada Se puede hacer en cualquier época del año, pero después de haber llovido tendría zonas resbaladizas y con nieve sería peligroso por las rocas.
Cartografía y Bibliografía Hoja 59, a escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional.
Track GPS Enlace a track para GPS en Wikiloc

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